El Coronel Juan Nepomuceno
Santana, ilustre Prócer de la Independencia y su esposa. (Estas miniaturas son propiedad del señor Roberto Santana Llamozas,
bisnieto del ilustre Prócer).
Importante documento histórico,
escrito por el Libertador Simón Bolívar, dirigido al Coronel Juan Nepomuceno
Santana, el 30 de mayo de 1830.
El señor Roberto Santana
Llamozas nos ha cedido para su publicación el siguiente documento en que el
Libertador Simón Bolívar reconoce los esclarecidos servicios de su bisabuelo el
Coronel Juan Nepomuceno Santana, Prócer de la Independencia. Fechado el 30 de
mayo de 1830, dentro de breves días tendrá cien años este pergamino republicano.
Bolívar al separarse del mando en 1830, redactó el documento que puede exhibir
el Coronel Santana en su meritoria y gloriosa vida pública. Dice
así, textualmente:
"República de Colombia. N° 1. SIMÓN BOLĺVAR. Libertador Presidente
&c. &c. &c. El Coronel J. N. Santana, desde muy joven y lleno de
entusiasmo por la causa de la
América me ha acompañado por espacio de diez años
consecutivos en las campañas que completaron la Independencia de Colombia y
establecieron la de Perú y Bolivia, siendo mi Edecán y Secretario privado. En
este intervalo evacuó diferentes comisiones importantes dentro y fuera del país
con celo e inteligencia. Siempre lo encontré en el camino del honor y del
deber, y ninguno más fiel, ninguno más devoto a mi persona. Pronto a separarme
del mando y del país, y no pudiendo recompensar dignamente, le ofrezco este
testimonio de mi profunda estimación y cariño. Dado en Bogotá 30 de Mayo de
1830. Fdo. SIMÓN BOLĺVAR".
Este documento es el mejor
reconocimiento a los servicios que el Coronel Juan Nepomuceno Santana prestó
con arrojo a la Causa de la Independencia Americana.
(Publicado en la
Revista "Élite", el 24 de mayo de 1930).
El tatarabuelo de Roberto
Santana Llamozas fue José Ventura Santana, padre de su bisabuelo, el Coronel
Juan Nepomuceno Santana. Un hijo del Coronel, de nombre Marcos Zoilo Santana Cerro, se casó con doña Concepción Alvarado Rolo, siendo sus abuelos paternos, quienes
procrearon a Marcos Pedro del Carmen Santana Alvarado, quien contrajo
matrimonio con doña María Josefa Llamozas y Vaamonde, padres de: Mercedes
Concepción Josefa Santana LLamozas; María de la Concepción Santana Llamozas;
Roberto Henrique Santana Llamozas y María Luisa Santana Llamozas.
Don Marcos Zoilo Santana Cerro, hijo del Coronel Juan Nepomuceno Santana, y su esposa doña Concepción Alvarado Rolo, abuelos de Roberto Santana Llamozas.
EL SECRETARIO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLĺVAR
CORONEL JUAN NEPOMUCENO
SANTANA
El Coronel Juan Nepomuceno
Santana, nació en Caracas en 1804, de una familia de comerciantes que han
sabido sostener con brillo por más de un siglo, una de las principales casas de
comercio de Venezuela, fundada en 1783. El Libertador fue cliente de esta casa,
como lo prueban algunos documentos de 1814 en los que da órdenes de pago sobre fondos
provenientes de frutos de sus haciendas. Regía entonces la casa, que después se
llamó de Santana Hermanos, el señor José Ventura Santana, padre del Coronel Juan
Nepomuceno Santana, y de los señores Marcos Zoilo, Casiano y José Santana, los que
continuaron la tradición de su padre, y extendieron el crédito de la casa por
toda Venezuela. Estos caballeros se educaron en Baltimore, Estados Unidos de América y uno de ellos, José, fue portador de una carta de Bolívar
recomendándolo al señor Cuti y Sola, del colegio de Santa María de Baltimore,
en que también se había educado el Coronel Santana.
Don Marcos Zoilo Santana,
desempeñó el Ministerio de Hacienda durante el gobierno de los Azules y en
unión de su hermano don José fue de los fundadores del Banco de Venezuela. Pero
el mayor mérito de los hermanos Santana consistió en el crédito extraordinario
que supieron dar a su casa de comercio, verdadero Banco de suplemento de
nuestra agricultura, desde principios del siglo XIX hasta el presente.
El joven Juan Nepomuceno
Santana se unió al Libertador en los Cayos de Haití y lo acompañó como
Amanuense, Edecán y Secretario en todas las campañas desde 1816 a 1826. El Coronel
Santana presenció la toma de Guayana, el nacimiento político de la Gran Colombia y asistió a las
batallas de Calabozo, Semén, Vargas, Boyacá, Carabobo, Bomboná, Ibarra y Junín,
al sitio del Callao y a las fiestas triunfales de Potosí. En sus largos
servicios mostró la lealtad y espíritu de sacrificio que le valieron la
confianza del Libertador Simón Bolívar. Gran parte de los papeles de Bolívar,
en todo ese periodo, están escritos de puño y letra de Santana. Según Bolívar,
Santana sabía guardar un secreto y era leal y honrado, expresiones que tomamos
de una carta del Vicepresidente Caicedo, fechada en Honda, el 13 de mayo de 1830.
Algunos meses después, durante el gobierno del General Rafael Urdaneta, el
Libertador recomendó a Santana para el elevado cargo de Jefe de Estado Mayor.
Estos hechos son su mejor elogio. Disuelta a poco la gran república, y muerto
el Libertador, el Coronel Santana se retiró de la vida pública, consagrándose
al comercio durante algunos años. De este periodo sólo sabemos que estuvo
establecido en Cúcuta. El Coronel Santana murió en Maracaibo.
En la casa de Bolívar
existe la llave de oro del Cuzco, regalo del Libertador a su secretario
Santana.
En anterior número, publicamos un
interesante documento de 30 de marzo de 1830 en que el Libertador reconoce los
grandes servicios prestados a la Independencia de América por el Coronel Juan
Nepomuceno Santana.
(Publicado en la
Revista "Élite", el 14 de junio de
1930).
BISNIETO DEL CORONEL JUAN NEPOMUCENO SANTANA, SECRETARIO PRIVADO DEL LIBERTADOR, CONTRAJO MATRIMONIO CON BELÉN GÓMEZ
NÚÑEZ, HIJA DEL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ.
Matrimonio de la señorita
Belén Gómez Núñez, quien aparece sentada al lado de su padre, el Benemérito General Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República de Venezuela, el 1 de febrero de 1929. Atrás, de izquierda a derecha
aparecen: Su madre, Dolores Amelia Núñez de Cáceres, Cristina Gómez Núñez, el contrayente, Roberto Santana
Llamozas, Hermenegilda Gómez Núñez, Florencio Gómez Núñez, Berta Gómez Núñez, Juan
Vicente Gómez Núñez y Rosa Amelia Gómez Núñez.
EN LA INTIMIDAD DE LA FAMILIA, CELEBRARON AYER SUS NUPCIAS EN
LA CIUDAD DE MARACAY.
La boda de la muy gentil señorita Belén María Gómez Núñez con el señor
Roberto Santana Llamozas, efectuada en la tarde de ayer, 1 de febrero de 1929,
en la ciudad de Maracay, fue un acto de expresiva elegancia, no obstante la
estricta intimidad con que se efectuó la ceremonia nupcial.(Foto: Manrique y Ca.).
Una juventud radiante, abierta en la alborada de la vida a todos los
sueños puros, la bella desposada une hoy su destino al del señor Roberto
Santana Llamozas, en quien son claras ejecutorias personales la ingénita
caballerosidad, la educación esmerada y las dotes de su carácter y hombría de
bien.
La ciudad de Maracay, tan estrechamente vinculada a su ilustre
benefactor, el Benemérito General Juan Vicente Gómez, padre de la novia, rindió
su homenaje más cariñoso y espontáneo al paso de los contrayentes, ante quienes
se extiende el porvenir, pleno de los más felices augurios.
Maracay, 1° de febrero de 1929. Ayer, a las 6 p.m. se celebró en esta
ciudad el matrimonio de la gentil y virtuosa señorita Belén María Gómez Núñez,
hija del Benemérito Jefe del País, General Juan Vicente Gómez, con el culto y
distinguido caballero señor Roberto Santana Llamozas. La novia, del brazo de su
ilustre Progenitor, nimbada de azahares, fue hacia el altar de Dios magnífica
en su sencillez, admirable en su hermosura y resplandeciente de todas las
bellezas morales que atesora. Aunque la boda se efectuaba en la más absoluta
intimidad, toda la sociedad y el pueblo entero de Maracay, sin distinción de
clases, hizo acto de presencia en el Templo; y al paso del cortejo nupcial
rindiendo así el homenaje de su acendrado cariño y de sus fervientes simpatías
al Primer Ciudadano de la República y a su honorable familia, ya que, al General
Gómez debe la capital del Estado Aragua el fundamento sólido de su existencia
material y el austero desenvolvimiento de su vida social. En esta boda los
mejores augurios propician el porvenir del nuevo hogar porque a las dotes de
educación, cultura y gentileza de la señorita Gómez, se aúnan la condición de
caballero, el talento y la hombría de bien del señor Santana Llamozas. El voto
unánime de todo Maracay por la felicidad de los contrayentes fue la ofrenda de
este pueblo al nuevo hogar que se constituye.
El Corresponsal.
(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 2 de febrero
de 1929).
GENERAL JUAN NEPOMUCENO
SANTANA
( Por: Jesús Ángel Parra)
Escribir sobre el General
Juan Nepomuceno Santana ha sido tarea difícil por la escasa bibliografía y la
poca información sobre este prócer de la Independencia. Sin embargo, pudimos
extraer algunos datos importantes que nos ha permitido armar una semblanza para
conocer la vida y acciones de este ilustre militar en la guerra de
independencia venezolana y suramericana.
Es indudable que como el
caso de Santana, son muchos los que han tenido una actuación destacada por la
libertad de la patria y no han tenido el debido reconocimiento y sitial justo
en la historia de Venezuela.
El primer texto en leer
sobre el General Santana, es el correspondiente a la serie Semblanzas Zulianas
(1883) por el zuliano Juan Antonio Lossada Piñeres, en él encontramos tres
aspectos que llamaron nuestra atención, además del acontecer de su vida y su
acción en forma cronológica, en primer lugar que Lossada Piñeres obtuvo el
testimonio directo en conversaciones con el ilustre prócer, ya a sus 78 años de
edad, quien le suministraría datos sobre los principales actores de la guerra
de Independencia en interesantes narraciones y a viva voz, en segundo lugar
que, Lossada Piñeres, reproduce una serie de documentos y cartas que dan fe de los ascensos militares
hasta el grado de general de división que fue objeto Santana, amén de una serie
de distinciones y reconocimientos, y en último lugar, la descripción física que
hace Lossada Piñeres al concluir su esbozo biográfico, para formarnos una idea
fiel de la imagen fisonómica y el temperamento de Juan Nepomuceno Santana, la
cual es como sigue, según el siguiente fragmento:
"Era el General Juan
Nepomuceno Santana de talla regular, tez blanca, cabello negro ya nacarado por
los años y rostro oval y sumamente lampiño. Juzgársele por la fisonomía no se
le hubiera considerado como guerrero, y si por su carácter suave y tranquilo,
tan amartelado de la gloria. Sus maneras eran finas y caballerescas como las de
un cortesano de la época fastuosa de Luis XIV. Y en su conversación harto
deleitable el nombre del Libertador era su palabra sagrada y su tema favorito,
pues siempre traía a cuenta con donaire y sal de ingenio algún hecho glorioso
de su amado Jefe o algún episodio singular de la magna guerra. En el trato
común y en sus relaciones familiares gustaba mucho del empleo del equívoco y
del picante y travieso epigrama, pero siempre con el tacto que aconsejan los
sanos principios de la buena crianza. Por lo demás, cuando agobiado por los
años y contrarios infortunios le hablábamos de Colombia, aquel anciano se
erguía saliendo de su calma filosófica y de su reserva habitual para tributar
su culto a la República y para suspirar por unos ídolos que se fueron".
SĺNTESIS BIOGRÁFICA
Juan Nepomuceno Santana,
nació en Caracas en 1804. Era descendiente de una familia de abolengo,
comerciantes canarios radicados en Caracas desde fines del siglo XIX. Fue hijo
de José Ventura Santana, quien había emigrado junto a éste a la vecina isla de
Curazao, fijando residencia y ayudando desde allá a la causa independentista.
Luego su padre, de allí, decide enviarlo a los Estados Unidos a recibir su
primera educación en el Colegio de Santo Tomás de Baltimore, Estados Unidos de
Norteamérica, dirigido por religiosos
jesuitas, donde comenzó su aprendizaje y el joven Juan Nepomuceno aprendió
inglés, francés, holandés y alemán, además obtuvo otros conocimientos que
fueron útiles a la patria, muy especialmente y de manera oportuna, durante el
tiempo que sirvió bajo las órdenes del Libertador Simón Bolívar, como su Edecán
y Secretario Privado.
A su regreso a Venezuela,
era el año de 1817, entraba la República en el tercer período de la guerra y
con las hazañas del General José Antonio Páez. El Libertador fijó su cuartel
general después de su tercera expedición heroica, en las selvas vírgenes de Guayana. Allí con apenas 14 años de
edad se presenta el joven Santana por un puesto en las filas de algún batallón.
En un legajo oficial
rescatado por Lossada Piñeres, el cual da testimonio de esa aspiración del
joven Santana de pertenecer al ejército de la Patria y lanzarse al campo de la
guerra por la independencia. Ese documento oficial, es una carta fechada 10 de
julio de 1817 en Angostura y suscrita por Pedro Briceño Méndez, donde le
comunica a Santana que el Libertador lo admitió al servicio de la República,
destinándolo a la marina en clase de Guardia Marina a las órdenes del Almirante
Luis Brión, de quien fue su Secretario. Durante 16 meses, Santana contribuyó al
triunfo de la Independencia, prestando oportunos servicios a la Escuadra de
Colombia, con tanta eficacia y responsabilidad, que condujo al Almirante Brión
a recomendarlo al Libertador para ser ascendido a Subteniente. A partir de este
momento, le tocó a Santana demostrar, como en efecto lo hizo, sus cualidades y
aptitudes no comunes, ganándose el afecto y la estimación de Bolívar, y éste a
aprovechar sus méritos, su talento y decisión, y a dispensarle favores.
Entonces, el joven Santana
tomó participación con voluntad férrea en la campaña iniciada por el Libertador
buscando la rendición de Angostura para la restauración de Venezuela por el
sector más apropiado para las operaciones militares de una campaña: por el
Orinoco y por los llanos. Y así mismo sucedió con la actuación brillante de
Santana.
En efecto, el 8 de
noviembre de 1818, fue ascendido a Subteniente de Infantería y con tal grado
participó en la campaña de Apure en 1819, así como en la célebre marcha que
emprendió el Libertador hacia Nueva Granada, con el único propósito de libertar
a nuestros hermanos de la tiranía del virrey Juan de Sámano.
En Boyacá ganó el grado de
Teniente Efectivo de Infantería, exactamente, el 6 de julio de 1822, por orden
expresa del Bolívar. Ese mismo año fue designado Edecán y Secretario del
Libertador, proclamando al propio tiempo, el Padre de la Patria, la unión de
Colombia, preparándose para una campaña que se extendería por América del Sur
por su Independencia, y entre los nombres de esos hombres afortunados y
aguerridos estaba el de Santana. Y esa campaña se iniciaría bajo el mando de un
binomio singular y privilegiado: Bolívar y Sucre, donde lo difícil no era tanto
enfrentarse al enemigo como a la inclemencia de un clima implacable y a los
rigores de una geografía montañosa.
Al lado del General Antonio
José de Sucre, combatió Santana en la región de Pasto en ese mismo año de 1822.
El 24 de octubre de 1824,
fue ascendido a Teniente Coronel de Caballería, en el Cuartel General de
Huancayo.
En el Cuzco en 1825, le
ratifica el ascenso de Teniente Coronel de Caballería. Participa con denuedo en
las batallas de Bomboná y Pichincha, los aires de libertad soplan triunfales
sobre los hermanos peruanos. De nuevo se unió a Bolívar en Lima, y con él hizo
la campaña libertadora del Perú, combatiendo cuerpo a cuerpo en Junín. Bolívar
le donó una de las llaves de oro de la ciudad que él había recibido como
homenaje simbólico.
El 16 de diciembre de 1826,
llegó a Maracaibo el Libertador Simón Bolívar y dejó la ciudad el día 19 de
diciembre de 1826, haciendo esfuerzos por la integridad de la Gran Colombia.
Entró al Lago por la vía de San Carlos del Zulia y lo recorrió en el viaje
inaugural del Steamboat, primer barco de vapor de carga y pasajeros entre
Maracaibo y los Puertos del Sur del Lago. Tan pronto llegó, hizo pública su
proclama a los venezolanos el mismo 16 de diciembre de 1826, donde trató de
impedir la consumación de la destrucción de la patria. Al mismo tiempo nombró
al General Rafael Urdaneta, General en Jefe, al General de Clemente, Intendente
y Comandante General del Departamento de Trujillo y asumió personalmente el
Comando Militar y Político de cuatro de los departamentos de Venezuela
(Maturín, Venezuela, Orinoco y Zulia), en un importante decreto. Se hospedó en
la llamada Casa Fuerte, donde hoy funciona el Banco de Venezuela (casco
central). A pesar de la breve estadía, sin embargo hubo una cena en su honor,
donde el poeta José Antonio Almarza improvisó un soneto, quizás el primer poema
dedicado al Libertador y conservado para la posteridad; así mismo, se organizó
un baile para homenajearlo, en su misma residencia y, allí, Bolívar bailó la
contradanza La Libertadora del compositor zuliano Silverio Áñez, que la danzó
con Casimira Flores de Santana, esposa del General Juan Nepomuceno Santana, que
en ese momento era el Comandante de la Guarnición de la provincia de Maracaibo.
En 1827, Juan Nepomuceno
Santana, acompañó a El Libertador Simón Bolívar a Caracas, donde recibió el
ascenso a Coronel.
Durante todos esos años
Santana se desempeñó principalmente como Amanuense y luego como Secretario
personal de Bolívar, a quien acompañó en esas funciones hasta 1829.
Antes del desmembramiento
de la Gran Colombia, el Coronel Santana ejerció la Gobernación de Antioquia en
1830 y allí contrajo matrimonio.
Dividida la Gran Colombia y
muerto el Padre de la Patria, regresó a Venezuela en 1831, envainando la espada
y colgando el uniforme, fijando residencia en Maracaibo, donde ocupó el cargo
de Comandante Militar de 1836
a 1837.
Después se dedicó al
comercio en esa ciudad donde también ejercía por muchos años el cargo de Cónsul
de la Nueva Granada.
En 1851, solicitó cédula de
inválido por heridas recibidas en las campañas.
Después del triunfo de la
Federación, en 1864, fue ascendido a General de División.
El General Juan Nepomuceno
Santana, murió en Maracaibo, estado Zulia, el 5 de julio de 1882, a los 78 años de
edad, justamente cuando la ciudad se aprestaba a celebrar con júbilo la
declaración de la Independencia lanzada por nuestros padres, el 5 de julio de
1811, y que Santana había contribuido con su espada, valentía,
talento y decidido arrojo.
Abigail Colmenares termina
su síntesis biográfica de Santana, así: "No nació en el Zulia; pero el
Zulia le cuenta como gloria propia, porque hizo de Maracaibo "patria de su
corazón", como él decía, y aquí vivió respetado y amado de este noble
pueblo que siempre ha sabido distinguir el mérito para apreciarlo, las virtudes
para honrarlas y las glorias legítimas para enaltecerlas".
Este prócer de la
Independencia y servidor público constante de la Patria, que acompañó al
Libertador Simón Bolívar por espacio de 10 años ininterrumpidos por la libertad
de los pueblos de Colombia, Perú y Bolivia, siendo su Edecán y Secretario Privado,
demostró fidelidad en extremo, dedicación al Padre de la Patria y a la Causa
Americana, así como entusiasmo, gallardía, lealtad y eficacia en las tareas encomendadas, además de un alto sentido
del deber y del honor alabado en forma expresa por el propio Bolívar. Fueron
méritos suficientes para que fuera exaltado al Panteón del Zulia en 1997,
reconociendo los zulianos en él, a un
guerrero y a un patriota genuino que también amó a Maracaibo, aupando e
impulsando una vida civil de paz y progreso.
Panteón Regional del Zulia
donde reposan, entre otros, lo restos del General Juan Nepomuceno Santana,
ilustre Prócer de la Independencia.
Bibliografía consultada:
Revista "Élite", del 24 de mayo de 1930. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Revista "Élite", del 14 de junio de 1930. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Periódico "El Nuevo Diario", del 2 de febrero de 1929. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
COLMENARES, Abigail. "Coronel Juan N. Santana" en: El Zulia en la
Independencia Suramericana. 2da. Edición. Maracaibo: Comité Ejecutivo de la Junta
Organizadora del Bicentenario del General Rafael Urdaneta, de la Universidad del
mismo nombre, 1987, p. 155.
LOSSADA PIÑERES, Juan
Antonio. "El General Juan N. Santana, ilustre Prócer de la Independencia y Edecán de S.E. el Libertador" en: Semblanzas Zulianas. (8va. Entrega)
Maracaibo, Imprenta Bolívar de Alvarado & Ca., 1883.
FUNDACIÓN POLAR.
Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas: Fundación Polar, 1997. (Tomo IV,
p. 1083).