miércoles, 21 de septiembre de 2022

CORDIALIDAD ENTRE VENEZUELA Y COLOMBIA DURANTE EL GOBIERNO DEL GENERAL GÓMEZ

El Excelentísimo señor doctor Eduardo Zuleta, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Colombia en Venezuela, siendo recibido por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, en el Palacio de Miraflores de Caracas. (Foto: Manrique).

Los vínculos que unen a Venezuela y Colombia desde los días más gloriosos de su común historia, se verán ahora intensificados con el nombramiento que la República hermana ha hecho en el Excelentísimo señor doctor Eduardo Zuleta Gaviria, para desempeñar en Caracas el cargo de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Colombia en Venezuela.

La personalidad política y científica del doctor Zuleta, harto conocida es en Colombia como en las demás naciones hispano parlantes.

En la mañana del día 28 de abril de 1927, efectuóse la solemne recepción del Ministro colombiano por nuestro Gobierno; acto en que se cruzaron los discursos de estilo y en que brilla un perfecto acuerdo de amistad que une a ambas potencias suramericanas.

Al felicitar cordialmente al Excelentísimo señor doctor Zuleta, le agradecemos efusivamente su atenta visita a nuestra Redacción.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 30 de abril de 1927).

EN VENEZUELA SE SABE ESTIMAR A COLOMBIA

"El Nuevo Tiempo", Bogotá.

Acaba de llegar a la ciudad procedente de Caracas, el doctor Eduardo Zuleta Ángel, quien fue a la capital de Venezuela con el fin de visitar a su padre, el Excelentísimo señor doctor Eduardo Zuleta Gaviria, actual Ministro de Colombia en Venezuela.

Uno de nuestros Redactores visitó ayer al doctor Zuleta Ángel, quien interrogó sobre diversos asuntos de la vecina República, y tuvo con él la siguiente conversación:

¿Qué impresiones trae de Caracas?

Celebro mucho tener la oportunidad de exponer las gratísimas impresiones que traigo sobre la gentileza y amabilidad de la gente de Caracas; sobre el culto verdaderamente ejemplar del Gobierno del General Juan Vicente Gómez y del pueblo de Venezuela por los héroes de la Independencia; sobre las maravillosas carreteras que comunican La Guaira con Macuto, con Maracay, con Valencia, con Puerto Cabello y con otros puntos y sobre la belleza de la ciudad y especialmente de El Paraíso. Pero antes que todo debo dejar constancia de que tanto en el Gobierno como en el pueblo de Venezuela existe un sentimiento de verdadera fraternidad para Colombia.

¿De las carreteras qué nos dice Ud.?

Don Pablo Echavarría, uno de los hombres de negocio más importantes de Medellín y uno de los caballeros de más espíritu público con que cuenta esta ciudad, hizo el viaje en automóvil desde La Guaira hasta Puerto Cabello con el objeto de formarse una idea exacta de las carreteras venezolanas. Al terminar su viaje me dijo poco más o menos lo siguiente:

"Yo que he viajado mucho conozco muy pocas carreteras iguales a ésta. Carreteras mejores no conozco ninguna".

Y efectivamente se queda uno sorprendido de las carreteras de Venezuela. Yo recorrí la de Macuto a La Guaira, la de La Guaira a Caracas, la de Caracas a Maracay, la de Puerto Cabello a El Palito y puedo decir que todas ellas son verdaderamente admirables. El doctor Luis E. Nieto Caballero, cuyo edificante patriotismo tuve ocasión de apreciar en largas o íntimas conversaciones durante mi viaje de ida, me manifestó que él había oído juicios muy contradictorios sobre las carreteras de Venezuela pero que se alegraba mucho por haberse cerciorado por su propia percepción de que realmente eran carreteras de primer orden. Tuve el honor de hacer con él el recorrido de Puerto Cabello a El Palito y le oí decir entonces que esa excursión le había confirmado el propósito que tenía de laborar intensamente en el sentido de procurar que se construyera una carretera análoga de Barranquilla a Puerto Colombia. Ese (me decía él, apoyando su opinión en razones irrefutables) es el modo más práctico y más eficaz de convertir a Barranquilla en puerto de mar. Esa carretera será una prolongación de Barranquilla hasta el mar. Con una carretera encementada como ésta que hemos recorrido -agregaba- va uno de su hotel de Barranquilla a Puerto Colombia con la misma facilidad con que va uno hoy del mismo hotel a la estación del ferrocarril.

Nos decía que el culto del Gobierno y del pueblo de Venezuela por los héroes es verdaderamente ejemplar.

Sí. No solamente está representado en las magníficas estatuas que adornan la ciudad de Caracas y en los lienzos geniales de Michelena, Tovar y Tovar y Tito Salas, sino también en monumentos de otro orden, realmente emocionantes como el Panteón Nacional, la Casa de Bolívar, el Salón Elíptico, etc., etc. Además (y esto es lo principal) ese sentimiento late en el corazón de los venezolanos. No se imagina usted con cuanto agrado ve uno que señoritas de la más refinada sociedad caraqueña, como María Cristina Crespo, han hecho de su vida un apostolado de admiración por El Libertador. María Cristina Crespo es hermana de la genial caricaturista y pintora Nina Crespo, quien está llamada a continuar la gloriosa tradición de los grandes pintores venezolanos Tovar y Tovar, Rojas, Michelena, Tito Salas, cuyas obras portentosas serían por sí solas suficientes para dar fe de la grandeza de un pueblo.

El General Ramón González Valencia, destacado militar, político y estadista, miembro del Partido Conservador Colombiano, fue elegido Presidente de Colombia por la Asamblea Nacional Constituyente de 1905, del 3 de agosto de 1909 al 7 de agosto de 1910, tuvo amistad con el General Juan Vicente Gómez.

¿Conoció al General Gómez?

Sí señor. Y debo decirle que oí frases del más intenso y sincero cariño por mi patria. Me habló de los gratísimos recuerdos que tiene de Colombia y de los colombianos; me refirió que había estado viviendo en Santander durante varios años y me dijo que recordaba con verdadero gusto esa época de su vida durante la cual había trabado amistad con muchos colombianos ilustres como el General Ramón González Valencia. El General Gómez habla de Colombia con verdadera efusión y con un grande acento de sinceridad. No olvido una de las frases que le oí sobre su permanencia en Colombia:

"Durante el tiempo en que viví en Colombia fui muy atendido y apreciado allá, porque los que me conocieron íntimamente vieron que yo no era un político intrigante sino un hombre de trabajo; un agricultor y un ganadero laborioso".

Este sentimiento de aprecio por Colombia lo comparten el Gobierno y el pueblo de Venezuela, a juzgar, entre otras cosas, por las innumerables y gentilísimas atenciones que el Ministro de Colombia y su señora reciben constantemente del Gobierno y de la sociedad de Caracas, y a juzgar también por los gratísimos recuerdos que tienen los caraqueños de los Ministros anteriores. A Raimundo Rivas, Pomponio Guzmán, Víctor M. Londoño y General Cuervo Márquez los recuerdan con verdadero aprecio. Arciniegas estuvo allá hace treinta años y no solamente lo recuerdan con cariño sino que recuerdan sus versos de entonces, muchos de los cuales son populares allá. Mis padres no tienen sino palabras de agradecimiento para con la distinguida y refinada sociedad de Caracas por el modo gentilísimo como han sido recibidos y atendidos y por las innumerables y especialísimas demostraciones de aprecio que han recibido.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 1 de marzo de 1929).