El General Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de la República de Venezuela, acompañado de su hermano Juan Crisóstomo Gómez, altos funcionarios públicos y amigos, presenciando el desfile del Ejército ante la estatua del Gran Mariscal de Ayacucho, Maracay, Venezuela. Año 1923.
El Benemérito General
Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, conmemoró patriótica
y solemnemente el Centenario de la Batalla de Ayacucho por todo lo alto, siendo
un verdadero admirador de la figura de Antonio José de Sucre, el Gran Mariscal
de Ayacucho, por lograr la gesta heroica que le dio la Independencia definitiva
a la América Meridional, el 9 de diciembre de 1824.
El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, haciendo acto de presencia con su comitiva. Se observa al fondo, el gran Cuartel de Maracay frente al cual se levanta la Estatua Ecuestre del Mariscal Antonio José de Sucre. Año 1923.
La bella Estatua Ecuestre del Mariscal Antonio José de Sucre, situada en la ciudad de Maracay, Venezuela.
LAS FIESTAS DE MARACAY
El Homenaje al Gran Mariscal. La Gran Revista Militar.
El General José Vicente Gómez, Inspector General del Ejército, encabeza
el desfile del Ejército Nacional, el día de la inauguración de la estatua ecuestre
del Mariscal Sucre en Maracay. Año 1923.
La nota culminante de la semana que termina, ha sido sin duda el éxito
ruidoso alcanzado por el Gobierno Nacional con motivo de las ferias anuales
celebradas con inusitado esplendor en la hermosa y próspera capital aragüeña.
Considerable porción de la sociedad venezolana, representada en sus más
conspicuas personalidades de la política, de la intelectualidad, el comercio y
la ciencia, se congregaron en tan señalada ocasión, en torno al Jefe del País,
quien acogió a todos con la cortesía y bondad que le son característica.
La prensa diaria ha reseñado sucintamente, cuanto de magnífico brilló en
los festivales de esos tres días, consagrados por la tradición en la riente
ciudad venezolana. Pero debemos hacer mención especial de la espléndida lucidez
que alcanzara el acto de la inauguración de la estatua del Gran Mariscal de
Ayacucho, donada al Gobierno del Estado Aragua por el Gobierno Nacional, para
con ello interpretar el anhelo vehementemente patriótico del Benemérito Jefe
del País de que en aquella su ciudad predilecta se yerga la figura del egregio
paladín de la Libertad en el Continente.
El Desfile de un Regimiento Militar ante la atenta mirada del numeroso público asistente. Maracay, Venezuela. Año 1923.
Homenaje semejante, tiene, desde luego la más honrada simpatía en el
corazón de todo venezolano digno de serlo
y de todo americano en quien la
gratitud tenga albergue generoso. Sucre es, después del Padre de América, la
gloria más alta del mundo americano. Y si de Bolívar dijo Cecilio Acosta con
elocuencia de eternidades, que era "la cabeza de los milagros y la lengua
de las maravillas" del Primer Presidente de Bolivia muy bien podría
decirse que sabía con el corazón.
Porque, a medida que se le estudia, se le comprende y se le ama como a un
ejemplar humano de excelsitud, capaz de acreditar aun ante los ojos menos
espirituales, que en la escala evolucionaria de la Naturaleza después del
hombre es el ángel.
Digno del celo patrióticamente elevador de pueblos, es el afecto que
siente por la gloria del Abel de Colombia el Benemérito Jefe de la
Rehabilitación Nacional; y el homenaje que por su iniciativa acaba de
consagrársele, pone en evidencia la conciencia de sus grandes deberes como
conductor de pueblos.
De izquierda a derecha: Los oradores, Doctor Tomás Bueno, Ministro de Obras Públicas, al hacer la entrega de la estatua al Gobierno de Aragua; el Doctor Laureano Vallenilla Lanz, Director de "El Nuevo Diario"; y Coronel Arturo Santana, durante la lectura de su conferencia. Maracay, Estado Aragua, Venezuela. Año 1923.
El discurso que pronunció ante la estatua del grande hombre, el eminente
escritor Laureano Vallenilla Lanz, en el acto de inauguración del sacro bronce,
es una pieza oratoria digna de su ilustración y de su gran talento.
La conferencia del coronel Arturo Santana, es un trabajo valiosísimo,
que revela su gran erudición y clara inteligencia.
Como corolario de acto tan trascendental, el General Juan Vicente Gómez, inspirado en el nombre y las virtudes del glorioso cumanés, dispuso la libertad de los compatriotas doctor Juan S. Penzini y Manuel Mendible, hecho que movió en sincero arranque a los millares de circunstantes a ovacionar al Benemérito Caudillo de la Paz y del Trabajo.
La revista militar, revistió suntuosidades dignas de los adelantos que
en todo sentido ha alcanzado el Ejército Nacional. Y la bizarra figura del
general José Vicente Gómez, Inspector General del Ejército, al frente de las
disciplinadas huestes, salvaguardia de la paz y del honor nacional, lució con
hermosa gallardía en el desfile hecho ante la estatua del General de
Colombia, como llamó a Sucre El Libertador.
Instantánea tomada en el Club Maracay, durante una suntuosa recepción ofrecida con motivo de la inauguración de la estatua del Gran Mariscal de Ayacucho. Aparecen en este grupo, el Presidente del Estado Aragua, General J. A. Martínez Méndez, su honorable esposa doña Indalecia Gómez de Martínez Méndez, el General Julio Hidalgo y otras personas. Año 1923.
Por todos estos triunfos alcanzados al amparo fecundo de que disfruta el
País, nos congratulamos con su Benemérito Conductor; así como también
felicitamos al digno Presidente del Estado Aragua, señor General J. A. Martínez
Méndez, eficaz y leal colaborador del Jefe de la República.
(Publicado en la Revista "Billiken", 27 de enero de 1923).
Maracay, Marzo de
1921.
Señor Dr. Victorino
Márquez Bustillos.
Caracas.
Pensando en estos días que se aproxima la celebración del primer
centenario de la batalla de Carabobo, en el culto patriótico que debemos a los
héroes fundadores de la Independencia Nacional, he observado que la estatua
ecuestre erigida en el Paseo Independencia de esa ciudad, en honor del Mariscal
de Ayacucho, Antonio José de Sucre, está colocada en un sitio aislado donde no
puede contemplarla el transeúnte, a menos que se dirija expresamente al lugar
en que se encuentra.
El Mariscal Sucre fue uno de los famosos militares de la pléyade
gloriosa que acompañó a nuestro Libertador Bolívar en sus campañas triunfales,
a través de los Andes, desde el Guaire hasta el Rimac y El Desaguadero y
comparte en primer término con él la gloria inmarcesible del tratado de Santa
Ana y de las magníficas capitulaciones de Ayacucho y Tarqui, y suyas son
aquellas magníficas palabras: "La justicia de Colombia es la misma, antes
que después de la victoria".
Por eso creo que su estatua debe colocarse en un sitio de honor, donde
se destaque a la contemplación admirativa de sus conciudadanos y de todos los
extranjeros que visiten esta capital, como sería el punto en que se unen las
Avenidas "San Martín" y la "19 de Diciembre" de acuerdo con
lo que tuve el gusto de hablar aquí con el doctor Vélez, y que él comunicará a
usted para que, al merecerle su aprobación se proceda a dictar cuanto antes las
disposiciones necesarias a objeto de llevar a término esa obra de justicia
nacional.
Cordialmente lo saluda su
amigo,
J. V. Gómez.
ENTREGA AL SEÑOR GENERAL
JUAN VICENTE GÓMEZ
DE LAS INSIGNIAS DE LA
GRAN CRUZ DE LA ORDEN DE
“EL SOL DEL PERÚ”.
El 18 de agosto de 1923, recibió el señor General
Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de la República de Venezuela, en
audiencia especial, al Señor don Nicolás Veloz Goiticoa, Ministro de Venezuela
en el Perú y Bolivia, quien puso en manos del Señor General Gómez la Carta
Autógrafa del Excelentísimo Señor don Augusto B. Leguía, Presidente de la
República Peruana y las insignias de la Gran Cruz de la Orden de "El Sol del
Perú", que recibió Veloz Goiticoa, siendo encargado en Lima de entregar al
Señor Presidente de Venezuela en nombre de la República Peruana.
El texto de la atenta carta
autógrafa es el siguiente:
"Augusto B. Leguía, Presidente de
la República Peruana, a Su Excelencia el Señor General Juan Vicente Gómez,
Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, Grande y Buen Amigo: Con el
deseo de ofrecer a Vuestra Excelencia el testimonio de mi sincero aprecio, he
resuelto otorgarle la Gran Cruz de la Orden de "El Sol del Perú", cuyas
insignias me es grato hacer llegar a manos de Vuestra Excelencia.
Confío en que Vuestra Excelencia querrá aceptar esta demostración de la simpatía del Perú, que contribuirá a afianzar los antiguos vínculos que existen entre nuestros respectivos países.
De Vuestra Excelencia, Leal y Buen Amigo, (firmado).
Augusto B. Leguía.
El
Ministro de Relaciones Exteriores (firmado).
A. Salomón. Escrita en el Palacio
de Gobierno, en Lima, el primer día del mes de julio de mil novecientos veintitrés".
La Orden de "El Sol del Perú",
fue fundada a raíz de la proclamación de la Independencia de dicho país en
agosto de 1821.
Con ella se premió a los próceres
de la Emancipación y entre ellos figuraron los principales actores de la
campaña de 1820 y 1821.
El Libertador fue condecorado
también con la Gran Cruz de la Orden de "El Sol del Perú".
En 1824 quedó la Orden en receso
y fue restablecida por decreto supremo de 14 de abril de 1921, habiendo sido
propuesto dicho restablecimiento al Congreso Peruano, el 9 de diciembre de
1920.
Fuera de la Gran Cruz, reservada
hoy a los Jefes de Estado, está dividida la Orden en cuatro clases, a saber:
Gran Cruz, Gran Oficial, Comendador y Oficial.
El Presidente de la República
Peruana es el Gran Maestre y Canciller de la Orden, el Canciller Peruano.
El Consejo de la Orden está
presidido por el Gran Maestre e integrado por el Canciller, el Miembro del
Consejo de Estado que esté encargado de los asuntos internacionales, el General
más antiguo y el Contra Almirante más antiguo.
En condiciones ordinarias, la
admisión a la Orden sólo podrá hacerse el 28 de julio, Aniversario del Perú.
Las insignias de la Orden no han
podido ser entregadas a los pocos condecorados y los únicos que las han
recibido son el Señor Presidente del Brasil, con motivo del Centenario de la
Independencia de ese país y el Señor Presidente de Venezuela, teniendo esta
última entrega la particularidad de ser la de las propias insignias otorgadas
al Excelentísimo Señor Presidente Leguía, quien, en señal de cortesía y
consideración especiales, encomendó al Plenipotenciario Veloz Goiticoa, al irse
a despedir en uso de licencia temporal, entregarlas personalmente en Caracas al
Señor General Juan Vicente Gómez.
(Publicado en el
Periódico “El Nuevo Diario”, el 19 de
agosto de 1923).
LA OPINIÓN DEL SOBRINO DEL MARISCAL SUCRE, DON J. M. BETANCOURT SUCRE, CÓNSUL DE VENEZUELA EN ESPAÑA, SOBRE EL PRESIDENTE GÓMEZ EN 1923
Don J. M. Betancourt Sucre, Cónsul General de Venezuela en España, sobrino del Gran Mariscal de Ayacucho, General Antonio José de Sucre. (Revista España y América).
Afortunadamente, nunca han sido más cordiales nuestras relaciones, gracias al gran espíritu de confraternidad internacional que anima al General Gómez.
A bordo del vapor Buenos Aires, y presentado por el señor Cónsul de Venezuela en Andalucía, tuvimos la complacencia de conocer al nuevo Cónsul General de Venezuela en el Reino, Sr. J. M. Betancourt Sucre, del que solicitamos hacer una interviú, a lo que accedió enseguida, amablemente.
El distinguido funcionario venezolano es persona culta, caballerosa y cordial, perteneciente a la juventud intelectual de la joven República. Es sobrino del Gran Mariscal de Ayacucho, General Antonio José de Sucre. Ha desempeñado importantes Consulados en países de América y Europa, y habla varios idiomas. Se dirige a Barcelona, que es la residencia oficial de su importante cargo, y lo acompaña su estimable familia.
Adscrito sin reservas a la causa que ha realizado la rehabilitación y engrandecimiento de su patria, y unido al ilustre conductor de los destinos nacionales, General Juan Vicente Gómez, con vínculos de noble y leal partidarismo, nos habló con entusiasmo de la alteza de miras que ha guiado siempre los actos del Presidente Gómez y de cómo a su alto esfuerzo patriótico se ha hecho sólida y extraordinaria la situación económica, progresista y moral de la República. El Cónsul nos dijo:
La paz en Venezuela es completa, inconmovible. Tiene bases de convencimiento absoluto en la conciencia del pueblo, que la ama y la venera como a la suprema divinidad de las naciones. La defiende, además, el brazo potente y la voluntad férrea del General Gómez, que está hoy en el pleno goce de su salud y energía.
A una pregunta nuestra sobre la enfermedad que aquejó en meses pasados al eminente gobernante, nos responde, amable:
La salud del General Gómez es hoy mejor que nunca. Como siempre ha acostumbrado, trabaja doce horas diarias en su despacho, atendiendo a todos los ramos de la administración. Recorre a caballo la pintoresca ciudad de Maracay, en donde gusta residir y que a él se lo debe todo, e inspecciona los cuarteles, que dicho sea de paso, están a la altura de los mejores de Europa.
Nosotros nos hacemos eco de los elogios que ha merecido el Ejército venezolano, y el señor Cónsul nos dice, vibrante de satisfacción:
El Ejército, es una entidad de la cual está orgullosa la República. Es obra exclusiva del General Gómez y de su hijo el joven y denodado General José Vicente Gómez, quien como su ilustre padre, es ídolo del Ejército.
¿Los caudillos han desaparecido enteramente del país?, preguntamos.
En absoluto. Terminó con ellos la política conciliadora, unificadora, eminentemente nacional del General Gómez. Su lema salvador de Patria y Unión fue la bandera, la efectiva y leal concordia de la familia venezolana. Recientemente se ha reunido un grupo de estos desprestigiados, desmoralizados caudillos, y ha lanzado una alocución pintoresca que ha sido acogida con unánime protesta en el país. A estos pobres señores no se les toma en serio y sólo risa y desprecio ha producido "su compactación" en tierras extrañas.
Se nos ha dicho que es prodigiosa la producción petrolífera en Venezuela...
Sí, señor, esa es la palabra, prodigiosa. Los yacimientos son inmensos, y en ciertos puntos, como en Maracaibo, han alcanzado proporciones extraordinarias. Además, la ley que rige la exploración y explotación es muy liberal, y atrae a los capitalistas extranjeros. Se acaba de formar una Compañía con un capital de 25 millones, formada por elementos del país y con el infatigable señor D. Roberto Ramírez a la cabeza. Con este motivo reina gran entusiasmo en toda la República. El porvenir de Venezuela es verdaderamente grandioso. Sí, como es admirable su actual florecimiento.
La situación financiera de Venezuela es la mejor de la América del Sur. El Gobierno tiene en Caja, en oro, 65.000.000 de bolívares, y el bolívar es hoy de las primeras monedas en el mercado mundial. La deuda nacional se ha reducido en un 60 por 100, y el país está todo atravesado de carreteras amplias que, partiendo desde La Guaira hasta Apure, y desde Caracas hasta los Andes, llegan hasta la frontera de Colombia.
¿Fue muy sentido en el país el atentado de que fue víctima el primer Vicepresidente?
Muchísimo. Produjo verdadera consternación y justa y general protesta. Al finado General D. Juan C. Gómez se le quería en extremo. Era bueno, tranquilo, demócrata, y sólo se complacía en ser útil a todos. Las distintas clases sociales lo querían por igual; lo mismo los altos personajes de sociedad que los hijos del pueblo. El homenaje que le rindió la clase obrera fue verdaderamente grandioso. Una manifestación del alma, popular de Caracas a su querido y liberal Gobernador.
¿Y qué planes trae usted, Sr. Betancourt?
Los de los leales servidores de la Patria y de la causa. Servir con lealtad, con desinterés y con patriotismo los grandes intereses de mi país. Cooperar con nuestro Ministro, el ilustrado y concienzudo diplomático doctor José Ignacio Cárdenas, y con mis compañeros en la carrera, en todo lo que se relacione con el acercamiento comercial de España y Venezuela.
Afortunadamente, nunca han sido más cordiales nuestras relaciones, gracias al gran espíritu de confraternidad internacional que anima al General Gómez y al tacto sabio del actual jefe de la Cancillería, el doctor Pedro Itriago Chacín, quien es el mejor intérprete que ha tenido mi Gobierno en las grandes ideas de la causa.
Suena una campana invitándonos a abandonar el vapor y nos disponemos a despedirnos del Sr. Betancourt, quien a modo de encargo cordial, que con gusto cumplimentamos, nos dice:
Saludo en usted muy atentamente a la prensa de España y le ruego presente mis respetos a las autoridades de la provincia.
Cuando nos disponemos a ganar las escalas, pasa junto a nosotros el Sr. D. Antonio Vives, capitán del buque, y el Sr. Betancourt nos dice:
Excelente persona el capitán. Le estoy agradecido a sus muchas atenciones. Yo felicitaría a la Compañía Trasatlántica, por tener empleados como éste.
A poco
partía el Buenos Aires, luciendo como una bandera gris su penacho de
humo…
EDUARDO DE ORY
(Publicado en la Revista "España y
América", 1 de Octubre de 1923).
EL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA
Considerando:
Que el 9 de diciembre de este año 1924 cúmplese la primera centuria de
la Batalla de Ayacucho;
Considerando:
Que la victoria obtenida en tan preclaro hecho de armas por el indigne
Lugarteniente del Libertador, Antonio José de Sucre, al consumar
definitivamente la Emancipación de la América Española, enalteció a Venezuela
con renombre imperecedero;
Considerando:
Que el vencedor engrandeció su triunfo con el tratado que, por su
magnanimidad, es timbre esclarecido de la raza y obra culminante de sus dotes
egregias de estadista;
Considerando:
Que es un deber perpetuar la memoria de los acontecimientos y de los
héroes que han hecho famoso el nombre de la Patria,
ACUERDA:
Artículo 1°. En armonía con los altos
propósitos del Ciudadano General Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional
de la República, adherirse al Ejecutivo en la conmemoración de la magna
epopeya.
Artículo 2°. Erigir un monumento conmemorativo
en esta capital en homenaje a la gloriosa batalla, al Mariscal de Ayacucho y a
los Ejércitos bajo el comando supremo del Libertador.
Artículo 3°. Dedicar a Cumaná un mármol
artístico que eternice la gratitud del Congreso al hijo epónimo de la ilustre
ciudad.
Artículo 4°. Enviar copia caligrafiada de estas
disposiciones a los Congresos de las demás Repúblicas Bolivianas en testimonio
de fraternidad.
Artículo 5°. Autorizar al Ejecutivo Federal
para la realización de los actos a que se contraen los artículos 2° y 3° del
presente Acuerdo.
Dado en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas, a los tres días del
mes de julio de mil novecientos veinticuatro. Año 115° de la Independencia y
66° de la Federación.
El Presidente,
Carlos F. Grisanti.
El Vice-presidente,
Samuel E. Niño.
Los Secretarios,
Carlos Sardi.
Pedro J. Araujo.
(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 5 de julio de
1924).
Estatua del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, realizada por el escultor venezolano Lorenzo González en 1922.
CELEBRACIÓN DEL CENTENARIO DE LA BATALLA DE AYACUCHO
DECRETO PRESIDENCIAL
VENEZUELA SE ASOCIA FRATERNALMENTE A LOS FESTEJOS DEL PERÚ
General Juan Vicente Gómez,
Presidente Constitucional de los Estados Unidos de Venezuela,
Considerando:
Que la República del Perú celebrará con fiestas solemnes el primer
centenario de la Batalla de Ayacucho, la cual aseguró, con la independencia de
aquel país, la del continente hispanoamericano;
Que el Excelentísimo Señor Presidente de la República del Perú ha
invitado al Presidente Constitucional de Venezuela a concurrir a las fiestas
personalmente; y de no ser esto posible, a hacerse representar especialmente en
ellas;
Que la Batalla de Ayacucho constituye, a la vez que una gloria de
Venezuela, que aportó a la campaña libertadora, hasta el Tratado con que
magnánimamente concluye, el esfuerzo de sus soldados, el genio de Bolívar y las
virtudes políticas y militares del General Antonio José de Sucre;
En uso de las facultades que le confiere la atribución 8ª del artículo
79 de la Constitución Nacional y de acuerdo con lo previsto en la Ley Orgánica
del Servicio Diplomático,
DECRETA:
Artículo 1º. Venezuela, que se dispone a la
celebración en su territorio del Centenario de la Batalla de Ayacucho, se
asocia de manera fraternal a la República del Perú en los regocijos y festejos
con que se conmemorará dicho Centenario en la ciudad de Lima.
Artículo 2º. El Presidente Constitucional de
Venezuela será representado por un Embajador Especial, en cuyo séquito habrá de
tener representación adecuada, el Ejército Nacional, así como las ciencias, la
diplomacia y las letras venezolanas.
Artículo 3º. Se ofrendarán a la República del
Perú tres palmas de bronce y oro destinadas a fijarse de modo perdurable en
monumentos, o sitios adecuados que perpetúen en ella la gratitud al Libertador
y a los Próceres vencedores en Ayacucho, para que sirvan a la vez como recuerdo
permanente de la ocasión ilustre en que combatieron juntos por la libertad del
Perú y de la América los soldados de ambas naciones.
Artículo 4º. La espada que el Perú dedicó al
Libertador y que se conserva en el Museo Boliviano de Caracas, será conducida a
Lima y exhibida durante las fiestas como testimonio de la gratitud manifestada
por el Perú a su Libertador.
Artículo 5º. Se pedirá al Concejo Municipal del
Distrito Federal el permiso necesario para trasladar a Lima y exhibirlo también
allí como símbolo de la comunidad de glorias de España y sus hijas de América,
el pendón que Pizarro llevó a la conquista del Perú y el cual donado en el
Cuzco al Mariscal de Ayacucho y ofrendado por éste a Bolívar, fue luego
dedicado por el Libertador a la ciudad de Caracas.
Artículo 6º. Se dictarán por Resoluciones
especiales las medidas necesarias para que la representación de la República en
las fiestas de Lima corresponda a la solemnidad de la ocasión gloriosa y a la
cordial invitación del Perú.
Dado, firmado, sellado con el Sello del Ejecutivo Federal y refrendado
por el Ministro de Relaciones Exteriores, en el Palacio Federal, en Caracas, a
los cinco días del mes de agosto de mil novecientos veinticuatro. –Año 115º de
la Independencia y 66º de la Federación.
(L.S.)
J. V. Gómez.
Refrendado,
El Ministro de Relaciones Exteriores,
(L.S.)
P. Itriago Chacín.
(Publicado en el periódico “El Nuevo Diario”, el 6 de agosto de 1924).
El 6 de agosto de 1924, se celebró el acto solemne en el Palacio de
Relaciones Exteriores, con motivo de haberle entregado el Honorable señor César
Elejalde Chopitea, Encargado de Negocios del Perú, la Gran Cruz del Sol del
Perú, con que el Gobierno de aquella República, condecora a los señores General
José Vicente Gómez, Vicepresidente de la República e Inspector General del
Ejército; señor doctor Pedro Itriago Chacín, Ministro de Relaciones Exteriores,
y señor doctor Enrique Urdaneta Maya, Secretario General del Presidente de la
República.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 9 de agosto de 1924).
Excelentísimo señor Ernesto de Tezanos Pinto, quien ha llegado a Caracas
con el alto carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de
la República del Perú en Venezuela.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 9 de agosto de 1924).
UNA OBRA SOBRE SUCRE
Retrato del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, obra del pintor venezolano, Arturo Michelena, que se encuentra en la Cámara del Senado de la República de Bolivia y reseña de la publicación del libro sobre la obra del Mariscal Sucre, escrito por el profesor Guillermo A. Sherwell. Año 1924.
Remitida por el ciudadano Ministro de Instrucción Pública, hemos
recibido la notable obra que acerca de la ilustre figura del Mariscal Sucre, ha
escrito en inglés el notable profesor Guillermo A. Sherwell, quien estuvo en
Venezuela en acopio de datos para su estudio.
La obra ha sido escrita con motivo del próximo centenario de la jornada
de Ayacucho, en que la espada de Sucre selló el proceso de la Independencia
Suramericana, y que el profesor compara con la batalla de Lexington con que
terminó la Independencia de la gran Nación del Norte.
Trae la obra del profesor Sherwell el retrato que de Antonio José de
Sucre pintó Arturo Michelena, y cuyo retrato está en el Salón de la Cámara del
Senado de Bolivia.
Damos las gracias por el ejemplar recibido.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 16 de agosto de 1924).
Artística y lujosa copa de plata que ha ofrecido el señor General Juan
Vicente Gómez, Presidente Constitucional de la República, por mediación del
General Julio Hidalgo, Gobernador del Distrito Federal, "Al Caracas
Country Club", para que sea jugada por este elegante centro deportivo
durante los días del Centenario de Ayacucho.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 16 de agosto de 1924).
Durante las décadas de 1920 y
1930, la "Compañía Riccioli-Primavera", organizó un gran
número de espectáculos de variedades y operetas, con los que realizó giras por
toda Italia y América, destacando Venezuela, bajo los auspicios del Benemérito
General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República. La Compañía
Riccioli-Primavera era en ese momento la más famosa de Italia en el género de
la opereta.
Cav. Uff. Guido Riccioli, Director propietario y actor cómico de la
Compañía de Opera Cómica y Opereta Riccioli y Nanda Primavera, que harán la temporada de las
fiestas del Centenario de la Batalla de Ayacucho, en el Teatro Municipal, de
Caracas, Venezuela. El caballero
Riccioli es bastante conocido en el mundo artístico por su gran preparación
para conducir empresas de esta naturaleza, y la que lleva su nombre, trabajando
actualmente en los principales teatros de Italia, goza de fama por el renombre
de las partes que la componen y por el lujo incomparable con que monta las
obras.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 16 de agosto de 1924).
EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DISPONE LA ADQUISICIÓN DEL INGENIO
“BOLĺVAR”, QUE FUE PROPIEDAD DEL LIBERTADOR Y DONDE SE CONSUMÓ EL GLORIOSO
SACRIFICIO DE RICAURTE.
El Ingenio Bolívar, en San Mateo, Estado Aragua. Se observa la estatua del héroe neogranadino, Antonio Ricaurte, erigida por mandato del General Juan Vicente Gómez.
GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ,
Presidente Constitucional de los Estados Unidos de Venezuela,
Decreta:
Artículo 1º. Adquiérase por compra para la Nación,
el ingenio “Bolívar”, propiedad del señor Francisco Rodríguez Zumbado, ubicado
en San Mateo, Distrito Ricaurte del Estado Aragua, por el precio de
cuatrocientos cincuenta mil bolívares (Bs. 450.000); cantidad que con los demás
gastos que esta operación ocasione, se imputará al “Crédito Adicional para la
Celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho”, expedido el 27 de agosto
de 1924.
Artículo 2º. La mencionada cantidad se pondrá a
disposición del Procurador General de la Nación para que proceda a efectuar la
compra convenida, en nombre y representación de los Estados Unidos de
Venezuela; adscribiéndose dicho inmueble a los Bienes Nacionales del Ministerio
de Relaciones Interiores.
Dado, firmado, sellado con el Sello del Ejecutivo Federal, y refrendado
por los Ministros de Relaciones Interiores y de Hacienda, en el Palacio
Federal, en Caracas, a 14 de septiembre de 1924. –Año 115º de la Independencia
y 66º de la Federación.
(L. S.)
Juan Vicente Gómez.
Refrendado.
El Ministro de Relaciones Interiores,
(L. S.)
F. Baptista Galindo.
Refrendado.
El Ministro de Hacienda,
(L. S.)
M. Centeno Graü.
REPRESENTACIÓN DE VENEZUELA QUE VIAJÓ AL PERÚ CON MOTIVO DE LA
CELEBRACIÓN DEL CENTENARIO DE LA BATALLA DE AYACUCHO EN 1924
Representantes de la Embajada de Venezuela ante el Perú: Excelentísimo
Doctor Pedro Manuel Arcaya, Embajador del Gobierno de Venezuela ante el Perú;
Doctor Luis Churión, Secretario de la Embajada; Monseñor Doctor F. A. Granadillo,
Obispo de Valencia; Doctor Santiago Key Ayala, Secretario de la Embajada y
Manuel Norberto Betancourt Aristeguieta, Agregado Civil.
Integrantes de la Misión Militar: General Eleazar López Contreras,
Comandante de la 1° Brigada; Teniente Coronel de Infantería, Juan Pablo López
Centeno; Coronel Mariano López Méndez, Director de la Marina en el Ministerio
de Guerra; Teniente Aviador Manuel Ríos; Capitán Aviador Carlos Meyer Baldó,
Oficial del Estado Mayor; Arturo Bruzual Bermúdez, Teniente de la Escuela Militar
y los Oficiales, Olegario Peralta y Diógenes Morales.
Aspecto del Monumento a los Héroes de Ayacucho durante la visita de la Misión Militar Venezolana. Grupo de habitantes de Quinúa ante el el mismo Monumento, en el Campo de Ayacucho, Perú.
SUNTUOSO TÉ OFRECIDO POR LA EMBAJADA DE
VENEZUELA EL 19 DE DICIEMBRE DE 1924 EN HONOR DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.
Fiesta del 19 de diciembre de 1924. Entrada del Presidente Augusto B. Leguía y sus Ministros a la Fiesta. Reciben el Embajador de Venezuela, Doctor Pedro Manuel Arcaya y su señora, acompañados de los miembros de la Embajada de Venezuela en Perú.
FIESTA INTERESANTE
Fiesta ofrecida por el Embajador de Venezuela en Perú, Excelentísimo Doctor Pedro Manuel Arcaya, el día 19 de diciembre de 1924, en honor al Presidente del Perú, Excelentísimo Señor Augusto B. Leguía.
De tal puede calificarse la fiesta que ayer
ofreció en el restaurant del Parque Zoológico y en parte de los jardines del
mismo, la Embajada de Venezuela, que preside el Excelentísimo señor Pedro
Manuel Arcaya.
En todos los detalles se podía observar que nada
había sido omitido para que la fiesta alcanzara éxito singular.
Bajo la dirección de los miembros mismos de la
Embajada, se llevó a cabo el arreglo del local, que era de un gusto primoroso.
El gran comedor de cristales, convertido en
amplia sala de baile, estaba hermosísimo. La techumbre, las columnas que las
sostienen y la galería destinada a la orquesta, lucían multitud de focos
eléctricos con los colores blanco y rojo de la bandera peruana, en unos lugares
y, en otros, amarillo, azul y rojo, imitando a los de la bandera venezolana.
Artísticas guirnaldas de flores acompañaban el adorno de luces, dando en
conjunto un precioso aspecto.
Todos los árboles ofrecían entre la espesura de
sus ramas foquitos de luz de diversos colores. El pino que se levanta al centro
y que es de una altura considerable, había sido íntegramente iluminado y
ofrecía sugestivo aspecto. Circundando el jardín se habían colocado farolitos
chinos de color blanco y rojo, que estaban iluminados eléctricamente. Tomadas
de cada árbol habían guirnaldas de foquitos eléctricos y flores luciendo, unas,
los colores de Venezuela, y otras los del Perú. En la arquería de las galerías
que circundan el grato salón, se había hecho idéntico arreglo de luces y
flores.
En la puerta del gran salón recibían a los
invitados, miembros de la Embajada y los de la comisión de actuaciones
designada por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Dentro del salón
saludaba a los invitados que iban llegando el Embajador, Excelentísimo señor
Pedro Manuel Arcaya, a quien acompañaba entre otros, el Ministro de Venezuela,
Excelentísimo señor, Rafael Villanueva Mata y su familia.
Entre los concurrentes se encontraban el
Presidente de la República, señor Augusto B. Leguía; sus Ministros y Casa
Militar, los Presidentes de las Cámaras Legislativas, los jefes y miembros de
las Embajadas extraordinarias, Cuerpo Diplomático permanente y considerable
número de familias de nuestra sociedad.
A los acordes de dos orquestas instaladas en
sitios convenientes y de la banda de música del Regimiento Guardia Republicana,
que se había situado en el jardín, la numerosa concurrencia danzó animadamente
hasta las doce de la noche, más o menos.
(Diario "El Comercio", Lima, 20 de diciembre de 1924).
(Publicado en la
Revista "Billiken", el 7 de febrero de 1925).
EL BAILE EN EL GRAN HOTEL BOLIVAR DE PERÚ
Se realizó anoche, 19 de diciembre de 1924, en el Gran Hotel Bolívar, el
suntuoso baile que en honor al Presidente de la República, señor Augusto B.
Leguía, ofrecía el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en Misión
Especial de Venezuela, doctor Pedro Manuel Arcaya y su señora.
Grandísimo en todos sus detalles y elegantísimo en conjunto, estuvo el
baile venezolano que ha sido, sin duda alguna, una de las fiestas más fastuosas
con las que se ha celebrado el Centenario de Ayacucho.
Sobre la puerta de entrada que mira hacia la Plaza San Martín, se habían
instalado dos grandes banderas iluminadas, que ostentaban los colores del Perú
y de Venezuela, y en medio de ellas una gran estrella eléctrica.
En los salones destinados al baile, de por sí hermosos y elegantes, como
lo es en general la construcción del Hotel Bolívar, se había hecho derroche de
buen gusto y arte, las grandes columnas que se levantan a lo largo del salón,
habían sido elegantemente vestidas con guirnaldas y de diáfanas flores y
pequeños foquitos con los colores de la bandera de Venezuela y siendo ello lo que
privaba en el decorado general.
En las galerías que existen a un extremo y otro del salón y que están
dedicados a la orquesta, se ostentaba en una, en gran tamaño, el retrato de
Bolívar, y en otra, el de Sucre, ambos circundados con cadenas de flores y foquitos
miñón con los colores venezolanos.
En lugar central de los corredores, se lucía un escudo de flores de la
República de Venezuela, que por lo bien trabajado, por lo admirablemente bien
combinado los colores de las flores y por la riqueza de detalles que en la
confección se observaba, arrancó vivos elogios, se puede decir a toda la
concurrencia, pues casi no hubo persona que no se acercara a contemplarlo.
Lleno de buenos comentarios así lo reseñaron los medios impresos
peruanos "El Comercio", "El Tiempo" y "La
Crónica", entre otros.
El 25 de diciembre de 1924, la Misión Militar Venezolana ofreció un
Banquete a los representantes del Ejército de Perú; y el día 26 de diciembre de
1924, el personal superior de los oficiales del Perú, obsequió a la Misión
Militar Venezolana, en la ciudad de Lima, Perú.
(Publicado
en la Revista "Billiken", el 14 de febrero de 1925).
RECUERDOS DEL CENTENARIO
CRÓNICAS DE LIMA
EL 19 DE DICIEMBRE
El Doctor Pedro Manuel Arcaya, Embajador Extraordinario de Venezuela en Perú, en la entrada del Palacio de Gobierno del Perú, durante la celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1924.
Las primeras claridades de este día glorioso se extendieron sobre un
cielo diáfano, completamente despejado. Un día como para servir de digno marco
a los grandes festejos rememorativos de la batalla de Ayacucho.
Lima, la ciudad opulenta del Inca, la ciudad linajuda y aristocrática de
los Virreyes, se prepara en espíritu y en carne a lucir el tesoro más preciado de sus joyas, de sus perfumes y de sus flores.
Entre un grato rumor de entusiasmo, que parece
recorrer la ciudad entera, se oyen las primeras fanfarrias. La ciudad se
prepara y se adorna con sus mejores arreos. Por las calles pasan los bravos
granaderos peruanos, luciendo gallardo uniforme gris de penacho rojo, que van a
rendir homenaje a los héroes. Y también los jinetes, fuertes y bronceados,
sobre altos, majestuosos caballos. Son los húsares que, mientras avanzan,
graciosamente hacen ondular, en el mástil de sus lanzas, los gloriosos colores
de la bandera peruana.
Los pífanos marciales, ya robustos como
clarinadas de batalla, ya acompasados como cadencias de himnos, se van alejando
ante un rumor de veneración y de cariño. El cariño de este pueblo, fuerte y
heroico, devoto de sus tradiciones, que ve en los festejos de hoy revivir el
más grande de sus triunfos, así como el de todos sus hermanos de la América.
La multitud hierve en las calles y en las
plazas. Los salones de Lima tienen toda la suntuosidad de las cortes
virreinales. De todo el orbe, y especialmente de todo el continente, han venido
multitud de personas. Brillantes Embajadas representan dignamente sus
respectivas nacionalidades. Ilustres hombres de ciencia y de letras, eximios
poetas y estadistas vinieron a compartir la unánime alegría del pueblo
americano. Y un sentimiento que puso una lágrima en el corazón de todos: el
gran poeta Rabindranath Tagore, que nos traía de la India, personalmente, toda
la inspiración de su glorioso cetro, no pudo llegar a su ansiado destino.
El General Eleazar López Contreras, Jefe de la Misión Militar Venezolana, muestra espada que el Perú regaló al Libertador Simón Bolívar y que fue exhibida en Lima, durante el Centenario de la Batalla de Ayacucho. Año 1924.
Cien mil personas desfilan hacia la plaza, donde
va a inaugurarse el bronce del Gran Mariscal; y el desfile se hace majestuoso,
bajo el brillo de un sol reverberante, entre músicas marciales y ondular de
banderas.
Ha llegado la hora solemne de la gratitud nacional.
El Perú brinda en este momento su sonrisa más armoniosa, porque se siente
complacido de su obra de glorificación, porque deja cumplido un sagrado deber
escrito con la sangre de sus mártires y el valor de sus hermanos. Cuando el
Presidente Leguía, con mano trémula de emoción descubre el bronce egregio, de
cien mil bocas brota un grito de entusiasmo, y entrelazados vibran por largo
rato en el espacio los nombres de Venezuela y del Perú. Las notas heroicas de
nuestro himno nacional vibraron en nuestro espíritu como campanadas gloriosas.
Ante la ecuestre figura del héroe se inicia un
desfile marcial imponente: allá van los cadetes del negro penacho, rectos y
erguidos, que vinieron de la nación que fue acendrada hija del Libertador,
Bolivia; le siguen los gallardos granaderos del casco rojo y penacho blanco,
que vinieron de la tierra del gran San Martín; en seguida marchan, serios y
airosos, los bravos marinos del país de Lincoln y de Washington; los brillantes
marinos argentinos, los disciplinados cadetes de la Escuela Militar de
Chorrillos, los cadetes de la Escuela Naval de La Punta; y cerrando el desfile,
los gallardos infantes y jinetes del Perú, las Escuelas de Aviación y de
Artillería, a cuyo paso la figura de bronce del Mariscal parecía que tomaba movimiento,
y su rostro se iluminaba como en un sueño de gloriosa resurrección.
Agustín Villanueva.
Lima, diciembre de 1924.
(Publicado en la Revista "Billiken",
el 7 de febrero de 1925).
En el brillante discurso pronunciado por el Embajador de Venezuela,
doctor Pedro Manuel Arcaya, en el acto inaugural de la estatua del Gran
Mariscal de Ayacucho en Lima, Perú, para finalizar, expresó: "Apropiado
testimonio de la gratitud a Sucre de la noble República peruana, en este
hermoso monumento que habéis erigido, Excelentísimo Señor Presidente. En
Venezuela, como en toda la América, se recibirá con júbilo y reconocimiento la
noticia de este acto justiciero. Él honra, Señor, vuestra brillantísima
Administración.
El Señor Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de Venezuela y
admirador como vos de las glorias de nuestros libertadores, desea que estas
palmas de bronce queden adheridas a este mismo monumento como un recuerdo de la
patria de Sucre que las ofrece a la memoria del hijo que tanto renombre le ha
dado. Así pues, representando al Señor General Gómez, hago formal dedicatoria
de ellas".
(Publicado en la Revista "Billiken", el 7 de febrero de 1925).
Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, siendo la más grande
localidad del Estado, fue fundada el 9 de diciembre de 1924 por el
ingeniero-geólogo Santiago Aguerreverre, en conmemoración del centenario de la
Batalla de Ayacucho.
LA FERIA DEL CENTENARIO DE LA BATALLA DE AYACUCHO
Con inusitado entusiasmo Caracas se prepara a contribuir con su jovial y
espontáneo entusiasmo a la Feria que en la plazoleta y alrededores del Nuevo
Circo se celebrará con motivo del próximo Centenario de Ayacucho, inaugurándose
el 6 de diciembre y clausurándose el 6 de enero próximo.
Además de las dependencias que en esta Feria estarán destinadas a
novedosas atracciones, ocupará en ella un lugar importante la exposición de
productos nacionales, como también la de ganado vacuno y caballar y otros
ejemplares de nuestra fauna.
Las Empresas nacionales se han apresurado a reservar las casetas
respectivas en que exhibirán sus productos. Esta exposición amplia y dignamente
representada de todo cuanto justicieramente triunfa en nuestra Patria, será un
índice incontrovertible del progreso y desarrollo alcanzados por Venezuela, al
amparo de los dones fructíferos de la paz y el trabajo.
No dudamos de que la alegría caraqueña, siempre dispuesta a prodigar las manifestaciones de su exquisita espiritualidad, hallará en esta Feria grato motivo de culto esparcimiento.
Espectáculo nuevo, al estilo de los de su clase que se celebran en
España, que se instalará en el Nuevo Circo y terrenos adyacentes, durante los
festejos conmemorativos del CENTENARIO DE LA GLORIOSA BATALLA DE AYACUCHO.
Bajo los valiosos auspicios del Excelentísimo señor General Juan Vicente
Gómez, Presidente Constitucional de la República.
Inauguración el 6 de diciembre. Clausura, el 6 de enero.
Exposiciones de Agricultura, Ganadería y toda clase de Industrias y
Comercio.
Multitud de variadas diversiones y atrayentes espectáculos, tales como
Carrouseles, Columpios, Toboganes, Onda Giratoria, Rueda del Diablo, Látigo,
Tiros al Blanco, Laberintos, Restoranes al aire libre, "Dancing
Hall", lujosamente instalado, bailes aristocráticos, bailes populares,
funciones de variedades, con atrayentes programas y diversiones para niños.
Solicite el Reglamento y detalles para instalaciones, en las oficinas de
la Comisión organizadora de la Feria.
Pedrera a Marcos Parra 32, o en el Nuevo Circo teléfonos 655 y 2.405.
En el Mensaje que el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela dirigió al Congreso Nacional en 1925 señaló lo siguiente:
"El 6 de agosto se cumplieron cien años de la Batalla de Junín, donde el Libertador selló su carrera de insigne Capitán, y el 9 de diciembre fue el Centenario de Ayacucho, donde quedó asegurada para siempre la independencia de América. El Gobierno declaró fiestas nacionales ambas fechas, fueron celebradas con toda pompa en la República. Entre los actos realizados en el último centenario merecen especial mención la compra para la Nación del Ingenio Bolívar en el Campo de San Mateo, glorificado por el sacrificio de Ricaurte. También la inauguración en Maracay del Instituto de Beneficencia para niños abandonados; y me es grato informaros que muy pronto será inaugurado el Instituto para las niñas pobres, pues ya están a salir de Europa las Hermanas Benedictinas que vienen a regentarlo".
"Son por demás satisfactorias las consideraciones que inspira el estado actual de nuestras relaciones exteriores. En el año transcurrido, no sólo hemos conservado la excelente situación internacional que venimos ocupando desde hace años, sino que se han reforzado los vínculos cordialísimos existentes entre Venezuela y los demás países.
Invitado por el Gobierno de la República del Perú a concurrir a la celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho, cortesía que debo al Excelentísimo Señor Don Augusto B. Leguía, Presidente de aquella Nación, nombré Embajador al Doctor Pedro M. Arcaya, quien se encontraba como Ministro de Venezuela en Washington, y éste en compañía del personal de la Embajada recibió de aquel Gobierno altos honores y muy gratas impresiones del pueblo peruano, quien conserva intacto el culto a Bolívar y un cariño fraternal por los venezolanos. La Embajada correspondió debidamente a las atenciones recibidas".
J. V. GÓMEZ.
Caracas, 25 de abril de 1925.
EL CENTENARIO DE AYACUCHO EN VENEZUELA
Estatua Ecuestre del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, en
Maracay, Estado Aragua, erigida y colocada en lugar preferencial, al lado del
Cuartel que lleva su glorioso nombre, por expreso deseo del Benemérito General
en Jefe, Juan Vicente Gómez.
Está circulando esta importante publicación, editada con esmero
tipográfico en la "Litografía del Comercio". La compilación ha sido
hecha por nuestro muy querido colaborador y amigo, señor Luis Correa, quien ha
sabido presentar al público una síntesis admirable de los grandes festejos con
que el Gobierno y pueblo de Venezuela, unidos en un solo sentimiento
patriótico, celebraron la gran efeméride continental, vinculada con
resplandores eternos a la gloria de nuestro país. Mejor que todo comentario,
expresan la trascendencia de los actos verificados, con los que el General
Gómez supo corresponder, como ayer en Carabobo, a la noble herencia de los
Libertadores, las siguientes palabras preliminares del volumen:
Este libro complementa el que con el título de "Venezuela en las
Fiestas del Centenario de Ayacucho en el Perú" se publicó el 19 de abril
del corriente año.
El mismo fervor patriótico, el mismo sentimiento de veneración por los
Héroes de la Independencia que animó aquellas páginas, ennoblece y esmalta las
de esa publicación.
El Gobierno de Venezuela, presidido por el Benemérito General Juan
Vicente Gómez, se esforzó, realizándolo cumplidamente, en dar a los festejos
centenarios de la batalla de Ayacucho el esplendor y la alteza moral que demandaba el suceso,
cumbre de heroísmo y señal luminosa y eterna del derrotero que deben seguir los
pueblos libertados en aquel campo memorable.
Fue fortuna para nuestro país el que rigiera la República el hombre
fuerte, de corazón templado en el amor de las cosas grandes de la Patria, a
quien debe Venezuela el haberse presentado en paz ante el imperativo categórico
de los Libertadores, colmas las manos con los frutos de su suelo y atenta la
mirada hacia los horizontes de renovación que se dilatan y clavan, como una
garra poderosa, en las entrañas del futuro.
Sin menoscabo el territorio que nos legaron nuestros padres; en paz
dentro y fuera de las fronteras que nos trazara la previsión de los patricios
de 1811; resueltos los principales problemas que afrontara la República desde
su fundación en 1830; curados del mal de aventuras que nos llevara a solucionar
en los campos de batalla nuestras desavenencias familiares: en el goce de una
prosperidad insólita, fundada en los aciertos de una Administración leal, culta
y progresista; y amparados en nuestros derechos por la confianza ilimitada del
pueblo en las cualidades eminentes que ha moldeado la personalidad del General
Gómez, hasta destacarla con lineamientos precisos, en el vasto escenario de la
América, Venezuela y su Gobierno cumplieron con su deber ante la evocación de
aquellos fastos que el verbo y la espada de Bolívar y el corazón de acero y oro
de Antonio José de Sucre caldearon con un soplo de inmortalidad.
Circula esta publicación en un día Fausto para Venezuela: el 24 de
julio, fecha que señalaba en el tiempo, con un súbito resplandor diamantino el
natalicio del Libertador, y que por una feliz coincidencia lo es también del
General Juan Vicente Gómez. Patria hermosa, cargada de marciales arreos como
una Amazona nos dio el primero; patria feliz, en donde los venezolanos de buena
voluntad se sientan al festín de la concordia, nos da hoy el segundo. ¡Qué
cobijada por el arco triunfal simboliza esta fecha, se levante inconmovible y
rútila como una estatua de bronce la gran Patria del Porvenir!
Luis Correa.
Caracas: 24 de julio de 1925.
Dentro de la celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho se erigieron los bustos del Mariscal Antonio José de Sucre, en Barcelona, Estado Anzoátegui; General Santiago Mariño, en Pampatar, Estado Nueva Esparta y de Miguel de Cervantes Saavedra, en la Plaza España, de Caracas.
Busto del Mariscal Antonio José de Sucre, de la ciudad de Barcelona, Edo. Anzoátegui, bajo la administración de Lino Díaz, hijo. Año 1924.
Busto del General Santiago Mariño, inaugurado en Pampatar, Edo. Nueva Esparta, durante las festividades del Centenario de la Batalla de Ayacucho. Año 1924.
Se inauguraron también, en la ciudad capital, el Museo Comercial, el puente "Ayacucho", la calle sur del Capitolio Federal y el teatro "Ayacucho". Se hicieron las reformas de los jardines y corredores del Capitolio Federal y se colocó nuevo mosaico y modernizó el sistema de cloacas y concreto de la Plaza Bolívar de Caracas.
Puente "Ayacucho" de la ciudad de Caracas, Venezuela. Erigido en el Gobierno del General Juan Vicente Gómez, con motivo del Centenario de la Batalla de Ayacucho. Año 1924.
Vista longitudinal del Puente "Ayacucho" de Caracas. Año 1924.
Nueva calle entre el Capitolio Federal y la Universidad Central, inaugurada por el Gobierno del General Juan Vicente Gómez, durante los festejos del Centenario de Ayacucho. Caracas, Venezuela. Año 1924.
Pavimentos de mosaico y concreto en los jardines del Palacio Federal, inaugurados por el Gobierno del General Juan Vicente Gómez, durante los festejos del Centenario de Ayacucho. Caracas, Venezuela. Año 1924.
Sitio donde se colocó la primera piedra del Monumento a Don Diego de Lossada en el Centenario de la Batalla de Ayacucho. Caracas, Venezuela. Año 1924.
El 12 de Marzo de 1913, el General Pedro José Rodríguez, presidente del Estado de Aragua, decretó la construcción de la Plaza Sucre de Cagua, con el diseño realizado por Don Rafael Hernández León, concluida esta obra se colocó el busto del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, el cual se encuentra en la actualidad en los pasillos de la alcaldía de la ciudad.
Teatro Ayacucho. Suntuosa inauguración. Sábado, 19 de diciembre de 1925. Al Público: "Al inaugurar este elegante edificio, construido bajo la experta dirección del notable arquitecto venezolano doctor Alejandro Chataing, y cuya hermosura corresponde a la brillante transformación llevada a cabo en nuestra capital por el espíritu progresista del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, y a quien debe Venezuela su actual florecimiento y las industrias su máximum de prosperidad, cúmplenos saludar de manera ferviente a él, protector del trabajo; al señor General José Vicente Gómez, Vicepresidente de la República e Inspector General del Ejército; a los Ministros del Despacho Ejecutivo; al ciudadano Gobernador del Distrito Federal; al señor doctor F. Baptista Galindo, Secretario General del Presidente de la República; al señor Prefecto del Departamento Libertador; al Honorable Cuerpo Diplomático; a la prensa de la capital y al distinguido público de Caracas, a quienes ofrecemos este centro de cultura y de arte".
Banda "Sucre" del Estado Trujillo, 17 de julio de 1925.
Bustos de Venezolanos Ilustres a la Biblioteca América en Buenos Aires (Argentina).
El General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, por
órgano de su Ministro de Instrucción Pública, Dr. Rubén González, remitió
cuatro (4) bustos del Precursor, Francisco de Miranda; del Libertador, Simón
Bolívar; del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, y de Andrés Bello. Buenos
Aires (Argentina). Año 1927.
Parque Ayacucho de Barquisimeto, Edo. Lara, con la imponente Estatua Ecuestre del Mariscal Antonio José de Sucre al centro, construido durante el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez. Año 1930.
Día de la inauguración del Parque Ayacucho en Barquisimeto, Estado Lara.
Obra realizada por el Gobierno del General Juan Vicente Gómez, el año 1930.
Impresionante multitud de personas acuden el día de la inauguración del Parque Ayacucho de Barquisimeto, Estado Lara. Obra realizada por el Gobierno del General Juan Vicente Gómez, el año 1930.
ALGUNAS ESTATUAS DEL MARISCAL SUCRE EN VENEZUELA:
El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, en compañía del General John J. Pershing, Ministros y otras personalidades visitando la Estatua del Mariscal Antonio José de Sucre, en El Paraíso, Caracas, Venezuela, el año 1925.
• Estatua Ecuestre del Mariscal Antonio José de Sucre. Autor: Lorenzo
González. Ubicación: Plaza Sucre, Avenida Sucre, Catia (Caracas). Bronce. 1922.
• Estatua del Mariscal de Ayacucho en Maracay (Edo. Aragua). 1923.
• Busto del Mariscal Antonio José Sucre en la ciudad de Barcelona (Edo. Anzoátegui).
Con motivo de la celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho. 1924.
• Estatua del Mariscal Antonio José de Sucre en Río Caribe (Edo. Sucre).
1925.
• Bustos de Venezolanos Ilustres a la Biblioteca América en Buenos Aires
(Argentina). El General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de
Venezuela, por órgano de su Ministro de Instrucción Pública, Dr. Rubén González,
remitió cuatro (4) bustos del Precursor, Francisco de Miranda; del Libertador, Simón
Bolívar; del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, y de Andrés Bello. Buenos
Aires (Argentina). 1927.
• Estatua al Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. El
Presidente del Estado Lara, Gral. Eustoquio Gómez, dispuso la construcción del
Parque Ayacucho, con la Estatua del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de
Sucre en el centro del mismo. Ubicación: Parque Ayacucho, Barquisimeto (Edo. Lara).
1930.
Estatua Ecuestre del Mariscal Antonio José de Sucre, en Cumaná, Estado Sucre, Venezuela.
Es bueno recordar que, previamente, durante el Gobierno del Benemérito
General Juan Vicente Gómez, se creó el Regimiento de Artillería Ayacucho N° 1,
en el año 1910. En el Mensaje Presidencial al Congreso Nacional, el 29 de abril
de 1913, el Benemérito General Juan Vicente Gómez expresó: "La Marina
Nacional ha sido aumentada con un crucero que lleva el nombre inspirador de "Mariscal Sucre" y fue adquirido en condiciones ventajosas para la Nación".
Regimiento de Artillería "Ayacucho" N° 1, creado por el Benemérito General en Jefe Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, el año 1910.
Vapor Mariscal Sucre.
VENEZUELA Y EL PERÚ
De La Voz del Pueblo, de Rimac (Perú) edición del 5 de julio de 1925.
Testigo presencial de las manifestaciones que de afecto y agradecimiento
a mi país se tributaron a raíz de la llegada a Caracas de la Delegación que
representó a Venezuela, en el Centenario de la Batalla de Ayacucho, no puedo
dejar de hacer público el cariño que a los peruanos se nos tiene en la patria
de Bolívar.
El primero y mejor amigo del Perú es el Benemérito General Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República, quien desde que fue recibida la invitación
del Perú, puso especial empeño en que la Delegación que se enviara a Lima
estuviera formada por los elementos de más valía con que cuenta la nación
hermana.
En esta labor le ayudó eficazmente su Secretario señor doctor F. Baptista
Galindo, caballero que tiene gran simpatía por el Perú; simpatía que en más de
una ocasión ha puesto de manifiesto.
Cuando el doctor Arcaya dio cuenta del resultado de su misión al
Benemérito General, éste manifestó públicamente su complacencia, sobre todo, al
saber que nuestro Presidente, señor Augusto B. Leguía, había hecho tantas
manifestaciones de simpatía a la misión, designándole lugar preferente en
nuestras grandes fiestas.
La impresión que la Delegación traía era brillante. Todos tenían frases
de alabanzas para las bellezas y recuerdos que la ciudad encierra para la
suntuosidad y grandiosidad de los festejos, y sobre todo, para la personalidad
genial del señor Presidente de la República, don Augusto B. Leguía, cuya
gentileza y genial inteligencia había cautivado las voluntades, siendo unánime
la opinión al considerarle como una de las figuras más importantes del
Continente Americano.
Como prueba de agradecimiento a las manifestaciones en honor de
Venezuela, hechas por el señor Leguía se dispuso que en el Museo de Bellas
Artes se colocara un cuadro con el retrato del Presidente del Perú, ya que él
había rendido el mayor homenaje que se ha tributado al inmortal Bolívar.
Tito Salas, el gran pintor venezolano, fue el encargado de la obra, y
pocos días antes de mi salida de Caracas se celebró con gran suntuosidad la
ceremonia de descubrir el cuadro.
Cuatro meses he pasado en Caracas, de mi estada en esa hospitalaria
tierra, no guardo sino gratísimos recuerdos y mucho agradecimiento, restándome
tan sólo agregar que desde el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente
de la República, su digno Secretario señor doctor F. Baptista Galindo y todos
los naturales del país sienten por los peruanos fraternal afecto.
Juan Leppiani.
(Publicado en el Periódico “El Nuevo Diario”, el 23 de agosto de 1925).
HONORES AL EMBAJADOR DEL PERÚ EN VENEZUELA
El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de Venezuela, acompañado del Excelentísimo Señor Doctor Pazos Varela, Embajador del Perú, en el Palacio de Miraflores. Año 1925.
Suntuosos fueron los honores y banquetes ofrecidos al Excelentísimo
Señor Embajador, doctor Pazos Varela, de la República del Perú en Venezuela.
Gran Banquete en Honor al Excelentísimo señor doctor Pazos Varela, Embajador del Perú, en el Palacio de Relaciones Exteriores, la Casa Amarilla, dado en nombre del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, el 8 de diciembre de 1925. Caracas, Venezuela.
El 9 de diciembre de 1925, lo pasó el señor Embajador del Perú, doctor
Pazos Varela, visitando la ciudad de Maracay, Estado Aragua, y ante los
progresos evidentes y desarrollo, de la mano providente del Benemérito General
Juan Vicente Gómez y ante la bella estatua que representa al Mariscal Sucre, el
Héroe de Ayacucho, ambos personajes hicieron patrióticas ofrendas de coronas, y
dejaron oír elocuentes frases de fraternidad y de fe en el porvenir.
Detalles del suntuoso almuerzo ofrecido por el General José Vicente Gómez, Vicepresidente de la República, acompañado de su esposa, Josefina Revenga de Gómez, al Doctor Pazos Varela y a su señora esposa, en su residencia de Los Teques, Estado Miranda.
El Excelentísimo Señor Doctor Pazos Varela, tras de los suntuosos
agasajos de que ha sido y continúa siendo objeto por parte del Gobierno
Nacional y de la sociedad de Caracas, se dirigió el miércoles, 9 de diciembre
de 1925, correspondiendo a la galante invitación del Benemérito General Juan
Vicente Gómez, Presidente de la República, a visitar las hermosas campiñas
aragüeñas y la modernizada ciudad de Maracay, a donde llegó el Embajador
después de haber admirado la amplia carretera que nos une con aquella urbe.
El Embajador en su feliz viaje se detuvo en el histórico pueblo de San
Mateo, donde entre relámpagos de gloria se inmoló Ricaurte, pues el señor Pazos
Varela quería rendir su tributo de filial reconocimiento, visitando la Casa del
Ingenio, donde transcurrieron los días infantiles de nuestro Libertador Simón
Bolívar.
El señor Embajador, acompañado del Teniente-Coronel Ignacio Andrade,
Presidente del Estado Aragua y de otras personalidades regionales, hizo su
entrada a Maracay en medio de las mayores y más simpáticas demostraciones de
entusiasmo.
El Excelentísimo señor Embajador del Perú, doctor Pazos Varela, durante su cordial visita a Maracay, Estado Aragua, acompañado por el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela.
En compañía del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la
República, el Embajador visitó la estatua del Mariscal Antonio José de Sucre, los Telares, el Lactuario y
otros edificios de Maracay.
Luego, en compañía del General José Vicente Gómez, Vicepresidente de la
República, marchó el Embajador Pazos Varela a visitar la inmortal llanura de
Carabobo, donde se expresó en altos y levantados términos.
Visita del Excelentísimo señor Embajador del Perú, doctor Pazos Varela, al glorioso Campo de Carabobo, en compañía del General José Vicente Gómez, Vicepresidente de la República e Inspector General del Ejército, el Presidente del Estado Carabobo, doctor Ramón H. Ramos y otras personalidades.
Valencia, la ilustre capital carabobeña, vistió de gala para recibir al
Embajador, y el señor Ramón H. Ramos, dignísimo Magistrado de Carabobo,
dispuso, al regreso del Embajador, un opíparo almuerzo en que reinó la máxima
cordialidad.
Aspecto del Banquete ofrecido en la ciudad de Valencia, Venezuela, por el señor don Ramón H. Ramos, Presidente del Estado Carabobo, al Excelentísimo señor Pazos Varela, Embajador del Perú. Aparece también, el General José Vicente Gómez, Inspector General del Ejército y otras altas personalidades.
A su regreso a Caracas, el Embajador se detuvo en el cercano burgo de
Los Teques, donde fue obsequiado por el General José Vicente Gómez, en la
elegante morada en que tempera la honorable familia del Vicepresidente.
El 13 de diciembre de 1925, se homenajeó al Doctor Pazos Varela, en el
club "Venezuela" de la ciudad de Caracas, con un suntuoso baile,
obsequio del señor Gonzalo Gómez y su señora esposa Josefina Leyba de Gómez
donde asistieron muchos invitados.
En Caracas, el 15 de diciembre de 1925, se realizó un elegante Banquete
en el Palacio de Relaciones Exteriores, en nombre del Benemérito General Juan
Vicente Gómez, Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, con una bonita
iluminación de la Casa Amarilla en su fachada y el intercambio de discursos
protocolares entre el Jefe de la Cancillería y el Embajador Especial del Perú.
El Excelentísimo doctor Varela Pazos visitó en Caracas: el Palacio de Miraflores, la Casa Amarilla, la Academia Militar en La Planicie, el Panteón Nacional, la Casa Natal del Libertador Simón Bolívar y el Hipódromo de El Paraíso, entre otros lugares.
LA GLORIA DE SUCRE
Perspectiva del Monumento al Gran Mariscal Antonio José de Sucre, según
proyecto y planos de Ricardo y Julio Alfonzo Rojas, que se erigirá en la ciudad
de Cumaná, cuna del Héroe, como homenaje de la "Sociedad Patriótica
Ayacucho" a la gloria del ilustre estratega que cerró en el Perú el
proceso de la emancipación continental. El Monumento, cuyos trabajos han
comenzado ya con entusiasta actividad, será inaugurado en la capital del Estado
Sucre, el próximo 9 de Diciembre de 1924, en que se cumple el centenario del
memorable, suceso de armas que selló la Independencia americana.
De Cumaná a Caracas, el 3 de febrero de 1926.
Las 8 hs. a.m.
Señor General J. V. Gómez.
La "Sociedad Patriótica Ayacucho" aprovecha la feliz
oportunidad de este día aniversario del natalicio del Mariscal Sucre, para
presentar a usted su más respetuoso saludo y poner bajo la decisiva protección
de usted la conclusión del monumento que se construye, en esta ciudad, cuna del
héroe, en conmemoración del Centenario de la Batalla de Ayacucho.
A pesar de todos los esfuerzos hechos por esta Sociedad, de la valiosa
ayuda que ya anteriormente obtuvimos de usted y de la contribución de
particulares, la fábrica del monumento está paralizada por carencia de fondos
suficientes, pues, en la actualidad sólo contamos con 1.000 bolívares en caja.
Espontáneamente nuestro distinguido amigo el doctor Carlos Sardi,
Presidente del Estado, ha ofrecido costear por cuenta del Gobierno regional el
mosaico necesario para la pavimentación del edificio, lo cual reduce la
cantidad requerida para su total terminación a unos Bs. 40.000.
Convencidos como estamos que poner los trabajos del monumento, bajo los
eficaces auspicios de usted, constituye su inmediata terminación, lo hacemos
hoy esperando que su actuación protectora a favor de nuestro propósito, unirá
más todavía en nuestra gratitud y en la del pueblo de Cumaná el nombre de usted
al del Gran Mariscal a cuya honra ha rendido ya el fervoroso patriotismo de
usted imperecedero homenaje, tanto en en el centenario de Ayacucho, como cuando
levantó en Maracay, frente al gran cuartel, la estatua del héroe para que el
Ejército tuviera en la visión del glorioso bronce el más acabado ejemplo de
disciplina y altas virtudes militares, como lo expresa usted en el brillante
Decreto respectivo.
Haciendo sinceros votos por su ventura y prosperidad personal, nos
repetimos de usted leales amigos y agradecidos compatriotas.
D. Ponce Córdova, E. Silva Díaz, Rafael Velásquez, Emilio Berrizbeitia, E. Badaracco Bermúdez, Alberto Saanabria, Paco Damas Blanco, Andrés A. Bruzual, Simón Núñez Ortiz, Manuel M. Fuentes, Octavio Rafael Neri, José Silverio González Varela, J. M. Urosa Ortiz, Henrique S. Berrizbeitia, José Rafael Rojas, J. Madriz Otero.
De los Morros a Cumaná, el 9 de febrero de 1926.
Las 5 hs. p.m.
Señores doctores D. Ponce Córdova y E. Silva Díaz, general Rafael
Velásquez, Emilio Berrizbeitia y demás firmantes.
Tengo por costumbre venir a estos lugares a buscar un poco de reposo a mis
diarias faenas y admirar a Dios en la naturaleza desde estos soberbios Morros
que fueron testigos de las épicas hazañas de la Independencia, y entre los
asuntos que me traje para considerar y resolver está el muy grato telegrama de
ustedes de fecha 3 de los corrientes y por el cual la "Sociedad Patriótica
Ayacucho" que ustedes dirigen aprovecha felicitarme en el día aniversario
del natalicio del Mariscal Antonio José de Sucre, el Grande hijo de la heroica
Cumaná.
Ya yo sabía por referencia de muchos cumaneses y también por las
fotografías que me han enviado, de la construcción de ese monumento
conmemorativo del Centenario de la batalla de Ayacucho, y el cual pone de
relieve el noble y patriótico esfuerzo de los habitantes de esa Entidad
Federal.
Por ello al pensar en ustedes en mí para la conclusión de la obra, tan
meritoria y útil para las generaciones venideras, lo han hecho muy bien, puesto
que en mi corazón está vivo el culto hacia los héroes, y especialmente, desde
mi juventud, la admiración por el ínclito varón que fue el prototipo de la
hidalguía del desprendimiento, de la lealtad y del amor más puro al Libertador.
En consecuencia, en esta misma fecha he dictado mis órdenes para que sea
puesta a la disposición del ciudadano doctor Carlos Sardi, Presidente de ese
Estado, la suma que ustedes solicitan y con la cual el Gobierno Nacional se une
al homenaje rendido al Mariscal en la ciudad gloriosa de su nacimiento por la
"Sociedad patriótica Ayacucho".
De ustedes amigo,
J. V. Gómez.
(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 10 de febrero
de 1926).
Lamentablemente, el fuerte terremoto ocurrido en Cumaná, el 17 de enero de
1929, destruyó en su totalidad la estructura del Monumento, que para la
fecha estaba bastante avanzado y próximo a terminarse para su inauguración como
el Museo Sucre.
En el Mensaje que el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela dirigió al Congreso Nacional en 1926 señaló:
"Se han mantenido cordiales las relaciones con los países amigos, y especialmente el Gobierno de Venezuela ha recibido con orgullo las participaciones que se le han hecho por los Gobiernos de la República Argentina, del Perú, Colombia y Ecuador y también de agrupaciones residentes en España y Francia, de erigir sendos monumentos a nuestro Libertador Simón Bolívar. La gloria del Grande Hombre es la mejor herencia de los venezolanos.
Singularmente grata fue para mi Gobierno la Embajada Especial que el del Perú envió a Venezuela, a cargo del distinguido hombre público Doctor Juan Francisco Pazos Varela, y con el exclusivo objeto de colocar en el Panteón Nacional una ofrenda en bronce con la siguiente inscripción: “El Perú a su Libertador”. Con ese acto, consecuencial de la celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho por aquella República, quedan una vez más unidos para siempre los inmortales nombres de Bolívar y Sucre".
J. V. GÓMEZ.
Caracas, 26 de abril de 1926.