(POR: "O SECULO DE LISBOA", 19 DE DICIEMBRE DE 1916).
Hace hoy
ocho años que una evolución política, marcó el día inicial del progreso de esta
gran República. Así se puede llamar el 19 de Diciembre, desde el famoso año de
1908, porque convirtió a Venezuela en un gran factor entre los países
americanos, gracias a su enorme desenvolvimiento económico, a su excelente
organización administrativa y a los extraordinarios recursos de toda naturaleza
que ofrece su suelo feraz a las sanas energías individuales y al capital que
busque amplia remuneración.
La magnífica
evolución política que se conmemora en este día fue realizada por un estadista
cuyo nombre se ha hecho famoso y justamente admirado en América y en Europa: el
General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República.
De este
ilustre General se puede decir que reúne todas las excelencias: sencillo de
carácter, austero de costumbres, recto de criterio, tenaz de propósitos, firme
y decidido en todo cuanto es pertinente a la grandeza de su patria, su
pensamiento es dominado por tres grandes ideales, que le dan todo su poder, su
gran prestigio moral, toda la popularidad y el cariño de que merecidamente goza
en su país: su respeto por el pasado, testimoniado en su devoción por los
héroes fundadores de su patria; su afán por el presente, del que es elocuente
testimonio la obra que admiran propios y extraños; y su anhelo por el porvenir,
que lo quiere plácido para su gran país, al que asegura hoy, con tesón
admirable, una amplia vida de paz y de labor proficua, merced a los sabios
métodos y procedimientos que en todo momento aplica al creciente desarrollo de
Venezuela.
Pero este
gran Magistrado no señala jamás por palabras su obra y sus actos, sino que lo
traduce por hechos tangibles, que todos pueden admirar y que perpetuarán su
nombre y su gloria en la propia grandeza por él creada a su país.
La actuación
del General Gómez en el Gobierno de su país se puede apreciar mejor, por tanto,
apuntando algunos datos sacados del mudo pero elocuente testimonio de las
estadísticas. Bastará sólo anotar lo que éstas indican en su comparación, del
año de 1908 con el que acaba de pasar, para que se pueda juzgar y estimar mejor
la gran obra realizada por el eminente estadista de que nos ocupamos.
El comercio
internacional de Venezuela que era de 132 millones, se elevó a 250 millones; la
Deuda interna se redujo de 67 millones a 46 millones; la Deuda exterior cuyo
monto era de 133 millones, está hoy reducida a 105 millones; más de 100 millones
se han invertido en empresas industriales desde 1909 a esta fecha, y todo
esto sin tomar en cuenta las grandes obras realizadas por los Ministerios de
Obras Públicas, de Fomento, de Guerra y Marina, etc., cuyo monto se eleva a
centenas de millones.
Y a esta
hora, cuando el mundo se encuentra tan hondamente perturbado, nos ofrece
Venezuela el espectáculo de un país que no ha alterado ninguno de los servicios
que corresponden al Gobierno y a una buena administración pública, llevando una
vida activa de trabajo, a la que le debe su progreso ininterrumpido y
creciente, su talón de oro flamante, que le permite tener cambios tan
excelentes como los de España; y Hacienda Pública floreciente, como lo
atestigua el hecho de disponer el Gobierno de sobrantes en las arcas nacionales
que se elevan a varios millones de francos.
Tal es la
Venezuela de hoy, o la nueva Venezuela, engrandecida por el brazo noble, fuerte
y patriota de su gran estadista, el señor General Juan Vicente Gómez.
(POR: "O SECULO DE LISBOA", 19 DE DICIEMBRE DE 1916).