Detalles de la Estatua de
Bolívar en la Plaza Mayor de Santiago de León de Caracas, tomados cuando se le
hacían las reparaciones que, por disposición del Benemérito General Juan
Vicente Gómez, le fueron hechas últimamente bajo la experta dirección del
laureado escultor Lorenzo González C., Director de la Escuela Nacional de Artes
Plásticas, quien aparece al lado del pedestal del monumento en la fotografía de
Juan A. Avilán.
Los deterioros de la estatua han sido subsanados al ordenar el
Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, durante un
paseo matinal a la Plaza Bolívar, la reparación del monumento.
El magnífico monumento en bronce que en la Plaza Mayor de Caracas se
alza a la memoria del Genio de la Libertad americana, acaba de ser objeto de
una seria reparación ordenada por el Gobierno Nacional del Benemérito General
Juan Vicente Gómez, la cual ha sido cuidadosamente ejecutada bajo la consciente
dirección del escultor Lorenzo González C., Director de la Escuela de Artes Plásticas.
Como se sabe, la Estatua fue decretada, con fecha 2 de noviembre de
1872, por el Presidente de la República, General Antonio Guzmán Blanco,
encargando para su ejecución a la Compañía de Crédito de Caracas, la cual
delegó su cometido en su Presidente señor Juan Röhl.
Se hizo la estatua por el modelo de la del notable escultor italiano Adamo
Tadolini, para la Plaza Principal de Lima (Perú). La fundición se ejecutó en la
Fundición Real de Múnich bajo la dirección del experto señor Ferdinand von
Miller. Este trabajo, según la opinión del escultor Lorenzo González, fue hecho
admirablemente y con una técnica perfecta.
En los cascos posteriores y en la cola del caballo el bronce es macizo y
a medida que se elevan las partes traseras el espesor va adelgazándose hasta
que en la cabeza del egregio jinete queda con un grueso de pocos milímetros. El
pedestal fue construido en Weissenstraat, Baviera, por el señor E. Ackermann.
El General Guzmán Blanco, el 11 de octubre de 1874, colocó la primera
piedra del monumento, acompañado de los Ministros del Despacho Ejecutivo, del
Cuerpo Diplomático residente en Caracas y de otras elevadas personalidades.
Del traslado de las diferentes partes del monumento desde Alemania a
Venezuela se encargó el señor Federico von Miller, hijo del fundidor, quien se
embarcó a bordo del bergantín "Thora", que tuvo la desgracia de encallar
en el archipiélago de Los Roques, a 80 millas al Norte de La Guaira, perdiéndose el
buque y de consiguiente yéndose a fondo el valioso cargamento.
El General Guzmán Blanco, al saber el desastre ordenó, con su
acostumbrada actividad, que se hiciere cuanto fuese posible para rescatar del
casco del buque naufragado los bultos donde venía embalado el monumento.
Gran trabajo y largos días costó a los encargados de esa tarea
encomendada a marinos expertos, escogidos en su mayoría en el vecino Puerto, la
ruda y difícil empresa que les fue confiada, coronada con éxito al extraer de
entre las ondas del Mar Caribe, aunque con los consiguientes deterioros, el monumento.
Precisamente, de este accidente se deduce hayan provenido los desperfectos,
que de no haber sido ahora subsanados, a la postre hubieran tenido como corolario
el derrumbamiento de la Estatua.
El agua del mar dañó en varias partes al artístico bronce y se le
hicieron algunas grietas en las partes superiores, que son las más delicadas,
las cuales fueron tapadas con alguna sustancia que las lluvias, el sol y los años
transcurridos fueron debilitando, lo que ocasionó que las figuras se llenasen
de agua en ciertas partes. Estos deterioros son los que ahora han sido
subsanados al ordenar el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de
la República, durante un paseo matinal a la Plaza Bolívar, la reparación del
monumento.
Entre los que, con el concurso de las autoridades, contribuyeron a la
salvación de la estatua, deben citarse a los generales Alejandro Ibarra, hijo y
Adolfo Terrero y los señores Francisco Michelena y Rojas, Vicente Ibarra y Tomás
R. Olivares. En la goleta "Cisne" llegó al fin, al puerto de La
Guaira, el monumento al Libertador.
El día 7 de noviembre de 1874 se inauguró solemnemente el bello bronce
que la Nación venezolana consagró a la memoria de su Libertador en el histórico
sitio donde se sucedieron tantas escenas, trágicas unas y triunfales las otras,
del drama de la Emancipación. Allí fue ahorcado el 7 de mayo de 1799 don José
María España, Protomártir de nuestra Liberación del dominio español; compartieron
con él tan glorioso martirio José Rusiñol, Narciso del Valle, Juan Moreno,
Agustín Miranda y José Manuel Pino, quienes figuraban entre los afiliados a sus
ideales; allí se puso a precio la noble cabeza de Francisco de Miranda y se
quemó por mano del verdugo su retrato y el primer Pabellón Tricolor que flameara
en tierras venezolanas cuando su invasión por Coro en 1806; en uno de los
extremos de su cuadrilátero. Francisco Salias, el 19 de Abril de 1810, arrebató,
soberbio, de manos del Capitán General, el bastón insignia de su mando y de la
soberanía española; y finalmente, el 14 de Julio de 1811, se enarboló por primera
vez el Pabellón Nacional, igual al traído por Miranda cuando se hizo la
publicación solemne del Acta de Independencia firmada el 5 del mismo mes,
llevándolo en sus manos los jóvenes hijos de don José María España, como cadetes
abanderados del primer batallón de línea de la flamante República.
Como detalles complementarios de la inauguración de la Estatua de Bolívar
en su ciudad natal, diremos que las festividades comenzaron el día 6 de
noviembre, con salvas de artillería, iluminación, retreta y fuegos artificiales
durante la noche. El día 7, a
las 8 de la mañana, el General Presidente Antonio Guzmán Blanco, con la pompa
de que gustaba rodear sus actos oficiales y la asistencia de los personajes
representativos de los diversos círculos oficiales, diplomáticos, religiosos,
sociales, industriales y obreros, en breve discurso declaró inaugurado el
Monumento, después de cortas y expresivas frases con que hizo su entrega el
señor Röhl. Luego se efectuó la colocación ante el pedestal de las diversas
ofrendas oficiales y particulares.
En aquella época, en el frente occidental de la parte superior del
granítico pedestal, se leía la siguiente inscripción: "El General Antonio Guzmán Blanco, Presidente de la República,
erige este monumento en 1874", la cual fue sustituida el año de 1888,
cuando la reacción política contra el Gobierno de dicho Mandatario, por la que
se lee actualmente, que reza: "La
Nación agradecida erige este monumento a su Libertador el año de 1874".
De hoy más, que ha sido restaurado el monumento, procurando que su pátina
no perdiese nada de sus características, ya que la sustancia química con que se
le ha barnizado desaparecerá dentro de poco por la acción de la intemperie, el
artístico bronce que patentiza la gratitud del pueblo venezolano a su
Libertador Simón Bolívar, seguirá soberbio y único señoreando el sombreado
recinto tan grato al patriotismo, a los recuerdos y al deleite de los
habitantes de Santiago de León de Caracas.
José H. Poleo.
(Fotos especiales de Juan
A. Avilán).
(Datos tomados de la
"Historia Contemporánea de Venezuela", de don Francisco González
Guinán y del Dr. Eloy G. González en su "Historia de Venezuela").
(Publicado en la revista
"Élite", el 24 de julio de 1933).