Los Jesuitas regresaron a
Venezuela en 1916, gracias al gobierno del Gral. Juan Vicente Gómez, dedicándose a la educación del Clero y al establecimiento de Parroquias y
Colegios. Carlos Pietropaoli, Arzobispo Titular de Calcide e
Internuncio Apostólico en Venezuela señaló lo siguiente:
“A diferencia de los tristemente famosos
Guzmán Blanco y Cipriano Castro que saquearon el patrimonio eclesiástico y lo
robaron, que persiguieron a Obispos y Clero y ofendieron la libertad y dignidad
de la Iglesia con pésimas leyes, Gómez no ha tenido ni un solo conflicto con
nosotros; contribuye a restaurar los sagrados templos, ha asegurado el libre
ejercicio del ministerio sacerdotal, ha reabierto las puertas de la República a
los sacerdotes católicos y a los religiosos, incluso a los Jesuitas, y ha hecho
una ley a favor de las misiones”.
(Carlos Pietropaoli –
Arzobispo Titular de Calcide e Internuncio Apostólico en Venezuela, Caracas, 20
de junio de 1917).
El Benemérito General Juan
Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, puso punto final a la confrontación con la
Iglesia que había sido una constante en el siglo XIX. Durante su gobierno,
entre 1915 y 1935, se dieron los pasos decisivos para que la Iglesia Católica
Venezolana resurgiera y llegara a la posición de enorme prestigio, respeto e
influencia que adquiere en la segunda mitad del siglo XX.
LOS PADRES DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS FUNDAN COLEGIO
Aquella iniciativa del Colegio, que no tuvo el debido éxito en la época colonial, se realiza ahora, a dos siglos casi de distancia, siempre bajo los auspicios de la República, al impulso civilizador del Gobierno que preside el Benemérito General Juan Vicente Gómez.
Está ya en Caracas, desde hace
días, el selecto grupo de Padres que la ínclita Compañía de Jesús ha destinado
para fundar y regentar aquí el Colegio de enseñanza primaria y secundaria que
comenzará a funcionar en los primeros días del próximo enero. Acontecimiento es
éste que ha sido saludado con la más viva satisfacción por nuestras clases
sociales y directoras, las cuales ven así realizarse la antigua aspiración de
poseer en la Capital de la República un Colegio dirigido por tan egregios
maestros y a la altura de los que ellos mismos sostienen en todas las
metrópolis de Norte y Sur América.
Hemos dicho antigua aspiración,
pues, como consta en los anales de nuestro Ilustre Ayuntamiento, desde el año
de 1733 el Gobernador de la entonces Capitanía General de Venezuela, D. Sebastián
García de la Torre, se admiraba de que esta ciudad, con el grado de desarrollo
que había alcanzado, no poseyese todavía un instituto de ese género y,
dirigiendo sendas notas a ambos Cabildos, secular y eclesiástico, proponía un
acuerdo para la fundación de un gran Colegio a cargo de la Compañía de Jesús,
la cual, como el Capitán General se expresaba, "en todas partes resplandece
con lucidísimo auge de virtud y letras", y que encontraría aquí "para
ejercitar los esmeros de su educación, una juventud hábil para recibirla con
crecidísimo fruto".
Dichas Corporaciones acogieron
presurosas tan noble propuesta y convinieron en construir y dotar
espléndidamente el plantel, bajo la expresa declaración de que esta república
quería: "ser tenida por su fundador para siempre protegerle por el bien
espiritual y temporal que a toda ella reconoce se le hace seguir
perpetuamente." No logró efectuarse, sin embargo, este propósito sino en
forma incoada, pues los Jesuitas comenzaban apenas a florecer en Caracas cuando
en 1767 el Rey Carlos III dio el famoso decreto, tan injusto respecto de la
Compañía como atentatorio contra la civilización de los nuevos pueblos y
funesto al influjo político de España en América. Por aquellos días fue
Superior de la Residencia el R. P. Jaime Torres, Procurador que había sido de
las Provincias de Nueva España, Santa Fe y Quito.
Aquella iniciativa del Colegio,
que no tuvo el debido éxito en la época colonial, se realiza ahora, a dos
siglos casi de distancia, siempre bajo los auspicios de la República, al
impulso civilizador del Gobierno que preside el Benemérito General Juan Vicente
Gómez.
Los Padres Jesuitas entran así
felizmente a compartir la nobilísima tarea de la instrucción y cristiana
educación de nuestra juventud, en la que venezolanos y extranjeros ilustres
ocupan puestos harto honrosos y los hijos de San Ignacio hallan aquí hoy, mejor
que en los tiempos de García de la Torre, legiones de jóvenes ávidos de
aprovechar su alto magisterio, así como numerosos padres de familia dispuestos
a secundar sus esfuerzos.
El nuevo Colegio funcionará en
magnífico edificio situado en el centro de la ciudad y, por caso providencial,
casi en el punto mismo en que dos siglos antes existía una residencia de la
Compañía de Jesús, paraje que todavía se designa con el nombre de Esquina de
Jesuitas.
BILLIKEN se complace en ofrecer en
esta página el retrato del R. P. Luis Zumalabe, quien acaba de llegar a
Caracas, investido con el carácter de Rector del establecimiento docente a que nos
hemos referido en estas líneas.
(Revista “Billiken”, Nº 6, 23 de diciembre de 1922).
Pueden disfrutar un video sobre los 100 años de los Jesuitas en Venezuela: