El doctor Caracciolo Parra Pérez, a quien debe
Venezuela en gran parte el maravilloso hallazgo histórico del Archivo del Generalísimo Francisco de Miranda y el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República que adquirió patrióticamente para la Nación el valioso Archivo del Precursor de nuestra Independencia.
Con gusto damos cabida a los siguientes documentos, referentes a la
valiosa adquisición que hizo el Gobierno Nacional, presidido por el Benemérito
General Juan Vicente Gómez, del Archivo y papeles del General Francisco de
Miranda, y al recibo correspondiente por la Academia Nacional de la Historia.
Ambas notas son tomadas del interesante "ĺndice del Archivo del
General Miranda", cuya publicación en un libro fue ordenada por el
Ministro de Instrucción Pública, doctor Rubén González.
Academia Nacional de la
Historia.
Caracas, 18 de Noviembre de
1926.
Señores doctor Vicente Dávila,
José E. Machado y Luis Correa.
El Señor Ministro de Instrucción Pública se sirve avisar a esta
Corporación, con fecha 16 del presente mes, que en el Ministerio de Relaciones
Interiores se halla, a disposición de ella, el Archivo y papeles del
Generalísimo, adquiridos por el Gobierno Nacional del Benemérito General Juan
Vicente Gómez y mandados a pasar a esta Academia, por Decreto del Señor
Presidente de la República, del 24 de julio de 1926.
Considerada la importancia de esta adquisición, la Academia acordó
comisionar a Uds. para que se sirvan recibir en su nombre, del mencionado Despacho
de Relaciones Interiores, la valiosa documentación y cúmpleme comunicarlo a
Uds. para que se sirvan proceder en consecuencia.
Soy de Uds. muy atento servidor,
El Director, Laureano
Vallenilla Lanz.
Caracas, 25 de Enero de 1927.
Señor Laureano Vallenilla Lanz.
Director de la Academia
Nacional de la Historia.
Presente.-
Nos es satisfactorio significar a Ud. que hemos cumplido la misión que
nos confiara la Academia Nacional de la Historia, al designarnos para recibir
del Ministerio de Relaciones Interiores, el Archivo del General Miranda,
adquirido en Londres por el Gobierno Nacional del Benemérito General Juan
Vicente Gómez.
Con emoción y júbilo hemos examinado cuidadosamente esa colección
de documentos, la más importante, sin duda, que haya obtenido la Nación,
después de la del General Daniel O´Leary. La vida del personaje ilustre que la formó
aparece allí para promover la Independencia de la América española, que él
bautizó con el nombre de Colombeia en sus sueños de patria y libertad. Cuarenta
y cinco años de su existencia consagró a tan noble ideal, y el fuego sagrado
que ardía en su pecho le llevo a luchar al lado de Washington por la
emancipación de las Colonias inglesas y en la Francia republicana por los
principios inmutables del derecho y la justicia.
En aras de esas deidades y en solicitud de prosélitos y apoyo para su
obra redentora, fue de pueblo en pueblo y se puso en contacto con los hombres
eminentes del mundo en aquellas turbias épocas de renovación social.
Su labor a ese respecto es formidable, pudiera decirse única, y de ella
dan cabal constancia esos 63 tomos destinados por Miranda a Caracas, su ciudad
nativa, y que por un azar de la fortuna vuelven hoy en perfecto estado de
conservación a cumplir aquel voto generoso.
El Archivo original (1770–1810) está constituido por
varios tipos de documentos a saber: manuscritos, impresos, mapas y planos. El
propio Miranda lo organizó y mandó a empastar en Londres bajo su cuidado,
antes de su regreso a Venezuela en 1810, con el título de “COLOMBEIA”. Consta
de sesenta y tres (63) volúmenes. Según su criterio aparece dividido en tres
(3) Secciones:
Viajes, 26 tomos (1764
a 1793).
Revolución Francesa, 18 tomos (1792 a 1808).
Negociaciones, 19 tomos (1770
a 1810).
Pensaron los suscritos hacer un estudio detenido del Archivo y optaron
luego, vistos la extensión y el tiempo que necesitaban para ello, por
recomendar a la Academia la publicación de los Índices que aparecen al frente
de cada volúmen. Dicha publicación dará al lector idea aproximada del valor
excepcional y del enorme interés histórico de esos documentos.
La perseverancia, como hemos dicho, fue el resorte principal de la vida
del General Miranda, quien hace constantes alusiones a esta esencial cualidad.
La inscripción latina "Ingenti Patriae Perculsus Amore", puesta al
frente del primer tomo de Negociaciones, dice de cómo aquella virtud estuvo en
él ligada sin desmayos al amor de la Patria, que si no posee sus venerandas
cenizas, tiene desde hoy un altar donde rendir culto a su memoria en ese
glorioso monumento puesto bajo la guarda de la Academia de la Historia.
Con el doctor Caracciolo Parra Pérez, a quien debe Venezuela en gran
parte el maravilloso hallazgo, podemos decir que Miranda es "el gran
desconocido". El Estudio completo de su vida proyectará claridades
deslumbradoras por toda la extensión del Continente y en el drama complicado y
sangriento de la Revolución Francesa, del que fue uno de los actores
principales.
Su figura crece a medida que se le contempla más cerca. Desde la
Argentina hasta México y los Estados Unidos, los historiadores, los eruditos,
los amantes de nuestro pasado tendrán desde hoy que volver los ojos a esos
documentos que por más de cien años permanecieron en la biblioteca del Conde
Bathurst, y que su nieto, Lord Bathurst, vendió a la Nación por la suma de tres
mil libras esterlinas, mandadas a erogar por el Presidente de la República, General Juan Vicente Gómez.
Son poco conocidas las vicisitudes porque pasó el Archivo que nos ocupa,
el cual fue arreglado por el propio General Miranda en 1805, antes de partir
para los Estados Unidos y preparar la invasión a Coro y Ocumare. Fracasada esta
última, el Precursor volvió a Inglaterra a continuar sus trabajos por la
Emancipación.
A fines de 1810, colocada ya Venezuela en el camino de la absoluta
Independencia, obsesión de sus días, Miranda se embarcó para su patria por los
empeños del futuro Libertador. Traía consigo su Archivo avalorado con los
documentos correspondientes a cinco años de activas labores hasta la llegada a
Londres de la misión diplomática de Bolívar y López Méndez.
Cuando en 1812, después de la desgraciada Capitulación con Monteverde,
resuelve Miranda embarcarse, el Gobernador de Curazao, entonces bajo el dominio
británico, pone a disposición del Generalísimo la goleta "Saphire",
su capitán Heynes.
El día 30 de julio de 1812,
a las siete de la noche, llega Miranda a La Guaira. El
Comandante del barco inglés baja a tierra y le insta para que se embarque
inmediatamente. Miranda manda a bordo su equipaje y con éste su Archivo, con la
resolución de embarcarse al día siguiente. Esta vacilación resultó funesta,
pues en la madrugada del 31 de julio fue reducido a prisión.
Advertido el Comandante Heynes de esta circunstancia y de que iba a ser
cerrado el puerto por las autoridades españolas, ya en posesión de la plaza,
levó anclas y se dirigió a Curazao, a cuyo Gobernador entregó los papeles
puestos bajo su custodia. Este último los remitió al Conde Bathurst, entonces
todopoderoso Ministro de las Colonias en cuya biblioteca fueron encontradas al
cabo de 113 años por la acucia patriótica del doctor Caracciolo Parra Pérez,
Encargado de Negocios de Venezuela en Suiza, autor de la notable obra
"Miranda et la Revolución Francaise" y uno de los más felices
escudriñadores de cuanto se relaciona con la vida de quien vistos los alcances
mundiales de su obra, dijo Juan Vicente González que había inspirado a Byron su
"Don Juan".
Copiosa labor de revaluaciones históricas se inicia con la aparición de
este Archivo, comenzando por la fecha misma del nacimiento del General Miranda
acerca de la cual no se habían puesto de acuerdo los historiadores y que
corresponde exactamente al 28 de marzo de 1750, poco más de un año después del
matrimonio de sus padres, don Sebastián de Miranda y doña Francisca Antonia
Rodríguez de Espinosa.
Los escritos de Miranda, sus observaciones de viajero, sus ideas
políticas y constitucionales, sus gustos artísticos, sus lucubraciones
filosóficas, se hallan en los 63 tomos del Archivo para dar perenne testimonio
de sus ideales y de los que abrieron las rutas de la acción a casi todos los
futuros grandes hombres de la América española con quienes estuvo en
relaciones.
Para los bibliógrafos ofrece también el Archivo interés excepcional por
la enorme cantidad de impresos (libros raros, folletos, periódicos y carteles)
que contiene. Hay asimismo dibujos, mapas, planos y miniaturas antiguas,
difíciles hoy de conseguir aún en los centros dedicados al comercio y cultivo
de esas especialidades.
De todo ello dará una idea cabal esta publicación, que exornan el
retrato del General Miranda, obra del célebre grabador y dibujante francés
Charles-Etienne Gaucher, el facsímil de la Carta del Comité Ejecutivo
Provisional por que se acepta a Miranda con el grado de Mariscal de Campo al
servicio de la República Francesa, y que firman Roland, Danton Le Brun, Monge,
Servan y Grouvelle, y la fotografía del Archivo en la caja especial donde con
el mayor cuidado se tiene en la Biblioteca de la Academia.
Al dejar así cumplida nuestra misión, abrigamos la esperanza de que el
Gobierno Nacional, por el digno órgano del Ministro de Instrucción Pública,
completará su patriótica obra ordenando a la brevedad posible la publicación
del Archivo en forma digna de su interés universal y con la circunspección y
seriedad que caracterizan los actos de la presente Administración.
Con sentimientos de la más distinguida consideración, somos del señor
Director,
Attos. Seguros Servidores,
Vicente Dávila, José E. Machado, Luis Correa.
ARCHIVO DE MIRANDA DATOS DE INTERÉS
El Generalísimo Francisco de Miranda, obra del pintor Martín Tovar y
Tovar.
Como una alegoría al descubrimiento de América fue que el Dr. Caracciolo
Parra Pérez narró en varias ocasiones las circunstancias que privaron en el
descubrimiento del Archivo de Francisco de Miranda en Londres en 1925; y
asignándole un papel homónimo a la de los protagonistas de la primera historia,
explicó cuál fue la intervención de cada uno de los personajes de la que nos
atañe.
Contó el Dr. Caracciolo Parra Pérez que a finales del dicho año se
encontraba en Londres, realizando sus investigaciones históricas en el Public
Record Office cuando el Director adjunto de esta institución, Alfred Edward
Stamp, le informa que en la propiedad del Conde Bathurst en Cirencester se
localizaron manuscritos relativos a Miranda y que esta información era manejada
desde 1922 por el profesor norteamericano William Spence Robertson quien ya
había tenido el permiso de Seymour Henry Bathurst para revisarlos.
En razón de que el Dr. Parra Pérez se desempeñaba como Encargado de
Negocios de Venezuela en Suiza, no podía realizar el viaje a la ciudad de
Cirencester, pues debía regresar a la ciudad de Berna, por lo que comisionó a
Alberto Adriani para que, en su lugar, realizara el viaje e inspeccionara los
citados documentos, aprovechando que él se encontraba en Londres profundizando
sus estudios en materias importantes de la profesión de Economista, luego de
haber servido como Secretario de la Delegación venezolana ante la Sociedad de
Naciones, siendo nombrado por el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República de Venezuela.
Luego de las acostumbradas formas inglesas de atención y amabilidad, Alberto
Adriani pudo constatar que los papeles eran pertenecientes al Archivo del
Precursor de la Independencia hispanoamericana Francisco de Miranda, por lo que
el 9 de diciembre de 1925, escribió un informe al Dr. Parra Pérez detallando la
comisión. Solo podemos imaginar la emoción que asaltó a Caracciolo Parra Pérez,
quien desde 1917 buscó, rebuscó y trasteó el paso de Miranda por Francia,
Austria, Suecia, Noruega y Rusia y la sazón lo encontraba haciendo por
Inglaterra.
Algún tiempo después, y por gestiones del mismo señor Alfred Edward Stamp,
el Dr. Caracciolo Parra Pérez logró que el Conde Bathurst enviara a las oficinas
del Public Record Office la totalidad de los documentos del Generalísimo, por
lo que pudo constatar personalmente la autenticidad del Archivo, y por lo tanto
la importancia que revestía para la cultura venezolana acceder a esa
información perdida desde 1812 y a la cual Miranda mismo había dispuesto que se
enviara a Caracas luego de su muerte.
Inicialmente trató Caracciolo Parra Pérez de orientar la adquisición del
Archivo de Miranda por la vía del derecho legítimo que tenía Venezuela sobre
aquellos documentos, en atención al testamento del Precursor fechado en
1805 y ratificado en 1810. Sin embargo, y en atención al consejo dado por
el señor Alfred Edward Stamp de que no se pusiera en tela de juicio la
propiedad del Conde Bathurst sobre los papeles de Miranda, ya que en
Inglaterra "posesión vale siempre título", debía el Gobierno
venezolano más bien comprarlos al noble inglés, ya que de otro modo alguna Universidad
de los Estados Unidos lo haría por insinuación del profesor Robertson (un
apasionado por la vida de Miranda, siendo el primero en identificar su Archivo).
Esto causó la natural alarma al Dr. Parra Pérez, quien de inmediato notificó
por cartas a las autoridades venezolanas la existencia e importancia del Archivo
de Miranda. En una de tales cartas, el 9 de abril de 1926, dice el Dr. Caracciolo
Parra Pérez al Dr. Pedro Itriago Chacín, Ministro de Relaciones Exteriores de
Venezuela:
"Lord Bathurst parece dispuesto a vender los papeles y es
probable que consienta en acordar al Gobierno de Venezuela la preferencia para
su adquisición. Por desgracia, debe tenerse en cuenta que el Profesor Robertson
está en capacidad de interesar a algunas ricas bibliotecas de los Estados
Unidos en el asunto. Es urgente, pues, que podamos decir al Lord la intención del
Benemérito General Gómez de no dejar escapar la ocasión de devolver a Venezuela
un tesoro incomparable que constituye un verdadero patrimonio nacional."
Previo a esta correspondencia, el Dr. Diógenes Escalante, Embajador de
Venezuela en Inglaterra, se interesa en el asunto, y el 6 de abril de 1926, le
dice al Presidente Juan Vicente Gómez:
"Por el honor de nuestro país, cuna del Generalísimo, no es
posible que el Archivo de Miranda continúe en el olvido actual o que vaya a
para a extrañas manos que lo exploten con fines particulares, según me ha
informado el Doctor Parra Pérez, Lord Bathurst, propietario del Archivo, parece
dispuesto a venderlo por un precio que puede ser de 2.000 a 3.000 libras
esterlinas. Hay un competidor muy peligroso en la persona del profesor
norteamericano Robertson (autor de un libro sobre Miranda) quien tuvo ocasión
de estudiar el archivo y encontrará fácilmente en cualquier Universidad de los
Estados Unidos los fondos necesarios para adquirirlo."
Felizmente para Venezuela, el 25 de mayo de 1926, el Dr. Caracciolo
Parra Pérez recibe la noticia de que el Gobierno acordó la adquisición del
Archivo de Miranda por la suma establecida por el propietario; y el 7 de julio
de 1926, nuestro diligente representante en estas gestiones informaba al
Presidente Gómez que "por órgano de Escalante, entregué a Lord Bathurst
las 3.000 libras
que usted tuvo a bien enviarme por medio del Doctor Arcaya, para adquirir el
archivo del Generalísimo Miranda, para la Nación." La valiosa
adquisición se enviaría a Venezuela pasando primero por París, donde Parra
Pérez tendría la ocasión de estudiarla detenidamente, acopiando información
para sus libros en preparación.
Finalmente, en noviembre de 1926, llegan a Caracas los 63 tomos del Archivo
de Francisco de Miranda, después de 113 años que salió de aquí y permaneció
perdido, con destino a ser resguardados en la Academia Nacional de la Historia,
según Decreto Presidencial del 24 de julio de 1926. En enero de 1927 se
publicó, por cuenta del Ministerio de Instrucción Pública, el Índice del Archivo
de Miranda con el objeto de hacerlo circular profusamente en Venezuela y en el
extranjero; y para el 24 de julio de 1927, el General Juan Vicente Gómez,
Presidente de la República, dicta un Decreto por el cual se dispone proceder a
la publicación del Archivo del Generalísimo Francisco de Miranda, para lo cual
se dispuso que se editase en tomos de cuatrocientas páginas, en 8° mayor,
con tiraje de cinco mil ejemplares cada uno, lo cual se realizó en 1929 y 1950.
El 9 de octubre de 1953 el Ministerio de Relaciones Interiores, por
medio de la Dirección del Ceremonial y Acervo Histórico de la Nación, informa a
la Academia Nacional de la Historia que el Presidente de la República ha
resuelto donarle y poner a disposición de esta institución un Arca, cuya
ejecución fue ordenada por el Gobierno Nacional, el 22 de julio de 1949, a fin de conservar en
ella el Archivo de Miranda, cuyo busto remata la parte superior de dicha Arca.
En esta hermosa Arca permanecerá el Archivo de Miranda durante 57 años hasta
que otra decisión presidencial dispuso otra ubicación.
Arca que conserva el valioso Archivo de Francisco de Miranda.
DECRETO DEL
GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ SOBRE EL ARCHIVO DE MIRANDA
El 24 de julio de 1926, el
Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, dictó un
Decreto publicado en la Gaceta Oficial Nº 15.951 de fecha 26 de julio de 1926,
mediante el cual se destinan a la Academia Nacional de la Historia los papeles
y Archivo del Generalísimo Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia
adquiridos por el Gobierno Nacional.
Las partes pertinentes de dicho Decreto
establecen lo siguiente:
CONSIDERANDO:
Que el Gobierno Nacional ha
adquirido de Lord Bathurst, por el precio de tres mil libras esterlinas, los
papeles y archivo del Generalísimo Francisco de Miranda, Precursor de nuestra
Independencia,
DECRETA:
Único. Póngase la
referida documentación, tan luego como se reciba en el Departamento de
Relaciones Interiores a la orden del ciudadano Ministro de Instrucción Pública,
con destino a la Academia Nacional de la Historia.
JUAN VICENTE GÓMEZ
(Gaceta Oficial N° 15.951 del 26 de Julio de 1926).
El 16 de Noviembre de 1926, el
Ministro de Instrucción Pública en correspondencia identificada con el N° 1.316,
comunica a la Academia Nacional de la Historia que el ciudadano Presidente de
la República, Benemérito General Juan Vicente Gómez, en Decreto del 24 de julio
último, ordenó se pasara a dicho Ministerio, con destino a la Academia Nacional
de la Historia, los papeles y el Archivo del Generalísimo Francisco de Miranda,
adquiridos por el Gobierno Nacional, y que se dirige a este Instituto con el
fin de que se sirva designar un empleado suyo que reciba del Ministerio de
Relaciones Interiores la referida documentación.
Cursada dicha correspondencia
en la Junta Ordinaria, el 17 de noviembre de 1926 e impuesta la Corporación de
los particulares de la comunicación del Ministro de Instrucción Pública,
relativa a los papeles y Archivo del Generalísimo Francisco de Miranda, el
Director, considerada la importancia de la adquisición hecha por el Gobierno
Nacional, dispuso nombrar para recibir aquellos del Ministerio de Relaciones
Interiores una comisión compuesta de los Académicos Vicente Dávila y del
Académico electo Sr. Luis Correa, Bibliotecario y Catalogador de la Biblioteca
de la Corporación.
(Academia
Nacional de la Historia. Archivo. Archimóvil Nº 18. Libro de Actas 1924-1931 de
la Junta Ordinaria del miércoles 17 de noviembre de 1926).
En Junta Ordinaria del
miércoles 12 de enero de 1927, el Secretario Eloy G. González da cuentas a
la Academia Nacional de la Historia de una comunicación del Sr. Ministro
de Instrucción Pública de fecha, 25 de noviembre de 1926, N° 1.367, en la
que participa que el Archivo del Generalísimo fue adquirido por el Gobierno
Nacional por la cantidad de tres mil libras esterlinas (£3.000) y que, en
consecuencia, se cargue en el Registro de Bienes Nacionales, en la de setenta y
seis mil novecientos ochenta bolívares, (Bs.76.980), al cambio del día 25,65.
En la misma Junta Ordinaria
del 12 de enero de 1927, el académico Señor Dr. Dávila, avisó estar ya en
prensa el ĺndice del Archivo del Generalísimo, con
el objeto de hacerlo circular profusamente en Venezuela y en el extranjero, y
el Sr. Director indicó la conveniencia, de entregar un número suficiente de
ejemplares al Bibliotecario Nacional, para que le sirviese para el Canje
entre los establecimientos similares del Exterior.
(Acta de la Junta Ordinaria del miércoles, 12 de enero de 1927).
PUBLICACIONES:
Como consta en el Acta de la
Junta Ordinaria del miércoles 12 de enero de 1927 antes citada, el Individuo de
Número Vicente Dávila informó a la Academia que el Índice del Archivo de Miranda estaba en prensa, acompañado
del informe presentado por los académicos José Eustoquio Machado, Luis Correa y
el mismo Vicente Dávila, encargados de examinar el Archivo.
Esta comisión trabajó
activamente y para el 25 de enero de 1927, ya tenía concluida su labor. Consta
en un informe de la fecha citada, con expresión de contenido de los 63
volúmenes analizados. En junta del 26 del mismo enero de 1927 la Academia
aprobó la gestión de los comisionados. Un volúmen de 110 páginas recoge el informe
supradicho y el Índice del Archivo de Miranda.
(ĺndice del
Archivo del General Miranda. Publicación ordenada por el Ministro de
Instrucción Pública Dr. Rubén González. Caracas, Venezuela.
Tipografía Americana. 25 de enero de 1927.)
El 24 de julio de 1927, el
Presidente de la República, Benemérito General Juan Vicente Gómez, dictó un
Decreto por el cual se dispone proceder a la publicación del Archivo del
Generalísimo Francisco de Miranda, en poder del Gobierno Nacional. Dispuso que
se editase en tomos de cuatrocientas páginas, en 8° Mayor, con tiraje de cinco
mil ejemplares cada uno. El Ejecutivo Federal designará una comisión de tres
Individuos de Número para que se encarguen de dirigir la publicación. El
precitado Decreto reza así:
CONSIDERANDO:
Que en virtud de la
adquisición hecha por el Gobierno Nacional se encuentra en poder de la Academia
de la Historia el Archivo y los papeles del Generalísimo Francisco de Miranda;
CONSIDERANDO:
Que es de alta trascendencia
para Venezuela, como obra de patriotismo y de cultura histórica, la publicación
y profusa circulación por América y Europa de esa valiosa documentación que
mostrará concretamente la talla y calidades auténticas de Precursor, dignas de
las de los Libertadores que ejecutaron sus vastos proyectos,
DECRETA:
Artículo 1°. Procédase a la publicación
del Archivo del Generalísimo Francisco de Miranda, hoy en poder del Gobierno
Nacional.
Artículo 2°. Dicha publicación
se hará en volúmenes en 8° mayor, de cuatrocientas páginas cada
uno, en el mismo orden en que está organizado el Archivo y la edición
constará de cinco mil ejemplares.
Artículo 3°. El Ejecutivo
Federal nombrará una comisión de tres Miembros del seno de la Academia de la
Historia, para que se encargue de dirigir la publicación. Esta comisión
constituirá una Oficina permanente; y serán de su competencia, además, las
notas ilustrativas –históricas y biográficas- que necesite llevar cada volúmen
acerca de los mapas, dibujos, impresos etc. etc.
JUAN VICENTE GÓMEZ
(Gaceta Oficial Nº 16.257 del 25 de julio de
1927).
A partir del año de 1929, se
comenzó a publicar la primera edición del Archivo del Generalísimo Miranda a
cargo de la Academia Nacional de la Historia. Desde el citado año hasta 1938 se
editaron quince (XV) tomos en la Editorial Sur América, Caracas, Venezuela.