(Por: José Antonio Giacopini Zárraga)
Universidad Metropolitana de Caracas, 7 de marzo de 1985.
Algunas
personas dicen que Venezuela entró en el siglo XX con la muerte del Presidente
Gómez. Eso no es cierto, históricamente no lo es, Venezuela entró al siglo XX a
las 12 de la noche del año 1899, porque es con el triunfo de la Revolución Restauradora
y los gobiernos de los Generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, que se
inicia en el país un cambio fundamental de estructuras en un sentido favorable para
la nación que no se puede negar.
Nuestra historia
desde la Independencia no era sino un continuo batallar. Cambiaron la
organización política y la formación militar, lo cual trajo como consecuencia
la Pacificación de Venezuela lograda definitivamente por el General Gómez, quien
también saneó las bases de la nueva economía, de la nueva administración y en
general inició lo que podríamos llamar el Estado Moderno en Venezuela.
El triunfo
de la Revolución Restauradora con su fuerte carácter regional, significó una
sorpresa para las oligarquías políticas y militares que determinaban desde la
capital de la República el destino del país. En el primer momento el encuentro
de aquel grupo regional triunfante con los grupos dirigentes tradicionales fue
sorpresivo para ambos y trataron de ajustarse una vez derrocado el Presidente
General Ignacio Andrade en una política de colaboración. Cuando el General
Cipriano Castro se lanzó a la guerra, su lema fue: "Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos".
Le han criticado algunos analistas de la historia su inconsecuencia con
aquellos principios, pero fue el caso que al llegar triunfante a la capital de
la República, encontró en ella una cantidad de hombres importantes con
personalidad política y militar que más bien podría ser conveniente atraer y
utilizar, como en efecto lo hizo y en sus primeros gabinetes prácticamente no
figuraron andinos sino grandes figuras del centro y de otras regiones del país:
el Dr. Raimundo Andueza Palacio, los Generales José Ignacio Pulido, José Manuel
"El Mocho" Hernández, Celestino Peraza, etc., pero allí mismo vino el
divorcio entre ambas fuerzas los grupos tradicionales que como dijimos habían
sido tomados por sorpresa con el triunfo de aquel intruso que se les había
metido como si dijésemos por la puerta del fondo y que no contaba en los planes
de ellos, empieza a reaccionar pues se dan cuenta de que realmente han perdido
el poder y en los años de 1900 y 1901 comienzan a producirse alzamientos
aislados pero sucesivos de personalidades político-militares descontentas con
la nueva situación entre otros los Generales José Manuel "El Mocho"
Hernández, Celestino Peraza, Nicolás Rolando, Pedro Julián Acosta, invasiones
de los liberales nacionalistas por la frontera de Colombia, etc. Estos movimientos
que como dijimos, eran aislados e inconexos entre sí son sustituidos por una
conjunción de fuerzas que se concreta a fines de 1901 dando lugar al movimiento
armado más grande que ha visto la historia militar de Venezuela, o sea la
llamada Revolución Libertadora.
¿Qué conjugación
de fuerzas integró la Revolución Libertadora? Como Jefe supremo el General
Manuel Antonio Matos, nativo de Puerto Cabello, figura prestante de los medios
sociales, económicos y financieros del centro de la república, con prestigio
político y crédito internacional. Como segundo factor, las empresas extranjeras
que entonces operaban en el país y que ya desconfiaban de la personalidad
emocional y agresiva del General Cipriano Castro, inclinándose más a la
personalidad tranquila, ponderada, señera del General Matos, estas empresas
eran la New York and Bermúdez Co. que explotaba el lago de asfalto de Guanoco, el
Cable Francés, el Ferrocarril Inglés, el Ferrocarril Alemán y la Corporación
Inglesa del Puerto de La Guaira. La fuerza y el poder del General Matos y de
éstas empresas se apoyan a su vez en todo el caudillaje vernáculo no andino
existente para ese entonces en el país.
Este
caudillaje a que nos hemos referido tenía cierto carácter feudal y banderizo,
el feudalismo como se sabe es la conjunción en una persona o en un grupo
familiar en escala regional de tres factores, el poder económico, la fuerza
militar y el poder político. En Venezuela desde la vieja figura de la
encomienda que se inició en los tiempos de La Conquista, venía evolucionando en
las diferentes localidades del interior un verdadero feudalismo agrario. Por
cierto, vale la pena comentar aquí, que después de la muerte del Presidente
Gómez se continuó hablando en Venezuela de un pretendido feudalismo, eso no es
cierto, ese esbozo de feudalismo que realmente existió lo liquidaron durante
sus respectivos gobiernos los Generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez,
quienes centralizaron el poder y cumplieron un proceso que guardando las
proporciones y las distancias del caso tiene similitud con el que tuvo lugar en
Europa, cuando las casas reinantes sometieron a los señores feudales y los
pusieron bajo control.
La
Revolución Libertadora inicia un proceso de erosión que afecta a los partidos
históricos, debido al hecho de que los antagonismos y diferencias que
enfrentaban hasta ese entonces a Conservadores y Liberales se atenúan o
desaparecen para dar lugar a una contienda regional entre andinos y no andinos
y así vemos como bajo las banderas del General Cipriano Castro forman filas
indistintamente Liberales y Conservadores de los Andes, como por ejemplo los Generales
y Doctores Rafael González Pacheco y Leopoldo Baptista, mientras en los cuadros
de la Revolución Libertadora se agrupan igualmente Liberales y Conservadores de
las otras regiones del país, o sea, que el enfrentamiento regional hace perder
sensibilidad a los militares de los partidos históricos en cuanto a la división
por razones banderizas, esta indefinición que surge y afecta a los partidos se agravará
con lo que vamos a exponer:
Aunque los
gobernantes andinos, resultado de la Revolución Restauradora, debido a la
personalidad individual de cada uno de ellos permiten establecer diferencias
entre sus respectivos gobiernos cuando se los observa en su conjunto, podemos
darnos cuenta de que configuran un verdadero proceso dinástico con sus etapas
muy bien identificadas. El General Cipriano Castro es el primer dinasta, el
guerrero, el conquistador, el iniciador del proceso. El General Juan Vicente
Gómez representa la fase de pacificación, consolidación política, militar, administrativa,
económica, financiera, se ponen prácticamente las bases del Estado Moderno en
Venezuela. Los Generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, los
últimos dinastas representan la evolución hacia formas más normales de
gobiernos, pero al mismo tiempo, el final del proceso.
La Pacificación
definitiva en Venezuela, lograda por el General Juan Vicente Gómez en la
batalla de Ciudad Bolívar, el 21 de julio de 1903, es el resultado de dos
etapas complementarias. La primera guerrera, derrotando en los campos de
batalla de la Revolución Libertadora, al caudillaje vernáculo, dejándolo
agotado, sin fuerzas y posibilidades de nuevas insurgencias organizadas. Aquel
drama fratricida fue de tal magnitud que prácticamente hizo derramar lágrimas y
llevar luto a toda Venezuela, como consecuencia surge un verdadero anhelo de
paz en escala nacional, fue ese sentimiento colectivo lo que interpretó y
aprovechó posteriormente el Presidente Gómez y lo que expresó con su famosa
consigna política de "Unión, Paz y
Trabajo".
Esa actitud
del Presidente Gómez, formaba parte de su personalidad y se debía a lo
siguiente: Antes de ejercer la primera magistratura y en
general antes de ir a la guerra y a la política, fue un hombre de trabajo,
sabía cuánto esfuerzo se requería para producir un quintal de café, una carga
de panela, levantar una vaca o un novillo, era la economía rural de la época y
como hombre de trabajo que había sido, solía decir que recordaba como
experiencias tristes y dolorosas de su juventud lo que ocurría en su región
nativa con motivo de las contiendas civiles. Llegaban a las haciendas y a las
casas de campo las Fuerzas Armadas revolucionarias o gubernamentales robando,
saqueando, matando las vacas de leche y los bueyes de labor para comérselos,
apropiándose de las bestias de trabajo, violando las mujeres y dejando a su
paso desolación y ruinas. Patrimonios formados en una vida de trabajo, desaparecían
en pocas horas de pillaje. Estas experiencias dolorosas, de infancia y de
juventud, fueron las que crearon, en el General Juan Vicente Gómez un horror
visceral hacia la guerra y lo convirtieron en un enemigo despiadado de todo el
que pudiese alterar el orden público. Dada la circunstancia de que él mismo
tuvo que ser un guerrero y jefe expedicionario exitoso en los días de la
Revolución Libertadora, se creía obligado a explicarlo y decía: "Yo fui a la guerra para conquistar
la paz".
La Escuela
Militar, comenzó a funcionar el año de 1911, durante la Presidencia del General
Juan Vicente Gómez, formando parte el inicio de sus actividades del conjunto de
actos con que fue conmemorado el Centenario de la Independencia de Venezuela.
Paralelamente
a la Escuela Militar para formación de Oficiales, se creó lo que se llamó
Escuela de Aplicación de Oficiales, en donde ingresaban como su nombre lo
indica, Oficiales que ya estaban en filas y se les seleccionaba porque ofrecían
potencial suficiente para asimilar conocimientos militares técnicos. Los cursos
de aplicación duraban nueve meses y llegaron a efectuarse tres correspondientes
a los años 1911, 1912 y 1913. Es justo recordar que todas estas medidas de progreso
inicial de la Institución Armada se adoptaron siendo Inspector General del
Ejército el General Félix Galavís.
Comienza
entonces a crecer una Institución Armada concebida bajo bases modernas, cuya
oficialidad progresivamente será egresada de Escuelas, ejército moderno
jerarquizado y apolítico. A medida que transcurrió el tiempo, los guerreros de
las viejas contiendas fueron envejeciendo y murieron. Les reemplazó como poder
armado un ejército de militares. Durante este largo proceso de transición y de
sustitución de una fuerza por otra, el Presidente Gómez actuó de la siguiente
manera. El ejército regular que se había organizado y estaba creciendo, era la
columna vertebral de su estructura de poder militar, distribuido en dos
guarniciones importantes, Caracas y Maracay y otras guarniciones diseminadas en
localidades del interior, seleccionadas con acierto tal que hoy son la sede de
nuestras actuales Divisiones o Brigadas Combinadas. Por lo que respecta a los
viejos combatientes, se les fue ubicando en cargos civiles administrativos de
diverso rango según la jerarquía y ejecutoria de cada quien: Presidentes de
Estado, Administradores de Aduana, Comandantes de Resguardo, Jefaturas Civiles,
etc. Los Presidentes de Estado, generalmente eran hombres fogueados en la
guerra capaces de hacerle frente a cualquier insurgencia que se produjese en su
jurisdicción.
Vamos a
detenemos en este momento, para hacer algunas consideraciones destinadas a
clarificar y sincerar un poco más nuestra historia. Se ha querido presentar el
Gobierno del Presidente Gómez como una etapa de "oscurantismo", de "ignorancia",
de "atraso" y en general como la suma de todos los factores negativos
que se puedan concebir, eso es una gran mentira histórica. Es preciso que
señalemos: la Pacificación del país, el fin de la guerra civil, la creación de
un Ejército Nacional, a la orden del poder central, con la eliminación de los
caudillismos locales armados. El inicio de un plan de vialidad que fue sacando
progresivamente del aislamiento a las localidades del interior, ya constituyen
de por sí, logros muy importantes. Pero a esto debemos sumar muchas cosas más,
en materia de salud pública, uno de los primeros actos de aquel Gobierno fue la
creación de la Dirección de Salud Pública, adscrita al Ministerio de Relaciones
Interiores que con el tiempo se transformó en el Ministerio de Salubridad,
Agricultura y Cría. El Presidente Gómez fue un símbolo de autoridad máxima,
estuvo a la vez rodeado de los hombres más eminentes de Venezuela, larga lista
difícil de enumerar, porque podríamos incurrir en muchas omisiones. Se trató
además de un Gobierno cuidadoso de las formas en el sentido de que casi todos
sus actos en principio estaban amparados por la Constitución vigente y las
leyes correspondientes.
Posteriormente,
los Gabinetes de los Generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina
Angarita, estuvieron constituidos por compatriotas de alta calificación y
entonces nos preguntamos: ¿Durante qué época se formaron esos hombres? Indudablemente
durante los años de Gobierno del General Juan Vicente Gómez, luego no era una Venezuela
sumida en la "ignorancia" como se ha querido decir, sino un país de
dimensiones y proporciones más modestas que no puede ser juzgado a la ligera
con el criterio de hoy.
Queremos
recordar aquí algo interesante, relativo a los días iniciales del Gobierno del
General López Contreras en diciembre de 1935. En febrero de 1936, anunció al
país lo que se llamó el "Programa de Febrero" que no fue el resultado
de una producción precipitada, inconcebible en un lapso tan breve. El "Programa
de Febrero", no fue sino la compaginación y presentación en forma orgánica
de los planes y programas existentes en los diferentes despachos ministeriales
del Gobierno del Presidente Gómez.
Nadie puede
negar que la Venezuela que recibió el General Eleazar López Contreras a la muerte del General Juan Vicente Gómez, el 17 de diciembre de 1935, era un país en marcha
comparándolo con la Venezuela de comienzos del siglo XX. La deuda externa había
sido totalmente cancelada por el Presidente Gómez, éramos un país solvente
dentro de la comunidad internacional, las bases de la Hacienda Pública y del
Fisco Nacional estaban creadas, así como también había una Legislación de
Hidrocarburos cónsono con el momento en que vivíamos, porque ya se había dado
inicio a la nueva economía con la explotación de nuestros recursos
petrolíferos.
No queremos terminar, sin mencionar el tema petrolero,
durante la época a que nos hemos venido refiriendo, porque se han difundido
muchas inexactitudes al respecto.
La
producción petrolera comercial empieza en Venezuela el año de 1914, durante el
Gobierno del General Juan Vicente Gómez. Para el año de 1919, el país apenas
producía 1.000 barriles diarios de petróleo, cantidad irrelevante para la
economía nacional hasta el año de 1918, toda la materia de hidrocarburos estaba
incorporada a las leyes y códigos de minas, sin embargo, ese mismo año el Gobierno
Nacional del Presidente Gómez, sintió la necesidad de una reglamentación
específica sobre la materia y decreta el primer reglamento sobre petróleo,
asfalto, carbón y demás minerales combustibles. No conforme con este paso,
decreta en 1920 otro reglamento mejorando el anterior y ya para ese momento
siente la necesidad de legislar en materia de hidrocarburos y se promulga
nuestra primera ley al respecto en 1920, seguida por una progresión constituida
por las leyes de 1921, 1922, 1925, 1928 y 1935, última Ley de Hidrocarburos del
Presidente Gómez, con ésta progresión la historia lo que nos dice es, que el
Estado se daba cuenta ya de que estaba en presencia de una nueva e importante
riqueza y que por lo tanto era preciso mediante la legislación correspondiente
asegurar los derechos del país. Tanto más mérito tiene esta actitud, cuanto que
como hemos dicho se trataba de un Gobierno que actuaba por convicción y no por
presión externa; además carecíamos de los técnicos venezolanos expertos en la
materia. Es precisamente el Dr. Gumersindo Torres, un venezolano eminente quien
como Ministro de Fomento del Presidente Gómez en 1930, crea el Servicio de
Hidrocarburos y escoge Ingenieros venezolanos recién graduados, con buenas
calificaciones para enviarlos al exterior y especializarlos en materia
petrolera, la lista de este grupo honra al que tomó esta medida.
Para
terminar se ha circulado la especie de que el General Gómez, poseyó grandes
intereses petroleros. Totalmente falso, hemos leído el inventario de sus bienes
y a través de él, lo que sí vemos es que era propietario de una gran cantidad
de fincas agropecuarias que era su campo y en cuanto a intereses petroleros,
sólo hemos encontrado que poseía la quinta parte de un Royalty adquirido por
10.000 bolívares de un señor de Maracaibo.
Nos hemos
extendido en una exposición compleja, porque contiene muchos elementos y sólo
deseamos que nuestra intervención despierte en los miembros estudiosos del
auditorium curiosidad y deseo de acercarse a esos periodos con objetividad, sin
prejuicios, analizándolos a fondo, porque su correcta y cabal comprensión es
esencial para entender mucho de lo ocurrido posteriormente e inclusive bastante
de nuestro acontecer actual. Muchas gracias.
José Antonio
Giacopini Zárraga
(Extracto de la Conferencia dictada, el 7 de marzo de 1985, en la Universidad Metropolitana
de Caracas).