domingo, 5 de abril de 2015

VENEZUELA EN EL EXTERIOR


La República de Venezuela es el país mejor gobernado del mundo. Esto se debe a la enérgica dirección del General Juan Vicente Gómez y a su entera consagración a sus deberes.


Nueva York, 16 de febrero de 1933.

En la hermosa residencia del respetable caballero señor J. Theus Munds, de la conocida firma bancaria Munds, Winslow & Potter, verificóse anoche un acto social de lo más lucido y de la mayor significación. Se trataba de una comida con que el referido Sr. Munds quiso obsequiar al distinguido venezolano doctor Luis F. Calvani, llegado recientemente a esta metrópoli.

Además del huésped de honor y del obsequiante, sentáronse a la mesa las siguientes personalidades: Señores L. de l`Aigle Munds, Guy M. Standifer, Clinton T. Revere, Louis L. Allen, Harold Davis, Howard P. Ingels, todos de la firma nombrada; George Frederick Naphen, Director de la Creole Petroleum Corporation; John E. Carney y William M. Erb, de la casa bancaria Clark, Childs y Keech; William H. Hamilton, Capitalista, miembro del Consejo de la Universidad de Nueva York, y antiguo Vicepresidente de la Guaranty Trust Company; William C. Kaelin, Director de la Río Palmar Land y Timber Corporation; Russel Palmer, Presidente de la Junta Directiva del American International Investment Trust, Limited, y Capitalista de Londres; J. A. Sisto, de la firma bancaria Sisto & Co., P. S. P. Randolph, Jr., de la casa bancaria Appenzeller, Allen & Hill, Sanford Griffith, de la casa bancaria Stockes, Hoyt & Co.; John Sargent y Joseph Lyons, Capitalistas de Boston; Fal de St. Phalle, economista; David Morse; R. B. Gaither, abogado consultor de la Venezuela International Gold Fields, Limited y L. G. Huntley, Ingeniero de Pittsburgh.

Los caballeros nombrados pertenecen al respetable grupo de capitalistas que han fundado la compañía “Venezuela International Gold Fields, Limited”, con el objeto de emprender en gran escala y lo más intensamente posible la exploración y explotación de minas de oro en la mencionada República.

A la hora de los postres tomó la palabra el señor Clinton T. Revere, autoridad mundial como escritor en asuntos económicos, para participar a los presentes la grata noticia de que el doctor Calvani, después de haberse enterado de las bases sobre las cuales se constituyó la compañía, de la rectitud de sus miras, había aceptado las funciones de Consejero Técnico de la Mesa Directiva y de su Representante en Venezuela. El orador dijo que ninguna elección podía ser más acertada, pues se trata de un hijo del país de probado patriotismo e integridad a quien el General Gómez, con tacto especial y clara visión que caracterizan todas sus determinaciones, puso al frente del Departamento de Petróleo en el Ministerio de Fomento durante el periodo más delicado del desarrollo de dicha industria en Venezuela, esto es, cuando habían de resolverse los difíciles problemas que ella plantea en sus comienzos en las naciones donde se explota ese mineral. El orador manifestó en seguida el reconocimiento de la Mesa de Directores hacia el Presidente Gómez, por haber dado su beneplácito al doctor Calvani, a la sazón al servicio de su acreditado Gobierno, para prestar su cooperación a la compañía; y luego se extendió en halagadoras consideraciones acerca de las garantías y seguridades que brinda el Gobierno de Venezuela a los capitales extranjeros que van a invertirse en su privilegiado territorio; y para que no quedara la más ligera sospecha de que los elogios que hacía del notable mandatario sudamericano eran dictados por intereses del momento, repitió algunas de las ideas que emitiera en octubre último en una Conferencia que dictó a los estudiantes de la Universidad de Rutgers, una de las principales instituciones docentes de los Estados Unidos cuyo tema fue: “El incremento del Liberalismo Político”, y en la cual llegó a la conclusión general de que la participación de la democracia en la parte administrativa de los gobiernos ha ido demasiado lejos y ha puesto obstáculos a la eficiencia y economía del Poder Ejecutivo. En aquella ocasión, refiriéndose a Venezuela, el señor Revere se expresó así:

“He llamado la atención hacia la extravagancia e ineficiencia que se nota demasiado a menudo en los países donde la administración pública se encuentra obstaculizada por las exigencias de determinados grupos políticos. Lo que necesita cada nación en estos tiempos de confusión y depresión es una dirección fuerte y patriótica. En mi opinión la República de Venezuela es el país mejor gobernado del mundo. Esto se debe a la enérgica dirección del General Juan Vicente Gómez y a su entera consagración a sus deberes.

No niego que con frecuencia se oye decir que su gobierno es autocrático. Esa acusación emana de políticos que quisieran ejercer esa misma autoridad, no teniendo, empero, la sabiduría que ha demostrado de manera tan palpable el Jefe de esa Nación suramericana.

Me doy cuenta de que muchos de Uds., hombres jóvenes, creen que están familiarizados con las condiciones de casi todos los países del mundo. Sin embargo, Uds. Probablemente no conocen el hecho de que Venezuela es la única nación del Globo que se encuentra absolutamente libre de deuda externa y sin impuestos onerosos. Esto es consecuencia, única y exclusivamente, de la sabia política del General Gómez, quien se mantuvo firme contra la epidemia de inflación y de empréstitos, mientras que el resto del mundo se iba llenando de pesadas deudas. El ha empleado las entradas del Tesoro Nacional en satisfacer todos los compromisos de la República y en desarrollar sus riquezas naturales.

Los críticos del General Gómez se quejan de que es autócrata. Lo cierto es que él no ejerce sino una jefatura sabia. Creo que a Uds. Les es muy fácil imaginarse lo que habría sucedido en Venezuela si se hubiera dividido en diversas facciones políticas, con disturbios internos, y un grupo combatiendo a otro para apoderarse de los cargos y de las rentas públicas. Hemos visto lo que sucedió en México cuando el régimen de estabilidad de Díaz fue sustituido por uno de contiendas civiles y de anarquía por largos años.

Quizás extrañen Uds. que, siendo el General Gómez hijo de una Nación joven, haya demostrado más cordura y más sabiduría administrativa que algunos de los eminentes estadistas de Europa y de Norte-América, cuyos nombres figuran en primer término entre las entidades de fama mundial. Cuando se escriba la historia de nuestros tiempos, el nombre del General Gómez figurará en el rango de los estadistas de fama, como Pericles, Marco Aurelio y otros abnegados patriotas de la antigüedad.

Hoy en día las leyes de Venezuela están caracterizadas por una amplia sabiduría constructiva que no ha sido superada por las de ninguna otra nación. El desarrollo del país por la inversión de capitales extranjeros ha sido fomentado a beneficio del pueblo venezolano. Buenas vías de comunicación y modernos métodos de saneamiento hacen que Venezuela sea un modelo entre las naciones del hemisferio occidental. Todo esto se debe a la política prudente, firme y patriótica del actual Presidente de Venezuela. Interpreto los sentimientos de muchos de mis compatriotas si digo que quisiera que aquí tuviésemos un Jefe del carácter y de las condiciones del General Gómez”.

El señor Revere terminó su interesante peroración brindando por la prosperidad de Venezuela y por la de su ilustre Presidente.

El doctor Calvani contestó agradecimiento en grado muy alto los elogios del Sr. Revere para la tierra de su nacimiento y para el hombre a quien ella debe sus más notables obras de progreso, la inconmovible paz de que goza en el Exterior; dijo que su reconocimiento era tan grande como la benevolencia del orador al favorecerlo con conceptos que está muy lejos de merecer y de los cuales tomaba nota como un estímulo para su conducta en el porvenir; que tenía verdadera fe en el éxito de la empresa, en primer término por la seriedad de los propósitos de sus fundadores y por su firme disposición de llevarlos a cumplido remate, y luego por haber sido su iniciador el señor George F. Naphen, hombre de gran capacidad como economista, de clara visión para concebir y poner por obra grandes negociaciones; el mismo que creó y llevó a su mayor desarrollo las compañías Lago y Creole, distinguiéndose así entre los que más han contribuido al desenvolvimiento de la industria petrolera en Venezuela; expresó en seguida su satisfacción por contarse entre los que más habían estimulado al señor Naphen a llevar su proyecto su antiguo amigo el señor William C. Kaelin, que tan gratos recuerdos dejó en Caracas, admirador de las grandes virtudes del pueblo venezolano y entusiasta propagandista en el extranjero de su cultura y su hidalguía. Para corresponder al brindis del señor Revere propuso otro por la creciente prosperidad del gran pueblo americano, por el Presidente Hoover, a quien conceptúa un hombre honrado y un patriota, capaz de haber hecho mucho en beneficio de su país si no hubiera tropezado con el persistente obstáculo de la terrible crisis que ha afligido el mundo entero durante los años de su administración; y concluyó haciendo votos porque el Presidente electo Roosevelt, cuyo ruidoso triunfo es testimonio de la alta estima en que lo tienen sus compatriotas, pueda realizar los altos ideales concebidos por su espíritu selecto y su bien cultivada mente.

La simpática reunión duró hasta pasada la medianoche en medio de la cordialidad y entusiasmo, y los asistentes se despidieron llevando en el ánimo las más gratas impresiones y las más lisonjeras esperanzas.

(Publicado en el Periódico “El Nuevo Diario”, el 7 de marzo de 1933).