Benemérito General Juan Vicente Gómez
Presidente Constitucional de la República y Jefe de la Rehabilitación Nacional
Al lado de las obras que son privativas de la gerencia del Benemérito
General Juan Vicente Gómez, como Administrador Supremo de la Nación, y que se
hallan de presentes en el orden social y material, puede establecerse la serie
paralela de las que han nacido y se han desarrollado, como productos de la
iniciativa individual o colectiva, a virtud del trabajo de los individuos o de
los gremios, asegurado, amparado y garantizado por un largo periodo de paz,
dentro del cual han arraigado, se han multiplicado y están comprometidos
ingentes y caudalosos intereses, trabados ya con tal solidez y resistencia, que
su sola naturaleza y extensión los defienden contra toda tentativa hostil.
BILLIKEN se honra en presentarle al Benemérito General Gómez, como un
hombre digno del Rector eminente de la sociedad venezolana, algunas vistas y
aspectos de empresas industriales de todo orden, que prosperan confiadamente
bajo los auspicios de las energías rehabilitadoras de la Patria, y las cuales
deberán suscitar muy íntimas y muy legítimas satisfacciones, en el día de la
Causa, en el amplio, sereno y patriótico espíritu del gran Magistrado; y
presentarle un firme testimonio de que la paz que ha hecho ganar a la República
no está ya a merced de conatos anacrónicos e insensatos.
El jornalero, el obrero, el industrial, el comerciante, el empresario,
el capitalista, saben ya prácticamente y están experimentando, en sosiego y
creciente esperanza, lo que son las satisfacciones compradas con el fruto de su
esfuerzo y de su consagración al trabajo, cada quien en su esfera y conforme a
sus capacidades.
Cada uno de ellos está seguro de que cuenta con el pan y el provecho del
día siguiente y de que puede calcular sin azares sobre la aplicación o el auge
de sus beneficios. Una tal situación de bienestar espiritual, nacido del bien
material, no serían tan irracionales quienes la están gozando, para jugarla a
las contingencias de delirios y fantasías verbalistas y sin sentido.
El anhelo nacional es porque el Dios de las naciones nos conserve como
fundamentales estos bienes adquiridos bajo la rígida conducción del Estadista
egregio, que esos bienes, por la sola acción de su fuerza intrínseca, no
necesitan para crecer indefinidamente y procrear otros intereses de vida y de
salvaguardia, sino que se mantengan inalterables la paz y el orden, a fin de
que bajo ellos y a su merced teja el trabajo su recia trama de riqueza y de
vida.
Estos son y éstos serán ante la Historia el orgullo y la gloria del Jefe
ilustre de la Rehabilitación, hecha verdad desde el 19 de diciembre de 1908.
BILLIKEN renueva al Benemérito señor General Gómez el voto de su júbilo
respetuoso y cordial.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 20 de diciembre de 1924).