Un aspecto de la mesa durante el obsequio a los cadetes en la Escuela
Militar de Caracas, Venezuela. Año 1924. (Foto: Manrique).
El miércoles 17 de la semana que termina tuvo efecto en la Escuela Militar un simpático acto, consistente en que el Coronel Elías Sayago, culto e idóneo Director de aquel Instituto donde se aleccionan nuestros militares en la noble carrera de las armas, llevada hoy en nuestra Patria a grande esplendor, despedían tanto él como los demás profesores del plantel, a los jóvenes alumnos que tras luengas vigilias y provechosas enseñanzas han terminado felizmente los cursos de la materia.
La despedida a los cadetes, nuevos conscriptos de la Patria, consistió en un animado y fraterno almuerzo en que el Coronel Sayago, en nombre del Jefe nato del Instituto, Benemérito General Juan Vicente Gómez, ofreció a los alumnos que salen ya de allí con una hidalga profesión ennoblecida con el consciente estudio, y ávidos de dar al Ejército Nacional el brillo que requieren las armas de la República a la legítima y gloriosa herencia militar que nos viene desde Carabobo y Ayacucho.
El grupo de cadetes que terminó sus estudios rodeando el busto del Padre de la Patria, Simón Bolívar en la Escuela Militar de Caracas, Venezuela. Cuartel de La Planicie. Año 1924. (Foto: Manrique).
El excelente obsequio, que se vio prestigiado por los demás profesores y personalidades militares, fue dedicado, en nombre del Coronel Sayago, por el señor Ramón Vicente Astorga, en muy expresivos términos en que puso de manifiesto los deberes sacrosantos que impone la Patria a los que bien la sirven en la profesión, benigna hoy, de las armas, ya que en la actualidad no hacen sino velar por la paz inalterable que nos cobija.
"No olvidéis, dijo el orador, que sois vosotros los que debéis recoger los laureles que la posteridad ofrendará al Creador de esta obra, General Juan Vicente Gómez, y a su más entusiasta y eximio colaborador, General José Vicente Gómez".
En nombre de sus integrantes aceptó el obsequio agradeciéndolo en sinceras frases al Alférez Mayor Simón Arenas Revenga, expresándose luego en parecidos términos de cordialidad el Coronel Celestino Hernández y el Capitán Moncada López.
Felicitaciones a los jóvenes cadetes por el feliz coronamiento de sus estudios.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 20 de diciembre de
1924).