domingo, 12 de septiembre de 2021

COMPOSICIÓN MUSICAL DEDICADA AL PRESIDENTE GÓMEZ

 

Benigno Marcano Centeno, figura entre los más grandes músicos cumaneses de todos los tiempos.

El virtuoso músico cumanés Don Benigno Marcano Centeno, compuso la marcha triunfal titulada "21 de Julio", como un homenaje a la histórica fecha de la batalla de Ciudad Bolívar, ocurrida en el año 1903, en la que el Benemérito General Juan Vicente Gómez, selló definitivamente la Paz en Venezuela.  

SEÑOR BENIGNO MARCANO CENTENO

Inspirado compositor venezolano, autor de la marcha triunfal "21 de Julio", dedicada al señor General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, y la cual fue estrenada con éxito brillante en el concierto de la Plaza Bolívar, verificado el 30 de diciembre de 1923.

El señor Marcano Centeno es un afortunado cultivador del sublime arte musical y, entre otras obras de mérito, cuenta con las siguientes: "Celajes de Cumaná", "Ecos del alma", "Quizá te quiera", "Agua Santa", "María Amelia", "Un recuerdo", Mientras los años pasan", y "Nuevo Ideal", valses; Fox-trot "Iris", "Rosas del Ávila"; One-step "Carabobo"; Pasodoble "América" y el vibrante "Canto patriótico a Sucre".

(Publicado en la Revista "Billiken", el 5 de enero de 1924).


IMPRESIONES DEL EXTERIOR SOBRE EL GENERAL GÓMEZ 1915

 

Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de la República de Venezuela.

Motivo muy justificado de íntimo regocijo y aún de orgullo patriótico para los venezolanos, será siempre el concierto de honoríficas alusiones al estado actual de nuestro país que ha venido haciendo la prensa del exterior al hablar de la reciente elección del General Juan Vicente Gómez para ejercer la Presidencia Constitucional de la República. 

El nombre de Venezuela, rehabilitado de aquel concepto de país turbulento y desorganizado que culminara dolorosamente para la época en que el General Gómez asumió anteriormente el Poder Público, es ahora objeto de las merecidas alabanzas que por todas partes van proclamando el sorprendente cambio que en sólo cortísimos años, ha convertido a la nación, de postrada y desesperanzada, en próspera y vigorosa dueña de un inmediato porvenir tan halagüeño como el mejor que para sí han anticipado en laboriosa y prolongada gestación, las más florecientes repúblicas hermanas de América. 

Porque, en efecto, con ser tanto lo adelantado, apenas podemos considerarlo sino como amplia base para mayores y más extensos progresos en todos los órdenes de la actividad nacional. Y de ahí las seguras promesas que implica el hecho de la designación del General Gómez para dirigir la República; de tal suerte que enumerar los frutos de la política que practicó y de la obra administrativa que realizó cuando una vez estuvo al frente de los destinos nacionales, es a un tiempo un tributo de la justicia a sus merecimientos ciudadanos y un hermoso vaticinio de nuevos y más robustos avances del país durante el período de gobierno para el cual ha sido designado. 

Así es cómo justifica naturalmente la opinión pública extranjera la elección presidencial del benemérito compatriota, y por qué desde su tribuna imparcial, coaccionada solamente su palabra por la verdad avasalladora de los hechos, comparte con el pueblo de Venezuela la acertada inspiración de confiar al autor de los bienes presentes las esperanzas de otros aún mayores para los próximos años venideros. 

Escribimos las anteriores líneas a propósito de una nota editorial que con motivo de la elección del General Gómez trae el autorizado diario "La Discusión", de La Habana. En él habla exclusivamente la estadística, siempre irrevocable y convincente, lo mismo cuando se trata de las tristes revelaciones de la decadencia que cuando de la prosperidad y auge de los pueblos. 

He aquí un extracto de sus párrafos, desnudos de todo adorno extraño a los hechos convincentes: 

"En momentos los más precisos, cuando siguiendo los dictados de un carácter estrafalario, reñido con los intereses del mundo entero, Venezuela se encontraba en la más espantosa anarquía, en el más penoso estado de postración moral, económica y política, al extremo de que su sitio en el rol de las Repúblicas americanas había llegado a estar entre los últimos, surgió el General Gómez, quien, con patriotismo previsor, con alteza de miras, con firmes convicciones, pudo despertar en ella la misma adormecida pujanza de que diera en épocas legendarias muestra prepotente y gallarda, cuando sus pensadores y guerreros, con Miranda y Bolívar, con Sucre y Páez, laboraron briosa y eficazmente por la libertad de medio mundo colombino. 

Todo en Venezuela ha florecido y ha surgido a nueva vida desde entonces. Consolidado el orden público, garantizados ampliamente todos los derechos, todos los intereses, todas las aspiraciones legítimas, Venezuela ha podido dedicarse a desentumecer, primero sus aletargadas energías, y después a vigorizarlas y ensancharlas prodigiosamente. Y, como es natural, la nueva existencia se ha venido caracterizando, ante todo, por un constante y creciente desarrollo de los intereses. 

Los datos concretos de las estadísticas se encargarán de demostrarlo. 

Han surgido en Venezuela en un breve período de tiempo: más de cincuenta centros industriales, con un valor que oscila de 75 a 80 millones de bolívares, sin contar las empresas petroleras, de asfalto y de carbón que han obtenido concesiones legales y cuyos capitales son los más fuertes entre los de explotaciones industriales en el país. 

Las compañías mineras han elevado su capital a más de ocho millones. En empresas productivas de fuerza y luz se han invertido más de cinco. 

En industrias varias, productoras de cemento, vidrio, papel, lozas, más de ocho millones. Para activar los medios de transporte se han empleado diez y siete millones y las empresas constructoras de otra índole han elevado su capital a diez y nueve millones. 

El comercio ha aumentado de 1909 a 1914 un setenta por ciento. El comercio de 1909 alcanzó a 132.000.000 de bolívares. El de 1914 ascendió a 224.000.000. 

Las exportaciones que en 1909 fueron 49.000.000, en 1914 llegaron a 88.000.000. 

Los 227.000.000 que Venezuela debía, se hallan ya reducidos a 171.000.000. Venezuela con admirable puntualidad paga los intereses de sus deuda, y va al mismo tiempo amortizándolas rápidamente, en lo posible. De su buen proceder a este respecto, ha dado valioso testimonio la cancillería francesa al consignar en un documento público este honrosísimo párrafo: 

"Venezuela es como los Estados Unidos, país que cierra sus presupuestos con superávit y que además amortiza regularmente sus deudas y paga sus impuestos más ínfimos". En efecto, el superávit en su presupuesto excede de 12.000.000 de bolívares. 

En caminos públicos se han construido desde 1910 mucho más de 1.364 kilómetros y actualmente hay en proyecto 12 nuevas vías con extensión de más de 900 kilómetros. En obras de modernización y mejoramiento de antiguos caminos carreteros se han invertido 13 millones. 

La Instrucción Pública se ha hecho obligatoria y se ha ensanchado con toda amplitud. En 1909 sólo había en Venezuela 716 escuelas. Hoy llegan a 1.410. 

La salubridad pública, que casi no existía en 1909, ha sido establecida en tan excelentes condiciones que, gracias a ella han desaparecido las enfermedades como peste negra, peste amarilla, tifoidea, etc. 

Y Venezuela además de todos esos beneficios positivos obtenidos en el interior, ha logrado algo más grande, algo que iba resultando imposible: solucionar ventajosamente los innumerables conflictos que le creara con América y con Europa la intemperancia de Cipriano Castro. Venezuela zanjó definitivamente en 1913 el más grave de esos conflictos, el que existía pendiente con Francia, reconociéndose todos los derechos por ella alegados para ir al arbitraje y quedando por último reducidos a 3.000.000 de francos los 23 que de ella, por la intervención directa de la diplomacia, se reclamaban. 

La, obra del General Gómez justifica que el Congreso venezolano le haya elegido nuevamente por unanimidad Presidente Constitucional para el período de 1915 a 1922". 

(Diario "El Universal" de Caracas. Mayo de 1915).


sábado, 11 de septiembre de 2021

INAUGURACIÓN DE LA PLAZA MIRANDA DE SAN FELIPE 1918

 

Un aspecto parcial de la Plaza Miranda en San Felipe, Estado Yaracuy, construida durante el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Año 1918. (Foto: Mazzi).

El Estado Yaracuy, en cuya capital se ha construido la Plaza Miranda que reproduce parcialmente nuestro grabado, es una de las Secciones donde mayores adelantos se observan en estos últimos años. El ramal ferroviario de Palma Sola, obra de la Empresa del Ferrocarril Bolívar, y la Carretera de la Costa, abierta por el Gobierno Nacional, dan buena idea de tan positivos adelantos, a los cuales se agregan los trabajos públicos ejecutados por la Administración local, presidida por el General J. Victoriano Giménez, activo y fiel intérprete de las ideas gubernativas practicadas por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Jefe de la Rehabilitación Nacional. El Gobierno de Yaracuy construye actualmente la importante Carretera San Felipe-Nirgua, al propio tiempo que cuida con preferencia las vías de comunicación que conducen a los Estados limítrofes.

Entre las obras que se han llevado a cabo en la capital del Estado, figuran la Plaza Miranda, la Avenida "19 de Abril" y un puente de cemento armado sobre el río Yurubi, el cual estará unido a San Felipe por una avenida de un kilómetro de longitud, próxima a terminarse.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 27 de junio de 1918).