miércoles, 29 de diciembre de 2021

EL GENERAL GÓMEZ Y LOS HOMBRES DE TRABAJO 1924

 

Multitud de trabajadores industriales se congregaron para aclamar al Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Año 1924. Caracas, Venezuela.

El General Gómez se enorgullece en primer término de ser un trabajador y nunca olvida, a pesar de su brillante carrera política y militar, que le ha llevado a ser el primer ciudadano de Venezuela, su acendrado amor al trabajo y su predilección por los humildes.

En la mañana de ayer tuvo efecto un acto por demás sencillo, pero que habla directamente al corazón del pueblo y expresa fielmente los sentimientos del Jefe del País hacia las clases trabajadoras, cuyo bienestar constituye uno de los principales objetivos del Benemérito General Gómez.

Con motivo de su actitud en el asunto de pasteurización de la leche, quiso el laborioso gremio que explota dicha industria expresarle su adhesión y agradecimiento. Así tuvieron ocasión de hacerlo al pie de la estatua de Sucre, en la Avenida 19 de Diciembre, mientras el Presidente de la República daba su paseo matinal.

Más de setecientos industriales se hallaban en aquel sitio. El General Gómez, a quien acompañaba el señor General José Vicente Gómez, Vicepresidente de la República e Inspector General del Ejército y muchos amigos y servidores, descendió de su automóvil y con la llaneza que le distingue, con su proverbial amabilidad, estrechó la mano de los honrados trabajadores con quienes departió algunos instantes.

"Yo también soy un hombre de trabajo", dijo el General Gómez. Palabras que cobran en sus labios el más puro acento de republicanismo y que sin duda serán escuchadas con satisfacción por todas las clases laboriosas del país, como lo fueron ayer por los que le agasajaban. El General Gómez se enorgullece en primer término de ser un trabajador y nunca olvida, a pesar de su brillante carrera política y militar, que le ha llevado a ser el primer ciudadano de Venezuela, su acendrado amor al trabajo y su predilección por los humildes. Esas palabras suyas, de una sencillez elocuente, expresan el soplo de justicia y de verdad que anima su alma de patriota con el cual ha podido transformar en breves años a nuestro país, arraigando en el corazón del pueblo honrado y laborioso la fe más profunda en el noble espíritu de justicia que lo guía en todos sus actos públicos y privados.

El General Gómez se retiró gratamente impresionado de la manifestación de esos trabajadores que le aclamaron con entusiasmo, y a quienes une un motivo más de agradecimiento con el Ilustre Conductor de los destinos nacionales. Gran número de los manifestantes de esos trabajadores se sumaron al séquito presidencial y le acompañaron en el paseo hasta su regreso a Miraflores.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 4 de septiembre de 1924).


jueves, 23 de diciembre de 2021

REGALOS DEL GENERAL GÓMEZ A LOS NIÑOS EN NAVIDAD 1924

 

Aspecto de la Gradería del Capitolio Federal de Caracas, ocupado por más de 10.000 niños que fueron a recibir regalos del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, el 24 de diciembre de 1924. (Foto: Manrique).

Animado y encantador aspecto presentaban en la mañana del 24 de diciembre de 1924, los jardines interiores y los alrededores del Capitolio Federal. Una gárrula y alegre chiquillería, en desbordante ola llenaba el augusto recinto sólo destinado a los muy serios menesteres de las leyes y de la política.

Aquel insólito movimiento infantil se debía a la noble y cristiana oferta hecha por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, que corrió en los diarios de la capital, y por la que ofrecía el Magistrado regalos y una cobija para cada niño que la hubiera menester y la fuera a buscar como un recuerdo de Nochebuena.

La distribución se hizo con perfecta regularidad gracias a la actividad de los empleados y del Coronel Pedro García, Jefe del Cuerpo de Seguridad, quienes tomaron todas las precauciones del caso con la enorme cantidad de seres allí congregados.

Detalles de los jardines del Capitolio ocupados por los niños, el 24 de diciembre de 1924. (Foto: Manrique).

Alegres y parleros salían los chiquillos ostentando cada cual los regalos y la manta con que habrían de envolver sus cuerpecillos friolentos en las noches invernales.

Una madre decíale al tierno fruto de sus entrañas, un bebé morenito:

"Mira mijo, esta cobija te la manda el Niño Dios, que nació esta noche".

Pero otro ya más espigadito que está en la escuela, replicó:

"¡Qué va! Esta cobija me la da el General Gómez".

¿Y cómo lo sabes tú?

"¡Guá! Acaso yo no sé leer, yo lo leí en la prensa".

Multitud de curiosos ante el desfile por el Boulevard Este del Capitolio Federal de Caracas, Venezuela, el 24 de diciembre de 1924. (Foto: Manrique).

La generosa dádiva del Supremo Magistrado para la infancia menesterosa, tendrá también un generoso eco en sus tiernas mentalidades por el aguinaldo.

Nuestros grabados representan vivientes aspectos de la fiesta infantil que estuvo animada por una banda de música. 

(Publicado en la Revista "Billiken". Diciembre. Año 1924).

 

martes, 21 de diciembre de 2021

SOLEMNE MANIFESTACIÓN POPULAR AL GENERAL GÓMEZ 1925

 

Más de 30.000 obreros aclamaron como el Primer Obrero de Venezuela, al General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, dando una expresiva demostración de afecto, de solidaridad y de admiración del pueblo de Caracas hacia el Magistrado que ha hecho noble e incansable afán de su vida, la garantía de la Paz y la rehabilitación de la Patria. 

 LA SIGNIFICACIÓN DE LA FECHA

Caracas celebró ayer uno de sus más felices días, y oportuno es recordar la coincidencia de que, todavía recientes las gratas emociones de esa fecha de gloria que es el 5 de Julio, el espíritu popular volvió a exaltarse en el entusiasmo de otra efemérides trascendental dejada en nuestra historia también por el esfuerzo de un hombre profundamente inspirado en el culto de la Patria y en la mayor dignificación y bienestar de sus conciudadanos.

Nos referimos al Día de la Paz; a los festejos rendidos, al cabo de 22 años de tranquilidad pública, en conmemoración de un hecho que fue origen del resurgimiento nacional, y en el que entre el mismo fragor de una lucha cruenta se cimentó, afortunada, la obra del Pacificador, del General Juan Vicente Gómez, quien más tarde debía hacer culminar en cimas de civilización y de prosperidad el nombre y la vida de Venezuela.

Y consciente la nación de lo que aquel suceso significa, ha aprovechado el aniversario de la Batalla de Ciudad Bolívar para demostrar de la manera más expresiva, su gratitud, su admiración y su afecto hacia el Benemérito Caudillo que cada vez ampara con mayor voluntad y con mayores fuerzas, su ascenso a un brillante porvenir.

LA MANIFESTACIÓN

Desde las primeras horas de la mañana comenzó en toda la ciudad la espontánea demostración de un gran sentimiento de alegría.

El Comercio, y todas las oficinas de negocios, permanecieron cerrados, lo mismo que las casas industriales cuyos obreros se apresuraron a concurrir a la plaza de Pagüita, que a poco fue insuficiente para contener la inmensa muchedumbre allí congregada, y que fue invadiendo, llenándola casi en su totalidad, la Avenida Sucre, alcanzando la Plaza Juan C. Gómez hasta que a las 9 a.m. se dio principio al imponente desfile.

Todas las clases trabajadoras, hombres, mujeres y niños, en número de más de 30.000 hicieron acto de presencia, satisfechos de aquel acto que traducía ingenua gratitud.

Las distintas agremiaciones industriales de agricultores, las Sociedades Benéficas y Religiosas, integradas por obreros, perfectamente ordenadas y separadas en nutridos grupos, llevando cada una sus estandartes y todas un enjambre de banderas blancas con inscripciones alusivas en donde el nombre del General Gómez resaltaba entre votos de afecto, recorrió las calles de la ciudad ascendiendo desde Pagüita hacia Carmelitas y de aquí por el Capitolio a la Plaza Bolívar para hacer ofrenda de un bello pabellón de flores naturales ante la Estatua del Libertador. El hermoso homenaje tenía la siguiente inscripción: "Las clases trabajadoras de Venezuela a nuestro Libertador en el Día de la Paz, 21 de Julio de 1925".

De este punto siguió el grandioso cortejo hasta la Romualda y Corazón de Jesús, regresando al Palacio Federal, en donde esperaban a los manifestantes en representación del General Gómez, el señor doctor Pedro Manuel Arcaya, Ministro de Relaciones Interiores, y el señor General Rafael María Velasco, Gobernador del Distrito Federal; el General Lorenzo R. Carvallo, Prefecto del Departamento Libertador, y otros altos funcionarios públicos y amigos del General Gómez.

LOS DISCURSOS

Al llegar al Palacio Federal se detuvo allí la manifestación haciendo uso de la palabra para expresar su motivo, los señores Carlos Modesto Guevara y Manuel Antonio Escobar, representantes honorables de las clases obreras de Caracas, quienes elocuentemente hicieron resaltar en sus discursos el manifiesto cariñoso respeto y la intensa gratitud que guarda el obrero venezolano al General Gómez, en cuya personalidad verá siempre un verdadero protector.

Contestó el doctor Arcaya, Ministro del Interior, expresándose en la medulosa disertación con que, muy complacido, honra hoy sus columnas EL NUEVO DIARIO.

EL ORDEN

Movido unánimemente el pueblo por un sentimiento de satisfacción y de honda armonía, dentro del que cada quien quiso poner de manifiesto su íntimo culto al día, el orden fue perfecto.

El Dr. Pedro Manuel Arcaya, Ministro de Relaciones Interiores, en el momento de pronunciar sus palabras de agradecimiento a los obreros de Caracas y al pueblo venezolano por el masivo acto de apoyo y cariño demostrado al Presidente de la República, Benemérito General Juan Vicente Gómez. Año 1925.  

DISCURSO

Señores:

El Benemérito General Gómez, Presidente de la República, nos ha honrado, al General Rafael María Velasco y a mí, designándonos para que lo representemos en este acto.

Así, pues, en su nombre, os expresamos que él acoge con entusiasmo la manifestación de adhesión a su persona y a la causa de la civilización por él representada, que hacéis en este día, bien llamado de la Paz, porque es el aniversario de aquel en que el General Gómez, hace 22 años, selló el proceso de nuestras guerras civiles librando la batalla de Ciudad Bolívar, última, hasta ahora, de las de importancia que registran nuestros anales, y que sin duda quedará siendo para siempre la postrera.

Alienta el patriotismo observar cómo el elemento obrero, los braceros, los jornaleros, los que viven del trabajo de sus manos, se han dado cuenta ya del funesto error en que antes incurrieron al prestarse a ser los soldados de revoluciones que no les interesaban, porque ellas no se proponían sino meros cambios en el personal de los Gobiernos, sin que jamás prometiese siquiera sus conductores ni mucho menos en modo alguno cuando triunfaban, la obra verdaderamente trascendental para el pueblo venezolano en que han debido empeñarse nuestros políticos, y no en pelear por exóticas teorías para encubrir ambiciones personales, a saber: el mejoramiento de las condiciones de vida de los obreros y jornaleros que constituyen, aquí como en todas partes, la mayoría, de modo se les presten plenas garantías, se fomente el progreso del país a fin de que logren ganar elevados salarios y así puedan practicar la virtud del ahorro, se les concedan facilidades para adquirir tierras y hacerse propietarios, o para iniciar cualquier pequeña industria y hacerse empresarios y se les estimule a que levanten con honra y dignidad sus hijos.

Mas, esta obra ha venido a realizarla, y la está realizando a cabalidad el Benemérito General Juan Vicente Gómez y en verdad que ella le ganará ante la posteridad el galardón más preciado entre los que ésta le adjudicará por los grandes bienes que le ha hecho a Venezuela.

Comparemos, si no el espectáculo de esta manifestación con el que en otras épocas presentaban los jornaleros de Venezuela. Ahora, obreros que me escucháis, os halláis contentos, tranquilos en el seno de la paz, asegurado vuestro bienestar con los altos jornales que percibís. Antes muchos de vosotros, o de vuestros compañeros de aquí mismo o del interior, andábais a cada momento huyendo de los reclutadores que querían forzaros al servicio de las armas para defender a efímeros gobiernos, atacados por bandas que se titulaban huestes revolucionarias; o bien estábais o estaban vuestros camaradas, incorporados a esas mismas bandas, y eran entonces las interminables correrías por los montes, hambrientos, semi-desnudos, comiendo escasamente de la propiedad ajena, muriendo a millares en oscuros campos de oscuras batallas, mientras que vuestros hijos sufrían indecibles penalidades en vuestros hogares abandonados.

Tristísimas escenas esas, que no se repetirán en Venezuela, porque el General Gómez cerró para siempre en la República el periodo de las guerras civiles, esto es el de la barbarie, y abrió la era definitiva del progreso.

Obreros: ya esas épocas funestas no volverán; pero nuevos problemas traerá consigo el progreso mismo que está haciendo irrupción en Venezuela. La creación de nuevas industrias entre ellas muy particularmente la del petróleo, suscitará cuestiones delicadas en las relaciones del capital y el trabajo. Ráfagas de tempestad soplan por el mundo. Hombres disociadores se han empeñado, en países extranjeros, en emplear la gran fuerza de las masas obreras para destruir la civilización actual, halagando a los trabajadores con el espejismo de otra civilización nueva que proclaman como más equitativa, pero donde han intentado poner en práctica sus doctrinas, sólo ruinas y desastres han causado, tenedlo presente, para que nunca os dejéis seducir por tales prédicas. Guardad como precioso tesoro vuestro buen sentido de las realidades, y apoyadas, como siempre, lo estarán vuestras aspiraciones por el Benemérito General Gómez, mientras ellas se encierren en fórmulas de justicia, vosotros seguiréis prosperando y haciendo más sólido vuestro actual bienestar.

Bien sabéis cuántas medidas benefactoras para el trabajo se han dictado ya, merced al influjo del Benemérito General Gómez, culminando en la abolición, mediante la última reforma constitucional, del odioso impuesto del trabajo personal.

Obreros de Venezuela: Tenéis razón en querer y sostener con firme decisión al hombre providente y previsivo que gobierna la República.

PEDRO MANUEL ARCAYA.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 22 de julio de 1925).


miércoles, 15 de diciembre de 2021

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE TOCUYITO


El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, presente ante el Monumento de la Batalla de Tocuyito, escuchando a Luis Correa, redactor de "El Nuevo Diario", leyendo el editorial de ese periódico, publicado el 14 de septiembre de 1924. 

La Batalla de Tocuyito fue dirigida personalmente por el General Juan Vicente Gómez; debido a que el Jefe Revolucionario, General Cipriano Castro, había quedado imposibilitado de actuar por haber sufrido al comienzo de la acción la fractura de un pie, por la caída que sufrió con su caballo al saltar una zanja.

Los éxitos constantes que obtenía el Ejército Liberal Restaurador y la formidable energía y valor que demostraba ese pequeño núcleo guerrero, les fue abriendo sucesivamente las puertas del triunfo y a los que se rendían por la fuerza y se unían a ellos, se agregaban otros que se integraban también llevados por la fuerza sugestiva del triunfo. De un contingente de 60 hombres que fueron los que invadieron, el 23 de Mayo de 1899, llegaron a sumar 2.000, cuando el 14 de septiembre de 1899, hicieron frente al mejor Ejército de que disponía el Gobierno de Ignacio Andrade en las llanuras de Tocuyito. 

Las fuerzas del Gobierno de Andrade tenían su base en Valencia y su Ejército era de 6.000 hombres, comandados por dos jefes, el General Diego Bautista Ferrer, que era su Ministro de Guerra y el otro era el General Antonio Fernández que había peleado anteriormente en el Táchira.

El General Cipriano Castro, Jefe Supremo de la Revolución Liberal Restauradora con su Estado Mayor Jefes y Oficiales del Ejército en conmemoración de la memorable y heroica Batalla de Tocuyito, el 14 de septiembre de 1899.

Aparecen de izquierda a derecha, en hileras horizontales: Jesús Velasco Bustamante, Régulo Olivares, Emilio Fernández, Juan Vicente Gómez, Cipriano Castro, Joaquín Garrido, Aurelio Valbuena, Benjamín Ruiz, Rafael María Velasco Bustamante, Clodomiro Sánchez, Evaristo Parra, Luis Varela, Pedro María Cárdenas, Trino Castro, Aníbal Gómez, Carmelo Castro, Santiago Briceño, Román Moreno, Pedro Pablo Rodríguez, Rubén Cárdenas, Efraín Pulido, Secundino Torres, Jorge Bello, José María García, Graciano Castro, Román Castro, José Antonio Dávila, Marcelino Cárdenas, Ovidio Salas, Jesús Navarro, Roberto Pulido, Juan Alberto Ramírez, Francisco Jiménez Arráiz, Juan Figueroa, Ángel María Godoy, Argimiro Fuenmayor, Félix Briceño, Obdulio Bello, Carlos Díaz Yrwin, Enrique Arenas, Felipe Peralta, Maximiano Casanova, Eleazar López Contreras, Cornelio Superlano, César Ibarra, Eulogio Velasco, Jesús Parra, Abraham Parada, Evaristo Noguera, Antonio Cárdenas, Emilio Somaza, Calixto Escalante y José Antonio Cárdenas.

EL XXV ANIVERSARIO DE TOCUYITO

Monumento conmemorativo de la Batalla de Tocuyito. Año 1924.

Visita al campo de batalla. El General Gómez rememora y explica los sucesos culminantes de la acción. Una carta del General José María García. La lista de los Jefes y Oficiales que estuvieron en Tocuyito. Frente al monumento conmemorativo: lectura  del editorial de "El Nuevo Diario": palabras del doctor Urdaneta Maya. Regreso a Valencia. Almuerzo en el "Central Tacarigua".

El XXV Aniversario de la Batalla de Tocuyito, la heroica jornada que unió al Occidente con el Centro en la campaña de integración nacional emprendida en 1899, fue conmemorado ayer, 14 de septiembre de 1924, en el propio campo de la acción, de manera cónsona con su influencia trascendental en la historia contemporánea de Venezuela.

El Presidente de la República, General Juan Vicente Gómez factor principalísimo de aquellos acontecimientos, visitó el campo de batalla acompañado del Vicepresidente e Inspector General del Ejército, General José Vicente Gómez, y de un importante núcleo de amigos y servidores, entre los que se hallaban algunos supervivientes de la brillante oficialidad que se cubrió de gloria en aquel día memorable.

A su paso por Valencia el General Gómez fue saludado por distinguidos elementos de la sociedad carabobeña, muchos de los cuales, con el señor Presidente del Estado Carabobo, doctor José Felipe Arcay a la cabeza, se incorporaron a la comitiva que lo acompañaba a Tocuyito. El General Gómez explicó personalmente, ayudado a su prodigiosa memoria, los acontecimientos culminantes de la jornada, avivando sus relatos con recuerdos de un alto valor para el estudio de la campaña y para el conocimiento de los denodados compatriotas que allí ofrecieron su sangre en holocausto a los ideales grabados en sus banderas por aquella Revolución.

El señor doctor José Rosario García dio lectura a una carta del General José María García, Capitán entonces de la primera Compañía del irresistible batallón Libertador, que con su empuje final decidió la batalla a favor de las huestes andinas. El General García recordó en aquella carta un episodio que pinta a lo vivo la lealtad característica y el espíritu de sacrificio del General Gómez en aras del deber y la amistad.

Entre el público asistente al acto se encuentra el doctor Francisco Baptista Galindo, a la derecha, cruzado de brazos, con traje blanco y sombrero, el doctor José Rosario García, el presidente de Carabobo, señor José Felipe Arcay y el periodista carabobeño Henrique De Sola. Año 1924.

En una de las casas del camino que conduce al pueblo de Tocuyito el General Gómez hizo leer por su Secretario General, doctor Urdaneta Maya, la lista de los Jefes y Oficiales que asistieron a la batalla. Luego, la comitiva se dirigió al pueblo, en cuya plaza central se alza el Monumento conmemorativo de la batalla, que reproducimos hoy. Allí, nuestro compañero y amigo señor Luis Correa, por delegación especial del Director de este Diario, señor Laureano Vallenilla Lanz, acogida benévolamente por el Benemérito Jefe del País, dio lectura a nuestro editorial de ayer acerca de la significación histórica, social y política de la Batalla de Tocuyito. Luego, el doctor Enrique Urdaneta Maya, Secretario General del Presidente de la República, leyó las breves y expresivas palabras, síntesis de ese momento glorioso, que con gusto reproducimos en nuestras columnas. Ambas piezas fueron calurosamente aplaudidas por la concurrencia. Habló también el periodista carabobeño Henrique De Sola.

A las doce regresaron el General Gómez y su comitiva, llenos de satisfacción y de orgullo por la justicia de los actos realizados. De nuevo a su paso por Valencia, cuyas principales avenidas recorrió, el General Gómez fue saludado entusiastamente por la multitud.

Fue servido un espléndido almuerzo en el Central Azucarero "Tacarigua", en el que todos recibieron, como es habitual a su gentileza, las atenciones del General Gómez y de su honorable familia.

A las seis y media de la tarde se efectuó el regreso a Maracay, llevando todos y cada uno de los asistente a los actos realizados ayer, la impresión de que habían vivido, por medio de una evocación sugestiva y justiciera, una de las páginas más épicas y trascendentales de la historia contemporánea de Venezuela.

PALABRAS DEL DOCTOR ENRIQUE URDANETA MAYA

El doctor Enrique Urdaneta Maya, durante el acto de la celebración del XXV Aniversario de la Batalla de Tocuyito, pronunciando un breve discurso. Igualmente, por instrucción del Benemérito General Juan Vicente Gómez, leyó en esa ocasión la lista de los jefes y oficiales que participaron en esa confrontación. De izquierda a derecha, aparecen: el doctor Enrique Urdaneta Maya, don Antonio Pimentel, el General José Vicente Gómez Bello y el Presidente de la República, General Juan Vicente Gómez. Año 1924.

Señor General Juan Vicente Gómez.

Señores:

Hace veinticinco años que en este sitio histórico se libró una de las batallas más importantes que han tenido lugar en Venezuela, la más importante puede decirse después de la de Carabobo que selló la Independencia Nacional, porque Venezuela era libre, soberana e independiente ante las Naciones extrañas, pero había quedado corroída en el Interior por disensiones estériles e infecundas y cancerada por las luchas fratricidas; y cupo al señor General Juan Vicente Gómez la gloria inmarcesible, en ejercicio de la Primera Magistratura de la República, de realizar el Programa de Unidad Nacional que aquella Revolución traía inscrita en sus banderas, como también le correspondió aquel día memorable la gloria militar de haber concurrido personalmente con su espada victoriosa a todos los puntos de la línea de fuego, durante aquellas seis horas de terrible ansiedad, hasta que el más espléndido triunfo coronó los esfuerzos gigantescos de aquel ejército de héroes en persecución de ideales sacrosantos de Patria, de Libertad y de Justicia.

Oh! Andes formidables, oh! Táchira invencible, yo os saludo y os recuerdo en este día doblemente grato, porque de vuestro seno ardiente y generoso surgieron las dos expediciones de 1813 y 1899, que con Bolívar y con Gómez se complementan a través del tiempo y del espacio para crear y engrandecer la Patria.

Oh! muertos gloriosos, oh! heridos beneméritos de Tocuyito, yo os saludo y os recuerdo en el día de hoy, al pie de este Monumento que os ha consagrado la gratitud nacional, porque supisteis ofrendar vuestra vida y vuestra sangre para regar con ella el árbol robusto de la nacionalidad, que se inclina hoy al peso de abundantes y sazonados frutos.

Enrique Urdaneta Maya.

Tocuyito, 14 de septiembre de 1924.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 15 de septiembre de 1924).


domingo, 12 de diciembre de 2021

EL GENERAL GÓMEZ Y EL PROGRESO DE VENEZUELA 1926

 


(De "El Tiempo" de Panamá. 16 de diciembre de 1926).

Hemos entrevistado al señor Frank Morales, conocido ingeniero de esta localidad y jefe de los trabajos trazados de la carretera nacional que va desde Arraiján hasta San Carlos. El señor Morales fue a Venezuela contratado por una compañía y según entendemos piensa regresar a ese país con un contrato mejor que el que tenía.

Al tener conocimiento de los deseos que abrigábamos de que nos concediera una breve charla sobre la situación de ese país tuvo a bien complacernos contestándonos en la forma que nuestros lectores verán a continuación:

¿Conoció personalmente al General Juan Vicente Gómez?

"Sí. Tuve el honor de conocer y saludar al Presidente Gómez en su hacienda de San Juan de los Morros, donde permanecí tres días; fui conducido allí por el excelente amigo de Panamá y mío personal, doctor Pedro Acosta Delgado.

Es un hombre sencillo de costumbres patriarcales con un profundo amor a su patria el que revela en todos sus actos. Su salud es excelente, su actividad sorprende y sobre todo tiene una memoria prodigiosa. La obra de progreso, civilización y bienestar que ha realizado en Venezuela lo destaca como el más grande de sus gobernantes pues ha hecho en el periodo de su Administración más que los otros magistrados que ha tenido Venezuela en todo el tiempo de su vida nacional".

¿Cómo le parece la situación actual del país?

"El progreso de Venezuela es positivo no sólo en lo material sino en la parte moral y cultural del pueblo. Las obras públicas se llevan a cabo con gran actividad y eficiencia, las industrias se desarrollan y florecen a la sombra de la paz y el orden, se explotan las riquezas naturales y se da impulso vigoroso a la Instrucción Pública.

La red de carreteras que salva enormes distancias y gran parte de la cual está ya terminada, solucionando así el problema del transporte en ese vasto país es en mi concepto la obra de más aliento llevada a cabo por el General Gómez; el alcantarillado de Caracas y el acueducto de Maracaibo también son dignas de mención por lo complicado del problema y la magnitud de las obras y lo que más grata impresión me causó es que todas estas obras se llevan a cabo con actividad y eficiencia por ingenieros venezolanos y con dinero venezolano, pues no tienen necesidad de recurrir a empréstitos extranjeros dado el floreciente estado de las arcas nacionales.

Según me informaron personas que supongo bien enteradas en el asunto, a fin del año fiscal, después de pagar todos los gastos de la administración pública habrá en caja un superávit de doscientos millones de bolívares, cuarenta millones de dólares!!"

¿Cuál es su opinión sobre sus industrias?

"Las industrias toman cada día mayor incremento; hay fábricas de hilados, de vidrio, cristales, cemento, cigarrillos, papel, etc., cuyos productos no tienen nada que envidiar a los extranjeros y de los cuales nuestros comerciantes podrían abastecerse sustituyéndolos así a los productos europeos y norteamericanos de igual o inferior calidad pero de precios más subidos. Un museo o exhibición permanente de productos en el nuevo pabellón para la Legación Venezolana que se piensa construir en el lote cedido por nuestro gobierno en el Hatillo, indudablemente sería de gran provecho para ambos países".

¿Qué le parece la ciudad capital?

"¿Caracas? Es una bella ciudad en el centro comercial y cultural de Venezuela, su aspecto es completamente colonial pero tiene barrios en los alrededores de la población que son completamente modernos por el estilo de nuestro Bella Vista y Exposición. Sus calles son en su gran mayoría de concreto y en los barrios menos transitados de macadam, aunque todavía existen algunas empedradas al estilo español. Dada la gran cantidad de tráfico que se hace necesario cubrirlos con una capa de asfalto como protección al pavimento y para eliminar el polvo que algunas veces es molestoso; si esto se lleva a cabo, podrán los venezolanos enorgullecerse (una vez concluido el sistema de cloacas) la ciudad más limpia del mundo, pues la topografía se presta para que en tiempo de lluvias estas se encarguen casi de por sí de la limpieza de la ciudad".

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 6 de enero de 1927).


sábado, 11 de diciembre de 2021

LOS GRANDES OBREROS DE LA VENEZUELA MODERNA 1924

 

Señor Benjamín Roldán G.

Señor Benjamín Roldán G., talentoso y laborioso elemento, inventor del "Motor Venezolano de Balanza Marina", para utilizar la fuerza de las olas, y quien generosamente alentado por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de la República, se dirige hoy a Nueva York en viaje relacionado con su invento.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 6 de julio de 1924).


SU INVENTO PATENTADO EN LOS ESTADOS UNIDOS



WAVE MOTOR. Benjamín Roldán G. Caracas, Venezuela. Filed July 30, 1924. Serial N° 729.111.

(Publicado en "Official Gazett", el 2 de junio de 1925, Página 182).

MEDALLA DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA DE VENEZUELA AL SABIO THOMAS A. EDISON 1924



El ilustre sabio norteamericano Thomas Alva Edison, a quien el Gobierno de Venezuela, presidido por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, le ha conferido la Medalla de la Instrucción Pública.

Nos complacemos en hacernos eco de este justiciero homenaje que rinde el Gobierno de la República de Venezuela, que preside el Benemérito General Juan Vicente Gómez, al eminente hombre de ciencias de los Estados Unidos, cuya personalidad resalta en el mundo para lustre y honra de la humanidad.

DECRETO:

Estados Unidos de Venezuela.

Ministerio de Instrucción Pública.

Dirección de Instrucción Superior y Especial.

Caracas: 22 de agosto de 1924. 115° y 66°.

 

RESUELTO:

En conformidad con el artículo 4° del Decreto Ejecutivo del 27 de mayo de 1920, dispone el Presidente Constitucional de la República de Venezuela que se confiera la Medalla de la Instrucción Pública al sabio norteamericano señor doctor Thomas A. Edison.

Comuníquese y publíquese,

Por el Ejecutivo Federal,

Rubén González. 

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 4 de septiembre de 1924).

 

viernes, 10 de diciembre de 2021

MONUMENTO AL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR EN MÉRIDA 1927

 

Monumento al Libertador Simón Bolívar, erigido en el páramo de "Timotes", Estado Mérida, Venezuela, sitio más alto de la Gran Carretera Trasandina, inaugurado el 19 de diciembre de 1927. Autor de la obra: el artista colombiano Sr. Marcos León Mariño. 

"Collado del Cóndor" o Pico "El Águila", es un monumento e hito como punto a mayor altura de la Gran Carretera Trasandina (troncal 7) en el Estado Mérida, Venezuela; ubicándose a 4.118 msnm entre las localidades de "Timotes" y "Apartaderos" en el páramo de Mucuchíes de la Sierra Nevada de Mérida.

En el año 1924, un grupo de distinguidos representantes merideños, propuso la idea de homenajear al Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, mediante un monumento en el páramo de "Timotes". La inmediata respuesta del Presidente Gómez fue contundente y no se hizo esperar, declinando la idea en su honor, ordenando realizar el monumento a la memoria del Libertador Simón Bolívar, El Padre de la Patria, como bien lo demuestran los documentos históricos que presentamos a continuación.

El monumento fue inaugurado el 19 de diciembre de 1927, durante el gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, por el artista colombiano Marcos León Mariño, representando a un Cóndor andino en honor al Paso de Los Andes del Libertador Simón Bolívar. 

Está localizado entre el cerro "El Balcón" y el picacho "El Gavilán". Más al sur se encuentran una serie de lagunas, entre ellas la de Mucubají.

Hermosa vista panorámica del monumento al Libertador en el páramo de "Timotes", Estado Mérida, Venezuela. Año 1927. 

El General Juan Vicente Gómez, con el elevado criterio que le es propio, ha declinado el honor que le ofrecían muy distinguidos elementos merideños, de elevar un monumento conmemorativo de su magna obra, en la cumbre más alta del páramo de "Timotes", y convencido de que los Magistrados no deben ser glorificados en vida, ha sugerido la idea de elevar ese monumento al Libertador, cuya espada resplandeció un día en esas nevadas cumbres abiertas hoy a la civilización.

Los telegramas que se leen a continuación ponen de manifiesto, de una parte, el profundo sentimiento de justicia arraigado hondamente en la conciencia venezolana hacia el Benefactor de la Patria, y de la otra, el desprendimiento, el patriotismo y la ecuanimidad de espíritu que realzan el gran carácter del ilustre Jefe del país.

Es así como se dan ejemplos de verdadero republicanismo.

Estos documentos revelan la verdadera personalidad del General Gómez: el Magistrado que sólo deriva satisfacciones en el cumplimiento de su deber, lo cual le hace esperar tranquilo el juicio de la historia; y el venezolano que coloca sobre todo la gloria de Bolívar, digna de brillar como los astros sobre las cimas más altas de nuestras montañas.

PROPOSICIÓN DEL MONUMENTO EN EL PÁRAMO DE "TIMOTES" 

De Mérida, el 27 de junio de 1924. Las 2 hs. p.m.

Señor General Juan Vicente Gómez.

Acaba de circular el primer número de Juan Rodríguez Suárez, periódico de intereses generales con editorial lanzando idea de nosotros, de erigir en lo más alto del páramo de "Timotes", un monumento a la gloria de usted, como un acto de justicia por la obra grandiosa de abrirle a Mérida fácil salida al exterior. Suprema aspiración de este pueblo, y el más grande beneficio que después de la Independencia ha recibido, monumento que nos esforzaremos en llevar a cabo a todo trance.

Noble esfuerzo periodístico por parte de nosotros que nos ha sugerido la idea de trabajar por medio de la prensa en interés de nuestra Patria, rehabilitada y hecha grande por usted.

Sus amigos,

Raúl Chuecos Picón.

Eloy Chalbaud Cardona.

José R. Lares.


RESPUESTA DEL PRESIDENTE GÓMEZ


28 de junio de 1924.

Señores Raúl Chuecos Picón, Eloy Chalbaud Cardona y José R. Lares.

Mérida.

Me he impuesto con el más vivo interés del importante telegrama de ustedes de fecha 27 del presente mes.

La idea iniciada por ustedes de erigir un monumento en lo más alto del páramo de "Timotes" a la gloria de la Administración que presido, como un acto de justicia por la apertura de la Gran Carretera de los Andes, halaga mis sentimientos de patriota y empeña grandemente mi gratitud personal hacia ustedes; pero debo decirles con franqueza que no creo que debe glorificarse a los Magistrados durante su vida, por más grandes que sean los hechos que realicen, sino que debe esperarse que sean juzgados por la posteridad.

De acuerdo con esas ideas, soy de opinión que el monumento que se proponen levantar ustedes con el concurso del pueblo venezolano, se destine a perpetuar allí la gloria imperecedera de nuestro Libertador Bolívar, que escaló esas cumbres con la espada de la Libertad para sellar la Independencia de cinco Repúblicas, creando la epopeya más grandiosa que registran los siglos.

Amigo de ustedes,

Juan Vicente Gómez.


De Mérida, el 30 de junio de 1924. Las 2 hs. p.m.

Señor General Juan Vicente Gómez.

Su telegrama de antier, señor General, en el cual, al contestar el nuestro declina el homenaje que pensamos tributarle por la apertura de la Gran Carretera Trasandina, nos ha llevado al corazón una vez más la íntima convicción de las virtudes de usted como ciudadano y como Mandatario.

El patriotismo de usted al insinuarnos el homenaje a nuestro Gran Libertador, lleva en sí, a más de esa demostración de gratitud para quien condujera a través de los ventisqueros de los Andes la bandera de la libertad en medio de un puñado de valientes hambrientos y desnudos, lleva, decimos la modestia, esa gran virtud de los grandes y flor muy rara que hoy sólo florece en corazones que como el de usted han sido formados en la escuela del verdadero honor.

Con gusto acogemos la idea de usted. Nuestro epónimo Libertador tendrá su monumento allá en la cima del páramo bravío, y en nuestra alma nos queda la satisfacción de haber sido los promotores de un homenaje que la posteridad se encargará de llevar a cabo porque esa hoja de laurel para la gloria de usted, tan legítima, no podrán negarla ni las pasiones ni el tiempo.

Sus amigos,

Raúl Chuecos Picón.

Eloy Chalbaud Cardona.

José R. Lares.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 2 de julio de 1924).


Carretera vía al Pico "El Águila", Estado Mérida.


El Cóndor que representa el monumento luce imponente en el páramo de "Timotes", Estado Mérida, Venezuela.


Curiosa fotografía del significativo monumento al Libertador Simón Bolívar, donde se puede apreciar completamente nevado en el páramo de "Timotes", Estado Mérida, Venezuela.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

FALLECIMIENTO DEL GENERAL JOSÉ RAFAEL LUQUE 1931

 

General José Rafael Luque, Presidente del Estado Miranda.

En la tarde de ayer, 19 de marzo de 1931, falleció en esta capital, víctima de penosa e incurable dolencia, el señor General José Rafael Luque, meritorio servidor público y honorable padre de familia.

La muerte lo sorprende gobernando el Estado Miranda, donde su interés y actividad de hombre de gobierno, se manifestaron en reformas y progresos palpables y beneficiosos.

Otros cargos públicos de importancia desempeñó el General Luque y supo granjearse en ellos el afecto y el aprecio de sus conciudadanos. La Patria pierde con su muerte un modelo de funcionario público y la Causa Rehabilitadora un soldado pundonoroso adicto al Jefe, Benemérito General Juan Vicente Gómez, Caudillo y Conductor de ella.

"El Nuevo Diario" se asocia al duelo del Ejército Federal y presenta su más sentido pésame a  la honorable familia del finado.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 20 de marzo de 1931).

"La palabra cariñosa, robusta y alentadora del General Gómez alivió al postrado, le comunicó energías, lo hizo incorporarse, hablar alegre, sonreír con satisfacción… y fue la última sonrisa de su vida". 

Ha caído al sepulcro este hombre meritorio que logró escalar brillante altura, sin jamás esquivar dificultades ni demostrar flaqueza. De abolengo luchador por la libertad, le rindió culto fervoroso a las glorias de Bolívar.

En las faenas de la industria comercial fue donde el General Luque empezó la brega de la vida; después, con entusiasmo, pasó al campo de las labores agrícolas, donde daba gusto verlo por entre bucarales cuidando sus cafetos para que florecieran con hermosura, y se cuajaran los jazmines en buenos racimos que llegaran al rojo de la madurez.

Con meritoria compañera fundó un hogar honorable y cultamente una familia virtuosa. Tanto los sagrados deberes de esposo como los de padre los cumplió a cabalidad; y en los primeros albores de la Rehabilitación Nacional, sin abandonar el trabajo, se afilió a esta Causa con decisión estable. Tal firmeza de carácter, junto con su probidad auténtica, amor profundo al progreso, generosidad, culto por la amistad, nobleza de alma y serenidad en el peligro, constituyeron las sobresalientes características que lo hicieron acreedor a una gran estimación general.

De manera digna fue Comandante de Armas del antiguo Estado Zamora, Presidente Provisional y Constitucional de Cojedes, Vicepresidente de la Cámara de Diputados habiendo ido al Congreso de la República por la misma Entidad Federal, donde se le recuerda con afecto por sus buenas Administraciones; Primero y Segundo Vicepresidente de Aragua y Primer Vicepresidente de Guárico. En acto solemne los pueblos de Cojedes le confirieron una artística medalla; asimismo estaba condecorado con la Orden del Libertador en el Grado de Gran Oficial; y ocupando por tercera vez la magistratura de Miranda, donde acrecentó sus actividades públicas, realizó labor brillante de progreso e hizo florecer Los Teques en homenaje al Primer Centenario de la Muerte de Bolívar, lo esperó el postrer aliento con sus angustias y dolores.

Minado por una enfermedad rebelde, mostró valentía de siempre tratando de sobreponerse a las fuerzas del destino que lo empujaba impasible a la fosa oscura del no ser. Contra el terrible mal nada pudieron los empeños de la ciencia junto con mil solícitos cuidados; y ya en postración dolorosa tuvo intensa alegría de ver junto a su lecho de enfermo, al Jefe, a su único Jefe, al que quiso de manera entrañable. ¡Qué poder tan avasallador poseen los hombres superiores e inspirados en el bien! La palabra cariñosa, robusta y alentadora del General Gómez alivió al postrado, le comunicó energías, lo hizo incorporarse, hablar alegre, sonreír con satisfacción… y fue la última sonrisa de su vida.

La Patria está de duelo…

Como el mar, el espíritu del recio luchador tuvo oleaje, horizontes claros, días tempestuosos y últimamente una bella lejanía…

La tumba del General Luque es una desgracia y ha sido cubierta por un montón de flores; flores ofrendadas afectuosamente por el Gobierno de la República y el Jefe del Ejército; flores enviadas con respeto por los Poderes Públicos del Estado Miranda, flores regadas con lágrimas de matrona inconsolable, de hijos afligidos, de matrona e hijos que acaban de ver encerrar en una caja negra, yerto pálido y sin vida, al que la acompañó con amor, al que los bendecía todos los días…flores de muchos dolientes…

Manuel Villasana

Los Teques, 20 de marzo de 1931.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 21 de marzo de 1931). 

NOTA DE INTERÉS: El General José Rafael Luque, era el abuelo por parte de madre del doctor Francisco Herrera Luque, reconocido médico-psiquiatra, novelista, ensayista y diplomático venezolano.


domingo, 5 de diciembre de 2021

MEMORIA DE RELACIONES INTERIORES 1923

 

Doctor Francisco Baptista Galindo, Ministro de Relaciones Interiores del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela.

Hemos recibido un ejemplar de la Memoria de Relaciones Interiores, presentada a la consideración del Congreso Nacional por el Ministro del ramo, doctor Francisco Baptista Galindo. Resalta de su lectura la estricta regularidad de la Nación en todos los órdenes de la vida republicana, bajo la dirección personal, enérgica y eficaz del General Juan Vicente Gómez, quien llamado nuevamente por el voto unánime del pueblo venezolano a la más alta dirección de sus destinos, ha consagrado sus esfuerzos a organizar la Administración, continuando con celo patriótico la tarea que se impuso desde el memorable 19 de diciembre de 1908.

Su programa político conocido ya de todos por sus fecundos resultados en la marcha ascendente y progresiva de la Nación, ha continuado cumpliéndose armoniosamente sobre los cimientos inconmovibles de la paz pública, que es el supremo bien de los venezolanos.

El doctor Baptista Galindo, al respeto de nuestras instituciones legales, es el telegrama dirigido por el General Gómez a los Presidentes de Estados, ordenándoles se siguiera el sumario correspondiente a los escasos perturbadores del orden público, acusados por la vindicta pública de crímenes y desafueros caídos todos en la jurisdicción del Código Penal. El General Gómez ha dado con esta medida un nuevo basamento a la paz, sin la cual serían vanas e ilusorias las conquistas realizadas por la Causa de la Rehabilitación, que han colocado a Venezuela en un puesto honrosos entre las naciones de la América.

El doctor Baptista Galindo explanó este trascendental documento en telegrama de fecha 9 de diciembre de 1922 y al referirse a él en su Exposición, escribe acertadamente que el fin perseguido por el General Gómez no es otro "sino que las Leyes tengan estricta aplicación como fundamento primordial de su política de Paz y Trabajo, trazado definitivamente para el porvenir, con la autoridad moral que es la fuerza de su propia personalidad, el derrotero que debemos seguir si queremos ver desterrados los males que venían minando el orden público, las garantías del ciudadano y la majestad misma de las instituciones".

Los demás asuntos a que se refiere la Memoria, acusan en sus resoluciones un gran espíritu de equidad, y recomiendan al aplauso la buena marcha de las oficinas dependientes del Ministerio. Se han expedido en el año numerosas cartas de nacionalidad, a extranjeros atraídos por el progreso y las garantías que brinda la Nación; se han conmemorado solemnemente los grandes días de la Patria, distribuido meritorias recompensas y velado por la integridad de la Justicia. Fueron obtenidos para la Nación y puestos bajo la custodia del Archivo Nacional, importantes documentos relacionados con los fastos de la Independencia, y se han mantenido incólumes las disposiciones de la Ley de Patronato Eclesiástico.

Tal es, a grandes rasgos, la labor realizada al frente del Despacho de Relaciones Interiores por el doctor Baptista Galindo, a quien nos complace enviar nuestras más cordiales felicitaciones.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 25 de mayo de 1923).