martes, 30 de marzo de 2021

LA REFORMA DE LA INTRUCCIÓN PRIMARIA 1915

 

Caracas. Trabajos Manuales en la Escuela Normal de Mujeres y vista del personal de la Escuela Normal de Hombres. "El Nuevo Diario". Año 1915. (Foto: Amitesarove).

Caracas, abril de 1915.

Reducir al breve espacio de un artículo la circunstanciada exposición del formidable trabajo que ha venido efectuando el Despacho de Instrucción Pública, bajo la dirección del Gobierno del General Gómez, es decir, de 1908 para acá, es verdaderamente labor imposible.

Tan amplias y tan hondas son las consideraciones que merece el asunto, como que los resultados materiales, intelectuales y morales que se obtienen con la buena organización de la Escuela Primaria, son el más estable fundamento de la vida próspera y civilizada del país. La Instrucción Primaria es la base de la Secundaria, de la Superior y de la Especial y es ella el factor más importante del carácter nacional, sobre todo para nosotros, que necesitamos crearlo a puro esfuerzo de educación.

Formidable ha sido la obra reformadora del Gobierno en esta materia. El General Juan Vicente Gómez, debe estar sobradamente orgulloso de que sus generosas intenciones hayan sido llevadas a la práctica de modo tan brillante.

Desde la actuación de su Gobierno se ha venido cumpliendo con decisión una tarea que al correr de no muchos años se convertirá, por la natural fuerza de su desarrollo, en una legítima obra de regeneración.

¿Cómo sintetizar lo magno de la obra cumplida? Los generosos empeños del Gobierno por impulsar las iniciativas del maestro y todos los otros planes que se refieren al establecimiento del mejor régimen escolar, muy principalmente los propósitos de conveniente Edificación, como base del vasto plan de reforma de la Instrucción Primaria; su atención incesante al mejoramiento progresivo de las Escuelas Normales, de las de Artes y Oficios y de las Escuelas de Comercio; sus grandes proyectos sobre la Escuela Federal de Agricultura, Cría y Veterinaria y sobre la fundación de la Escuela Rural que será de trascendencia tan viva en la realidad más feliz de nuestra democracia; la obra colosal del Gobierno a favor de la reforma de la Instrucción desde la creación de la Escuela Primaria Moderna hasta el fomento de los más elevados Institutos es de esas que marca un perdurable sello de civilización, aun a través de las vicisitudes políticas.  

Caracas. Clases de trabajos en madera y prácticas de Gimnasia en la Escuela Normal de Mujeres. "El Nuevo Diario". Año 1915. (Foto: Amitesarove).

El público puede ver en los cuadros presentes, que se han tomado en la Escuela Normal de Mujeres, algunos detalles del trabajo escolar, con los cuales puede formarse idea clara del paso de avanzado progreso que ha hecho dar al país el actual Gobierno. Ex profeso se han tomado vistas de algunas de las clases que no existían en la escuela de antaño y que hoy dan expresiva fisonomía al plantel moderno. Entre ellas están las de Gimnasia, que en la Escuela nueva está destinada a desempeñar un papel importantísimo, tanto fisiológico como psicológico y social y que tanta falta hace a nuestra mujer para dar más relieve a sus gracias y vigorizar su salud, y la de Trabajos Manuales, cuya influencia física, intelectual y moral es hoy indiscutible. Lástima que algunos naturales inconvenientes hayan impedido sacar las de Kindergarten y el Primer Grado de la Escuela anexa a la Normal, donde las futuras maestras aprenden a sembrar en el delicado espíritu del niño las primeras enseñanzas, con esa gracia y tino peculiares que indican las sabias reglas del arte de la Educación.

Estas vistas, en las cuales trasciende como un sutil perfume de gracia el encanto de la mujer venezolana, son tan sólo una muestra pequeña de los numerosos adelantos alcanzados. La estrechez del espacio impide presentar otras notas gráficas de no menor elocuencia; pero este Diario se promete publicar algunas relaciones a propósito, en las cuales cabrán más extensas explicaciones. Está de más encomiar la importancia de semejante divulgación.

Agreguemos todavía una interesante consideración de actualidad. Desde 1864 proclamaba la Carta Fundamental de la República la libertad de enseñanza. El 19 de diciembre pasado se publicó el Decreto Orgánico de la Instrucción Nacional de acuerdo con antedicha Ley. La injerencia del Ministerio de Instrucción Pública en las labores de los planteles privados, además de ser anticonstitucional, pues que coartaba las iniciativas individuales, entrababa en grado sumo la acción del Ministerio para atender a las más ingentes necesidades del Ramo, al paso que era completamente inútil aquella injerencia ilegal, por los numerosos abusos tan conocidos. Hoy, al contrario, se proclama la justa libertad de enseñanza, pero se pone un freno tan natural como previsor a las posibles licencias, por medio de los Tribunales independientes del Ministerio, los cuales otorgarán los Certificados de Suficiencia mediante rigurosas pruebas orales, escritas y prácticas, exigidas igualmente a los institutos privados y públicos, quienes quedan así puestos en igualdad de condiciones ante la Ley.

Nos es imposible abarcar en el presente artículo los lineamientos siquiera de la obra de reorganización sobre la base de la Enseñanza Libre. Sólo diremos que la acertada y regular vigilancia y la rigidez que se impondrá en los Certificados serán los mejores guardianes del orden y el progreso dentro del ilimitado radio de la libertad de enseñanza; y que todo el engranaje de la vasta reforma descansa en el fundamento de la educación natural y efectiva que se consigue con la óptima organización de la Escuela Primaria. Vigorizada la atención del Gobierno sobre ésta se reforzará la obra del levantamiento de la Instrucción Secundaria y Superior, que indudablemente quedan favorecidas en la reforma actual, puesto que de hoy en adelante serán ellas sometidas a las leyes de la metodología natural, y no precisamente en provecho de los numerosos pretendientes a fáciles grados, sino para progreso general de la educación efectiva.

Terminaré esta brevísima referencia con la enunciación de una esperanza: la de que el Gobierno, una vez decretada la enseñanza libre, pueda concretar su atención viva y continua al mejoramiento de la Instrucción Popular, que es la de los pobres, la de aquellos que forman los elementos más numerosos del cuerpo social. La democracia digna y viril sólo puede obtenerse con la bien dirigida educación de las masas pobladoras. El General Gómez con su criterio y su conciencia de hombre bueno y bien inspirado, comprendió desde los principios de su Gobierno, que así como la Patria necesita de un ejército brillante y poderoso para defender la dignidad y la armonía republicanas contra los desmanes de la ambición, necesita asimismo, con la necesidad más inaplazable, un verdadero ejército de soldados de la cultura, que contribuyan a mejorar, en los torneos de la civilización, el cuerpo y el alma de aquella armonía republicanas: el cuerpo y el alma fuertes de la democracia del porvenir. Desde el principio de su Gobierno, ha hecho el General Gómez cuanto ha sido posible para que algunos de sus colaboradores más ilustrados cumplan su deber en ese noble sentido, y por eso él ha merecido bien de la Patria.

Con la reorganización del Cuerpo de la Inspección Técnica, indispensable para que la Escuela Graduada no sea un mito, sobre todo fuera de Caracas, y para procurar que la escuela de un solo maestro en los pueblos pequeños llene las sagradas funciones que le están encomendadas, con la provisión de los elementos que junto con la técnica del maestro forman el ser de la escuela moderna; con la creación de edificios ad-hoc, sin los cuales es imposible obtener un resultado positivo, la obra de la reforma educativa culminará como la más noble y levantada que haya podido cumplirse en este país después de la Independencia. Patria y Libertad nos dio Bolívar con medios absolutamente extraordinarios y su obra fue forjada en la gloriosa aventura a empuje de cíclope. Toca a sus herederos los venezolanos la obra de reformar la República tal como él la soñó, con aquella natural clarividencia suya que le hizo dictarnos sabias advertencias y reglas para el porvenir. Y un claro júbilo llena el pecho e ilumina con viva luz de esperanza la imaginación, cuando se observa que hay en la Venezuela actual una positiva corriente de ideas civilizadoras que, estimulada generosamente por la influencia oficial va prometiendo para un porvenir no lejano valiosos frutos de cosecha fecunda.

Alejandro Fuenmayor.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 4 de mayo de 1915).


lunes, 29 de marzo de 2021

PLENIPOTENCIARIO DE LA SANTA SEDE FELICITA AL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ EN 1915

 

Monseñor Pietropaoli. Enviado Extraordinario de la Santa Sede.


TELEGRAMA DIRIGIDO AL PRESIDENTE GÓMEZ EN 1915

Telégrafo Nacional. De Caracas a Maracay, el 6 de mayo de 1915.

Señor General J. V. Gómez.

Hónrome enviarle en nombre de la Santa Sede y mío, vivísimas felicitaciones por su elección para Presidente Constitucional de la República. Aprovecho esta feliz oportunidad para manifestarle la satisfacción del Sumo Pontífice por haber Su Excelencia inaugurado y seguido una política de libertad y justa defensa hacia la Iglesia y dado el debido aprecio a las relaciones que estrechan tan cordialmente los dos Poderes.

Saludos respetuosos,

Monseñor Pietropaoli.

Enviado Extraordinario de la Santa Sede.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 11 de mayo de 1915).


domingo, 28 de marzo de 2021

LUIS RAZETTI FELICITA AL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ 1915

 


CARTA DEL EMINENTE DOCTOR LUIS RAZETTI AL PRESIDENTE GÓMEZ 


Caracas, 4 de mayo de 1915.

Señor General J. V. Gómez,

Presidente Constitucional de la República,

etc., etc., etc.

Maracay.

Mi respetado General y amigo:

Sírvase recibir mis más sinceras felicitaciones por la prueba de confianza que le ha dado la Representación Nacional al elegirlo para regir los destinos del País en el periodo constitucional que principia. La presencia de usted en la Primera Magistratura de la Nación, simboliza la consolidación de la paz, cuyo imperio es el ferviente anhelo de todos los venezolanos.

Soy de usted obsecuente servidor y amigo,

Luis Razetti.

(Publicado en "El Nuevo Diario", el 10 de mayo de 1915).


jueves, 25 de marzo de 2021

LA MISIÓN DEL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ EN EL ACTUAL MOMENTO HISTÓRICO DE VENEZUELA


El gran escritor y periodista venezolano Luis Correa.

(Por: Luis Correa)

"La talla del General Juan Vicente Gómez como hombre público había crecido con los laureles de la victoria".

(Al General José Vicente Gómez, Segundo Vicepresidente de la República. Inspector General del Ejército).

Ganar la guerra fue el ideal supremo de Bolívar en los días aciagos en que la República sucumbía bajo los duros cascos de los caballos de Boves.

En los primeros años de la Independencia, confesaba el Libertador en 1828: "Se buscaban hombres y el primer mérito era ser valiente; de todas clases eran buenos con tal de que peleasen con brío. A nadie se podía recompensar con dinero, porque no había; sólo se podían dar grados militares para estimular el entusiasmo y premiar las hazañas. Así es que hombres de todas las castas se hallan hoy entre nuestros generales, jefes y oficiales, y la mayor parte de ellos no tienen otro mérito que el valor brutal, que ha sido tan útil a la República, haber matado muchos españoles y haberse hecho temibles. Negros, zambos, mulatos, blancos, hombres de todas las clases que en el día, en medio de la paz, son un obstáculo para el orden y la tranquilidad; pero fue un mal necesario".

Fue también un mal necesario, para que la Patria no pereciera en las hecatombes de los años terribles, conmover hasta sus cimientos el edificio colonial; sacrificar las riquezas acumuladas en luengos años de pacíficas labores; transformar radicalmente las costumbres; permanecer indiferentes o sonreír con amargura ante el odio a la inteligencia que exhibían algunos militares; conformarse con que prevaleciera la patriccita de los caudillos sobre el alto, noble y desinteresado ideal de una América fuerte y unida.

Cuando se ganó la guerra en Ayacucho y comenzaron para Bolívar los tormentos de la administración, un vallado insalvable, formado por los prejuicios y los intereses creados en veinte años de combates sin tregua, se oponía a las tareas de la reconstrucción. Nada hay más doloroso que la pintura hecha por el propio Bolívar a su tío Feliciano Palacios, en una de las cartas más bellas que brotaron de su corazón entristecido. El abrazo a Páez en Puerto Cabello; la entrada con él a Caracas, donde todo había sido devorado por los estragos del tiempo inexorable en la cruel guerra de los hombres feroces; la incertidumbre de los días de Ocaña y los puñales del 25 de septiembre, fueron el pórtico de un drama esquiliano más grande que los de Esquilo.

La Independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de todos los demás, escribía el Héroe en un anticipado reto a la posteridad, y despreciando la clámide cesárea aparece desde entonces, ante la conciencia de América y del mundo, Padre Libertador, en la actitud desdeñosa con que se le esculpió Tenerani, y lo grabó en sus versos, como en una medalla, un gran poeta colombiano.

Muerto Bolívar, y consumada la separación de los tres pueblos que integraron la Gran Colombia, el General Páez aparece en 1830 como el hombre de Venezuela. Él es el Jefe Único, el Esclarecido Ciudadano llamado a presidir una nueva etapa de nuestra evolución política y social. A su voz se pliegan para dulcificarse o desaparecer los brutales instintos de la soldadesca. Desde 1826 lo rodea un grupo de hombres eminentes que han vislumbrado el papel que habrá de jugar aquel hombre poderoso, incontrastable como una fuerza de la naturaleza. Se impone, tarea de cíclopes, la limpia de escombros gigantescos: poner el país a marchar por sus antiguos cauces, en el goce de pacífico bienestar. El Páez rudo, salvaje de sus enemigos y detractores, comprende lo que la Patria exige de él, se aviene a las opiniones de sus consejeros, unifica su partido, salva, en una palabra, las tradiciones rotas por la prolongación de una guerra formidable. Al finalizar su segundo período presidencial contempla con orgullo la situación establecida y recomienda a los Legisladores que cuiden con esmero de la moral de los pueblos.

Desgraciadamente el núcleo director de la política creyó que sólo en este consejo estribaba la felicidad de la nación, olvidándose que nada permanece estacionario y que todo marcha bajo las inaplazables leyes del progreso. Restauradas las costumbres bajo un régimen patriarcal y severo, se pensó que no había nada más que hacer, sin fijarse en que la guerra de la Independencia había trasmutado los valores y que desde 1814 la democracia minaba sordamente el organismo nacional, conduciendo a las multitudes hacia una inevitable nivelación.

Comenzó la prédica de la prensa contra los Poderes establecidos, en lucha por la alternabilidad de los cargos públicos, y aparecieron en la arena los campeones de las nuevas ideas, movidos unos por la fe sincera de sus convicciones y otros por bastardos intereses personales. Tocó al General José Tadeo Monagas preparar la efectividad de esos anhelos populares frente a la reacción conservadora, representada por el capitalismo de hacendados y comerciantes. Fue la de los Monagas, como toda época de transición, fértil en buenas acciones y en errores lamentables, que toca desentrañar y juzgar a las inteligencias libres de prejuicios.

Lanzado el país a la matanza fratricida, se perdieron como en la Independencia los beneficios de una labor tesonera; desapareció la riqueza pública; sabían a sangre los frutos de la tierra; se aclimataron hábitos levantiscos y de holganza, y fuimos sometidos a las más duras pruebas, y al deshonor y al escándalo de la América.

Triunfante la Federación el General Falcón, valeroso y magnánimo, no tuvo la energía ni la visión política que reclamaban las circunstancias, y desde 1863 hasta 1870 anduvimos a ciegas sin encontrar el guía que nos sacara por el buen camino.

La igualdad política, como gaje de los sacrificios que acababan de hacerse, quedó consagrada en nuestra Carta Fundamental, pero el pueblo clamaba en vano por una situación de orden y por la implantación efectiva de más avanzadas prácticas de gobierno. Con el apartamiento censurable de los hombres más destacados del Partido Conservador, Guzmán Blanco se encontró solo frente a una situación difícil y peligrosa. Él echó al punto manos a su energía teatral, pero firme y sostenida; centralizó la administración fiscal y fijó rumbos duraderos a nuestros adelantos materiales. No pudo, sin embargo, extinguir rencores ni apaciguar los ánimos. Su temperamento orgulloso y los resquemores dejados en su espíritu por la lucha, no lo hacían apto para una obra sincera de conciliación, y frente a la oligarquía conservadora que fue el fantasma de toda su vida, creó una oligarquía liberal formada por los jefes y oficiales de la Federación y por los civiles que se plegaron dócilmente a su férrea voluntad. Paz verdadera no la hubo nunca bajo su largo predominio; el país se fatigaba en choques y enconos lugareños, en odio de banderías, que él no supo o no pudo extinguir, y su nombre quedará en la historia como el de un administrador hábil, de imaginación brillante y de inteligencia rápida y segura.

El General Joaquín Crespo exaltó la amistad, condición la más sobresaliente de su vida pública y privada, y sus dos administraciones se caracterizan por una tolerancia destinada a mantener el equilibrio de las aspiraciones en pugna.

Mientras tanto tomaba cuerpo en el país el deseo de reaccionar contra el Caudillismo imperante. Hombres gestados, resumían ellos solos todas las influencias, y medraban a la sombra de una bandera que representaba el triunfo de una idea gloriosa pero ya deslucida por los años. El General Cipriano Castro traicionó todas las esperanzas, holló todas las conveniencias, y llevó su inconsecuencia a la lealtad partidaria hasta extremos que hicieron inevitable su caída. Desengañado de mentidas promesas, víctima de sus entusiasmos y de su índole generosa, carne de cañón explotada por ambiciosos sin conciencia, el pueblo venezolano suspiraba por una situación estable de orden, de paz y de progreso. La talla del General Juan Vicente Gómez como hombre público había crecido con los laureles de la victoria, no manchada por ningún crimen frente a las deformaciones morales y los propósitos malsanos del General Castro. Así, cuando ascendió al Poder, y sintetizó su programa de gobierno en la frase memorable: por la Patria y por la Unión, cristalizó en ella el grito de la conciencia nacional, la aspiración dominante de un pueblo aleccionado por el dolor.

Y como fue la obra de Bolívar, Jefe Supremo, ganar la guerra, es decir la Independencia; la de Páez eslabonar las tradiciones coloniales con los usos y costumbres de la República, y la de Guzmán Blanco renovar el engranaje administrativo: corresponde al General Gómez ganar la paz; salvarla de las asechanzas del Caudillismo anacrónico que de nuevo pretende levantar la cabeza; infundir, sostener y propagar el horror de la guerra, y poner el país en condiciones de evolucionar sin sacrificios de sangre ni bárbaras inmolaciones colectivas.

La paz de Venezuela, la paz del General Gómez, la paz que estamos obligados a defender todos los venezolanos, significa la redención de nuestro Crédito, la cancelación de las dos terceras partes de la Deuda originada por la Independencia y acrecentada en el transcurso de los años por la imprevisión y la codicia; la inversión de cuantiosas sumas, que en otros tiempos parecerían fabulosas, en obras de pública utilidad; el pago puntual del Presupuesto y la colocación del país en un nivel económico que le ha permitido afrontar, sin sacrificios ni vergüenzas, conflictos de magnitud como el desequilibrio mundial producido por la Guerra Europea.

La paz de Venezuela, contra la que conspira en el Exterior un grupo de descontentos, de inadaptados, de generales sin prestigio y de intelectuales sin trascendencia, es la que ha devuelto su dignidad al Ejército y ha dado a la Patria el puesto honorífico que reclamaba la excelsitud de sus antecedentes históricos; la que ha completado la unidad nacional, sueño de los Libertadores, con una red de carreteras de más de tres mil kilómetros acercando al centro nuestras lejanas fronteras, y puesto nuestras incipientes poblaciones en aptitud de conocerse mejor, de darse la mano, de ayudarse mutuamente, de manera que ya no es una cosa del otro mundo, una resurrección de la Edad Media viajar a Caracas a San Fernando, ni de Ciudad Bolívar a San Cristóbal.

La paz de Venezuela significa la reducción de la criminalidad, por la represión activa y sistemática del delito, y la persecución, sin contemplaciones de ninguna especie, de los bandidos, los holgazanes y los cuatreros que infestaban algunas de nuestras regiones.

Ir contra esa paz, lo digo con conocimiento de la historia de nuestro país, cerca, muy cerca del corazón del pueblo venezolano, es herir lo más hondo, lo más sensible, lo más doloroso de la entraña nacional.

En el taller, en la escuela, en el liceo; en el laboreo humilde de la tierra y en el empuje vigoroso que reciben las industrias; en el culto de nuestros grandes hombres, lejos de la violencia y de las ambiciones desatentadas, se ha formado una generación que no sabe, que no quiere saber lo que es la guerra.

Horror, pues, a la guerra; horror a la guerra que lleva en sí las maldiciones del vientre infecundo y de la tierra estéril; horror a la guerra, que corrompe las energías ciudadanas y da pábulo al ascenso de los menos aptos y de los más audaces; horror a la guerra y amor, eterno amor a la paz que remueve y fecunda hasta los légamos más impuros. No hay otro camino para las conciencias honradas y los hombres de buena fe.

Luis Correa

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 11 de septiembre de 1923).


sábado, 20 de marzo de 2021

DIPLOMÁTICOS NOMBRADOS POR EL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ 1923

 

Nombramientos diplomáticos del Benemérito General Juan Vicente Gómez. De izquierda a derecha: El Doctor Francisco Gerardo Yanes, Secretario de la Legación de Venezuela en los Estados Unidos de América y en los Estados Unidos Mexicanos. Señor Diego Bustillos, Cónsul General de Venezuela en Amberes, Señor Carlos Elías Villanueva, Cónsul General de Venezuela en la República de Panamá y Zona del Canal con residencia en Colón.  

CARGOS DIPLOMÁTICOS

La Gaceta Oficial del 21 de agosto de 1923 publica los nombramientos de varios distinguidos intelectuales venezolanos para el desempeño de importantes cargos diplomáticos y consulares. Tales designaciones han sido unánimemente aplaudidas por cuantas personas conocen los méritos intrínsecos de los nombrados, médicos que son garantía firme de éxito en los cometidos que hoy se les confían.

Convencida la intelectualidad venezolana que con sincero amor piensa en el porvenir de la Patria de que sólo por el bien fecundo de la paz, en cuyo seno se desenvuelven armoniosamente las actividades todas de la civilización, puede la República alcanzar aquel estado de esplendor que para ella vislumbro el vidente de Angostura; convencida, así mismo, de que ese ideal lo viene realizando y consolidando entorno nuestro la férrea voluntad patriótica y organizador del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de la República, cierra esa juventud filas, en compacta lealtad al lado del Pacificador y Rehabilitador de Venezuela, llevando por lema de sus acciones la pragmática del Padre de la Patria: "Moral y Luces son los polos de una República".

Es, pues, con infinita complacencia que nos referimos a los intelectuales designados por el Gobierno para Secretario de Legación y Cónsules de la República.

El doctor Francisco Gerardo Yanes, nombrado Secretario de la Legación de Venezuela en los Estados Unidos de América y en México, es un abogado de notables facultades y conocimientos. Durante mucho tiempo ha desempeñado en la Ilustre Universidad Central de Venezuela, la cátedra de Derecho Internacional Público y Privado desde 1911; ha ejercido altos y delicados cargos en el Poder Judicial, como Secretario de la Corte Federal y de Casación, Ministro de la Corte Federal y de Casación, Secretario de la Alta Comisión Internacional y en la Administración Pública, como Director en el Ministerio de Relaciones Interiores, Consultor de los Ministerios de Fomento y Obras Públicas; y ha sido periodista.

Carlos Elías Villanueva, designado para desempeñar el Consulado General de Venezuela en Panamá y Zona del canal con residencia en Colón, venía desde hace años trabajando con entusiasmo, inteligencia y lealtad, en el Cuerpo de Redactores de nuestro colega "El Nuevo Diario". Es uno de los prosadores más vigorosos de la nueva generación literaria del país; novelista y cuentista de renombre.

Mario Briceño Iragorry, distinguido con el nombramiento de Cónsul General de Venezuela en New Orleans, es un escrito elegante y de excelente y vasta cultura. Se ha destacado su nombre con relieve de brillos prometedores entre la juventud pensadora. Ha sido Director en los Ministerios de Relaciones Interiores e Instrucción Pública y Secretario de la Cámara de Diputados.

Diego Bustillos, promovido al Consulado de Venezuela en Amberes, es un apreciable miembro de la juventud ilustrada de nuestra Patria, de inteligencia clara y partidario adscrito con lealtad al programa de regeneración nacional promulgado y cumplido por el Benemérito Jefe del País.

J. M. Betancourt Sucre, enviado a desempeñar el Consulado General de Venezuela en el Reino de España, con residencia en Barcelona, ha ejercido otras veces la representación de Venezuela en el Exterior.

Nombramientos diplomáticos del Benemérito General Juan Vicente Gómez. De izquierda a derecha: Señor Rafael Benavides Ponce, Cónsul General de Venezuela en la República de Costa Rica, Doctor Mario Briceño Iragorry, Cónsul General de Venezuela en New Orleans y Señor J. M. Betancourt Sucre, Cónsul General de Venezuela en el Reino de España, con residencia en Barcelona.

Por Decreto del señor General Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de los Estados Unidos de Venezuela, ha sido creado el Consulado General de Carrera de los Estados Unidos de Venezuela en la República de Costa Rica, con residencia en San José.

Con gusto nos hacemos eco de la creación de este Consulado General en la culta y floreciente República centroamericana, donde se ha mostrado en diversos homenajes la admiración por las glorias del Libertador y el aprecio por nuestra Patria.

De intento hemos dejado para finalizar esta nota, el nombre de nuestro colega en las labores del periodismo literario, señor Rafael Benavides Ponce, designado Cónsul General de Venezuela en la República de Costa Rica. Poeta de reconocida nombradía entre los más notables de nuestra contemporaneidad, escrito de pluma fuerte y atildada, y periodista de competencia indiscutible. Con vigoroso tesón indeclinable, fundó hace ya más de un año, la ya popular y acreditada revista "Arte y Labor".

Venciendo las dificultades que el crédito y afianzamiento de semejante obra requieren, ha logrado difundir por toda Venezuela los propósitos de su civilizadora labor. Su obra se ha caracterizado por una decidida y exclusiva tarea de preferencia a la faena artística de nuestros compatriotas. "Arte y Labor" ha preconizado con inquebrantable fe el afecto por lo nuestro, por cuanto signifique honra y prez del solar venezolano. En tal sentido, su Revista se ha dado a la faena de nacionalizar su índole, y exhumado también del olvido incurioso, los nombres de nuestros grandes representativos intelectuales.

Anda nuestro poeta por sobre todo, lo de su tierra siempre próvida; se interesa por su adelantamiento y decoro, y es por ello que le vemos formando en las filas de los ardientes defensores del Gobierno que preside el General Juan Vicente Gómez, con decidida lealtad.

"Billiken" se complace en que ciudadanos de tales méritos, sean los designados para ir a honrar y servir a la Patria, en el Exterior. Y al felicitarlos cordialmente, deséales el mayor acierto en sus delicadas funciones, a la vez que aplaude el acierto de estas designaciones.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 25 de agosto de 1923).


viernes, 19 de marzo de 2021

LA GRAN CRUZ DE LA ORDEN "EL SOL DEL PERÚ" AL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ 1923

 

El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, recibió la prestigiosa condecoración de la Gran Cruz de la Orden de "El Sol del Perú" en 1923.

Ayer recibió el señor General Juan Vicente Gómez, Presidente Constitucional de la República de Venezuela, en audiencia especial, al Señor don Nicolás Veloz Goiticoa, Ministro de Venezuela en el Perú y Bolivia, quien puso en manos del Señor General Gómez la Carta Autógrafa del Excelentísimo Señor don Augusto B. Leguía, Presidente de la República Peruana y las insignias de la Gran Cruz de la Orden de "El Sol del Perú", que recibió Veloz Goiticoa, siendo encargado en Lima de entregar al Señor Presidente de Venezuela en nombre de la República Peruana.

El texto de la atenta carta autógrafa es el siguiente:

"Augusto B. Leguía, Presidente de la República Peruana, a Su Excelencia el Señor General Juan Vicente Gómez, Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, Grande y Buen Amigo: Con el deseo de ofrecer a Vuestra Excelencia el testimonio de mi sincero aprecio, he resuelto otorgarle la Gran Cruz de la Orden de "El Sol del Perú", cuyas insignias me es grato hacer llegar a manos de Vuestra Excelencia.

Confío en que Vuestra Excelencia querrá aceptar esta demostración de la simpatía del Perú, que contribuirá a afianzar los antiguos vínculos que existen entre nuestros respectivos países.

De Vuestra Excelencia, Leal y Buen Amigo, (firmado).

Augusto B. Leguía.

El Ministro de Relaciones Exteriores (firmado).

A. Salomón. 

Escrita en el Palacio de Gobierno, en Lima, el primer día del mes de julio de novecientos veintitrés".

La Orden de "El Sol del Perú", fue fundada a raíz de la proclamación de la Independencia de dicho país en agosto de 1821.

Con ella se premió a los próceres de la Emancipación y entre ellos figuraron los principales actores de la campaña de 1820 y 1821.

El Libertador fue condecorado también con la Gran Cruz de la Orden de "El Sol del Perú".

En 1824 quedó la Orden en receso y fue restablecida por decreto supremo de 14 de abril de 1921, habiendo sido propuesto dicho restablecimiento al Congreso Peruano, el 9 de diciembre de 1920.

Fuera de la Gran Cruz, reservada hoy a los Jefes de Estado, está dividida la Orden en cuatro clases, a saber: Gran Cruz, Gran Oficial, Comendador y Oficial.

El Presidente de la República Peruana es el Gran Maestre y Canciller de la Orden, el Canciller Peruano.

El Consejo de la Orden está presidido por el Gran Maestre e integrado por el Canciller, el Miembro del Consejo de Estado que esté encargado de los asuntos internacionales, el General más antiguo y el Contra Almirante más antiguo.

En condiciones ordinarias, la admisión a la Orden sólo podrá hacerse el 28 de julio, Aniversario del Perú.

Las insignias de la Orden no han podido ser entregadas a los pocos condecorados y los únicos que las han recibido son el Señor Presidente del Brasil, con motivo del Centenario de la Independencia de ese país y el Señor Presidente de Venezuela, teniendo esta última entrega la particularidad de ser la de las propias insignias otorgadas al Excelentísimo Señor Presidente Leguía, quien, en señal de cortesía y consideración especiales, encomendó al Plenipotenciario Veloz Goiticoa, al irse a despedir en uso de licencia temporal, entregarlas personalmente en Caracas al Señor General Juan Vicente Gómez.

(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el  19 de agosto de 1923). 

(Publicado en la Revista "Billiken", el 25 de agosto de 1923).


jueves, 18 de marzo de 2021

LA PLANTA HIDROELÉCTRICA DE CARUAO 1924

 


Inmenso es el entusiasmo que en el sentimiento público caraqueño ha despertado la noticia de la puesta en funcionamiento de la Planta Hidroeléctrica de Caruao ya que la capital de la República ha venido sufriendo las consecuencias de una pobreza de fuerza eléctrica en los meses de sequía. La industria caraqueña ha sentido los efectos de ella y en el verano último tuvieron que paralizar por falta de corriente sus motores.

Deseamos para esta iniciativa, que será fecundísima en sus resultados y abre nuevos horizontes al capital venezolano, una prosperidad creciente, al amparo de las garantías que todos disfrutamos gracias al impulso modernizador del Benemérito General Juan Vicente Gómez para satisfacer las necesidades del pueblo.

Esta Empresa debe ser ayudada, pues en su pronta realización está el bien de todos, ya que necesitamos calefacción en los hogares y es oportuna una fuerza eléctrica eficiente de precios moderados. El advenimiento de esta Empresa es augurio de mayor bienestar para el industrial caraqueño.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 15 de noviembre de 1924).

miércoles, 17 de marzo de 2021

ASOCIACIÓN DE PERIODISTAS VENEZOLANOS 1924

 

De izquierda a derecha: Don Laureano Vallenilla Lanz, Don Andrés Mata y Don Lucas Manzano, eminentes figuras de nuestra intelectualidad que integran la "Asociación de Periodistas Venezolanos". Año 1924.


EL PRESIDENTE GÓMEZ DESEA ÉXITO A LA ASOCIACIÓN DE PERIODISTAS VENEZOLANOS


El lunes de la presente semana se reunieron en nuestras oficinas de Redacción representantes de todos los órganos periodísticos de Caracas con el objeto de plantear las bases para el establecimiento de una "Asociación de Periodistas Venezolanos".

Aprobada con unánime entusiasmo la feliz iniciativa, fue elegida una Junta provisional con Don Laureano Vallenilla Lanz como Presidente, Don A. J. Calcaño Herrera y Don Andrés Mata, Primero y Segundo Vicepresidentes, respectivamente, Secretario, Don Diego B. Ferrer y Tesorero nuestro Director, Don Lucas Manzano, y gran número de Vocales.

Esta Asociación, de gran importancia, propenderá al fomento de los más nobles ideales, y de cuanto sea exponente de cultura y civilización, amplio programa que será realizado cumplidamente dadas las aptitudes y méritos de las personalidades que forman la Mesa Directiva y de los demás miembros de la Asociación.

Dentro de poco será instalada en un idóneo local la "Asociación de Periodistas Venezolanos" y se procederá a concretar en programa los ideales de este centro que lo será de cultura y esparcimiento.

El Director de esta Revista llenó el deber de cumplida cortesía, de participar al Primer Magistrado, Benemérito General Juan Vicente Gómez, el acto efectuado en sus oficinas, habiendo recibido al punto la siguiente contestación:

 

Maracay: 13 de noviembre de 1924.

Señor Lucas Manzano.

Caracas.-

Recibido su atento telegrama de ayer y me ha sido muy placentera la atenta participación que se sirve hacerme.

Formulo sinceros deseos por el buen éxito de los trabajos que llevan a cabo para instalar la Asociación de la Prensa Venezolana.

Su amigo,

Juan Vicente Gómez

 

Las expresivas frases de aliento con que el señor General Presidente, corresponde a la noticia del acto inicial de la Asociación de los Periodistas Venezolanos, tienen que ser motivo de justas congratulaciones para cuantos estamos aplicados en el palenque de la prensa nacional a la grata labor de mantener vivo e incólume el prestigio de la bonancible situación que para gloria de la Patria ha sido coronamiento preciado de las asiduas labores del Gobierno que él preside.

Sabe el Magistrado Rehabilitador cómo se reflejan ya en todo el periodismo nacional las sanas actividades del verdadero civismo, que no se ve ahora en los estrados de la prensa, so pena de popular desaire, escritores que encorvadas las vértebras y prosternada la frente, iban sólo para extender sus manos limosneras de los favores del poderoso, ni tampoco, so pena de la airada condenación pública, quienes vayan a predicar, abrazados a las sierpes de la discordia, doctrinas de sedición y de turbulencias disociadoras.

Sabe que nuestra prensa actual, sustraída a ambos damnables extremos, no es sino vocera de la justicia, de las aspiraciones satisfechas y de los tranquilos reclamos del bien público en todos los órdenes de la acción gubernativa, y de los múltiples intereses colectivos confiados a su sabia dirección.

Fortalecida así nuestra prensa militante, por este bien sostenido criterio cívico y patriótico, podemos de antemano asegurar que no serán defraudados los deseos con que la honra el Primer Magistrado, por los éxitos de la Asociación nacional de periodistas.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 15 de noviembre de 1924).

 

martes, 16 de marzo de 2021

EL PUENTE AYACUCHO DE CARACAS INAUGURADO EN 1924

 

El Puente Ayacucho, inaugurado en las fiestas centenarias, por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, en 1924. "Revista Billiken". (Foto: Lucca).

En el año 1924, con motivo de las fiestas del Centenario de la Batalla de Ayacucho, ganada por el Mariscal Antonio José de Sucre, el Benemérito General Juan Vicente Gómez, ordenó al Ministerio de Obras Pública concluir la construcción para inaugurar el Puente Ayacucho, el cual comunica la populosa Parroquia de San Juan con la urbanización El Paraíso, pasando sobre el río Guaire en la ciudad de Caracas, Venezuela.

 

Puente Ayacucho. Caracas, Venezuela.

El Puente Ayacucho, proyectado por el ingeniero Hernán Ayala Duarte en 1919 (como funcionario al servicio del citado Ministerio), fue el primero en arco de concreto armado construido en el país.

En años posteriores construyó dos más, el Puente Sucre y el Puente Gómez, ambos también sobre el río Guaire, con las mismas características.



Puente Ayacucho en 1924. Revista "Billiken". (Foto: Lucca).

Otro bello aspecto del Puente Ayacucho, inaugurado en las fiestas centenarias, por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, en 1924. Se considera como una de las obras de ingeniería más audaces que se han construido en Venezuela.


sábado, 13 de marzo de 2021

JOVEN ESTUDIANTE PENSIONADO POR EL GENERAL GÓMEZ 1924

 

Nieves Emilio Navarro.

Nieves Emilio Navarro, joven venezolano, nativo de la Isla de Margarita, quien pensionado por el Gobierno que preside el Benemérito General Juan Vicente Gómez, cursa estudios de Arquitectura Naval, después de haber terminado lucidamente los de Ingeniería Mecánica, en Inglaterra.

El joven Navarro acaba de ser sometido a riguroso examen en el penúltimo año de aquella asignatura en la Universidad de Liverpool, habiendo merecido ser el primero de los seis alumnos aprobados y calificados de sobresalientes entre los ciento cincuenta de distintas nacionalidades que fueron examinados en tan difícil materia.

Al felicitar al joven Navarro por esta nueva prueba de su inteligencia y aplicación en sus estudios científicos, nos congratulamos con su padre el Capitán de Fragata Nieves Navarro, Ex-Comandante de la Armada Nacional, y con el General Juan Vicente Gómez, por su gesto de progreso y de cultura al subvencionar a jóvenes reconocidamente aptos para llevar a cima sus aspiraciones de saber y que alcanzan triunfos en el extranjero, que hacen honor y dan lustre al nombre de la Patria.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 29 de noviembre de 1924).


LA CARRETERA DE LA FILA DE MARICHES 1924

 


De las numerosas obras públicas realizadas por el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez, actualmente en ejecución, tomamos estos aspectos que evidencian la magnitud de los trabajos que han sido emprendidos y que representan un corte de roca en la carretera de la Fila de Mariches, que es atravesada por la importante arteria destinada a unir Petare con otras poblaciones del Estado Miranda.


Un excelente trazado y tesonera labor en los cortes y ampliaciones en la plataforma de la vía, permitirán realizar esta empresa que, como todas las de su índole, se traduce en progreso efectivo e inmediato en todos los órdenes de las actividades del país.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 29 de noviembre de 1924).


viernes, 12 de marzo de 2021

LA ESCUELA MILITAR DE VENEZUELA 1924

 

Un aspecto de la mesa durante el obsequio a los cadetes en la Escuela Militar de Caracas, Venezuela. Año 1924. (Foto: Manrique).

El miércoles 17 de la semana que termina tuvo efecto en la Escuela Militar un simpático acto, consistente en que el Coronel Elías Sayago, culto e idóneo Director de aquel Instituto donde se aleccionan nuestros militares en la noble carrera de las armas, llevada hoy en nuestra Patria a grande esplendor, despedían tanto él como los demás profesores del plantel, a los jóvenes alumnos que tras luengas vigilias y provechosas enseñanzas han terminado felizmente los cursos de la materia.

La despedida a los cadetes, nuevos conscriptos de la Patria, consistió en un animado y fraterno almuerzo en que el Coronel Sayago, en nombre del Jefe nato del Instituto, Benemérito General Juan Vicente Gómez, ofreció a los alumnos que salen ya de allí con una hidalga profesión ennoblecida con el consciente estudio, y ávidos de dar al Ejército Nacional el brillo que requieren las armas de la República a la legítima y gloriosa herencia militar que nos viene desde Carabobo y Ayacucho.


El grupo de cadetes que terminó sus estudios rodeando el busto del Padre de la Patria, Simón Bolívar en la Escuela Militar de Caracas, Venezuela. Cuartel de La Planicie. Año 1924. (Foto: Manrique).

El excelente obsequio, que se vio prestigiado por los demás profesores y personalidades militares, fue dedicado, en nombre del Coronel Sayago, por el señor Ramón Vicente Astorga, en muy expresivos términos en que puso de manifiesto los deberes sacrosantos que impone la Patria a los que bien la sirven en la profesión, benigna hoy, de las armas, ya que en la actualidad no hacen sino velar por la paz inalterable que nos cobija.

"No olvidéis, dijo el orador, que sois vosotros los que debéis recoger los laureles que la posteridad ofrendará al Creador de esta obra, General Juan Vicente Gómez, y a su más entusiasta y eximio colaborador, General José Vicente Gómez".

En nombre de sus integrantes aceptó el obsequio agradeciéndolo en sinceras frases al Alférez Mayor Simón Arenas Revenga, expresándose luego en parecidos términos de cordialidad el Coronel Celestino Hernández y el Capitán Moncada López.

Felicitaciones a los jóvenes cadetes por el feliz coronamiento de sus estudios.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 20 de diciembre de 1924).


jueves, 11 de marzo de 2021

INAUGURACIÓN DE LA ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS DE MUJERES 1913

 

Inauguración de la Escuela de Artes y Oficios de Mujeres por el Benemérito General Juan Vicente Gómez. "El Nuevo Diario", el 6 de julio de 1913.

El acto inaugural de la Escuela de Artes y Oficios de Mujeres fue presidido por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, en medio de una numerosa concurrencia.

El Ministro de Instrucción Pública, Doctor Felipe Guevara Rojas, la Directora de la Escuela, Señora Ignacia Soto de Marquís, el personal de enseñanza y las alumnas de la Escuela de Artes y Oficios de Mujeres. "El Nuevo Diario", el 27 de julio de 1913. (Foto: Talavera Soro).  


El Ministro de Instrucción Pública, Doctor Felipe Guevara Rojas, y la Dirección y Cuerpo de Profesores de la Escuela de Artes y Oficios de Mujeres, después de abrir la Exhibición de trabajos del primer semestre escolar. Año 1913. "El Nuevo Diario". (Foto: Talavera Soro).  


Exhibición de los trabajos de flores artificiales. Escuela de Artes y Oficios de Mujeres. Año 1913. "El Nuevo Diario". (Foto: Talavera Soro).  


Doña Concepción de Taylhardat.

"Consagré a la enseñanza muchos años de mi juventud y como quedé viuda a los pocos de haberme casado, me hice profesora de colegios y s tarde Directora de planteles para levantar mi familia. Fui varias veces, y por muchos años, Inspectora de Escuelas Municipales y también Sub-Directora de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, creada por la Rehabilitación Nacional del General Juan Vicente Gómez y que tantos beneficios ha reportado a esta capital.

En esa Escuela me querían mucho y tengo la satisfacción de poder decir que no me granjeé un solo resentimiento de ninguna persona. La Directora, con quien compartía los afanes del establecimiento, es hoy como ayer, una de mis amigas predilectas y las alumnas todas, me estiman".

Concepción de Taylhardat.

(Publicado en la Revista "Billiken", el 2 de diciembre de 1922).


LA ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS DE MUJERES EN 1924

REVISTA "BILLIKEN"

La hermosa sede de la Escuela de Artes y Oficios de Mujeres en 1924, durante la presidencia del Benemérito General Juan Vicente Gómez, gran impulsor de la obra.

Entre los actos de celebración del Centenario de Ayacucho, uno de los más interesantes y que llamaron poderosamente la atención de todos fue la Exposición de Labores femeninas en la Escuela de Artes y Oficios, con que la Rehabilitación Nacional, justamente empeñada en hacer obra efectiva de progreso, alienta a los pacientes trabajos de la mujer venezolana, con tan soberbio Instituto como el que hoy cuenta Caracas, y al que concurren infinidad de damas ávidas de enseñanzas que serán para ellas como la liberación personal por medio del trabajo.

El acto inaugural de la Exposición de Labores fue presidido por el General Juan Vicente Gómez en medio de una numerosa concurrencia que no ha cesado de asistir a apreciar aquellos trabajos de paciente filigrana en que los dedos de nuestras damas han tejido increíbles arabescos.

He aquí la lista de los trabajos presentados por las inteligentes alumnas del plantel: corte y costura, confección de sombreros, cocina, flores artificiales, bordados, dibujos, pirograbados, labores de mano, encuadernación, sastrería, cestería, encajes de bolillo, lavado, aplanchado y fotografía.

Tales son los honestos oficios con que la mujer caraqueña disciplina sus facultades creadoras bajo la experta dirección de la señorita Fermosina Cárdenas, Directora del Instituto, a quien también presta sus grandes e inteligentes facultades la señora Concepción de Taylhardat.

Tanto la señorita Cárdenas como la señora Taylhardat vienen prestando decidido apoyo a esta obra benefactora de adiestrar a nuestra mujer en tan honestas ocupaciones, de las que deriva también muy buenos provechos.

(Publicado en la Revista "Billiken", del 20 de diciembre de 1924).