General Juan Vicente Gómez.
Telégrafo
Nacional - De Soledad a Caracas, el 21 de julio de 1903. Las 12 hs. m.
Señor General
Castro.
El 21 de diciembre de 1901 salí de esa capital con un grupo de
valientes a someter al General Luciano Mendoza, primer traidor alzado contra
las instituciones de la
República. Hoy , después de 50 horas de sangrienta batalla,
tengo el honor de poner a su disposición esta plaza, último baluarte de esta
rebelión.
Lo felicito por el afianzamiento de la paz de Venezuela.
Detalles irán después.
Su amigo,
J. V. Gómez
EXTRAÍDO DEL
LIBRO “BREVES APUNTACIONES”. ESCRITO POR: RAMÓN TELLO MENDOZA. 1904.
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La Victoria.
Caracas; 24 de
Mayo de 1906.
Señor General
Cipriano Castro, etc.,etc.,etc.
Estimado amigo:
Voy a hablarle con el corazón como su antiguo y leal amigo, y al
decirle esto, sé bien que Usted me creerá.
He visto con pena su Manifiesto de
ayer, porque en él deja Usted entender que a mí me ha impresionado mal la idea
de la
Aclamación. Verdaderamente ha sido para mí una gran
mortificación imaginarme siquiera que hayan podido llevar a su ánimo la
desconfianza de que me haya tentado el demonio de la ambición.
Jamás he tenido el deseo de ser político. Fue Usted quien me hizo
salir de mi hacienda y entrar a la vida pública, y al contraer las graves
obligaciones que ese paso me imponía, sólo me guió, como único móvil, mi gran
cariño, mi sincero afecto por Usted. ¿Podré ser yo tan feliz que esta
afirmación de mi conciencia de hombre honrado merezca su aprobación y que al
leerla diga: es verdad?. Tengo la íntima convicción de que así sucederá, y por
esta razón estoy completamente tranquilo.
Veo, mi querido General, que hoy, dados los acontecimientos que se
han presentado, sin culpa suya ni mía, es absolutamente inconveniente mi
presencia en el Poder y mi intervención en la política del país. Mi nombre y la
modesta pero honrada posición que he adquirido en Venezuela, nada valen para
mí: ellos estarán siempre subordinados al noble, al grande interés de la Patria y a la consecuencia
que debo a Usted como Jefe de la Causa Restauradora y como mi amigo y mi compañero
de muchos años.
Venga Usted a hacerse cargo del Gobierno y a fijar el rumbo que la República deba seguir.
Yo tengo ya suficientes decepciones en mi alma de patriota para poder resistir
esta lucha, lucha más terrible que la de los campamentos, y a la cual he venido
únicamente por acatar un llamamiento de Usted.
Retirado a la vida privada, libre de todo compromiso con los que
se disputan el mando en Venezuela, trabajaré para mí familia y gozaré siquiera
de tranquilidad, que es ya la única aspiración que me queda. Pero, sí me creo
en el deber de suplicar a Usted muy encarecidamente, protección decidida para
mis amigos, que son también suyos, y a quienes exigiré el apoyo leal a su
Gobierno como una necesidad de la
Causa y de la
Patria.
Le agradeceré venga a esta Capital lo más pronto que le sea
posible, porque comprendo la urgencia que hay de calmar la excitación que se ha
producido y que si continuara causaría grandes males a la República.
Su amigo de siempre,
J. V. Gómez
BOLETÍN DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE
MIRAFLORES. NÚMERO 15 CARACAS NOVIEMBRE - DICIEMBRE DE 1961
AÑO III.
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BOLETÍN OFICIAL
Caracas: mayo 26 de 1906.
Señor General Cipriano Castro, etc.; etc.;
etc.
Estimado
amigo:
Nuestros
amigos los Doctores Leopoldo Baptista y José de Jesús Paúl pusieron en mis
manos su importante respuesta a mi carta del 24, en la que comienza usted por
dar todo crédito y estimación a los sinceros sentimientos que la dictaron, lo
que agradezco en extremo.
Me
contraeré, ahora, a aquellos puntos de su contestación que se refieren a los
motivos que le impiden acceder, inmediatamente a mi ruego de venir a ejercer la Presidencia de la República.
Sea
el primero, que dadas las manifestaciones que ya usted conoce, tendentes a la
realización de aquel mismo propósito, ellas deben convencer a usted, de que el
pueblo de Venezuela sí abriga la persuasión de que usted es incapaz de permitir
que se hiera o destruya a quien ha tenido usted siempre y apreciado
públicamente como uno de sus mejores amigos.
En
cuanto a mi convencimiento personal, él se desprende naturalmente del grande
aprecio que siempre he tenido por usted, como mi mejor amigo y compañero de
muchos años.
Sea
el segundo, que las decepciones de que hice mención en mi carta anterior, no
han llegado, y confío no llegarán nunca, a perturbar la estrecha amistad que
nos une, y el muy alto concepto que de su lealtad y nobleza siempre he
abrigado.
Hechas
estas declaraciones, hijas de mi más íntimo sentimiento, creo de mi deber, en
consideraciones de los males que debemos evitar a la República , por causa de
la agitación y de la expectativa en que se hallan todos los ánimos, reiterar mi
solicitud de que acuda usted a poner fin a la ansiedad pública, colocándose al
frente de los destinos de la
Patria.
Su
amigo de siempre,
J. V. Gómez
DOCUMENTO IMPRENTA NACIONAL.
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Caracas, mayo 28 de 1906.
General Castro.
Habiendo
mandado usted publicar su telegrama, ya no me queda otro camino sino
declararle, una vez por todas, que debe atenerse a lo que le dije en mi carta
del 24 que le llevaron los doctores Baptista y Paúl.
Espero,
mi querido General que usted asuma inmediatamente el Gobierno del País. Así
lograré el descanso que tanto necesito para mi quebrantada salud y se calmará
la ansiedad pública, acatando los más sagrados intereses de la sociedad
venezolana.
Su
amigo de siempre,
J.
V. Gómez