jueves, 10 de agosto de 2017

EL REFUGIO INFANTIL DE VARONES. GRAN OBRA SOCIAL DEL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ



EL REFUGIO INFANTIL

Entre las obras perdurables y de universal renombre que marcará en la Historia la Causa de la Rehabilitación, hay una enorme trascendencia moralizadora: la recogida de esos niños, seres anónimos a quienes el destino puso en la calle, y que eran viviente rémora de la sociedad que sólo veía en esas almas inexpertas y abandonadas un futuro peligro para la paz y la tranquilidad de los ciudadanos.

El Refugio Infantil para varones, Instituto que tiene su sede en la floreciente capital aragüeña, en amplio y confortable edificio construido como para el benéfico objeto a que está destinado, será, gracias a la previsora mirada del General Juan Vicente Gómez, que sabe escudriñar en el porvenir, un rico vivero de enseñanzas prácticas y lugar disciplinario de actividades humanas, hurtadas sabiamente al espíritu de vagancia que algunos, aunque injustamente, han creído observar en el alma y en la étnica del venezolano, y que sólo obedecía a la falta de institutos como éste.

Entre esos niños que la piedad oficial ha recogido habrá, indudablemente, más de una clara inteligencia, ya que también es de esencia en el ente venezolano el ser inteligente, y que deberá su liberación a las garras del vicio al actual Presidente de la República, honesta profesión, saber leer y escribir, y en fin, vida útil a los intereses de la comunidad.


El amplio y confortable edificio, en medio de la pompa tropical que adorna a la ciudad de Maracay, consta de muchos departamentos: patios desplayados para los necesarios ejercicios al aire libre de los alumnos y que constituirán la educación física, confortables comedores, depósitos de ropa y demás útiles, salones de estudio, aulas para las clases y dormitorios ventilados.

Para la inauguración de tan benéfico Instituto fue hábilmente escogido para llevar la palabra de orden el elocuente orador presbítero doctor Carlos Borges, quien, como suyas, dejó caer finísimas perlas de nítido oriente, al loar esta obra portentosa de la Rehabilitación, que no es sólo de justicia patriótica sino de caridad cristiana.

El orador anunció como digno coronamiento de esta obra de caridad y de patriotismo, la creación de un instituto similar y también de imprescindible necesidad como será el “Refugio Infantil para hembras”, que sólo espera el personal docente que aún no ha llegado y que al estar en vigencia constituirá otro timbre de honor para la actual Administración.

(Publicado en la Revista “Billiken”, el 20 de diciembre de 1924).