viernes, 27 de febrero de 2015

LEONCIO MARTĺNEZ “LEO” Y LOS GÓMEZ




EL ESFUERZO DEL GRAL. GÓMEZ Y LA BRILLANTE SITUACIÓN DE VENEZUELA


M. J. GORNÉS MAC-PHERSON.

EXPOSICIÓN SOBRE EL PRIMER TOMO DEL LIBRO
“VENEZUELA GRÁFICA”,
 PUBLICADO EN 1929 POR: 
M. J. GORNÉS MAC-PHERSON

Se presenta hoy “VENEZUELA GRÁFICA” como la iniciación de algo muy grande que puede hacerse sobre este particular.

Tanto la Academia de la Historia como el Archivo Nacional se vienen ocupando de la publicación, en folletos, de todo lo concerniente a los anales patrios desde el descubrimiento de nuestra tierra, de la época de la conquista y de la evolución de nuestra emancipación, y al presentar yo algo de lo mucho existente sobre esta materia, abordo en los momentos actuales de Venezuela, el problema del desenvolvimiento nacional presente, cosa que es de importancia vital, desde luego que, después de nuestra independencia, tan sólo se han sucedido lustros de terribles siniestros, encontrándose hasta hace veinte años la Patria, continuamente enlutada por las sucesivas guerras civiles, que impedían el avance de la civilización en el fomento de nuestras industrias y en el desarrollo de nuestro comercio, desapareciendo la cría y la agricultura por la devastación que causaban las facciones guerrilleras del movimiento continuo revolucionario asolando nuestras praderas, como la falta de iniciativa para las explotaciones de los tesoros naturales que el cofre de nuestro suelo guardaba oculto en las profundidades de lo desconocido.

Ese período fue para Venezuela, como el caos reinante en nuestro territorio, y el crédito nacional afectado no tan sólo en su deuda interna, sino gravemente lesionada en sus compromisos con el extranjero, producía el descrédito en el comercio exterior y confirmaba la desconfianza resultante de esta desorganización nacional entre los institutos bursátiles de las demás naciones, las que no tan sólo lo limitaban sino que rotundamente se lo negaban, viéndose el país en una pendiente cuya inclinación la conducía al más desastroso porvenir.

Nuestro país, joven nación acumulada de elementos para toda actividad, tan sólo necesitaba paz y orden en su administración; nivelar sus rentas, cumplir sus compromisos, y mostrarse ante la civilización universal como un pueblo organizado y encaminado por la vía juiciosa y de criterio, resuelto a colocarse a lado de los países alejados de toda revuelta intestina, y propuesto a seguir la marcha guiatoria de las naciones modelos del globo.

La labor era bastante atrevida y dificultosa, pues más de una centuria de desorganización nacional había convertido en hábito esa costumbre criolla de sustentar en cada localidad de la República el ambiente del caudillaje aspirante al mando supremo de la Nación, causante de los movimientos revolucionarios continuos. Cada Estado de la Federación Venezolana tenía la pretensión de llevar su candidato al Capitolio, con la esperanza de que ese grupo político gozara de las prerrogativas de los tesoros nacionales.

Y así se sucedían las tragedias que causaban la ruina de la patria, y en lugar de cruzar nuestros campos las legiones del trabajo, asolaban las fértiles praderas los grupos de salteadores que, a nombre de un futuro gobierno se hacían de créditos forzados, disponían de las propiedades y acababan con la honra de la familia venezolana, todo ésto en medio de lágrimas y maldiciones apostrofando nuestra nacionalidad.

Ya tenemos más de veinte años de paz nacional. Nuestra juventud, los hombres del mañana, esos que no han conocido sino tan sólo por un vago recuento de sus progenitores el triste historial de lo pasado; esos elementos nuevos visionarios de una patria grande y majestuosa, no conocen las ruinas de hace veinte años atrás, donde la figura del bíblico Caín se destacaba reinante. Allí se levanta el edificio sólido de nuestra prosperidad con el marco de oro de nuestro crédito en el exterior. Esa juvenil parvada, con la inexperiencia de sus pocos años y la precipitación que produce la adolescencia, pretende transformar el país por medio de un soplo divino, en algo soñado, y que tan sólo el encarrilamiento consciente por las paralelas de Paz y Trabajo, nos llevará a la efectividad, no tan sólo iniciada ya, sino realizada en el corto período de cuatro olimpiadas.

Los bancos extranjeros establecidos en el país, las compañías de petróleo que explotan nuestros tesoros naturales, el aumento de crédito de que gozan en el comercio exterior nuestras firmas industriales, la unión de nuestros pueblos estrechados por las vías de comunicación, la dotación de acueductos modernos para la higienización de las ciudades, el embellecimiento de las poblaciones con buenos edificios y paseos que las ornamentan, el crédito del país saneado y con un superavit en el tesoro para dar frente a cualquier circunstancia de necesidad nacional, y tantas otras cosas, ¿efectos de que causa son?...

Y ello es mi propósito, mostrar gráficamente en este libro, hacer palpar en mi obra, lo que representaba hace poco tiempo Venezuela en la exterioridad de sus ciudades, edificios, vías de comunicación, radio de extensión, hacer comparaciones con lo de antaño y ver lo de ogaño, para tener una idea de nuestra prosperidad, que es el fruto de la paz.

¿Que podríamos tener algo mejor?... Esta es la eterna inconformidad humana, no estar satisfecha jamás con lo que se tiene, sino desear, en medio de una incógnita difícil de despejar, la forjación de un porvenir más halagüeño, pero con la borrosa duda que presenta siempre la realización de un deseo sin la base suficiente del éxito seguro, pues esa inseguridad es la pretensión de resolver un problema sin guarismos existentes para poderla efectuar. 

Un país de tres millones de habitantes, con viejas costumbres revoltosas de cien años de práctica, era difícil arrancar de su habitualidad este parásito dañador del árbol nacional, pero, la paz se impuso amargamente entre lágrimas y dolores, y una mano fuerte, enérgica y sin contemplaciones, rompiendo la dura piedra que constituía entonces el alma criolla, la transformó en pedazos de roca diamantina, como el minero osado y corajudo que, causando pérdidas de vida, estragos, y en medio de sacrificios socava la dura tierra, taladra las pétreas trincheras y se abre paso hasta llegar a la veta del tesoro sin mirar los efectos que ha causado... Y si no fuera así, nada se haría, porque para sanear la úlcera es necesario el termo quemador, y a veces el fuego purificador ataca las partes buenas que han estado en contacto con la llaga.

Nuestra prematura independencia ha sido la causa de muchas de nuestras desgracias, y así, las evoluciones políticas precipitadas y antes de ser necesarias, producen efecto contrario a lo pensado.

Veinte años de iniciación de paz, veinte años de tranquilidad, es el exponente mayor de nuestro progreso, y el país no está en condiciones de ninguna evolución, sino de continuar fomentando lo que pedirá en el futuro la Patria.

Todas esas intentonas reformativas por medio de actos cívicos, son cosas propias de la época; todas esas manifestaciones varoniles de la sangre nueva son una prueba demostrativa de nuestro adelanto civilizador; toda esa gallardía gestatoria de libre albedrío es consecuencia lógica de un largo régimen de paz; y todas esas ambiciones de colocar a nuestra patria en un nivel superior a su actual estado es el resultado de la transformación nacional llevada a cabo por el Benemérito Jefe del País en un período de progreso efectivo.

Pero, aún necesitamos solidificar las bases que hoy tenemos y donde se levantan los muros de la prosperidad patria, pues, el período de nuestra rehabilitación data de contado tiempo, necesitándose mayor número de años para que la obra de nuestra reconstrucción sea efectiva y sólida, y poder levantar sobre dichas bases el grandioso monumento nacional.

Y sería de mi parte una falta de honradez y de sinceridad no reconocer el esfuerzo hecho por el General Juan Vicente Gómez para que Venezuela llegase a su actual brillante situación; y es punto que no admite discusión, de que él es un hombre animado de buenos propósitos y soñador de un futuro venturoso para esta tierra nuestra.

Sólo aspiro a que mi libro sea acogido con buena voluntad por mis conciudadanos, los que deben ver en el fondo de esta exposición tan sólo los altos propósitos de mis ideales patrióticos, y los hombres del mañana, esa juventud que se levanta, bendecirán la obra de paz nacional que hoy tenemos, arrancada en corto tiempo del ruinoso templo del desastre de nuestra vida pasada, y que será para el porvenir, la sólida base de la Venezuela engrandecida.

Que reine la tranquilidad en la familia venezolana, y que el espíritu nacional se solidifique para el futuro patrio.

M. J. GORNÉS MAC-PHERSON

Nota: El Sr. M. J. Gornés Mac-Pherson fue Comendador de la Orden del Libertador. Miembro de la Academia de Ciencias y Letras de Nápoles. Diplomado como Benemérito de la Asociación de Pensionados Civiles de Génova. Socio correspondiente de la Sociedad de Geografía de Lisboa. Recibió la Medalla de Instrucción Pública de Venezuela y la Gran Cruz de la Orden al Mérito Literario y Científico en su segunda clase por la Academia Internacional de Ciencias y Letras de Nápoles.

lunes, 23 de febrero de 2015

ELEAZAR LÓPEZ CONTRERAS PRONUNCIA DISCURSO ANTE EL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ EN 1934




DISCURSO PRONUNCIADO POR EL GENERAL ELEAZAR LÓPEZ CONTRERAS, MINISTRO DE GUERRA Y MARINA, AL HACER ENTREGA AL BENEMÉRITO GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ DE LA MEDALLA DE HONOR "FRANCISCO DE MIRANDA".

General Presidente:

La Honorable Cámara del Senado, por justiciero Acuerdo dictado el 17 de julio último, os ha conferido la medalla de honor "Francisco de Miranda", en la Primera Clase, en pre­mio a los relevantes servicios militares que habéis prestado a la República.

Efectivamente, hace más de treinta años que del Táchira a Tocuyito y de La Puerta a Ciudad Bolívar, fuisteis el más esforzado luchador para conquis­tar en la guerra las glorias de la paz; y ya como Jefe Supremo del País, co­locásteis al Ejército sobre bases de institución nacional, devolviéndole así su prestigio tradicional e histórico.

Podéis estar orgulloso de vuestra obra patriótica: por virtud del pode­roso estímulo que habéis impreso al soldado venezolano, éste se siente hoy digno descendiente de aquellos sus ilustres antepasados, que bajo el man­do de Bolívar fueron los campeones más heroicos de la Libertad del Con­tinente.  El soldado venezolano está seguro de que su corazón y su cerebro muévense por el espíritu y por la san­gre de los Urdaneta de Valencia y San Carlos, de los Ribas de La Victoria; de los Páez de Mucuritas, Quese­ras del Medio y Carabobo; de los Ber­múdez de Maturín y Cartagena; de los Freites de Barcelona y La Puerta; de los Díaz de Pagallos; de los Rondón de Pantano de Vargas; de los Anzoá­tegui de Boyacá; de los Torres de Cariaco o Bomboná; de los Ibarra de Riobamba y Pichincha; de los Silva y Carvajal de Junín; de los Salom de El Callao; de los Lara y Morán de Corpahuaico; de los Sucre de Ayacu­cho; no ya para contribuir a la Conquis­ta de la Libertad que debemos a tan bi­zarros paladines y a otros tantos más que cayeron en más de cuatrocientas acciones de guerra del Orinoco al Desaguadero, sino para conservar esa sagrada herencia con sostenido deco­ro y honor militar, para honra y glo­ría de la nación venezolana.

Por ventura para la Patria, si co­mo hábil estadista lográsteis nuestra independencia económica y adminis­trativa, como político sin igual, en vuestro Gobierno habéis cimentado so­bre sólidos fundamentos nuestras re­laciones internacionales.

Es por ello que considero oportuno en este solemne momento histórico, en que 8.000 veteranos os presentan las armas, al son de las vibrantes notas del Himno Nacional, que el soldado ve­nezolano consagre un recuerdo a todos los soldados de todas las naciones ami­gas, y muy especialmente a nuestros hermanos y camaradas de Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia, quie­nes unidos ayer a nosotros por co­munes esfuerzos y sacrificios, lo esta­rán también hoy, mañana y siempre, por los vínculos de la devoción común a la Gran Causa Bolivariana.

General Presidente:

Permitidme que en esta oportuni­dad solemne cumpla el honroso encar­go que recibí de la Honorable Cámara del Senado, de poner en vuestras ma­nos el Acuerdo caligrafiado por el cual se os concede la Medalla de Ho­nor "Francisco de Miranda" y de en­tregaros, asimismo, la joya correspon­diente.

Gral. Eleazar López Contreras
Ministro de Guerra y Marina
Maracay; 23 de diciembre de 1934.


ELEAZAR LÓPEZ CONTRERAS DEDICA SU LIBRO AL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ EN 1926



Gral. Eleazar López Contreras.



Gral. Eleazar López Contreras. 
Dedicatoria de su libro: “El Callao Histórico”. 
Caracas, 23 de enero de 1926.

jueves, 19 de febrero de 2015

EL PERSONAJE VENEZOLANO MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XX

Encuesta realizada en el Programa “24 Horas” de Venevisión, para seleccionar al “Personaje Venezolano más Importante del Siglo XX”. La votación popular se realizó durante 2 meses, a través de llamadas telefónicas, cartas, telegramas e internet. La elección final se efectuó en enero del año 2000. Los resultados se conocieron en el Programa “24 Horas” de Venevisión, conducido por Napoleón Bravo.

Lista de los personajes del siglo XX venezolano que participaron:

1)      Luis Aparicio
2)      Rómulo Betancourt
3)      Rufino Blanco Fombona
4)      Andrés Eloy Blanco
5)      Rafael Caldera
6)      Teresa Carreño
7)      Gral. Cipriano Castro
8)      Humberto Fernández Morán
9)      Billo Frómeta
10)   Arnoldo Gabaldón
11)   Rómulo Gallegos
12)   José Gil Fortoul
13)   Gral. Juan Vicente Gómez
14)   Dr. José Gregorio Hernández
15)   Gral. Eleazar López Contreras
16)   Gral. Isaías Medina Angarita
17)   Rafael Nogales Méndez
18)   Teresa de la Parra
19)   Gral. Marcos Pérez Jiménez
20)   Armando Reverón
21)   Alfredo Sadel
22)   Jesús Soto
23)   José Francisco Torrealba
24)   Arturo Uslar Pietri
25)   Carlos Raúl Villanueva
26)   Jóvito Villalba

Lista de los 10 finalistas en orden alfabético que obtuvieron mayor votación:

1)      Luis Aparicio
2)      Rómulo Betancourt
3)      Gral. Cipriano Castro
4)      Humberto Fernández Morán
5)      Arnoldo Gabaldón
6)      Gral. Juan Vicente Gómez
7)      Dr. José Gregorio Hernández
8)      Gral. Eleazar López Contreras
9)      Gral. Marcos Pérez Jiménez
10)    Jesús Soto

Resultado de los más votados popularmente:

Primer Lugar:


El Dr. José Gregorio Hernández y el Gral. Juan Vicente Gómez, lograron un auténtico empate. Fueron los que obtuvieron mayor votación popular.

Segundo Lugar:

Gral. Marcos Pérez Jiménez y Rómulo Betancourt.

Tercer Lugar:

Humberto Fernández Morán y Luis Aparicio.


Nota importante: 

El General en Jefe Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, obtuvo la mayor votación popular como el mejor gobernante del siglo XX en Venezuela, superando a los Presidentes: Gral. Marcos Pérez Jiménez, Gral. Eleazar López Contreras, Rómulo Betancourt, Gral. Cipriano Castro, Rafael Caldera, Rómulo Gallegos y Gral. Isaías Medina Angarita.

Disfrute el video 


(Datos y resultados suministrados en el Programa “24 Horas”, conducido por Napoleón Bravo por Venevisión, en enero del año 2000.)

CARTA DEL DR. SALVADOR CÓRDOVA AL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ EN 1913


El eminente Dr. Salvador Córdova, quien fue becado por el Benemérito General Juan Vicente Gómez para especializarse en la Facultad de Medicina, en técnica quirúrgica y obstetricia en París, Francia (1911-1913). A su regreso a Venezuela, fundó y dirigió en Caracas la moderna Clínica Córdova que lleva su apellido (1913-1922).


Caracas, 15 de abril de 1913.
Señor General Juan Vicente Gómez.
Palacio de Miraflores.-

Mi respetado General: En días pasados a mi llegada de Europa, escribí a Ud. participándole que, habiendo terminado mis estudios en aquellos centros donde fui enviado por el Gobierno de Ud. como estudiante laureado en el Concurso del Internado de los Hospitales con la medalla de oro, vuelvo a la Patria y me es grato tener el honor de ofrecer a Ud. mis servicios.

Pienso montar en esta ciudad una Clínica Médica. En mi condición de pensionado por esta Administración me creo acreedor a ser ayudado por Ud. para tal fin, toda vez que soy pobre y no tengo recursos para satisfacer los gastos que me ocasionan la importación de los instrumentos.

Así pues, le suplico a Ud. me conceda la gracia de regalármelos, lo cual puede Ud. hacerla dando la orden al Ministro de Hacienda.

Espero de usted esta nueva manifestación de su espíritu, ya que la instalación de una Clínica Médica significa un nuevo centro de estudio, de enseñanza y de utilidad pública, a que Usted como Magistrado progresista y amigo de proteger todo esfuerzo de la juventud estudiosa, contribuirá con su valioso apoyo.

Mande a su compatriota y leal amigo,

Salvador Córdova

El doctor Salvador Córdova, nació en Cumaná (Edo. Sucre), el 5 de febrero de 1883. Bachiller, egresado en 1902 del Colegio Nacional de Cumaná, fue durante 2 años, vicerrector del plantel (1902-1904). Inscrito en la Universidad Central de Venezuela, recibió el título de doctor en ciencias médicas en mayo de 1911, presentando como tesis un trabajo sobre el Tratamiento quirúrgico de las metritis crónicas. Galardonado con el premio de la Academia de Medicina en 1910. Becado por el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez, viajó a París a especializarse en la Facultad de Medicina, en técnica quirúrgica y obstetricia (1911-1913). A su regreso a Venezuela, fundó y dirigió en Caracas la Clínica Córdova (1913-1922). Autor de un centenar de monografías y artículos de carácter científico. Individuo de Número de  la Academia Nacional de Medicina, el 26 de agosto de 1922 y Presidente de la misma en 1933.

miércoles, 18 de febrero de 2015

DIRECTOR DE LA UNIÓN PANAMERICANA ADMIRA LABOR DEL PRESIDENTE JUAN VICENTE GÓMEZ


Dr. Leo Stanton Rowe, Director de la Unión Panamericana.

El doctor Leo Stanton Rowe, Director de la Unión Panamericana, ha preparado durante largos años conferencias interamericanas de toda índole: políticas, científicas y económicas. Hizo sus estudios en el Colegio McGregor (Iowa). Fue uno de los más brillantes alumnos de la Universidad de Pensilvania. Recibió el doctorado en la Universidad de Halle, dedicándose a viajar más tarde por Europa y los países de América. Domina, por lo menos, cuatro idiomas. Fue Secretario Ayudante del Ministerio del Tesoro durante el periodo presidencial de Woodrow Wilson y por mucho tiempo Jefe de la Sección de América Latina en la Secretaría de Estado. Desde 1920 el doctor Rowe es Director de la Unión Panamericana. Difícilmente, pues, habrá una persona en los Estados Unidos que haya viajado más por los países de Iberoamérica, que la conozca mejor, que tenga por ella más fervorosa simpatía.

DECLARACIONES DEL DOCTOR ROWE EN ESTADOS UNIDOS

“Venezuela ocupa un lugar excepcional entre las naciones del mundo”, manifestó el Director de la Unión Panamericana, a su llegada a Washington.

Washington, 20.-(U.P.)- El Dr. Leo S. Rowe, Director de la Unión Panamericana, quien acaba de regresar de un viaje a Venezuela, donde fue considerado como huésped de honor del Gobierno durante una semana, hizo la siguiente declaración sobre la situación de dicha república suramericana:

“Venezuela ocupa un lugar excepcional entre las naciones del mundo. Es seguramente, el único país que no tiene un solo dólar de deuda exterior. Además, el Gobierno no sólo ha logrado nivelar los presupuestos, sino que sigue la política de pagar todos sus gastos sin demora alguna y a pesar de ello, durante todos estos años de crisis económica internacional, ha logrado liquidar sus ejercicios fiscales con un superávit de consideración.

A pesar de las grandes mejoras de orden público, los impuestos y gabelas continúan siendo insignificantes y más bajos que las de los demás países de la tierra. Durante los últimos años han mejorado notablemente los medios de comunicación en toda la República. Espléndidas carreteras unen los lugares más apartados de la República con la capital.

Por si esto fuera poco, no podemos dejar de señalar que Venezuela no sufre el amargo problema del desempleo, y aun cuando los bajos precios del café y del ganado han ocasionado considerables pérdidas a los hacendados, las clases obreras no han sufrido en lo más mínimo.

Pocos países en el mundo ofrecen tantas atracciones al turista como Venezuela, pues combinado con la gran belleza del país, su clima es verdaderamente excepcional, tan cerca de la perfección como uno pueda imaginárselo. Caracas, la capital, disfruta de primavera perpetua, siendo además una de las más pintorescas capitales del continente del sur y al mismo tiempo tiene un interés histórico único en muchos respectos.

Los estadistas y los militares venezolanos estuvieron siempre a la vanguardia del movimiento por la independencia de Hispanoamérica. En Caracas se encuentran a cada paso los lugares donde se desenvolvió la vida de estos próceres”.

(Publicado en el Periódico “El Nuevo Diario”, el 21 de marzo de 1935).

NOTA: El Dr. Leo Stanton Rowe, nació en McGregor, Iowa, el 17 de septiembre de 1871. Sirvió con ejemplar dedicación y visión como Director General de la Unión Panamericana (antecesora de la OEA), desde 1920 hasta el día de su muerte, el 5 de diciembre de 1946 en Washington, D.C. Su vida giró en torno a dos grandes retos: avanzar el Panamericanismo y promover la educación.

Desde 1920, cuando se hizo cargo de la Unión Panamericana, se dedicó a sentar las bases de proyectos y programas para el desarrollo de conferencias Panamericanas y reuniones técnicas. Así mismo, el Dr. Rowe entregó gran parte de su vida a fomentar el entendimiento e integración entre las naciones de las Américas, demostrando especial interés en la educación de jóvenes latinoamericanos, a quienes ayudó durante su vida y a quienes legó en su testamento la mayor parte de sus bienes.

Fundó el programa educativo “Leo S. Rowe”, organización que actualmente continúa financiando, a través de la OEA, los estudios universitarios alrededor de los Estados Unidos de ciudadanos de Latinoamérica y el Caribe. 

Durante su vida también dedicó esfuerzos a la unión de las Américas, convirtiéndose en un importante líder del Panamericanismo. Tres características definen el trabajo del Dr. Leo S. Rowe como Director General de la Unión Panamericana:
Devoto de los ideales del Panamericanismo.
Mensajero de paz.
Promotor del bienestar económico de las naciones de América Latina.

WLLIAM H. PHELPS RECONOCE LA GRAN OBRA DEL GRAL. GÓMEZ



William H. Phelps

“El General Gómez se ha revelado como Administrador admirable. Venezuela está próspera. Desde hace muchos años el país no hace un empréstito de modo que las ofertas de los financieros y capitalistas que han ocurrido a ofrecer dinero al Gobierno han sido rechazados. El General Gómez ha destruido completamente los abusos en los puestos públicos.

El señor W. H. Phelps, comerciante americano de Caracas, explica cómo se desarrolla la prosperidad de aquel país.

(Traducido de The New Herald Tribune, fecha 14 de junio de 1925).

El informe de más crédito sobre el movimiento comercial e industrial de Venezuela que se ha recibido desde hace algún tiempo, lo ha traído el señor William H. Phelps, de Caracas, quien es propietario y dueño de varios almacenes en la capital y otras ciudades de Venezuela. El señor Phelps ha venido a ver a su hijo, estudiante de la Universidad de Princeton, que parte para Europa. El señor Phelps, huésped del Hotel Astoria pasará unos tres meses en el Canadá para regresar nuevamente a Nueva York.

El éxito comercial del señor Phelps en Venezuela, es visto por sus amigos como un episodio de romance.

Hará unos veinticinco años que el señor Phelps fue a Venezuela como miembro de una expedición exploradora. Agradándole el país se estableció allí y fue durante algunos años corresponsal del New York Herald y desde hace quince años es el corresponsal de la Prensa Asociada. Fue uno de los pocos americanos que permaneció en ese país durante el periodo revolucionario del régimen de Castro. Tan pronto el Presidente Gómez inauguró su Gobierno firme y estable, el señor Phelps vio la oportunidad para abrir operaciones comerciales y se aprovechó de ella.

Ha establecido Agencias de varios productos americanos tales como máquinas de escribir, automóviles Ford, pianolas, máquinas de sumar, victrolas y otros artículos que hacen los negocios fáciles y la vida más agradable. En el año 1909 vino a Nueva York y se llevó el primer carro Ford a Venezuela. En esa época existían más de 3 o 4 automóviles en el país, todos de manos europeas. Accidentalmente tomó para sí la Agencia exclusiva de Ford y otros artículos y hoy en día vende aproximadamente unos mil doscientos carros al año, un promedio de cien carros en el mes y este año ha vendido una buena cantidad de Lincolns.

He aquí cómo se expresa el señor Phelps: El General Gómez se ha revelado como Administrador admirable. Venezuela está próspera. Es quizás uno de los pocos países del mundo que tiene su Deuda nacional tan pequeña, que si lo deseara, podría pagarla en 24 horas. Hablando en cifras: la Deuda de Venezuela la monta a 15 millones de dólares. En el Banco de Venezuela hay 16 millones de dólares, propiedad del Gobierno, los cuales pueden cubrir dicha Deuda en caso de emergencia.

Desde hace muchos años el país no hace un empréstito de modo que las ofertas de los financieros y capitalistas que han ocurrido a ofrecer dinero al Gobierno han sido rechazados.

El General Gómez ha destruido completamente los abusos en los puestos públicos. Los productos de las Rentas Públicas van directamente al Tesoro. Millones de dólares son empleados en obras públicas, principalmente en caminos y con dinero venezolano.

Puede ser de interés para los americanos que no han visitado a Venezuela desde hace años, saber que sobre todo, durante el tiempo seco, el cual dura casi las dos terceras partes del año es posible ir a todos los extremos del país en automóvil desde Caracas.

Ya está casi terminado el pavimento de concreto de la carretera de La Guaira a Caracas, que tiene una longitud de unas 27 millas y unos 3.000 pies de altura convertido así en uno de los caminos de montañas, más modernos. La orilla del camino que asoma a infinidad de precipicios ha sido ampliamente protegida por un grueso muro de una yarda de altura atravesados de rieles. Este trabajo estará terminado a fines de año y hará de Caracas un puerto de mar. También se ha comenzado a poner de concreto el camino de Puerto Cabello a Caracas, con una distancia de 123 millas.

Los ferrocarriles de Venezuela no han experimentado grandes mejoras. El motivo de ello es que los automóviles y camiones se han interpuesto en sus negocios y casi todo el transporte de carga por todo el país se efectúa por este último sistema.

El General Gómez está haciendo grandes e importantes mejoras en las bellas y pintorescas playas de Macuto, cerca de La Guaira, que lo harán un maravilloso lugar de residencia.

No hay allá otros americanos en el negocio de mercancías y no sé otros que haya habido antes que yo. En mi ramo tengo muy poca competencia extranjera.

Desde 1924 las condiciones generales de negocios en Venezuela han mejorado de modo ilimitado.

No hemos tenido revolución desde 1903 y la ausencia de desasosiego político ha hecho posible la estabilidad y la confianza para emprender los negocios.

William H. Phelps.



domingo, 8 de febrero de 2015

ANTE LA TUMBA DEL BENEMÉRITO GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ, EN EL 34 ANIVERSARIO DE SU SENSIBLE FALLECIMIENTO

Benemérito General Juan Vicente Gómez

(24 de julio de 1857 - 17 de diciembre de 1935)

Hemos llegado hoy en romería patriótica al panteón donde se guardan las cenizas de un hombre genuino exponente de un pasado en esta patria grande que ha producido hombres notables en todas las actividades de la vida nacional a su paso por la vida y en esta oportunidad estamos presentes en este sagrado recinto para recordar a un venezolano notable en el aniversario de su muerte: el General en Jefe Don Juan Vicente Gómez Chacón. El viene de ilustre prosapia al ser descendiente directo del conquistador y poblador de tronco español de la extensa familia que con el primer apellido se ha perpetuado en nuestro suelo como en el antiguo nuevo Reino de Granada, y por esas circunstancias, encuéntrase de octavo abuelo del General Juan Vicente Gómez el Capitán poblador Pedro Gómez de Orozco.

Don Luis Eduardo Pacheco, individuo correspondiente de la Academia Venezolana de la Historia, natural del Estado Táchira, nos ha traído una importante publicación histórica intitulada "Orígenes del Presidente Gómez", para señalar en esa publicación que mencionamos de autorizados tratadistas de la Heráldica, antigua genealogía con la cual están acordes según el historiador ya nombrado, de que el patronímico Gómez, que en lengua goda significa Señor de Vasallos, remonta su origen a muy lejanos tiempos de la epopeya de la reconquista española, haciéndola derivar de un poderoso magnate poseedor de ricos dominios, llamado Gómez, cuyo nombre adoptaron por apellido sus descendientes. El linaje se dispersó por las dos Castillas y por otras regiones de la Península Ibérica, donde el apellido Gómez se conservó con distinción y siguiendo a Don Luis Eduardo Pacheco, entre sus personajes algunos figuraron en importantes acciones guerreras y por cuyos servicios gozaron de favores de los reyes españoles; otros lograron por su hidalguía armarse caballeros de órdenes militares.

En los Gómez floreció su estirpe en ramas frondosas en la Villa de Fuente Ovejuna y cuyo escudo de armas fue blasonado desde antaño con la figura del León Rampante y las aspas de San Andrés a las que distinguió la alcurnia de Orozco, que venía por entroncamiento con las de la noble casa y apellido Orozco, descendientes de los señores soberanos de Vizcaya, de Doña Brígida Gómez de Orozco, esposa de Juan Fernández. De allí arranca en ininterrumpida sucesión la dilatada familia venezolana que encarna la presente genealogía.

Un nobiliario recoge el emblema de armas que usaban como propio los Gómez Orozco, describiéndolo así: "Escudo partido en pal; a la diestra un León de Gules rampante en campo de oro, debajo de tres espadas de plata perfiladas de sable, la guarnición de oro con los mismos perfiles; a la siniestra sobre campo de plata, cuatro lobos sables, y en medio del escudo una cruz de Gules y en ella cinco aspas de oro, y por orla otras ocho aspas de oro de San Andrés en campos de Gules. Corona el escudo un morrión o cimera sumontado de un penacho de cuatro plumones de acuerdo con sus metales y colores".

El General Juan Vicente Gómez fue el último caudillo que gobernó a Venezuela con el implantamiento de la más genuina autoridad, la cual poseyeron dos grandes hombres que ejercieron el mando en este país; el primero: grande entre los grandes para llevar sobre sus hombros la libertad de cinco naciones que hoy llevan con orgullo el nombre de Bolivarianas; el episodio de sus hazañas portentosas lo registra la historia de la humanidad en un parangón que deja atrás a los grandes capitanes forjadores de sistemas que fueron orgullo de sus conquistas. El segundo, Don Juan Vicente Gómez Chacón, hombre extraordinario forjado en el ambiente de su patria, es el producto de un veterano de nuestras contiendas civiles, nativo de los picachos andinos, acompaña a una revolución que con el nombre de Restauradora, comandada por el General Cipriano Castro llega al Capitolio Nacional, como ya otras revoluciones que anteriormente se habían anticipado con fines de llegar al poder. Esta revolución fue muy combatida y su episodio IIegó a constituir la más dura prueba para derrocar a sus dirigentes del poder por medio de las armas. Los más notables caudillos de la época se hicieron presentes y forman para desalojar al General Castro del mando de la República la llamada Revolución Libertadora. Se libran batallas tales como las ocurridas en la ciudad aragüeña de La Victoria donde combatieron del bando gobiernista y del bando revolucionario más de veintidós mil hombres, anteriormente en Falcón y Lara y otros lugares, y por último en Carúpano y Ciudad Bolívar comandados directamente por el General Juan Vicente Gómez, donde se enfrentaron quince mil hombres entre ambos bandos, siendo uno de los triunfos más resonantes del General Gómez como Jefe expedicionario. Estas revoluciones periódicas que tanto daño le causaron a la patria desde el año 1830, terminaron en la época del mandato del General Gómez, quien le puso término al bochinche revolucionario y estableció el único período de paz efectiva, que por medio de las armas ha tenido Venezuela en su pasado, después de la guerra de independencia y la federal, esta última en un período en que la República trataba de cimentarse para llegar a una estabilidad apropiada a su progreso y civilización. La Revolución Restauradora no solamente trajo a un ciudadano a conquistar el poder, sino que fue algo más alentador para cimentar la política venezolana, el acercamiento de la región de los Andes a la vida nacional en lo social, económico y político, de la cual había venido siendo marginado. Antes de los sucesos a que nos referimos, decir andinos y centralistas considerábase como algo que los señalaba como enemigos irreconciliables. Hoy, afortunadamente, en la familia andina y la central no existen divisiones y son un todo formado por una misma familia social que es orgullo de la Venezuela integral. Por ello, los Generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, conductores de la Revolución Restauradora, trajeron también en sus alforjas de guerreros el acercamiento de la región andina, especialmente el Táchira, para completar el sentido de un movimiento restaurador que efectivamente llegó a ser realidad. No obstante haber sido molestado con brotes revolucionarios, el General Gómez se encargó de liquidarlos para poder coronar con éxito la paz de la nación, que fue su mayor prestigio político alcanzado junto a la reforma por métodos modernos comenzados en el Ejército de la República, durante su mandato que hoy es fiel reflejo de unas Fuerzas Armadas que han venido en ascenso progresivo hasta nuestros días, y es para mí satisfactorio el pronunciar estas palabras con devoción y respeto ante la tumba de este notable Jefe venezolano, considerando que formé filas en la Escuela Militar de la República, la que él fundara en el año de 1910, el día 5 de julio, así como también en las filas del Ejército, y dando gracias a la voluntad divina de estar viviendo para dar fe histórica de ese acontecimiento castrense notable, que desde esa época viene formando oficiales académicos. Los institutos que con esos fines decretaron los gobiernos anteriores, no dieron ningunos beneficios efectivos cuando intentaron hacerlo, fallando en sus propósitos en una Venezuela convulsionada por revoluciones periódicas y por la inconstancia de sus contados promotores, donde podemos, considerar que desde el año 1910, con la fundación de la Escuela Militar, es el principio de la moderna organización del Ejército Nacional y prosigue con el establecimiento de la Escuela de Aplicación para oficiales y Escuela de Clases para elementos de tropa. El ejército va tomando fisonomía propia enviando al exterior, en misiones de estudios, a oficiales y cadetes que van a Colombia y Perú, comenzando así sus primeros pasos para poner a caminar una Institución que estaba aniquilada por las constantes guerras civiles, que terminaban sus cuadros en las batallas infecundas, contra la Benemérita Institución venezolana. Con el tiempo el ejército se va fortaleciendo bajo la dirección del General Gómez y puede restablecer la paz, esto fue efectivamente el colapso de las guerras civiles y la terminación del caudillaje que dominaba en el país y por estas circunstancias el pueblo venezolano tituló al General Gómez el Caudillo de la Paz.

Entre las innovaciones militares funda la Escuela de Aviación que acaba de cumplir 49 años de ese acontecimiento notable, para proseguir en otras ramas militares trayendo misiones extranjeras que vayan formando los verdaderos basamentos tácticos y estratégicos de la instrucción militar, que son los órdenes sin los cuales no es posible la existencia de un ejército profesional por métodos modernos militares de acuerdo con la época en que otros países americanos habían comenzado sus reformas castrenses.

Una de las virtudes del General Gómez consistió en que procedente de la provincia, de raigambres campesinas y de una sencillez proverbial que no abandonó jamás, fue un venezolano integral que amó a su patria y creó la unidad político-social que antes no existía en Venezuela, que impuso la paz por encima de las pasiones políticas de la época; la paz, supremo anhelo de todos los venezolanos sin distingos partidistas, porque ya se hacía necesaria e imprescindible para la misma supervivencia de la comunidad.

Es de todos conocido el poder militar y la influencia moral que el General Gómez ejerció en todo el ámbito de la patria. Por eso este ilustre venezolano fue el precursor, el iniciador de la gran obra de transformación socio-económica de Venezuela. Bajo la égida de su Gobierno comienza una situación financiera sin precedentes, me refiero a la aparición del petróleo en el año 1918, y comienza asimismo un incontenible avance de progreso y de cultura de la patria. Con la apertura de grandes e importantes vías de comunicación en la extensa geografía venezolana se acercan los pueblos para conocerse y amarse más en un como simbólico abrazo de confraternidad nacional.

Este gran venezolano, campeón de la paz, fue también vencedor en cien combates de nuestras lamentables guerras intestinas y torna de ellas la experiencia necesaria para imponer luego un programa de gobierno inspirado en el supremo bien colectivo; y toma también de esas mismas guerras el magnífico ejemplo de los héroes de Carlisle para proclamar en los días bonancibles de la paz (que él fundara con todas las fuerzas de su ideal de gobernante), la divisa que lo acompañó toda su vida y que resumió en la fraternidad, la unión y el trabajo entre los pueblos de esta gran patria nuestra.

La historia de la región tachirense nos señala el lugar donde nació este Jefe notable cuyas cenizas guarda este panteón familiar que él ordenó fabricar para su descanso eterno y el de sus familiares que le precedieron, entre los cuales sus hijos el Coronel Alí Gómez y el General José Vicente Gómez y Don Juan Vicente Gómez hijo, y otros para quienes dejamos en estas palabras nuestros recuerdos de efectiva sinceridad sentimental. Al señalar el sitio del nacimiento del General Gómez, nos trasladamos en pensamiento y nos encontramos entre San Antonio y Capacho donde existe una región formada por los páramos de Capote y Tirio, llamada “La Mulera”, sin duda el apellido viene de Mulero, muy corriente, ya desaparecido al principio de la Colonia y del cual quedó como testimonio de su existencia histórica el nombre de “La Mulera” en aquel lugar. Poco más o menos a 8 ó 10 kilómetros de la fila de Tirio, en la falda que mira a San Antonio, se encuentra el sitio donde nació el 24 de julio de 1857, la casa de “La Mulera”, hogar de Don Pedro Cornelio Gómez y Doña Hermenegilda Chacón de Gómez.

El nacimiento del Libertador y del General Gómez se origina un 24 de julio y la muerte de estos dos hombres sucede un 17 de diciembre. Estos acontecimientos son una coincidencia en la vida política de Venezuela; nada tienen de particular, pero, sí por su histórico suceso, abren un paréntesis que abarca la pujanza de una lucha en la cual el primero busca la libertad de pueblos para librarlos de las cadenas opresoras y el segundo considera a su patria adolorida por una lucha entre hermanos y busca el remanso de una paz aunque impuesta por las armas, pues había necesidad de terminar con el desorden de las guerras civiles, azote del país por más de tres cuartos de siglo. La última batalla de envergadura fue la de Ciudad Bolívar, con un triunfo ruidoso para las fuerzas gobiernistas comandadas por el General Gómez, que ya hemos reseñado en esta oración, y por esa circunstancia se le llamó el héroe de la paz y del trabajo.

Una biografía escrita sobre el General Gómez por un importante escritor dice: "cabal ejemplar criollo de hombre de guerra y presa, Juan Vicente Gómez, en su extenso papel de militar y de político, es un producto neto del medio, del ambiente y de las circunstancias en que le cupo aparecer y actuar. Montañés genuino, campesino ciento por ciento, llegó al mando en los comienzos de su vigorosa madurez física, pertrechado de tantas reservas mentales como de paciencia para saber y esperar. Y para hacer esperar... Con José Antonio Páez, con José Tadeo Monagas y con Joaquín Crespo, está vinculado por íntimos parecidos morales e idéntica personalidad férrea. Fue un místico de la paz, del orden y del trabajo y de acuerdo con tales normas pacificó al país y le dio un disciplinado sentido a la vida venezolana. Para el logro de semejante ardua misión implantó un régimen inflexible, tal como lo habría hecho un expeditivo jefe de policía al que tocase proteger las personas y los bienes de una comunidad más dada a la violencia que a la mesura, más inclinada a la emotividad que a la reflexión y más proclive al tumulto que a la estabilidad. Austero, ahorrativo y tenaz a los pocos días de encargarse del poder se pagaron completo y puntualmente todos los gastos públicos, igual los intereses de la deuda extranjera ajeno a las exteriorizaciones ruidosas, verticalmente serio, poseedor de un hondo talento práctico y de una invariable pauta personal, sobrio y sencillo, no dado a las apariencias del poder sino a lo intrínseco del mismo cuando alcanzó el puesto supremo de la nación, adiestró todavía más esas ya innatas condiciones para el mando y resolvió quedarse en éste hasta el postrer día de su existencia. Esto señala al General Gómez como político y como administrador en un alto nivel de conocimientos de la materia".

Al llegar la era petrolera que afluye al Tesoro, el General Gómez hizo cancelar la deuda externa, onerosa obligación que pesaba sobre la República. También hizo de Venezuela un adecentamiento diplomático, pues sus relaciones estaban muy deterioradas con importantes países europeos y americanos; por eso el General Gómez hizo de Venezuela una casa que limpió con esmero y entró a habitarla y la organizó y amuebló en lo que pudo dentro de su sicología y sus métodos.

Terminamos con frases de uno de sus más contumaces detractores por pasiones políticas Don José Rafael Pocaterra cuando visitó el panteón, a raíz de su muerte: "Aquí, en este panteón familiar, están enterrados 27 años de la historia política venezolana, un hombre que ni lo vencimos ni lo convencimos". Y por último para cerrar esta oración decimos con Ramón David León, con esa pluma nacionalista que siempre ha esgrimido para las causas justas: "Hoy por hoy, el andino Gómez muerto y enterrado hace 34 años, derrota a muchos y convence a más".

Siga usted descansando en paz, mi General; la historia, cuando se escriba con patriótica imparcialidad, le dará a usted su verdadero valor como ductor del pueblo de Venezuela, para quien usted tuvo en todo momento su mejor preocupación de Gobernante.

Señores.

F. J. OSUNA LUCENA