viernes, 24 de noviembre de 2017

VICENTE EMILIO SOJO Y SU GRAN OBRA MUSICAL DURANTE EL GOBIERNO DEL GENERAL GÓMEZ


El insigne Maestro venezolano Vicente Emilio Sojo, dirigiendo la magnífica agrupación coral del Orfeón Lamas.

El maestro Vicente Emilio Sojo, inició sus estudios musicales en Guatire, su lugar de nacimiento, con Régulo Rico, entonces maestro de capilla en esta ciudad. Hacia el año 1906 se trasladó a Caracas. A comienzos de 1910 ingresó como alumno a la cátedra de armonía del Instituto de Bellas Artes; el titular de esta cátedra era entonces el maestro Andrés Delgado Pardo. Salvo algunas clases fundamentales del maestro Delgado Pardo y luego del presbítero Calixto González, la formación musical de Sojo prosiguió básicamente de forma autodidacta. En 1921 se encargó de la cátedra de teoría y solfeo de la Escuela de Música y Declamación.

A Vicente Emilio Sojo se le considera como el gran propulsor de la vida musical de Venezuela. Su temple espiritual se revela en la sólida formación musical que adquirió. Su decidido esfuerzo por elevar el nivel musical del país lo llevó, con la colaboración, iniciativa y participación activa de otros músicos, a la creación de instituciones fundamentales para el desenvolvimiento de actividades musicales: el Orfeón Lamas (1928) y la Orquesta Sinfónica Venezuela (1930), durante el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez. Ambas agrupaciones, las más importantes del movimiento musical moderno en Venezuela, fueron instituciones centrales en la vida musical del país.

Considerado como el maestro de la Escuela Moderna venezolana, bajo su tutela se formaron los compositores que conformaron la Escuela Nacionalista de Composición. Sus trabajos de composición abarcan los géneros de música religiosa, coral y de cámara. Con sus madrigales y canciones corales, Sojo determinó, de cierta manera, un rumbo estético que fue modelo para sus discípulos.

Sojo también realizó labores de musicólogo: recopiló, armonizó y publicó más de doscientas canciones del acervo popular y folklórico del país. Indudablemente, es Sojo quien más ha hecho por difundir los valores musicales venezolanos, por darle status internacional, por hacer sentir su presencia en el mundo occidental. 

LOS MÉRITOS DEL MAESTRO SOJO


Excelente caricatura de Vicente Emilio Sojo, realizada por Alberto Egea López en 1935, representando la figura del notable compositor y director del “Orfeón Lamas” y de la “Orquesta Sinfónica Venezuela”, magníficos conjuntos musicales. 

La “Sinfónica Venezuela” dará su primer concierto el 24 de junio de 1930 en el Teatro Nacional.

¿Quién se nos presenta al frente de ella como Director?

Vicente Emilio Sojo.

¿Quién es Sojo?

Hay quien al verlo de lejos, estímalo soberbio y como hinchado de sí mismo; pero conocido Sojo de cerca y penetrado dentro de sus obras, se le encuentra ingenuo y claro como un niño. Sojo se recrea con la música como un niño que juega con los pequeños objetos, ligera ilusión de su tierna edad.

Y es Sojo tan ingenuo, que, al verse entregado al trabajo, los cantos de nuestra patria le dan la primera inspiración para sus obras, y con ese germen virginal su música se vuelve viva, luminosa, fresca, y su imaginación se intensifica en construcciones valiosas y exuberantes. El canto nuestro en manos de este compositor se convierte en esencia fulgurante, propia de aquella su espléndida musicalidad.

Una de las obras maestras de Sojo es la “Misa breve a tres voces oscuras” ejecutada el Jueves Santo en Catedral; y su música vernácula empezamos a oírla en el Orfeón que prepara. La radiante fulguración de nuestro artista nos da el presentimiento de la próxima y definitiva plenitud de la moderna música venezolana.

(J. L. Llamozas. Caracas, junio de 1930).

CARTAS DE VICENTE EMILIO SOJO AL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ

El Maestro Vicente Emilio Sojo, Fundador y Director del Orfeón Lamas (1928) y la Orquesta Sinfónica Venezuela (1930), durante el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez.

ORQUESTA SINFÓNICA VENEZUELA
CARACAS – VENEZUELA

Caracas, 30 de Abril de 1931.
Señor General Juan Vicente Gómez.
Comandante en Jefe del Ejército Nacional.
Maracay.-

Respetado General:

Una verdadera consecuencia de nuestro movimiento cultural ha sido la formación de la Orquesta Sinfónica “Venezuela”, organización que está situada en el vértice de nuestros exponentes musicales. Dedicada a la interpretación y divulgación de las obras de los clásicos, su rápido desarrollo nos hace posible asegurar un futuro ambiente esencialmente venezolano.

Sin embargo, como todo organismo social nuevo, se encuentra sometido a pequeñas contingencias que entorpecen su completo desarrollo. Mucho más si se toma en cuenta el crecido número de profesores que la integran, que ya sobrepasa la cifra de cincuenta.

Hemos acudido a Ud. porque tenemos la seguridad de que, consciente de la significación de nuestro movimiento cultural, colaborará eficazmente en el sostenimiento de la Orquesta, prestándonos el decisivo apoyo, moral y material que Ud. sabe dispensar a todas las manifestaciones de arte venezolano.

Anticipando las gracias, soy de Ud. atto. y s. s.

Vicente Emilio Sojo
Presidente de la Junta Directiva


ORQUESTA SINFÓNICA VENEZUELA
CARACAS - VENEZUELA

Caracas, 22 de Julio de 1931.
Señor General Juan Vicente Gómez.
Presidente de la República.
Miraflores.-

Respetado General:

Tengo el honor de llevar a su conocimiento que esta Sociedad acordó unánimemente en sesión extraordinaria celebrada ayer; enviar a Ud. un respetuoso saludo de felicitación por su exaltación a la Primera Magistratura del País, y dedicar en su honor un Concierto especial, que se llevará a efecto el día 31 de los corrientes en el Teatro Municipal.

Respetuosamente, de Ud. atto. y s. s.

Vicente Emilio Sojo
Presidente


LA MEDALLA DE HONOR DE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA

En conformidad con el artículo 4º del Decreto Ejecutivo de 27 de mayo de 1920, ha dispuesto el señor Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, Benemérito General Juan Vicente Gómez, que se confiera a los señores José Antonio Calcaño, Juan Bautista Plaza y Vicente Emilio Sojo, la Medalla de Honor de la Instrucción Pública.

La condecoración que el Gobierno Nacional otorga a estas tres jóvenes y notables personalidades del mundo artístico venezolano ha sido gratamente celebrada, ya que así, de modo oficial, se premia la valiosa labor que ellos han venido realizando con inteligencia y desinterés en pro de nuestra cultura artística.

“Elite” felicita cordialmente a los señores Calcaño, Plaza y Sojo por la señalada distinción que se les ha otorgado.

(Revista “Elite”, 15 de abril de 1933).


CONCIERTO DEL ORFEÓN LAMAS EN EL TEATRO MUNICIPAL

El miércoles 30 del pasado mes de enero se llevó a efecto en el Teatro Municipal el Sexto Concierto del Orfeón Lamas. El programa lo formaban obras de Vicente Emilio Sojo, Calcaño, Plaza, Moleiro, Eduardo Plaza y Biava.

A través del Orfeón Lamas, junto con él vale más decir, nuestros compositores han resuelto el problema de la creación de una música venezolana y por ende americana. Mientras en el resto de América la música se orientaba hacia el logro de una propia personalidad, de una propia forma de expresión, la nuestra permanecía atada completamente a las formas estéticas occidentales. Quizás esto se debía en parte a la pobreza de los medios de expresión, lo que impedía el comienzo de una labor sistemática y organizada. La creación del Orfeón Lamas, marcó el primer jalón para ese nuevo rumbo.

El sexto concierto del Orfeón ha tenido para nosotros un singular valor, ajeno a la buena ejecución del programa. Es el primer concierto que responde totalmente a una finalidad artística determinada, que posee verdadera unidad. En otros conciertos notábamos en algunas de las obras la presencia directa del folklore, grito nuestro, pero demasiado desnudo. Las obras ejecutadas en el último concierto son obras más estilizadas, más finas, sin por ello dejar de ser esencialmente americanas. El arte es la manifestación más alta, más sublime del espíritu de su pueblo. No creemos que el arpa y las maracas sean la característica de nuestra música. Nuestro folklore es más rítmico que melódico, y es necesaria mucha cautela para trabajarlo. Las obras ejecutadas en el último concierto del Orfeón Lamas no obedecían a un alarde de burdo nacionalismo. Expresan más bien la esencia pura de este pueblo.

  (I.P.C. Revista “Elite”, 27 de abril de 1935).