viernes, 24 de agosto de 2018

ESPERANZA IRIS: LA HOSPITALIDAD DEL PRESIDENTE JUAN VICENTE GÓMEZ Y EL PUEBLO DE VENEZUELA


(Investigación histórica realizada por Rafael Dupouy Gómez).

Esperanza Iris actuando en la opereta "La Poupée" en 1909.

Esperanza Iris, cuyo nombre verdadero era María Esperanza Bofill Ferrer, fue una famosa cantante y actriz con un timbre de voz de soprano conocido en su época como tiple. Nació el 30 de marzo de 1884 en Villahermosa, Tabasco (México). 

Fue nombrada "La Reina de la Opereta" en Brasil. Declarada "Hija Predilecta de México" en 1922 y también la bautizaron como la "Emperatriz de la Gracia". En España fue condecorada por el Rey Alfonso XIII. Realizó giras internacionales por varios países latinoamericanos, entre ellos, Venezuela, durante la Presidencia del General Juan Vicente Gómez, quien apoyó siempre la cultura y las artes como gran benefactor. 

La actriz y cantante Esperanza Iris con la obra "La Viuda Alegre", obtuvo un gran éxito, conquistando los escenarios del mundo. En Cuba, llegó a crear y tener un Teatro y el 25 de mayo de 1918, inauguró en Ciudad de México el suyo propio con su nombre, "Gran Teatro Esperanza Iris". Había cumplido su sueño de convertirse en la primera mujer en abrir su propio Teatro en tierra azteca que fue el más importante de la capital mexicana hasta la posterior creación del Teatro de Bellas Artes. 

Entrada del "Gran Teatro Esperanza Iris" de Ciudad de México.

A partir de entonces, empezó Esperanza Iris a ser conocida como "La tiple de hierro", por ser capaz de montar cualquier obra en tan sólo 21 días. El "Gran Teatro Esperanza Iris" fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Esperanza Iris, logró filmar dos películas: "Madre Nostra" (1936) y "Noches de Gloria" (1938). Como homenaje a su trayectoria artística en México, el Teatro de Tabasco en Villahermosa, su ciudad natal, fue rebautizado como "Teatro del Estado Esperanza Iris".

En demostración de las distinciones que el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, dispensó a sus compatriotas mexicanos, Esperanza Iris aportó el valioso testimonio que contiene la siguiente carta recordando sus cordiales visitas a Venezuela en 1909 y 1919:

Señor Director de "El Universal Gráfico" de México.
Presente.
Muy Señor mío:

Veo en las columnas de su interesante diario, la campaña sobre la necesidad moral de establecer relaciones amistosas con Venezuela, y no puedo permanecer indiferente, cuando puedo demostrar públicamente mi gratitud al señor Presidente Juan Vicente Gómez y al pueblo venezolano.

Al primero, por las muchas atenciones que tuvo para esta artista mexicana; una de ellas, fue cederme gratuitamente el vapor nacional "Guárico" para que me trasladara con toda mi Compañía, la mayor parte mexicanos, a Barbados; y al segundo, porque me dio pruebas inequívocas de su estimación, llenando a diario el hermoso Teatro Municipal y aclamándome sin reserva alguna.

Va mi deseo unido al de "El Universal Gráfico" para engrosar los votos de los que verían con agrado la reanudación de las relaciones amistosas entre ambos países.

Suya atentamente,
Esperanza Iris.
México, enero 14 de 1932.

(Publicado en el periódico "El Nuevo Diario" de Venezuela,  el 30 de enero de 1932).

Fotografía del vapor nacional "Guárico" en donde se trasladó, gratuitamente a Barbados, la Compañía de Teatro de la famosa actriz y cantante mexicana Esperanza Iris, gracias a la cordial atención que le brindó el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela.


SU DEBUT EN VENEZUELA EN 1909

Esperanza Iris "La Reina de la Opereta".

El 21 de enero de 1909, durante la Presidencia del Benemérito General Juan Vicente Gómez, comenzó sus actuaciones en el Teatro Nacional de Caracas (Venezuela), la Compañía de Esperanza Iris con "La Poupée", opereta de Ardenau y Audrian, presentada con gran lujo en decorados y trajes que causaron admiración.

La Iris trajo un magnífico elenco que contaba con las tiples Josefina Peral, Blanca Matrás, Concepción Ruiter, Josefina Segarra y Digna González; el tenor Amadeo Llauradó, el tenor cómico Alfonso Castillo, los barítonos Modesto Cid y Rafael Riera, el primer actor cómico José Heras, el actor de carácter Gonzalo Bofill, los actores Francisco Soteras, Fernando Flaquer y el director de orquesta Mario Sánchez.

El mismo día del estreno de la Iris en el Teatro Nacional de Caracas, se reiniciaron las tandas de funciones con Blanca Matrás. Entre las tiples Esperanza Iris y Matrás hubo una gran competencia, que redundó en beneficio de las empresas, ya que el público, gustador de estas disputas de tiples desde hacía muchos años, llenaba diariamente los teatros, y no había en Caracas persona alguna que no cantara o silbara por las calles, los cuplés de "La Gatita blanca", "El Caramelo" y los sabrosos pasajes de "Las Bribonas", zarzuelas que no bajaron del cartel durante la temporada de las célebres y recordadas tiples.

Teatro Nacional de Caracas (Venezuela).

La crónicas culturales sobre sus exitosas actuaciones ante el público venezolano fueron descritas con lujo de detalles en la revista "El Cojo Ilustrado", reseñando lo siguiente: 

Nuestro mundo social venezolano, en lo que tiene de más selecto y elegante, viene ofreciéndole el prestigio de su concurso a la temporada lírica inaugurada en el Teatro Nacional de Caracas, el 21 de enero de 1909. Prueba es esta de que en la Compañía de zarzuela que allí actúa, hay méritos que aplaudir y ocasión propicia a los más gratos regocijos del espíritu.

Esperanza Iris, doblemente bella por su nombre y por su ideal figura,  primera tiple cómica de la Compañía, captóse las simpatías del público desde la noche de su presentación, pues no nos hizo  echar de menos a la celebrada artista italiana que estrenó en el Teatro Municipal a "La Muñeca" de Audran. Esas simpatías, mitad admiración, mitad cariño, las ha acentuado la Iris en las representaciones de "El Pipiolo", "Estuche de Monerías", "La Gatita Blanca", "Los Tres Gorriones", "El Contrabando" y "La Taza de Té", porque como toda artista eminentemente genial, sabe atraerse fácilmente las voluntades. Aunque aquí ha tropezado con el reciente recuerdo de la Núñez y de la Matrás, toda gracia y talento la primera, toda experiencia y maestría la segunda, la Iris ha salvado el peligroso escollo singularizando cada uno de sus papeles con la propia gracia de ella, con la genuina expresión de sus facultades intuitivas; y ya sabemos que en materias artísticas la genialidad es el menos común de los atractivos.

Otra artista que comparte con la Iris los sufragios del público es la Peral primera tiple dramática de la Compañía. Esta hermosa artista, posee una linda voz  y sabe manejarla con expresiva corrección. Si la Iris es en la Compañía la emperatriz de la gracia, la Peral se distingue por su bella voz de soprano, digna de la ópera.

Bajo la experta dirección del maestro Sánchez se oyen con placer los efectos orquestales. También es digna de encomio la dirección del señor Gutiérrez en lo que se refiere a la propiedad de montar las obras. En "La Taza de Té" hubo derroche de lujo en los trajes.

La próxima noticia irá ilustrada con el retrato de la Peral, quien para el efecto, no dudamos que nos facilitará una de sus fotografías. La amabilidad no riñe con la hermosura y mucho menos con el arte.

(Publicado en la revista venezolana "El Cojo Ilustrado", el 1 de febrero de 1909).

TEATRO NACIONAL DE CARACAS (VENEZUELA)

Las noches de moda, como las de estrenos precedidos de juicios favorables, siguen siendo favorecidas por lo más selecto de nuestros círculos sociales.

Encanta ver la sala del Teatro Nacional en esas horas de arte y de espiritualidad. Al fulgor de la prismática lucerna, resplandece en las butacas el negro y blanco de la severa elegancia masculina, en tanto que la mirada se detiene extasiada en la contemplación de palcos y sofás, donde grupos de encantadoras compatriotas lucen con adorable distinción los lindos trajes de la moda reinante.

El "Merry Widow", esto es, el "Viuda Alegre" que impuso en París la genial protagonista de la celebrada opereta de Lebar, es el sombrero que priva en la sala del espectáculo; y sus distintas formas, sus amplias alas y sus artísticos adornos concurren a poner de relieve el buen gusto y el refinamiento elegante que distingue a nuestras compatriotas.

Arriba: Esperanza Iris, interpretando la obra "La Viuda Alegre". Abajo: Hermosa vista interior del "Gran Teatro Esperanza Iris" de México, inaugurado el 25 de mayo de 1918.

De otros adornos y tocados, sencillos y elocuentes, hablaría el cronista; pero el espacio concedido a estas notas obliga ahora a fijar su atención en la escena, donde aparece la Iris saludada por resonante aplauso y cariñosas miradas. Tales manifestaciones de simpatía ha sabido conquistarlas gallardamente la genial artista. Es joven y la primavera canta en su alma; es bella y la expresión de su sonrisa atrae;  su talento sabe adaptarse a todas las concepciones del arte que interpreta;  y las hadas le concedieron la gracia de cautivar sin pretenderlo y de regocijar sin esfuerzo. Con estos dones ¿qué artista no conquista el cariño y la admiración del público?

También la Peral sigue siendo objeto de entusiastas manifestaciones de simpatía. Su linda voz, expresivamente emitida, no resuena en la escena sin ser seguida en la sala de calurosas palmadas. La Peral es además una mujer hermosa, y tal circunstancia, hermanada al prestigio de su canto, la rodea espontáneamente de las más amables alabanzas.

 La talentosa actriz y cantante Josefina Peral.

En torno a estas dos notables artistas, actúa numeroso personal en el cual se distinguen actores que tienen conciencia del género que cultivan.

El "atrezzo" de la Compañía es completo y nuevo, lo cual contribuye a hacer más atrayente las representaciones.

La empresa nos anuncia magníficos estrenos para todo este mes. Seguirá, pues, siendo el Teatro Nacional el más animado rendez-vous de nuestro mundo elegante.

(Publicado en la revista venezolana "El Cojo Ilustrado", el 15 de febrero de 1909).

PRESENTACIONES EXITOSAS EN EL TEATRO NACIONAL

La Empresa Gutiérrez continúa captándose las simpatías del público, porque además de contar con experta dirección escénica, suma elementos y recursos que, día a día, robustecen la reputación de que ha venido precedida. Personal artístico y elementos materiales se asocian tan eficazmente en la escena del Teatro Nacional de Caracas, que éste, indudablemente, continuará siendo espléndido centro de reunión de nuestro mundo elegante.

El estreno más ruidoso de la quincena ha sido el de "Las Bribonas", que cada noche proporciona cariñosas ovaciones a sus intérpretes, principalmente a la Iris y a la Peral, a Castillo, a Heras, y a Cid. Cada número de la obra tienen que repetirlo dos, tres y más veces, entre ruidosos aplausos.

Es cosa bien sabida que uno de los principales resortes con que el "género chico" trata de asegurar sus éxitos, consiste en que las tiples sean bellas y graciosas. Esperanza Iris, además de su amable talento artístico, reúne envidiables condiciones.

A su lado está Josefina Peral. Es también joven y hermosa; y su linda voz, manejada con gusto y simpatía, hace más resaltante su figura. He aquí, pues, explicado por qué triunfa con facilidad en el Teatro Nacional caraqueño.

Otros estrenos en que se han distinguido notablemente la Iris y la Peral son "El Género Grande", "El Estudiante" y "Frou-Frou". En la primera de estas obras se le hace repetir a la Peral, más de una vez, el vals del "suspiro", que lo canta divinamente, hasta el caso de despertar amables ternuras. En las dos últimas, Esperanza Iris es inimitable. Es un derroche de genialidad en la creación del "estudiante". En su alma femenina saltan, brillan y desconciertan amablemente todas las perversidades del clásico pilluelo. Y en el número de las "cosquillas" en "Frou-Frou" nadie la supera. Es un número propiamente de ella, de su gesto expresivo, de su felina movilidad, de su gracia espontánea y comunicativa. Allí, como en el cuadro final de "Las Bribonas", son gallardamente conquistadas las ovaciones que se le tributan.

(Publicado en la revista venezolana "El Cojo Ilustrado", el 1 de marzo de 1909).

CRONIQUILLA TEATRAL

Para la Empresa Gutiérrez, la quincena que hoy termina ha sido una serie de éxitos artísticos y pecuniarios. Esperanza Iris y Josefina Peral, principalmente, y luego Heras y Castillo, Cid y Riera, corresponden con lo mejor de su entusiasmo a la distinción con que los favorece el gran público. Los estrenos y reprises han logrado la más halagadora acogida, como "La Perla Negra", donde la Iris y Heras se distinguen notablemente. "Las Bribonas" sigue dando llenos desbordantes.

De este modo continuará siendo el Teatro Nacional de Caracas la sala de espectáculos más concurrida por nuestro mundo elegante.

(Publicado en la revista venezolana "El Cojo Ilustrado", el 15 de marzo de 1909).


ESPERANZA IRIS REGRESA A VENEZUELA EN 1919


La Empresa de Cines y Espectáculos, en su afán de presentar buenas Compañías en la capital de Venezuela, durante la Presidencia del Benemérito General Juan Vicente Gómez, contrató a la “Reina de la Opereta”, Esperanza Iris, y la presentó en el Teatro Municipal la noche del 7 de mayo de 1919, con "La Princesa del Bal Tabarin".

Teatro Municipal de Caracas (Venezuela).

Esta vez trajo la Iris el siguiente elenco: Lola Rosell y María Luz González, como primeras tiples; Josefina Segarra, buena característica; las hermanas Corio, excelentes bailarinas; los barítonos Juan Palmer y Enrique Ramos; los tenores Amadeo Llauradó y Francisco López del Pozo; el primer actor cómico José Galeno, el actor de carácter Manuel Villarreal, el bajo Carlos E. Baena, los tenores cómicos Alfredo Morales y Luis Guzmán; los directores de orquesta Severo Muguerza y Mario Sánchez, y un buen de coristas de ambos sexos.

Del repertorio de la Iris, que en su mayor parte estrenó en Caracas, fueron los siguientes títulos: "Sangre de Artista", "Mercado de Muchachas", "Amor de Príncipe", "El Encanto de un Vals", "El Vals del Amor", "La Divorciada" y "Juan Segundo", opereta llevada a escena la noche del 22 de mayo de 1919 con un saldo trágico para la Compañía Iris, ya que durante su representación cayó muerto en el escenario el primer actor Manuel Villarreal, a causa de un síncope cardíaco cuando representaba el papel de uno de los personajes de la obra.

Después de tres días de duelo guardados al actor desaparecido, reanudó sus actuaciones la Compañía Iris con la opereta "Amor Enmascarado" y la zarzuela "Las Bribonas", estrenada por la misma tiple en su temporada de 1909 en el Teatro Nacional de Caracas (Venezuela).

El gran pintor español Joaquín Sorolla la retrató en 1920.

Esperanza Iris se destacó por su increíble voz y su gran capacidad histriónica. Con su popular interpretación de la "La Viuda Alegre", la llamada "Emperatriz de la Gracia", siguió cosechando éxitos en el ámbito internacional. Igualmente fueron memorables sus magníficas actuaciones en las obras: "La Pesadilla de Cantolla", "Chin-Chun-Chan", "El Soldado de Chocolate", "La Casta Susana y Eva" y "El Conde de Luxemburgo".

La famosa "Emperatriz de la Gracia", Esperanza Iris en 1921. 

Tres estrellas de diversas constelaciones, pero de igual magnitud. De izquierda a derecha: Miguel Contreras Torres, astro del cine en México, Esperanza Iris, la actriz mimada de todos los públicos amantes de la opereta y Rafael Gómez "El Gallo", maestro español del toreo, en Veracruz (México), momentos antes de partir la Iris rumbo a España en 1923.

Esperanza Iris, falleció el 7 de noviembre de 1962 y sus restos reposan en el Panteón Jardín de Ciudad de México.