viernes, 12 de enero de 2018

FLORENCIO GÓMEZ NÚÑEZ: MURIÓ HIJO DEL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ

(Reportaje. El Periódico, Diario de Aragua, 3 de enero de 1996).


Con el año 1995 a punto de fenecer, muere el favorito de los hijos del General tachirense Juan Vicente Gómez. Fundador de la torería nacional e ideólogo de la Aviación Venezolana, don Florencio Gómez Núñez, fue también el último que grabó para siempre en la memoria las postreras palabras del hombre de “La Mulera”, registro histórico que ha corrido de boca en boca por todo el país.

De brazos cruzados, la mirada bajo la transparencia de los cristales, y al lado del retrato a cuerpo entero de su padre, el General Juan Vicente Gómez, quedó Florencio Antonio Gómez Núñez, hijo del Benemérito y de doña Dolores Amelia Núñez de Cáceres, quien acaba de morir a los 87 años dejando una estela de entrevistas e imágenes que surten, en la historia menuda y local, la escala de anécdotas y detalles de la Maracay que le tocó vivir al lado de su padre.

TOROS y AVIONES

Por esa afición a los toros, Florencio y su hermano Juan Vicente fundaron las ganaderías “La Providencia” y “Guayabita”. Según reporta “El Vito”, esta última ganadería, “ayudó a toreros como Eleazar Sananes “Rubito” y Julio Mendoza “El Negro”, pareja angular del toreo venezolano”.

El mismo “El Vito” escribe que la ganadería de “Guayabita” fue una empresa ciclópea, “pues los hermanos Gómez Núñez, en el año 1932, desembarcaron en el Puerto de Turiamo, doscientas ochenta cabezas, seleccionadas entre Juan Belmonte y Antonio Cañero y que habían sido adquiridas en Córdoba de las dehesas de los señores Pallarés Delsors”.

Tanta era la afición que encargó al arquitecto Carlos Raúl Villanueva para que construyera la Maestranza de Maracay. VilIanueva recorrió los más importantes cosos de España y el 20 de enero de 1933, fue inaugurada con bombos y platillos, con asistencia del General Juan Vicente Gómez, quien se mostró en La Mezquita a todo el pueblo que asistió. El palco fue diseñado para que el General Juan Vicente Gómez disfrutara de las corridas de toros.

Llamado benefactor taurino, Florencio Gómez Núñez auspició la fiesta brava durante el Gobierno del General Juan Vicente Gómez e instruyó para que se le diera un carácter propio en la ciudad donde el hombre de “La Mulera” tenía su asiento.

De Florencio Gómez se dice, razones hay, de haber sido igualmente el animador para la fundación de la Aviación Militar y Civil venezolana. De allí los distintos homenajes que la Fuerza Aérea le ofreció, rematando con la erección de una estatua de su padre, el General Juan Vicente Gómez, en los patios del Museo Aeronáutico de Maracay.

La estatua ha sido erigida para revitalizar la presencia del General Gómez en esta Venezuela, maltratada por los errores hasta ahora no superados por Gobierno alguno, lo que hace que muchas personas evoquen el nombre del General Gómez con la nostalgia del regreso. A propósito de estos acontecimientos, aquellos que promueven la figura del General Gómez, el mismo Florencio Antonio dijo en una ocasión, en una entrevista para este diario, el miércoles 29 de enero de 1992:

“No quería morirme sin reivindicar el nombre de mi papá. Ruego a Dios todos los días para que me permita estar vivo el día en que el nombre de Juan Vicente Gómez se reconozca en la historia de Venezuela como el de un venezolano que se dedicó por entero a la reconstrucción de su país...”.

SOBRE ARAGUA  Y LOS TOROS

Muchas páginas se han escrito sobre la presencia de Florencio Gómez Núñez. Entre esas páginas, “El Vito” rescata y continúa hablando con los datos que el mismo Florencio Gómez le entregara en medio de tantas conversaciones. Escribe el cronista taurino:

“Trajeron vacas, sementales, pie de cría, mulas y bueyes, vaqueros, hierros, monturas, sogas, todo lo que existía en la famosa ganadería andaluza, vacada que sigue cosechando triunfos en las más importantes plazas de España bajo la divisa de Benítez Cubero, Lora Sangrán y de los Hermanos Pallarés”.

EL ÚLTIMO VÁSTAGO

De los hijos del General Gómez sólo quedaba Florencio. Su hermana,  la señora Cristina Gómez de Martínez, quien mora en esta ciudad, es la hija que los sobrevive. Como último de los vástagos del General Gómez, supimos de su voz grabada, durante los postreros momentos del hombre de “La Mulera”, quien agradeció a Dios haberle permitido morir el 17 de diciembre, fecha que señala también la muerte de Simón Bolívar. “¿Qué día es hoy?”, le preguntó a Florencio el moribundo. “17 de diciembre papá”, respondió Florencio. Y él postrado, sereno y claro expresó: “Que bueno. Si el Señor quiere que muera hoy, ¿qué le vamos a hacer?”.

En la entrevista el recién fallecido hijo del gobernante andino, señaló:

“Esa plaza (La Maestranza) la hicimos mi hermano y yo. Ahora es propiedad Municipal cuyo importe jamás nos ha sido resarcido; que la mantengan está bien, pero que la posean sin pagarla, está mal. Son muchas las obras que allí se hicieron de las cuales algunas perduran. Muchas han sido fieramente maltratadas, como el Hotel Jardín, obra única en su tipo en este y otros países”.

Palabras que se ajustan a la opinión muy de hoy sobre el desastre en que ha sido convertida la ciudad de Maracay. Coincidimos plenamente con esta voz ya apagada, en que la capital de Aragua, construida por el General Gómez, haya sido llevada a una marginal comarca pagando con sus obras. Eso que el General Gómez construyó es patrimonio nacional.

Con la muerte de Florencio Antonio Gómez Núñez Cáceres, desaparece la voz directa del gran jefe andino que tanto beneficio, progreso y desarrollo realizó por la ciudad de Maracay.

(Reportaje. El Periódico, Diario de Aragua, 3 de enero de 1996).