martes, 2 de enero de 2018

LA FAV RINDIÓ HONORES AL HIJO DE JUAN VICENTE GÓMEZ


Florencio Gómez Núñez frente al "Spirit of St. Louis", el avión de Charles Lindbergh, con quien voló en una oportunidad. A su derecha: Arturo Uslar Pietri. Maracay. Año 1928. (Archivo: Hnos Dupouy Gómez).

Diario “El Universal”, el 3 de enero de 1996.

(Por: Yolanda Valery)

“Ese hombre con tanto poder y tanta influencia en la política venezolana le inculcó a mi hermano Juan Vicente y a mí que no nos metiéramos en la política nunca. Nos educó en el trabajo, en el campo, en la agricultura y la ganadería”, decía don Florencio Gómez Núñez en una entrevista publicada por “El Universal” en 1993.

¿Qué explicación tuvo para el rechazo a la política? interroga el periodista. 

-“Que la política era lo peor que hay”, contesta con pocas palabras, como si fuera andino. Pero nació en Maracay, el 7 de noviembre de 1908. Diecisiete días después el Benemérito asumía el poder, “cuando viajó Cipriano Castro”. Así relataba los hechos uno de los últimos hijos del General Juan Vicente Gómez, quien falleció el pasado, 31 de diciembre de 1995. 

Era hijo de doña Dolores Amelia Núñez de Cáceres, a quien el General estimó y trató como a una esposa. Estuvo muy cerca de él; las numerosas fotografías en las que aparece a su lado así lo atestiguan. Estas forman parte del archivo que quedó en manos de sus familiares, junto con papeles, cartas y documentos de “Papá Gómez” como llaman al General sus nietos y bisnietos, muchos de los cuales nunca han sido publicados. Siempre muy cerca, pero no en política. 

“Fue una especie de primer ministro de la Aviación en Venezuela”, dice su nieto Juan Florencio Dupouy Gómez, quien explica que desde muy joven tenía influencia sobre el General, con lo que pudo entusiasmarlo para crear la Fuerza Aérea Venezolana. “Se encargaba de la compra de aviones y equipos, hablaba con los pilotos y traía los instructores de Francia”. 

Es por esto que cinco aviones Tucanos de la FAV sobrevolaron ayer Caracas, a la hora del sepelio de don Florencio Gómez Núñez, cuyos restos mortales fueron enterrados en el Cementerio General del Sur. Al acto asistieron el Comandante General de esta Fuerza, General de División Juan Antonio Paredes Niño, así como el General de División Antonio Briceño Linares, primer Ministro de la Defensa; el Ex Presidente Ramón J. Velásquez y el Ministro de Relaciones Interiores, Ramón Escobar Salom, entre otras personalidades. 

Además, don Florencio Gómez Núñez, estuvo relacionado con la adquisición de la primera línea Aérea que tuvo el país: Aeropostal. Según relata su nieto Dupouy Gómez, en 1933 dicha aerolínea, que era francesa, afrontaba problemas de  carácter económico y solicitó un subsidio de 30 mil bolívares mensuales al gobierno venezolano. “Ningún subsidio; que trabajen con sus recursos”, respondió el General Gómez. Pero como don Florencio Gómez Núñez era un entusiasta y estaba convencido de que el país necesitaba tener su propia línea aérea, propuso adquirirla. 

Entonces el hijo del General se ofreció para comprar la empresa, como particular, y ésta aceptó. La negociación se llevó a cabo por 1 millón 200 mil francos franceses. Pero en el contrato se había incluido una cláusula: don Florencio Gómez Núñez podía traspasarla a quien quisiera. 24 horas más tarde, Aeropostal pasaba a manos de la nación venezolana. 

A él mismo le gustaba volar. Pero nunca iba solo, siempre le acompañaba el instructor. Temía, según relatan los familiares, que si le ocurría algo se arriesgara el futuro de la recién nacida Fuerza Aérea. Por su parte, el instructor “temía” por el futuro de su persona, si llegaba a ocurrirle algo a Gómez Núñez. “Yo tengo que volar con don Florencio”, decía. “Prefiero estrellarme con él. Si pasa algo, yo no voy a darle la noticia al General”. 

También se cuenta que voló con el célebre piloto Charles Lindbergh, cuando éste realizaba un trabajo de reconocimiento de la zona para la compañía Pan-American.

A LOS TOROS

El Presidente de la República de Venezuela, General Juan Vicente Gómez en compañía de su hijo Florencio Gómez Núñez en la Maestranza de Maracay. Año 1933. (Archivo: Hnos Dupouy Gómez).

Otra pasión ganó la atención de Florencio Gómez Núñez: la Fiesta Brava. Él y su hermano Juan Vicente trajeron a Venezuela la primera ganadería de toros de casta (con 280 cabezas traídas de España) e impulsaron la construcción de la Plaza de Toros Maestranza de Maracay. Este proyecto fue encomendado al arquitecto Carlos Raúl Villanueva, quien había colocado el palco presidencial demasiado alto para el gusto del Benemérito. Hubo que bajarlo, para que el Presidente pudiera ver los toros bien de cerca, como le gustaba, y así fue levantada “la Mezquita”. Don Florencio Gómez Núñez fue empresario taurino largo tiempo y ayudó a toreros como Eleazar Sananes “Rubito” y Julio Mendoza “El Negro”. Además presidió, de forma honoraria, la Asociación de Ganaderos de Toros de Lidia. 

Sus nietos recuerdan que también se dedicó al hipismo con su hermano. Entre los dos, criaron el caballo “Burlesco”, que ganó 21 de 22 carreras, en memoria del cual se erigió la estatua que se exhibe actualmente en la entrada de La Rinconada y se juega un clásico. 

El béisbol, el básquet y el polo le interesaban igualmente, y contribuyó al nacimiento de los primeros equipos en estas disciplinas, a partir de los años 20. 

PASIÓN POR LA HISTORIA 

Juan Vicente Gómez “no era machista, ni autoritario” con los hijos. Don Florencio no supo nunca “ni de una pela, ni de un regaño”. Se sentía muy orgulloso de su padre. “Y por nosotros también”, declaran sus descendientes, quienes a través de sus cuentos y anécdotas vieron la cara más cercana, como hombre, de Juan Vicente Gómez. “Se da uno cuenta de que era una gran persona; la relación filial era muy especial”, afirma su bisnieto. “Los mismos políticos se han encargado de reivindicar su nombre", agrega. 

Don Florencio Gómez Núñez, que estuvo tan cerca del General “pudo tener mucho poder, pero nunca lo utilizó”, enfatizan sus familiares. “Fue un hombre de trabajo, que enseñó que las cosas se hacen con trabajo”, así que además de dedicarse a la aviación y a los deportes, se ocupó de labores agrícolas y ganaderas en sus tierras de Aragua. 

Durante los últimos años de su vida trabajó como “asesor histórico” de la Fuerza Aérea o de cualquier persona que estuviera interesada en los temas que dominaba: escritores, investigadores, etcétera. Y es que don Florencio Gómez Núñez, afirma su bisnieto, “sentía un gran compromiso con la historia”. 

(Publicado en el Diario “El Universal”, el 3 de enero de 1996).