La fotografía muestra, sentado,
al Honorable Encargado de Negocios de Venezuela, Don Antonio Reyes. A su
espalda a Paquita Escribano, el Director de la Guía General de Venezuela, señor
Fernando Benet, el maestro Romero y en el mismo plano de Paquita Escribano, don
Antonio Muñoz, Director General de Radiodifusión Ibero-Americana; Don Veremundo
Fernández, técnico de la misma y la señorita Magda de Bries. El señor coronel
Ignacio Andrade, aparece de pie en segundo término.
(Revista "Élite", 28 de enero de 1933).
La Estación Radiodifusora Ibero-Americana E. A. Q., queriendo asociarse
a las fiestas con que Venezuela ha celebrado el 24° aniversario de la
Rehabilitación Nacional, organizó una emisión especial que tuvo lugar en Madrid
a las 10 y media de dicho día (6 de la tarde, hora de Caracas), invitando
especialmente al Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República,
quien amablemente aceptó la invitación.
El Director General de dicha Estación abrió el acto con las siguientes
palabras:
“Es para el que habla, en su carácter de Director de la emisora española
E. A. Q. de Radiodifusión Ibero-Americana, motivo especial de placer y singular
orgullo, el poder ofrecer la emisión de hoy en honor del Excmo. señor Presidente
de la República de Venezuela, Benemérito General Don Juan Vicente Gómez, varón
excelso y preclaro y verdadero príncipe de la paz, bajo cuyo gobierno tan gran
impulso han tomado así las ciencias como las artes, la industria, la
agricultura y todo aquello, en suma, que ennoblece y da vida a los pueblos y naciones.
Entre los que se precian de conocer vuestros méritos y virtudes, tenemos
la pretensión de contarnos; y por ello, es para el que tiene el honor de
dirigiros la palabra motivo de singular satisfacción, ofreceros esta emisión,
que os rogamos aceptéis con los más cordiales saludos y el respetuoso
testimonio de nuestra más alta estimación".
A continuación el señor Don Antonio Reyes, Encargado de Negocios de
Venezuela, ocupó el micrófono y pronunció el siguiente discurso:
"¡19 de Diciembre! Siempre y en todo instante, siento que mi
pensamiento y mi corazón vuelan sobre la intensidad del Atlántico para
detenerse indefectiblemente en Venezuela, ese mi heroico país que reúne en su
inmensa y vibrante estructura la clara síntesis de Ias más ejemplares virtudes
espirituales.
¡Y qué orgulloso me siento de ser venezolano! Lejos de la Patria el amor
por el terruño aumenta. Pero si a esto se añade la convicción y la seguridad
personal de que el suelo en que uno vio la luz, es un suelo modelo y ejemplar,
entonces el amor patrio se aúna a un legítimo sentimiento de orgullo y de admiración,
que traspasa las fronteras del natural cariño por la cuna, para situarse en un plano
aún más elevado de amor y de admiración.
¡Haber nacido bajo el mismo sol que oscureció Bolívar con el destello de
su Genio, es un timbre de orgullo! Pero vivir, y sentirse hijo de un país
vital, inexpugnable, ante el cual las crisis financieras ni las convulsiones
políticas nada pueden, es subyugadoramente sublime.
En el exterior, se acentúan más los sentimientos anteriormente
expuestos. Con qué satisfacción, con qué seguridad puede uno exclamar ante los
extraños: ¡Mi Patria, mi Venezuela, es la única nación en el mundo que carece en
absoluto de deudas! O esta otra afirmación: Nosotros los venezolanos ya no
sabemos lo que es guerra; nuestras generaciones se han formado en el dulce
calor de la paz; el terrible fantasma de las luchas fratricidas desapareció para
siempre de nuestro inmenso territorio nacional.
Independencia económica y fraternal cariño de hermanos. He aquí la más
hermosa síntesis a que puede aspirar el más exigente de los hijos de una nación.
Y esta magnífica síntesis, la gozamos ampliamente los venezolanos. Un
hombre extraordinario de energía singular y portentosa logró realizar, después
de gigantescos esfuerzos, esta admirable conjunción de ideales, resumiéndolos
en una modesta pero expresiva y noble frase: Ya en otra ocasión este hombre
modelo había anunciado tan admirable futuro, con otro portentoso axioma de ética
política: fue en aquella inolvidable fecha en que todavía algunos ambiciosos y
desaprensivos caudillos querían seguir medrando con sus inveteradas y
socorridas luchas partidarias. Pero sucedió que ese mismo patriota, ese dilecto
hijo de nuestra patria, que se llama el General Juan Vicente Gómez, les cerró
el paso, sin aspaviento ni represalias, con dos simples palabras, que debían
ser trascendentales para Venezuela: Patria
y Unión o más claro, la bandera de la Patria, el glorioso tricolor que Bolívar
llevara desde el Orinoco hasta el Potosí, por encima de las desteñidas banderas
de los partidos.
¡19 de Diciembre! El corazón acelera su ritmo. Efemérides de redención.
Punto de partida de las reivindicaciones nacionales. Porque el 19 de Diciembre
es la aurora de la portentosa labor de Juan Vicente Gómez. Porque esa fecha,
que es el espíritu de un hombre, de ese gran patriota que ha sabido lograr a
costa de inconmensurables desvelos el indiscutible gran momento en que culmina
nuestra, Patria y envuelve también simbólicamente el pedestal en que mirando
hacia el cielo, se yergue hoy Venezuela; pedestal hecho con luz de sol y con luz
de luna, donde se destaca escrita con elocuente relieve, la verdad de los
hechos cumplidos.
¡19 de Diciembre! O lo que es lo mismo: Independencia económica;
inalterable paz; carreteras; progreso; garantías para el capital y tranquilidad
y trabajo para el obrero.
Por todo esto esa fecha perdurará a través de los tiempos, a través de
todas las vicisitudes, para quedar estrechamente a la historia de la patria como
una verdad tan patente y tan definitiva que, al servir de lección y de ejemplo,
no podrá nunca ser olvidada.
Un saludo respetuoso al Gobierno constituido, especializando este
sentimiento en la persona del muy querido Jefe, el señor General Juan Vicente Gómez".
La gran cantante española
Paquita Escribano.
A continuación la celebrada artista Paquita Escribano cantó, con una
maestría singular, algunos números de su variado repertorio y pronunció unas
breves palabras de saludo cariñoso y cordial para el General Gómez.
Los grandes barítonos españoles
Marcos Redondo y Emilio Sagi-Barba.
El eminente barítono Marcos Redondo cantó "Katiuska" con su ejemplar
dominio y Emilio Sagi-Barba, magnífico barítono, un trozo de la conocida opereta
"Luisa Fernanda".
La talentosa cantante española
Magda de Bries.
Magda de Bries interpretó magistralmente algunos cantables del maestro Romero,
quien amablemente se prestó a acompañarla en el piano.
Don Fernando Benet, distinguido
periodista español que ha realizado una brillante labor en Venezuela y que ha
venido a Madrid para publicar el segundo tomo de su "Guía General de
Venezuela".
El señor Fernando Benet, Director de la "Guía General de Venezuela",
pronunció enseguida un interesante discurso en el que, después de comparar la
desastrosa situación de Venezuela en 1908 y su pujante progreso actual, analizó
el estado económico de las naciones más ricas del mundo, asfixiadas materialmente
ante las cifras fabulosas de sus deudas fantásticas, con la saneada posición de
Venezuela y condenando la ola roja de la revolución que lo disloca todo en un crudo
ataque de demencia, hizo resaltar el ejemplo edificante de la patria de Bolívar,
que orientada definitivamente por los senderos del orden y del progreso, funda
Bancos protectores de las industrias y del obrero; estabiliza el orden; educa al
pueblo; organiza el ejército y la aviación; sanea moral y materialmente el país;
levanta monumentos dignos de la memoria de sus héroes; paga en su totalidad la
enorme deuda que pesaba sobre sus finanzas y cruza todo el territorio de la
nación por carreteras modernas, que asombran a cuantos las conocen.
En un brillante estudio, analiza las dificultades que tuvieron que
vencerse para la construcción de la Gran Carretera de los Andes y en una rápida
visión de la misma, se detiene brevemente en Maracay para contar sus bellezas naturales
y tributar un caluroso aplauso al esfuerzo del General Gómez en favor de sus
industrias locales. Habla de la labor patriótica del destacado hombre de
negocios don Carlos Delfino, quien con el establecimiento de la Fábrica de
Papel ha resuelto un grave problema nacional y dedica frases de aliento y admiración
a la editorial "Élite" que acaba de publicar con papel venezolano el
libro “Pajaritas de Papel" de Casto Fulgencio López, así como al Dr.
Gustavo Delfino, técnico venezolano a cuyos perseverantes esfuerzos se debe el triunfo
de esta industria de la fabricación de papel, tan llena de dificultades y que
ha demostrado que en Venezuela se pueden acometer toda clase de empresas por
sus técnicos, tan estudiosos y capacitados como los mejores del mundo. El señor
Benet terminó su brillante peroración con un cálido y entusiasta saludo, haciendo
votos por la prosperidad de Venezuela, el bienestar de sus habitantes y la
salud y felicidad del General Gómez.
Finalmente, el señor Gutiérrez Ravé, encargado de la Sección Hispano-Americana
de la estación, dirigió un breve y elocuente saludo al señor Presidente de la
República y comentó brillantemente la famosa Alocución que el Benemérito
General Gómez dirigió al pueblo de Venezuela hace 24 años, terminando su
discurso haciendo notar la recia raigambre hispana de Venezuela, cuna de próceres
eminentes, con la cual a su juicio, es preciso contar para el logro de los
ideales raciales en cuyo triunfo creemos y soñamos.
Con el Himno Nacional de Venezuela, se dio por terminado el acto, después
de tres entusiastas ¡hurrasl que la numerosa concurrencia allí presente coreó
con todo entusiasmo.
(Revista venezolana
"Élite", 28 de enero de 1933).