viernes, 28 de junio de 2019

MONUMENTO DEL ARMISTICIO BOLÍVAR Y MORILLO, ERIGIDO POR ORDEN DEL GENERAL GÓMEZ EN 1911


Monumento del Armisticio, erigido por orden del Presidente de la República, General Juan Vicente Gómez en 1911, que representa la importante fecha del 27 de noviembre de 1820, en el pueblo de Santa Ana (Edo. Trujillo), cuando se realizó la histórica entrevista entre Simón Bolívar y el Jefe realista Pablo Morillo, para ratificar con un abrazo los Tratados que acababan de firmar.

El Monumento del Armisticio, ubicado en Santa Ana, Estado Trujillo, llamado también "Monumento al abrazo de Bolívar y Morillo", realizado en bronce, fue encomendado al escultor venezolano Lorenzo González por el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, en el año 1911.

La magnífica obra en bronce del escultor venezolano Lorenzo González, realizada en 1911, que representa el abrazo de Simón Bolívar y Pablo Morillo.

La Guerra a Muerte decretada por Bolívar y secundada por Bermúdez, Piar, Arismendi, Campo-Elías y muchos otros patriotas, con torrentes de sangre pusieron dique al derramamiento de sangre humana, porque los peninsulares sobrecogidos de horror al ver que estaban combatidos con iguales armas apelaron al Armisticio. Páez y Sucre perdonando y protegiendo a los vencidos hicieron inscribir sus nombres en los anales de la gloriosa España.

Bolívar siempre noble y generoso, posponiendo su gloria a la gloria de la patria cuando acepta el Armisticio propuesto por Morillo debiendo encontrarse con él en el pueblo de Santa Ana (Edo. Trujillo) para firmar el Tratado de Regularización de la Guerra, fue sin escolta, apenas con diez oficiales. Cuando el primer General de España se presentó seguido de su Estado Mayor y de un escuadrón de húsares. Al saber por O’Leary cual era el séquito del Libertador, dijo: "él ha demostrado ser más generoso que yo", y despidió a sus húsares.

Toda proposición de Armisticio es una solicitación de misericordia por el que se considera en vísperas de ser vencido.


Pablo Morillo que se consideraba vencedor de Napoleón en España y era calificado como el primer General de la Península, se presentó ante el Libertador de gran uniforme, con el pecho cubierto de condecoraciones y éste con un viejo levitón azul.

Morillo propuso la erección de un monumento en el pueblo para recordar a las generaciones venideras que los rencores personales y los odios nacionales deben olvidarse ante la lealtad y la sinceridad, se separaron con un abrazo para no volver a verse jamás. Ese tratado fue la consecuencia del Decreto de Guerra a Muerte.

Bolívar firmando el Armisticio con Morillo sintió en su poder el pendón de la victoria con que después de Carabobo y Ayacucho iba a engalanar el cielo de la América y a hacer colocar su nombre rodeado del de Páez y el de Sucre y de los de los defensores de la América, en el templo de la Gloria.

El 25 de noviembre de 1820, conforme a lo convenido, se firma en Trujillo el Tratado de Armisticio y el 26 de noviembre de 1820, el Tratado de Regularización de la Guerra entre España y Colombia, representadas ambas naciones por Pablo Morillo y Simón Bolívar, respectivamente. Según el propio Libertador, este Tratado "es digno del alma de Sucre", por el cual desde ahora en adelante "se hará la guerra entre España y Colombia como la hacen los pueblos civilizados".

Aunque el Armisticio se rompió antes de vencerse el plazo, sirvió para refrescar la tropa, entrenarla, vestirla y darle nuevos bríos para la lucha que continuó y desembocó en la batalla de Carabobo. Otro hecho positivo de este Tratado fue la finalización de la Guerra a Muerte, aunque en la práctica ya Bolívar la había dejado de hacer.

El 1º de Diciembre de 1820 renuncia a la Capitanía General de Venezuela el General Pablo Morillo, quien había venido con órdenes de pacificar las colonias y dejó el mando en manos del General Miguel de la Torre y regresó a España.

El Tratado de Armisticio tenía por objeto suspender las hostilidades para facilitar las conversaciones entre los dos bandos, con miras a concertar la paz definitiva. Este Tratado se firmó por seis meses y obligaba a ambos ejércitos a permanecer en las posiciones que ocupaban en el momento de su firma.

El Tratado de Regularización de la Guerra significó el compromiso de ambos bandos de hacer la guerra respetando las normas más elementales del derecho de gentes, que habían sido violadas de parte y parte durante los años de la guerra. Desde 1810, la guerra fue una contienda en que no se respetaba la vida de los prisioneros, ni siquiera la de los heridos en el campo de batalla. Tal manera de hacer la guerra fue terriblemente perjudicial a nuestro país, por el carácter de contienda civil que tuvo y por la inclinación de grandes sectores del pueblo a apoyar a los realistas. La firma de este Tratado vino, pues, a significar la terminación de la guerra a muerte, proclamada por El Libertador desde 1813.

TRATADO DE REGULARIZACIÓN DE LA GUERRA (FRAGMENTOS)

Art. 1º. La guerra entre Colombia y España se hará como la hacen los pueblos civilizados....

Art. 2º. Todo militar o dependiente de un ejército tomado en el campo de batalla, aún antes de decidirse ésta, se conservará y guardará como prisionero de guerra, y será tratado y respetado conforme a su grado, hasta lograr su canje.

Art. 4º. Los militares o dependientes de un ejército, que se aprehendan heridos o enfermos en los hospitales y fuera de ellos, no serán prisioneros de guerra, y tendrán libertad para restituirse a las banderas a que pertenecen luego que se hayan restablecido.

El Armisticio firmado en Trujillo quedó interrumpido antes del plazo señalado y la guerra se reanudó a partir del 28 de abril de 1821. La causa de esta interrupción fue el pronunciamiento de la ciudad de Maracaibo, en donde una asamblea popular reunida el 28 de enero, declaró la ciudad y su territorio constituidos en "República Democrática", unida a Colombia. Inmediatamente después de este pronunciamiento, las tropas patriotas entraron en Maracaibo y ocuparon la plaza. Estos hechos fueron interpretados por los realistas como una violación del Armisticio, basándose en que Maracaibo estaba dentro de los límites del territorio que les correspondía según el tratado. Sin embargo, el pronunciamiento de Maracaibo era un acontecimiento de gran importancia que venía a reforzar las posiciones políticas y militares de los independientes. Esta ciudad y su provincia habían permanecido fieles al gobierno Español y el cambio de actitud que ahora asumía no podía quedar sin el debido respaldo del gobierno patriota. En tal sentido, El Libertador mantuvo la ocupación de la ciudad e invitó al jefe español a conversaciones para llegar a un acuerdo favorable del incidente. Este arreglo no fue posible, y ambos bandos convinieron reanudar las hostilidades a partir del 28 de abril de 1821.