(Por: Rafael Dupouy Gómez)
Artículo publicado el 20 de julio de 2007, en la revista "Zeta", sección "La Historia", N° 1619. (Caracas, Venezuela).
El 24 de julio de
2007, se cumplen 224 años del natalicio de nuestro Libertador Simón Bolívar.
Esa misma fecha, coincide también con el natalicio de su más consecuente y
ferviente admirador, el Benemérito General Juan Vicente Gómez, quien estará
celebrando 150 años de haber venido al mundo.
El siguiente
especial histórico para Zeta, se centra en la figura del General Gómez y su
gran devoción bolivariana.
El Benemérito
General Juan Vicente Gómez, nació el 24 de julio de 1857, en el sitio
denominado “El Salado”, dentro de la finca “La Mulera”, propiedad familiar,
jurisdicción de San Antonio del Táchira. Hijo de Pedro Cornelio Gómez y
Hermenegilda Chacón Alarcón. Siendo el mayor de trece hermanos, se formó en las
labores del campo, destacándose como un próspero agricultor y ganadero.
Financió la “Revolución Liberal Restauradora”. Posteriormente, en los campos de
batalla, durante nuestras luchas intestinas, libró 29 acciones de guerra,
saliendo invicto, convirtiéndose en un destacado militar y hombre de acción de
gran prestigio nacional. Cumplió la misión de pacificar a Venezuela para
librarla de la anarquía que la azotaba, porque en su mente seguramente estaba
presente la sentencia del Padre de la Patria que decía: “La peor tiranía es la anarquía”.
Al igual que el
Libertador Simón Bolívar, el General Juan Vicente Gómez, nació un 24 de julio y falleció un 17 de diciembre.
Las sobrinas del Libertador Simón
Bolívar, Benigna y Antonia Esteller Camacho Clemente y Bolívar, expresaron su
cariño y admiración al General Juan Vicente Gómez, en carta dirigida el 25 de
julio de 1923, donde le decían:
“Elevamos a Dios desde el fondo de nuestros corazones, una plegaria
cristiana, llena de fervor, para que libre vuestra preciosa vida de las
asechanzas de la perfidia y de la maldad y la conserve largos años para bien de
esta Patria querida, creada por nuestro deudo el Libertador y glorificada por
usted”.
Profética plegaria de las sobrinas del
Libertador Simón Bolívar. Recordemos que el Gral. Gómez, murió tranquilamente
en su cama, el 17 de diciembre de 1935. Su funeral fue cesáreo, multitudinario,
rindiéndosele los máximos honores militares como Jefe de Estado.
Las expresiones cariñosas y sinceras de
las sobrinas del Padre de la Patria son una auténtica lección, sobre todo, para
los que han tratado de descalificar al Benemérito, calumniándolo injustamente y
para aquellos dirigentes políticos que, con su delirante demagogia y falso
nacionalismo, han mancillado la heroica y sagrada memoria de nuestro
Libertador.
El ciudadano de los Países Bajos, Dr.
J. H. Van Peursen, en su libro “Bolívar”, publicado el 19 de diciembre de 1933,
sintetizó una gran verdad:
“Si grande, genial, ha sido la obra administrativa del Presidente Gómez,
humanizadora ha sido la que ha realizado en el dominio de la paz interna y de
la concordia internacional. Ferviente admirador del Libertador, la súplica
postrera de Bolívar: “Unión, unión, o la anarquía os devorará”, tenía que
encontrar eco generoso en su corazón de patriota”.
El famoso escritor y poeta español
Francisco Villaespesa, divulgador de la estética modernista y el drama en verso
de temas históricos, obsequió la siguiente dedicatoria al Gral. Gómez:
Dedicatoria al Gral. Juan Vicente Gómez
Rehabilitador de Venezuela
Permitid, que os ofrende este libro;
homenaje
que de mi vieja España a Venezuela traje,
como materno abrazo de mi tierra a esta
tierra.
como ninguna heroica, generosa y feraz,
a la que dió Bolívar las glorias de la
Guerra,
y vos, Señor, le disteis las glorias de la
Paz!
Francisco Villaespesa
(Caracas, mayo 17 de 1920)
Durante el gobierno
del Gral. Gómez, se inició el proceso de modernización del Estado y la
profesionalización del Ejército; a la vez que se gestaron una serie de
transformaciones de carácter económico, social, político y cultural. Con el
país pacificado, la Hacienda Nacional saneada, el Ejército institucionalizado,
el país completamente comunicado por un sistema de vialidad que unió a todas
las regiones de Venezuela que permanecían aisladas, el desarrollo de nuestra
Industria Petrolera, la gran construcción de Obras Públicas que se ejecutaron
durante su mandato y otros logros que sería muy extenso enumerar, pudieron sus
sucesores gobernar holgadamente en paz, recibiendo un país completamente
organizado y con una gran prosperidad económica. Al Gral. Gómez le tocó la
tarea más difícil, crear de la nada, construir de lo inexistente, y lo logró
con bastante éxito.
Sobre la
importancia histórica del Gral. Juan Vicente Gómez, señalaba nuestro más
eminente escritor, historiador e intelectual, el Dr. Arturo Uslar Pietri, lo
siguiente:
“El papel de Juan Vicente Gómez en la
historia de Venezuela, es de una magnitud extraordinaria. La creación de un
Estado Nacional en Venezuela, la integración de una unidad nacional en
Venezuela, fue un viejo propósito difícilmente alcanzable en la anarquía que
caracterizó al país después de la Independencia.
El que completa ese programa realmente es
Juan Vicente Gómez, que logra cosas increíbles: logra acabar con la Guerra
Civil que duró 100 años, logra acabar con el caudillismo, crea un Estado
Nacional, crea una Hacienda Nacional y crea un Ejército Nacional, sobre esas
bases se podía construir una Venezuela democrática y moderna”.
HONRANDO A NUESTRO LIBERTADOR
El General Juan Vicente Gómez en el Panteón Nacional, el 6 de agosto de
1924, día de la celebración del Centenario de la Batalla de Junín, en compañía
de su hijo el General José Vicente Gómez, el Dr. Francisco Baptista Galindo, el
Dr. Pedro Itriago Chacín, Florencio Gómez Núñez, hijo del Presidente de la
República de Venezuela y el Dr. Melchor Centeno Graü. El Nuevo Diario. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Hechos concretos y
efectivos muestran la obra bolivariana del Presidente Gómez. Constante
preocupación fue en su vida, erigir innumerables monumentos, con el afán de
eternizar en el recuerdo de sus conciudadanos, la obra genial del glorioso hijo
de Caracas. Como gobernante le tocó conmemorar, y lo hizo con dignidad y fervor
patriótico, los Centenarios de las grandes efemérides independentistas. Su
culto a las tradiciones, a los valores y a los héroes de la Patria quedaron
plasmados, por citar algunos ejemplos significativos en: La creación del Museo
Bolivariano (1911), para conservar y mostrar valiosos documentos y reliquias
históricas del Padre de la Patria. El Monumento a Carabobo o la India de El
Paraíso (1911). La recuperación total de la Casa Natal del Libertador (1912),
que fue salvada del completo abandono en que se encontraba, gracias al interés
que demostró el General Gómez en rescatarla para la nación, reformándola en su
totalidad y encargando su decoración al pintor venezolano Tito Salas. Se donaron,
preservaron y adquirieron objetos pertenecientes al Libertador y su familia.
Para la época significó una gran medida patriótica, reconocida no solamente por
los venezolanos, sino por altas personalidades del mundo. El Benemérito General Gómez ordenó la adquisición
y conservación del Ingenio Bolívar en San Mateo, Edo. Aragua (1924). Resguardó y protegió al
histórico Samán de Güere (1925), que cobijó con su sombra al Libertador y sus
tropas, construyendo una gran plazoleta cercada por una reja hecha con 42 fusiles
viejos de la época y colocando tres cañones para perpetuar su memoria. En el
arco de la entrada se podía leer su lema:
“Unión, Paz y Trabajo”. Erigió el Monumento de La Puerta (1926), cerca del
río Guárico, entre Villa de Cura y San Juan de los Morros, para recordar a los
héroes que cayeron en defensa de la Patria, sacrificando sus vidas por la
Independencia. Ese sitio que fue adverso para los Patriotas en los años 1814 y
1818, en cambio, cubrió de gloria al Gral. Gómez el 22 y 30 de diciembre de 1901,
al derrotar a los Generales de la “Revolución Libertadora”, Luciano Mendoza y
Antonio Fernández, abriendo la campaña pacificadora que culminó con la batalla
de Ciudad Bolívar, el 21 de julio de 1903.
El Gral. Gómez
también ordenó construir el Arco del glorioso Campo de Carabobo (1921) y
posteriormente, el Monumento del Campo de Carabobo (1930), conocido como el
“Altar de la Patria”, con piedras traídas de La Puerta en desagravio por las
tres derrotas del Ejército Libertador ocurridas en ese sitio y para perpetuar
la memoria de nuestros héroes de la Independencia.
El General Juan Vicente Gómez, presente en el Campo de Carabobo, el 24
de junio de 1921, inaugurando el Arco como homenaje a los héroes de la
Independencia, en el Centenario de la Batalla de Carabobo. (Archivo: Hnos.
Dupouy Gómez).
Decretó la
realización de la Reforma General del Panteón Nacional (1930), conforme al
proyecto del arquitecto Manuel Mujica Millán, con motivo de cumplirse el
Centenario de la muerte del Libertador. La reconstrucción del Panteón Nacional
consistió en el cambio radical de la fachada a un diseño neocolonial o
neobarroco, agregando en el frente la tercera torre central de 48 metros de altura y
reemplazando las laterales por otras, construidas todas de concreto armado. Fue
también ampliada y hecha más monumental la escalinata de acceso. El antiguo
sarcófago de madera que contenía los restos del Libertador fue sustituido por
uno de bronce, diseñado por el escultor español Chicharro Gamo y colocado sobre
un basamento de mármol. La parte superior de las naves y los tímpanos de los
arcos fueron cubiertos por pinturas de temas alegóricos e históricos realizados
por el pintor venezolano Tito Salas, atendiendo el expreso deseo del General
Juan Vicente Gómez. El pintor Tito Salas, reconoció en una entrevista publicada
en la revista “Élite”, el 6 de octubre de 1934, lo siguiente:
“Vine
llamado por el General Juan Vicente Gómez para pintar la Casa Natal del
Libertador y si como esto no fuera suficiente para mi eterno agradecimiento
hacia él, ahora me honra con la decoración del Panteón Nacional, dándome así
dos ocasiones que raros hombres han tenido la suerte de encontrar”.
El Presidente
Gómez, se preocupó afanosamente por rescatar y adquirir para la Nación las
cartas, documentos y archivo personal del Padre de la Patria y demás Próceres
de nuestra independencia. Ordenó erigir estatuas del Libertador por todo el
territorio nacional y en el exterior: New York (1921), París (1925), Madrid
(1925), Panamá (1926), Puebla de Bolívar - cerca de Vizcaya (1927), Santiago de
Chile (1928) y Roma (1934), entre otras, fueron un claro ejemplo para
dignificar la memoria del más Grande Hombre de América. Fueron bautizados con el nombre del
Libertador, Puentes, Escuelas, Cuarteles, Avenidas y Plazas, destacando la
monumental Plaza Bolívar de Maracay (1930), la más grande de Suramérica. El
Gral. Gómez, mantuvo intactas las tradiciones épicas e hizo reverdecer el culto
a los héroes patrios.
El General Juan Vicente Gómez, inaugura solemnemente la Plaza Bolívar de
Maracay en 1930. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
CANCELACION DE LA
DEUDA
Mención muy especial
merece la cancelación tanto de la deuda externa como de la interna. La deuda
nacional representaba en 1909 la suma de 210.307.281,68 bolívares y estaba
discriminada de este modo: deuda externa y protocolos de Washington
147.866.134,38 bolívares y deuda interna 62.441.147,30 bolívares; estas
obligaciones se fueron amortizando paulatinamente desde el año 1909. En 1930,
el General Juan Vicente Gómez decidió la cancelación total de la deuda externa,
como homenaje al Libertador en el Centenario de su muerte. A comienzos del año
1935, la deuda interna única existente, alcanzaba a la cantidad de bolívares
17.625.705,52 bolívares. El Gobierno tenía en Caja 107.445.263,17 bolívares
superávit del presupuesto de la nación. Al igual que en 1930, el General Gómez,
Presidente de la República, solicitó del Congreso dar los pasos conducentes
para cancelarla, como efectivamente se hizo.
El Gral. Juan
Vicente Gómez, el 22 de mayo de 1930, con motivo de la cancelación total de la
deuda venezolana, expresó: “La obra de Bolívar
estará así completa, puesto que la Patria que él soñó libre, próspera y feliz,
se alzará ante el mundo en el pleno goce no sólo de su soberanía política, sino
también de su independencia económica por la redención de sus compromisos que
asegura la integridad de su crédito. Con orgullo lo anuncio a mis compatriotas,
y debo considerar este paso como la cumbre de mis afanes por la grandeza de mi
Patria, de cuyos años entrañables he recibido las lecciones de energía y
perseverancia con que me ha tocado en suerte realizar los anhelos del
Libertador”.
El Gral. Eleazar
López Contreras en una sentida dedicatoria al Benemérito, publicada en su libro
“El Callao Histórico”, el 14 de enero de 1926, expresó: “En justicia puede decirse que Usted, en su meritoria existencia, ha
logrado hacerse digno de aquella frase feliz que nuestro Padre y Libertador
consignó en carta dirigida al Gran Mariscal de Ayacucho: “La Gloria consiste en
ser grande y en ser útil”.
Esta manifestación, que brota de mi pecho
al calor de los beneficios que Usted ha prestado al país, y particularmente por
los que ha recibido la Institución Armada, a la que me honro en pertenecer, la
estampo con entero orgullo en la oportunidad en que muy respetuosamente le
ofrezco el presente trabajo histórico-militar, que ha sido inspirado en el
elevado patriotismo de Usted y en su ferviente admiración por los Libertadores
de América”.
También reconoció
el Gral. López Contreras la obra ejemplar del Gral. Juan Vicente Gómez en su
discurso pronunciado el 23 de diciembre de 1934, al entregarle la Medalla de
Honor “Francisco de Miranda”, diciendo: “Podéis
estar orgulloso de vuestra obra patriótica, por virtud del poderoso estímulo
que habéis impreso al soldado venezolano, éste se siente hoy digno descendiente
de aquellos sus ilustres antepasados, que bajo el mando de Bolívar fueron los
campeones más heroicos de la Libertad del Continente”.
El entonces
Teniente Coronel Isaías Medina Angarita, pronunció en el discurso conmemorativo
del XXV Aniversario de la Escuela Militar y Naval, el 7 de julio de 1935, las
siguientes palabras al General Gómez:
“Su gran amor por la Patria y su amplia
visión de estadista le hicieron ver que sólo al amparo de la paz tendrían el
desarrollo deseado, las diferentes actividades de la vida nacional. Cuando las
generaciones llamadas a juzgar imparcialmente su singular labor administrativa,
su gran obra de estadista, dictaminen con justicia, decidirán que es la
reorganización del Ejército su obra máxima, porque las demás solo son su
corolario”.
Al Gral. Juan
Vicente Gómez, se le recordará siempre como el Pacificador y Unificador de un
país desarticulado por las guerras civiles y como el Emancipador Económico de
un país en quiebra. A su muerte dejó un país pacificado, organizado y solvente.
Fue un gran hombre y sus obras perduran en el tiempo. En Venezuela es
reconocido, indiscutiblemente, como el PADRE
DE LA VENEZUELA MODERNA.
Rafael Dupouy Gómez
Artículo
escrito por Rafael Dupouy Gómez, publicado el 20 de julio de 2007, en la revista
"Zeta", N° 1619. (Caracas, Venezuela).