domingo, 22 de noviembre de 2020

EL JEFE Y EL EJÉRCITO: UN BUSTO DEL GENERAL GÓMEZ, 1918


El General en Jefe Juan Vicente Gómez, creador del Ejército Nacional de Venezuela en una parada militar.

"Este busto, obra de Pedro Basalo, es uno de los homenajes rendidos por el arte patrio al Ilustre Jefe de la Causa, Benemérito General Juan Vicente Gómez, como una expresión del sentimiento unánime de Venezuela hacia el eminente estadista y guerrero, cuya labor insigne es fecunda en beneficios para la República".

Subteniente J. M. Key


Capitán Isaías Medina Angarita. 

"La ofrenda, escogida con tacto por quien conoce su cariño hacia el Jefe, Benemérito General Juan Vicente Gómez, sus sentimientos de lealtad y partidarismo, no puede ser más apropiada, porque ella demuestra cómo de íntimamente ligados estamos con el Ejército".

Capitán Isaías Medina Angarita

El General en Jefe Juan Vicente Gómez, acompañado por un grupo de Oficiales del Ejército Nacional de Venezuela.

"Es natural, pues, que al General Gómez lo queramos sus soldados, y que por él, llegado el caso, ratifiquemos nuestra lealtad allá donde la muerte pone un signo de honor a los caídos".

Coronel F. Celestino Hernández

La oficialidad de la primera Brigada hizo el día de Año Nuevo un valioso presente al señor General Isaías Nieto, Comandante de aquella unidad: un artístico busto del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Comandante en Jefe del Ejército.

Este acto, celebrado en uno de los cuarteles donde mejor se observan los adelantos que debe el soldado venezolano a la patriótica iniciativa del Jefe de la Rehabilitación Nacional, expresa en su austera sencillez el respetuoso afecto y la firme adhesión del Ejército hacia el autor de la gran reforma militar que ha sido explanada en páginas vibrantes de entusiasmo por el señor Doctor Victorino Márquez Bustillos, en el libro que ofrendó al Jefe con ocasión de la novena efemérides de la Causa.

El Capitán Isaías Medina Angarita ofreció el presente con las siguientes palabras:

"Ciudadano General Comandante de la Primera Brigada:

La benévola amistad del excelente compañero Marciales, noble iniciador de este acto, ha querido, mi General, que sea yo quien deje en sus manos el testimonio del respetuoso y sincero cariño que Jefes y Oficiales de la Brigada le profesamos.

Ninguna exigencia amistosa más fácil de cumplir que ésta, porque sencilla, ingenua y francamente he de hablar al expresar los sentimientos de quienes franca, ingenua y sencillamente lo quieren y porque para hacerlo, no he de buscar recursos de retórica, lejos de mi alcance: ni mucho menos frases escogidas, sino aquellas que con la sencillez del cariño saben expresar las bondades del sentimiento.

La ofrenda, escogida con tacto por quien conoce su cariño hacia el Jefe, Benemérito General Juan Vicente Gómez, sus sentimientos de lealtad y partidarismo, no puede ser más apropiada, porque ella demuestra cómo de íntimamente ligados estamos con el Ejército, cómo está afianzado en nosotros el respeto que se impone cariñosamente y que trae como lógica consecuencia la disciplina por convicción, inconmovible como todo acto basado en lo razonable; además expone claramente como son nuestros espíritus, campos fecundos en gratitud, consagrada respetuosamente al hombre que con juicio sano y mano fuerte, reconstituyó el Ejército como un homenaje a la pléyade gloriosa, que en los tiempos libertarios, demostró que había fibra de militares en nosotros, dejando como jalones imperecederos, gayas flores de triunfo, desde éstos nuestros risueños valles hasta aquellas lejanas playas que decora níveamente el Plata con el encaje de sus espumas.

Es prueba evidente además este acto, de cómo saben apreciar los subalternos la actuación de los jefes y aunque muy sencilla la manifestación, mi General, usted debe sentirse satisfecho al ver en todos los semblantes la sinceridad con que procedemos en este momento, puesto que vemos en usted el consejero afectuoso, el director justo y sereno de nuestros actos militares, demostrando así de una manera palpable, que siempre debe constituir el Superior un apoyo para el subalterno y nunca una amenaza.

Reciba pues, General, a nombre de los Jefes y Oficiales de la Brigada de su mando, esta ofrenda de cariño".

Luego habló el Coronel F. Celestino Hernández:

"Ciudadano General Comandante de la Primera Brigada.

Este acto, sencillo en su forma, lo magnifican con destellos luminosos, la lealtad de vuestros subalternos, que en fraternal conjunto quisieron perpetuar en el recuerdo la ofrenda votiva del cariño.

Y fue así que al designar la ofrenda, no pudo ser mejor. La noble figura del Jefe, Benemérito General Juan Vicente Gómez, se destaca en el Busto con el relieve magistral de su meritoria austeridad, ariete formidable, que golpeando sobre los escombros de los viejos sistemas rutinarios, dio paso al brote fecundo del progreso, que desde entonces en todos los ramos de las humanas actividades, llevan como bandera de triunfos el prestigio de su nombre.

En brillantes páginas de Historia, han descrito plumas doctas, la talla moral del Caudillo de Diciembre y su actuación de Magistrado; a ello debe el País mucho bien, mejor dicho, su resurgimiento, y el que hoy se acate ante propios y extraños el nombre hermoso de la Patria de Bolívar el Grande.

Una de sus grandes creaciones fue el Ejército, ese hijo suyo a quien con afanoso empeño imprimió el carácter que tiene hoy como guardián de los fueros nacionales.

Es natural, pues, que al General Gómez lo queramos sus soldados, y que por él, llegado el caso, ratifiquemos nuestra lealtad allá donde la muerte pone un signo de honor a los caídos.

Sencillo y elocuente, este acto sintetiza el espíritu de fraternidad en el Ejército, que al expandirse en sentimientos produce un chispazo de luz que se irisa en colores de banderas triunfales".

El Subteniente J. M. Key contestó a nombre del Comandante de la Primera Brigada, para expresar el orgullo y predilección con que el General Isaías Nieto acogía la valiosa ofrenda de la gallarda oficialidad de su Brigada, y sus palabras fueron éstas:

"Señores:

Francamente, nunca había deseado sonoridad y gallardía para mi verbo como ahora, cuando, por designación de mi General Isaías Nieto, me cumple el honor de ofreceros sus gracias más cordiales por el busto de nuestro querido Jefe que le traéis de regalo en esta ocasión.

Mi General se siente pleno de orgullo íntimo al sentir tan cerca de su corazón el cariño de los vuestros, espontáneos e ingenuos, y no puede sino aplaudir la elección de famoso presente, pues en la serenidad de sus líneas vigorosas canta un símbolo de la Patria, de esa Patria nuestra que florece en el oro de las sementeras cuajadas de espigas, en las diafanidades de nuestro cielo azul, y en el ala roja de heroísmo que prende nuestro sol tórrido en el alma del Ejército venezolano: todo ello, resumido como un alto exponente de emoción en la gloria de nuestra Bandera, libre y fuerte, respetuosa y respetada, que canta al amor de sus siete estrellas el himno de la Cumbre, de la Paz y de la Civilización.

De hoy más, mi General sabrá apreciar vuestra disciplina y vuestro cariño, oficiales de su Brigada, y brinda por el egregio Jefe nuestro, cuya hombría de bien ha revivido en el concierto de las Naciones el decoro de esta Patria: Venezuela.

Este busto, obra de Pedro Basalo, es uno de los homenajes rendidos por el arte patrio al Ilustre Jefe de la Causa, Benemérito General Juan Vicente Gómez, como una expresión del sentimiento unánime de Venezuela hacia el eminente estadista y guerrero, cuya labor insigne es fecunda en beneficios para la República".

(Publicado en el Periódico “El Nuevo Diario”. Año 1918).