lunes, 11 de abril de 2022

DISCURSO DEL GENERAL ELEAZAR LÓPEZ CONTRERAS EN 1933

La Rehabilitación Patria, conquistada por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, ha revivido la unidad nacional, y si grande es su obra política y administrativa, llevando el nombre de Venezuela a vibrar en la conciencia universal y dándole su libertad económica, desarrollando la agricultura, el comercio, la cría, las vías de comunicación, con obras de saneamiento y de ornato, inmensa es su labor cultural, cívica y patriótica. Ningún gobierno ha dado mayor protección a la Instrucción Pública, al libro en particular y al desarrollo de las ciencias y letras en general. Ninguno ha glorificado de manera más amplia la vida de nuestros Próceres. Eleazar López Contreras.

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL

SEÑOR GENERAL ELEAZAR LÓPEZ CONTRERAS,

MINISTRO DE GUERRA Y MARINA,

EL 17 DE DICIEMBRE DE 1933,

CON MOTIVO DE LA GRADUACIÓN DE LOS ALUMNOS DE LA

ESCUELA MILITAR Y NAVAL DE VENEZUELA. 

Benemérito General Presidente:

En tiempos ya remotos de la Palestina, las Sinagogas eran escuelas o centros de enseñanza de la filosofía de los antepasados y del modo de practicar la virtud.

Así este Instituto, como otros similares en la República, constituye la mejor escuela de enseñanza cívica y patriótica, donde se adquiere el verdadero concepto de la Patria y se cultiva, como una virtud, el sentimiento de veneración y de respeto a los Héroes de nuestra emancipación política.

Si en aquellos tiempos de la antigüedad los fieles se congregaban para bendecir al protector y pedir una gracia para su pueblo, sea de oportunidad esta fiesta del soldado, para que nuestro pensamiento vuele a la mansión gloriosa de los Próceres, y ante el monumento donde reposan las sagradas cenizas del Padre de la Patria, hijo de la gloria, espíritu de la libertad, pidámosle reverentemente que siga iluminando el espíritu patriótico del Benemérito General Juan Vicente Gómez en el desarrollo de su magna obra de Rehabilitación Nacional.

Os pido un momento de meditación hoy, centésimo tercero aniversario de aquel día en que el Libertador entregó a la madre tierra su envoltura física, surgiendo su figura de redentor de pueblos más esplendorosa, si cabe, en las horas del martirio que en sus días de triunfos y de glorias. Recordemos que en su última proclama de despedida a los pueblos libertados por su espada, Unión, Unión, les dice, o la anarquía los devorará.

Los pueblos olvidan sus consejos y sus pronósticos. Venezuela cae en el desorden más absoluto y en manos de la más grande anarquía. La República queda destrozada por sucesivas guerras civiles. Ese sagrado símbolo que flameó en más de cuatrocientas acciones de la Magna Epopeya, por dura crueldad del destino pasó a manos de una facción política y lo vimos cruzar destrozado y sin colores por entre florestas y breñales al brazo de los que huían de los disparos fraticidas.

Mas, cuando más duro es el batallar de las facciones, surge de la montaña un núcleo de hombres de renovación y de ese núcleo se destacó el hombre que por medio de las armas se impone y vence a la anarquía en los propios campos de batalla para ser luego llamado por el pueblo a gobernar sus destinos e imponer el resurgimiento de la Nación.

Paz y Trabajo es el lema de la Causa que representa; Paz y Unión es la divisa de su Gobierno, que opone enérgicamente a los caudillos que tratan de encauzarlo a aceptar la jefatura de un partido.

La Rehabilitación Patria, conquistada por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, ha revivido la unidad nacional, y si grande es su obra política y administrativa, llevando el nombre de Venezuela a vibrar en la conciencia universal y dándole su libertad económica, desarrollando la agricultura, el comercio, la cría, las vías de comunicación, con obras de saneamiento y de ornato, inmensa es su labor cultural, cívica y patriótica.

Ningún gobierno ha dado mayor protección a la Instrucción Pública, al libro en particular y al desarrollo de las ciencias y letras en general. Ninguno ha glorificado de manera más amplia la vida de nuestros Próceres: así lo pregonan los edificios, monumentos, bustos erigidos dentro y fuera de la República, y en el seno mismo del Ejército la apropiada denominación de nuestros cuerpos de tropa, constituye una permanente lección de patriotismo y así vemos en los mismos nombres de los cuerpos aquí presentes, como por feliz disposición del Benemérito General Gómez, se perpetúa en la mente del soldado el recuerdo de los que a esfuerzos portentosos hicieron efectivos nuestros anhelos de independencia y libertad: el regimiento de caballería ostenta orgulloso el nombre de “Plaza” que en su afán lícito de ganar gloria, pone una nota de duelo en el día feliz de Carabobo, y sus escuadrones integrantes los de “José Laurencio Silva”, “Juan José Rondón” y “Lucas Carvajal”, émulos en la palestra del honor y del deber; el regimiento de artillería, el de “Ayacucho”, gloria de América, confirmación auténtica del genio político de Bolívar y de la capacidad estratégica de Sucre; los batallones de infantería, el de “Pichincha”, como para unirnos hoy en el recuerdo, como ayer en la acción con una de nuestras hermanas del Sur; el de “Cedeño”, bravo de los bravos de Colombia, muerto en Carabobo; el de “Lara”, el veterano que en Corpahuaico salvó el parque, escribiendo con esa heroica acción el prólogo de Ayacucho.

Toda la consagración del Gobierno de la Rehabilitación ha sido, pues, para la Patria y sus Próceres Beneméritos.

Como resultante de esa obra patriótica, rinde hoy este importante instituto docente su vigésima segunda jornada de eficiente labor cultural y patriótica dentro de la sagrada misión que le incumbe y del amplio desarrollo alcanzado por la Institución Armada durante el periodo de la Rehabilitación Nacional.

Inmensa satisfacción embarga el fuerte espíritu del Primer Magistrado de la República y, con él, el de cada uno de los elementos militares y civiles que vemos pasar lista de presente a ese grupo selecto de jóvenes que acaban de prestar juramento de fidelidad ante el sagrado emblema nacional y llenos de amor por nuestra madre Patria, de veneración a los Próceres, de cálido entusiasmo por la noble carrera de las armas y de la lealtad al Gobierno y a las Instituciones, en breve serán incorporados a los cuerpos de tropa y, unidos a los antiguos oficiales, mantendrán en alto el honor del Ejército y su Bandera, dispuestos con elevado espíritu de abnegación y de sacrificio a “vivir con honra y morir con gloria”.

Toca al Benemérito General Gómez, hace 25 años, empuñar ese lábaro santo con decisión patriótica y entregarlo a los cuerpos armados de la República para que lo custodien, lo honren y lo defiendan, y es desde ese entonces que la Bandera de la Patria adquiere su antiguo prestigio: el pueblo aprende de nuevo a respetarla porque ve en ella sintetizada la gloria nacional y le evidencia su entusiasmo con fervor patriótico porque ya no es el símbolo de una facción, sino la representación auténtica de Venezuela regenerada.

Y es por eso el alto significado que tiene hoy el juramento a la Bandera que acabáis a presenciar. Aquí está el viejo veterano que arrancó esa sagrada insignia a los partidos políticos y la devolvió al Ejército como símbolo de la unidad nacional. De hoy en adelante, oídlo bien, Oficiales del porvenir, esa Bandera no puede ser arrancada de vuestras manos: Sois su custodia, y si queréis ser consecuentes a los principios que os enseña la Rehabilitación Nacional y su ilustre Jefe, defendedla con energía y así demostraréis al hombre que ha hecho grande a Venezuela, que no fueron vanos sus esfuerzos porque ellos perpetúan en las generaciones por venir nuestra vieja y venerada tradición gloriosa.

General Eleazar López Contreras.

Ministro de Guerra y Marina.

ALUMNOS DESTACADOS

Recibieron Diploma de fin de cursos ese día, los alumnos: Marcos Pérez Jiménez, Miguel Ramírez, José R. Vegas, Marcos Chacón, José A. González, Raúl Sierralta, José A. Mora, Pedro J. Quevedo, Bernardo Lara, Marcos Rangel, José L. Dávila, César A. Rojas, Roberto Casanova, Amador Hernández, Héctor D’Lima, Luis Sánchez, Miguel de la Rosa, Carlos Maldonado, José A. Sardi, Pedro Álvarez, Julio A. Vale, Pablo Bonilla, Pedro R. Figallo, Álvaro Álvarez Piña, Manuel S. Becerra, Ángel Ramírez, Carlos Pulido, Saúl Guerrero y José Luis Betancourt.

El premio del Presidente de la República para el alumno de mayor aprovechamiento fue obtenido por Marcos Pérez Jiménez; el premio de la Dirección de la Escuela para el alumno de mejor conducta, por Carlos Maldonado y el premio de la misma Dirección para el mejor tirador del Curso Militar y del Curso Naval, por Bernardo Lara.

(Revista del Ejército, Marina y Aeronáutica, órgano del Ministerio de Guerra y Marina, Número Extraordinario. Año III. Tomo V. N° 32. Caracas, Venezuela. Páginas: 835-845. 1933).