Monseñor Fernando Cento, Nuncio
Apostólico, nombrado por la Santa Sede en 1926.
Llegada de Monseñor Fernando
Cento al Palacio de Miraflores de Caracas
para ser recibido por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de
la República de Venezuela, en 1926.
El Benemérito General Juan
Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, en compañía de Monseñor
Fernando Cento, Nuncio Apostólico nombrado por la Santa Sede para ejercer funciones
en el país. Palacio de Miraflores de Caracas. Año 1926.
Monseñor Fernando Cento, Nuncio
Apostólico, recibiendo honores militares a su salida del Palacio de Miraflores de Caracas, luego de su audiencia con el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Año 1926.
(Publicado en la revista
venezolana "Billiken", el 21 de de agosto de 1926).
MONSEÑOR FERNANDO CENTO
Nació en Macerata (ltalia), el 10 de agosto de 1883.
Destacado Prelado. Hijo de Evaristo Cento y de Ermelinda
Andreani. Cursó estudios eclesiásticos en su ciudad natal, ordenándose
sacerdote en 1909. Recibió la borla de doctor en teología, completando su
formación en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma donde recibió el título
de doctor en filosofía. Párroco de la Catedral de Macerata, enseñó en el
Seminario y Real Liceo de esa localidad. Llamado a Roma por Monseñor Tacci, sirvió
como secretario en la mayoría de los Sagrados Palacios Apostólicos (1916-1919),
regresando nuevamente a Macerata en 1919 hasta 1922. Promovido a la sede
episcopal de Ariceale, en Sicilia, como Arzobispo titular de Seleucia Pieria
(1922-1926).
Monseñor Fernando Cento fue nombrado Nuncio Apostólico de la Santa Sede
en Venezuela desde agosto de 1926 hasta agosto de 1936. Durante su misión diplomática,
se elevó el Seminario de Caracas a la categoría de Seminario Interdiocesano y
se estableció la prefectura apostólica del Alto Orinoco a cargo de la
congregación salesiana (1932).
Monseñor Cento realizó giras por los estados Sucre, Nueva Esparta, Anzoátegui
y Zulia; participó en el I Congreso Mariano Nacional, convocado en Coro, del 8
al 10 de diciembre de 1928, donde por su iniciativa, se celebró la III
Conferencia Episcopal Venezolana.
Nuncio Apostólico en Quito (1937-1939), le tocó firmar el convenio de
restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Ecuador. Trasladado
al Perú, ejerció igual cargo entre 1939 y 1945. Nuncio en Bélgica, Internuncio
Apostólico en Luxemburgo desde 1946 hasta 1956, Nuncio en Portugal (1957). Fue
elevado en 1958 a
la dignidad de Cardenal, siendo transferido a Roma donde le tocó formar parte
de las comisiones de la Curia encargadas de las congregaciones de la Iglesia
oriental, así como de la organización del Concilio Vaticano II. Falleció en
Roma en 1963.