El Gobierno de Venezuela, presidido por el Benemérito General Juan Vicente
Gómez, se esforzó, realizándolo cumplidamente, en dar a los festejos
centenarios de Ayacucho el esplendor y la alteza moral que demandaba el suceso.
Está circulando esta importante publicación, editada con esmero tipográfico
en la “Litografía del Comercio”. La compilación ha sido hecha por nuestro muy
querido colaborador y amigo, señor Luis Correa, quien ha sabido presentar al
público una síntesis admirable de los grandes festejos con que el Gobierno y
pueblo de Venezuela, unidos en un solo sentimiento patriótico, celebraron la
gran efeméride continental, vinculada con resplandores eternos a la gloria de
nuestro país. Mejor que todo comentario, expresan la trascendencia de los actos
verificados, con los que el General Gómez supo corresponder, como ayer en
Carabobo, a la noble herencia de los Libertadores, las siguientes palabras
preliminares del volumen:
Este libro complementa el que con el título de “Venezuela en las Fiestas
del Centenario de Ayacucho en el Perú” se publicó el 19 de abril del corriente
año.
El mismo fervor patriótico, el mismo sentimiento de veneración por los
Héroes de la Independencia que animó aquellas páginas, ennoblece y esmalta las
de esa publicación.
El Gobierno de Venezuela, presidido por el Benemérito General Juan Vicente
Gómez, se esforzó, realizándolo cumplidamente, en dar a los festejos
centenarios de Ayacucho el esplendor y la alteza moral que demandaba el suceso,
cumbre de heroísmo y señal luminosa y eterna del derrotero que deben seguir los
pueblos libertados en aquel campo memorable.
Fue fortuna para nuestro país el que rigiera la República el hombre fuerte,
de corazón templado en el amor de las cosas grandes de la Patria, a quien debe
Venezuela el haberse presentado en paz ante el imperativo categórico de los
Libertadores, colmas las manos con los frutos de su suelo y atenta la mirada
hacia los horizontes de renovación que se dilatan y clavan, como una garra
poderosa, en las entrañas del futuro.
Sin menoscabo el territorio que nos legaron nuestros padres; en paz dentro
y fuera de las fronteras que nos trazara la previsión de los patricios de 1811;
resueltos los principales problemas que afrontara la República desde su
fundación en 1830; curados del mal de aventuras que nos llevara a solucionar en
los campos de batalla nuestras desavenencias familiares: en el goce de una
prosperidad insólita, fundada en los aciertos de una Administración leal, culta
y progresista; y amparados en nuestros derechos por la confianza ilimitada del
pueblo en las cualidades eminentes que ha moldeado la personalidad del General
Gómez, hasta destacarla con lineamientos precisos, en el vasto escenario de la
América, Venezuela y su Gobierno cumplieron con su deber ante la evocación de
aquellos fastos que el verbo y la espada de Bolívar y el corazón de acero y oro
de Antonio José de Sucre caldearon con un soplo de inmortalidad.
Circula esta publicación en un día Fausto para Venezuela: el 24 de julio,
fecha que señalaba en el tiempo, con un súbito resplandor diamantino el
natalicio del Libertador, y que por una feliz coincidencia lo es también del
General Juan Vicente Gómez. Patria hermosa, cargada de marciales arreos como
una Amazona nos dio el primero; patria feliz, en donde los venezolanos de buena
voluntad se sientan al festín de la concordia, nos da hoy el segundo. ¡Qué
cobijada por el arco triunfal simboliza esta fecha, se levante inconmovible y
rútila como una estatua de bronce la gran Patria del Porvenir!
Luis Correa.
Caracas: 24 de julio de 1925.