Benemérito General en Jefe Juan Vicente Gómez
“Felicito
al vencedor en todas partes, predestinado para ser el Pacificador de la República. Ninguno
con más títulos que usted que ha sido el salvador del salvador. Me enorgullezco
de ello porque la
Providencia se ha encargado de corresponder a quien yo no
podía hacerlo dignamente”.
(Gral. Cipriano
Castro, Caracas 6 de junio de 1903).
“Con
el alma presa de la más viva emoción, me dirijo hoy a la distinguida sociedad, de
Caracas, para manifestarle la profunda gratitud que siento por las
demostraciones de simpatía y afecto que de ella he recibido, tanto a mi ida a la Cartuja , como a mi vuelta
a esta Ciudad. En particular quiero publicar mi agradecimiento para con el Sr. General
Juan Vicente Gómez, Presidente de la República , por las benévolas frases de bienvenida
que se sirvió dirigirme”.
(Dr. José Gregorio
Hernández, Caracas 27 de abril de 1909).
“Señor
General Juan Vicente Gómez. Mi respetado Jefe y amigo: En breve tiempo apagará
usted la maldita locura despiadada del eterno aventurero funesto y ahora se
dará usted cuenta de su prestigio y de cómo guardan y vigilan la República sus leales
amigos, su obra y el crédito de esta era de normalidad que su energía y
patriotismo han establecido. Como subalterno decidido y como elemento solidario
de su política, sabe usted que espero sus órdenes. Su amigo”.
(Dr. Luis Felipe Blanco, padre
del poeta Andrés Eloy Blanco, Macuto, 31 de julio de 1913).
“A
diferencia de los tristemente famosos Guzmán Blanco y Cipriano Castro que
saquearon el patrimonio eclesiástico y lo robaron, que persiguieron a Obispos y
Clero y ofendieron la libertad y dignidad de la Iglesia con pésimas leyes,
Gómez no ha tenido ni un solo conflicto con nosotros; contribuye a restaurar
los sagrados templos, ha asegurado el libre ejercicio del ministerio
sacerdotal, ha reabierto las puertas de la República a los sacerdotes católicos y a los
religiosos, incluso a los Jesuitas, y ha hecho una ley a favor de las misiones”.
(Carlos Pietropaoli – Arzobispo
Titular de Calcide e Internuncio Apostólico en Venezuela, Caracas 20 de junio
de 1917).
“La ciencia del General Gómez es
la de saber gobernar”.
(Laureano
Vallenilla Lanz).
“Los
malhechores de todo linaje, perseguidos y castigados sin tregua por el General
Gómez, satisfacen una necesidad de sus espíritus al calumniarlo, porque es
natural que la víbora destile baba por las fauces cuando no puede verter su
veneno en el pie formidable que la aplasta; pero los hombres de bien,
solicitados y recompensados con noble afán y largueza por el Héroe de
Diciembre, es justo que lo aplaudan y lo admiren”.
(Dr. Victorino
Márquez Bustillos, “La Reforma Militar
Venezolana”, 1917).
Dedicatoria al
Gral. Juan Vicente Gómez
Rehabilitador de
Venezuela
Permitid, que os ofrende este
libro; homenaje
que de mi vieja España a
Venezuela traje,
como materno abrazo de mi tierra
a esta tierra
como ninguna heroica, generosa y
feraz,
a la que dió Bolívar las glorias
de la Guerra ,
y vos, Señor, le disteis las
glorias de la Paz !
Francisco
Villaespesa
Caracas, mayo 17 de
1920
“Ha
sido mi deseo contribuir, dentro del reducido campo de mi actividad, a la obra
patriótica que el gobierno del General Gómez viene haciendo en el sentido de
mostrar a Venezuela como una nación culta y próspera”.
(Rómulo Gallegos,
Caracas 18 de enero de 1921).
“General
Juan Vicente Gómez: Hoy tuvo lugar la recepción por el Alcalde y las
autoridades de la ciudad de New York. En las calles, casas y automóviles de New
York, está enarbolada la bandera de Venezuela. Me congratulo, General, con
Usted por este momento glorioso de nuestra vida nacional, que será inolvidable
en la historia de los dos países. Adicto amigo”.
(Esteban Gil
Borges, New York, 18 de abril de 1921).
“Al
Sr. Gral. Juan Vicente Gómez. Mi respetado General y amigo: Como yo en la
política del país no tengo sino una sola persona que me ayuda y esa persona es
Ud. vengo en esta a renovarle una vez más las seguridades de mi
agradecimiento y a decirle que, como el
Gran Congreso es el año entrante yo espero en Dios, y si Ud. no dispone otra
cosa, estar allí en ese Congreso para tener la gran satisfacción de comprobar
una vez más mi fidelidad al Gran Hombre que ha engrandecido a la Patria , dándole paz firme,
bienestar fecundo y gloria digna”.
(Andrés Mata, Roma,
26 de abril de 1921).
“Con
este motivo se me ocurre exponer el concepto que me merece la actuación del
General Gómez en los destinos de Venezuela, actuación que yo asemejo a la de un
buen padre de familia que atiende en todo momento y en todas circunstancias,
los deberes que le impone el hogar que ha formado. En verdad y en justicia, que
él ha sido el Magistrado que más se ha dedicado a la Administración
Pública , habiéndose dado cuenta exacta y precisa de cuanto
nos faltaba”.
(Dr. Gumersindo Torres, extracto
del discurso pronunciado en la inauguración del edificio de Correos y
Telégrafos de Maracay, 27 de junio de 1921).
“Entre
los magníficos festejos con que el Gobierno Nacional ha venido celebrando el
primer Centenario de Carabobo, uno de los más simpáticos, sin duda, ha sido la
glorificación de esta casa, la consagración de este templo. Y yo me siento
altamente honrado de que sea mi palabra en esta tribuna eco fiel de la gratitud
de Venezuela para con el Benemérito General Juan Vicente Gómez, quien, con la
paz, nos ha dado todos los bienes, y por cuya virtud patriótica se restituyen
hoy a Caracas, con la inauguración de este edificio, los penates del
Libertador. Gracias, General, gracias en nombre de la Patria , gracias en nombre
de Bolívar”.
(Pbro. Carlos Borges, extracto
del discurso pronunciado en la inauguración de la
Casa Natal del Libertador, restaurada por
el Gobierno del Gral. Gómez, el 5 de julio de 1921).
“Al Sr. Gral. Juan Vicente Gómez. Mi querido General y
amigo: Periódicos y cartas particulares han traído a este lado del Atlántico la
reseña de la insólita manifestación con que Caracas en masa glorificó la
persona de usted al clausurarse las fiestas conmemorativas del primer
centenario de la Batalla
de Carabobo. Esta insólita manifestación de que usted acaba de ser objeto es la
más viva protesta de la Nación
contra las almas innobles, contra las torpes pasiones de los que pretendieran
perturbar la paz que usted ha cimentado en el orden, en el progreso y en el
bienestar colectivos. Esa entrada triunfal de usted a Caracas es la solemne
ratificación de que usted es el hombre necesario en el presente y en el
porvenir de Venezuela.
Me felicito, porque soy uno de los más fieles amigos de
usted y uno de los más entusiastas de su gloria”.
(Andrés Mata, París,
29 de julio de 1921).
“Señor General Juan Vicente Gómez. Respetado General y
amigo: Manifestar a usted mi agradecimiento por su protección y amabilidad
hacia mí ha sido mi constante deseo. Con el mayor respeto me suscribo su seguro
servidor y amigo”.
(Tito Salas,
Caracas, 13 de julio de 1922).
“He tenido pocas oportunidades de cambiar impresiones con
el Presidente Gómez, pero en estas oportunidades en que lo he hecho, he visto
destruida, de un solo golpe, la leyenda de hombre hermético y áspero en que lo
hacen aparecer sus adversarios políticos, valgan verdades. Tratándole, dá la
impresión de un hombre sinceramente circunspecto, sin exageración, y a la vez
manifiestamente amable”.
(José Santos
Chocano – Poeta Peruano, 23 de mayo de 1923).
“Señor General Juan Vicente Gómez. Miraflores. Este acto
con que usted exterioriza la pureza de vuestros sentimientos patrióticos, es
tanto más noble, cuanto que no puede tener otra reciprocidad por parte nuestra
que la de elevar a Dios desde el fondo de nuestros corazones, una plegaria
cristiana, llena de fervor, para que libre vuestra preciosa vida de las
asechanzas de la perfidia y de la maldad y la conserve largos años para bien de
esta Patria querida, creada por nuestro deudo “El Libertador” y glorificada por
usted. Sus agradecidas amigas”.
(Sobrinas del
Libertador Simón Bolívar: Benigna Camacho Clemente y Bolívar y Antonia Esteller
Camacho Clemente y Bolívar. Carta de agradecimiento al Gral. Gómez, por la
donación de la Casa N °
10 de la Calle Norte
4, esquina de Las Carmelitas, reconstruida y amoblada para vivienda personal de
las ancianas sobrinas del Padre de la
Patria , Caracas, 25 de julio de 1923).
“Sr.
General Juan Vicente Gómez. Estimado General y amigo: No tengo palabras para
agradecer tantísima bondad y gentileza. Como
le he dicho ya otras veces tiene Ud. en mi, como escritor y como simple mujer
una amiga sincera y decidida. Ojalá tuviese algún día la ocasión de demostrarle
de manera evidente mi adhesión y simpatía”.
(Teresa de la Parra , 27 de diciembre de
1924).
“Hoy mismo nos hizo el gran milagro de que el General
Gómez aceptara el presupuesto, que nuestro buen Padre Cabrera le presentara, y
dio para reparar el Asilo. ¡Estupendo milagro! Gracias, Jesús mío, que por
nuestra Santita, nos concedes gracias tan grandes”.
(Madre María de San
José, 23 de mayo de 1925).
“Permítame
que me tome la libertad de enviarle un revólver automático Colt, el cual espero
que usted aceptará como una manifestación de mi amistad y de mis mejores deseos
personales, así como también de mi gratitud por las numerosas atenciones que de
usted recibí en las más gratas circunstancias. Deseo que continúe usted en
buena salud y pueda dedicar muchos más años de devoción y de servicios
patrióticos a su país. Créame, con reiteradas manifestaciones de mi más cordial
estimación, muy sinceramente”.
(Gral. John Pershing, Jefe del
Ejército Aliado durante la
Primera Guerra Mundial. Washington D.C., 16 de julio de
1925).
“El General Gómez se ha revelado como Administrador
admirable. Venezuela está próspera. Desde hace muchos años el país no hace un
empréstito de modo que las ofertas de los financieros y capitalistas que han
ocurrido a ofrecer dinero al Gobierno han sido rechazados. El General Gómez ha
destruido completamente los abusos en los puestos públicos. Los productos de
las Rentas Públicas van directamente al Tesoro. Millones de dólares son
empleados en obras públicas, principalmente en caminos y con dinero venezolano.
Desde 1924 las condiciones generales de negocios en Venezuela han mejorado de
modo ilimitado. No hemos tenido revolución desde 1903 y la ausencia de
desasosiego político ha hecho posible la estabilidad y la confianza para
emprender los negocios”.
(William H. Phelps,
El Nuevo Diario, 3 de julio de 1925).
“Hombre extraordinario que sabe de negocios y de
combates; que mezcla la fortaleza de su carácter con las adaptaciones más
materiales a la vida práctica, que a pesar de haberse elevado mucho, no se ha
desprendido de la naturaleza; y que por haber reunido todas estas cualidades,
fue el señalado por el destino para alejar de Venezuela los vórtices negros de
la guerra civil, y reconciliarla para siempre con el trabajo y con la paz”.
(Nemesio García Naranjo
– Miembro de la Academia Mexicana
de Lengua, Escritor, Periodista,
Poeta, Historiador, Diputado al Congreso, Secretario de Instrucción Pública. Extraído
del Libro “En Aragua”, de Luis González Arteche. Imprenta Bolívar. Páginas
59-64. Caracas. 1926).
“Al Benemérito General en Jefe Juan Vicente Gómez.
Presidente de los Estados Unidos de Venezuela: Grande Usted en la guerra, en la
que venció como hábil conductor de tropas a los viejos y engreídos caudillos
que mantuvieron por varios lustros el espíritu de revuelta y anarquía en el país;
grande en la paz con el desarrollo de un programa político de armonía exterior
y de fraternidad, orden, trabajo y moralidad administrativa, al encauzar todas
las actividades nacionales por las rutas de la prosperidad, el triunfo
conquistado por Usted en prácticas públicas y privadas no enerva, antes bien
estimula sus energías, y no envanece sino que ensancha los nobles sentimientos
de su corazón puestos siempre a la obra del bien.
En justicia puede decirse que Usted, en su meritoria existencia,
ha logrado hacerse digno de aquella frase feliz que nuestro Padre y Libertador
consignó en carta dirigida al Gran Mariscal de Ayacucho: “La Gloria consiste en ser
grande y en ser útil”.
Esta manifestación, que brota de mi pecho al calor de los
beneficios que Usted ha prestado al país, y particularmente por los que ha
recibido la
Institución Armada , a la que me honro en pertenecer, la
estampo con entero orgullo en la oportunidad en que muy respetuosamente le
ofrezco el presente trabajo histórico-militar, que ha sido inspirado en el
elevado patriotismo de Usted y en su ferviente admiración por los Libertadores
de América”.
(Gral. Eleazar López Contreras. Dedicatoria de su libro: “El Callao
Histórico”, Caracas, 14 de enero de 1926).
“Los Gobiernos que presidieron los señores generales
Ignacio Andrade y Cipriano Castro me comisionaron para continuar mi labor
histórica, fijándome cantidades mensuales, que ninguno de los dos hubo de
pagar; y fue al Gobierno que vino a presidir el señor General Juan Vicente
Gómez, en 1909, a
quien tocó pagar lo que se me debía y en hacer los gastos de la publicación de la Historia Contemporánea
de Venezuela, de lo cual le quedo profundamente agradecido”.
(Francisco González
Guinán, Revista “Billiken”, N° 33, 26 de junio de 1926).
“Sr.
General Juan Vicente Gómez. Mi respetado General y amigo: Pongo en sus manos
dos paisajes que mi amigo, y de Ud. también y admirador, el pintor venezolano
Manuel Cabré me entregó en París, encargándome le rogara a Ud. tenga á bien
aceptarlos como un obsequio de amistad y de admiración.
Mucho me complace y me
honraría que todo fuera de su agrado y una vez más le reitero las protestas de
mi adhesión y de mi reconocimiento. Dios guarde a Ud. Su
servidor y amigo”.
“Al General Don Juan Vicente Gómez, ilustre Presidente de
Venezuela, ofrezco respetuosamente este libro, como testimonio de mi gratitud
viva y profunda, por su generosa protección a mis libros escolares”.
(Juana de Ibarbourou
– Poeta Uruguaya, Montevideo, 1927).
“Deseo dar las gracias al Presidente Gómez, a los
Oficiales del Ejército, a los funcionarios del Gobierno y al pueblo de
Venezuela, por la acogida que tan de corazón me han hecho durante mi visita, y
también expresar mi reconocimiento a la Prensa por su cooperación. Me he sentido
sumamente impresionado por la manera eficaz con que fue preparado el campo de
aterrizaje por el Cuerpo de Aviación Venezolana y por el comedimiento
demostrado en todo momento por la ciudadanía”.
(Coronel Charles A.
Lindbergh, 1 de febrero de 1928).
“Ellos encierran el fruto de una labor administrativa que
sólo tuvo por norte el cumplimiento de altísimos deberes contraídos con el
Ilustre Ductor de los destinos nacionales, Benemérito General Juan Vicente
Gómez, quien con el pensamiento fijo en la Patria , vela sin descanso por elevar sus destinos
a la suprema dignidad que corresponde a los pueblos civilizados”.
(Mario Briceño
Iragorry, Secretario General del Estado Trujillo, Memoria y Cuenta presentada a
la Asamblea Legislativa ,
1928).
“A partir de 1908 han sido notables los progresos realizados en Venezuela. Antes no había, fuera de los ferrocarriles, sino malos caminos de herradura. Hoy, todo el país está cruzado de magníficas carreteras. Numerosas Obras Públicas se han llevado a cabo.La Instrucción ha
progresado enormemente. Todo esto se ha hecho sin comprometer el porvenir de la República mediante
empréstitos”.
“A partir de 1908 han sido notables los progresos realizados en Venezuela. Antes no había, fuera de los ferrocarriles, sino malos caminos de herradura. Hoy, todo el país está cruzado de magníficas carreteras. Numerosas Obras Públicas se han llevado a cabo.
(Dr. Pedro Manuel
Arcaya, extracto de su Conferencia transmitida desde la Estación Radiotelefónica
de la Columbia Broadcasting
Company en la ciudad de Washington D.C., USA, el 26 de octubre de 1930).
“Al Amado Hijo,
Ilustre y Honorable Varón Juan Vicente Gómez, Presidente de los Estados Unidos
de Venezuela:
Amado Hijo, Ilustre y Honorable Varón, Salud y Bendición
Apostólica.
Agradecidos estamos justamente contigo por la gentil
correspondencia epistolar en que Nos participas haber sido recientemente
elevado a la
Suprema Magistratura de esa República. Noticia esta que ha
sido para Nos tanto más placentera cuanto que al dárnosla, manifiestas los
sentimientos de tu alma. Nos congratulamos, pues, de todo corazón contigo; y
anhelamos que Dios te colme de toda prosperidad en el honrosísimo cargo con que
has sido investido. Y como quiera que en tu Administración, según Nos lo escribes,
tendrás muy a pecho, ante todo, conservar y robustecer los vínculos que unen a la República de Venezuela
con la Santa Sede ,
no podemos menos de aplaudir gustosos tal propósito, y puedes ciertamente
contar para su realización con toda nuestra más decidida cooperación. Deseando,
por lo demás, corresponder con paternal afecto a tu caballerosidad, como prenda
de los bienes celestiales, te enviamos amantísimamente en el Señor, a ti, oh
amado Hijo, Ilustre y Honorable Varón, y a todo el pueblo de Venezuela, la Bendición Apostólica.
Dado en Roma, cerca de San Pedro, el treinta de octubre
de mil novecientos treinta y uno. Año X de Nuestro Pontificado”.
(S. S. Papa Pío XI.
Correspondencia enviada al Gral. Juan Vicente Gómez el 31 de octubre de 1931, publicada
en “El Nuevo Diario”, Caracas 31 de diciembre de 1931).
“Maracay apartando la personería política que le presta
la presencia habitual del señor Presidente de la República , tiene ahora y
en el futuro su vida asegurada, como ciudad fabril, como centro productor,
pueblo convertido en emporio y guardará como marca indeleble cuanto beneficio y
cariño ha puesto en ella la mano propulsora del General Gómez”.
(Leoncio Martínez
“LEO”, Semanario “Fantoches”, N° 46, Año X, el 25 de enero de 1933).
“Señor General Juan Vicente Gómez, Maracay. Muy respetado
amigo y mi Jefe: acaso le agradará a Ud. saber que un banquero americano a
quien fuí presentado, incidentalmente, anteayer, tan pronto supo que yo era
venezolano, me dijo con la más sincera naturalidad: “He recorrido hace poco
toda América del Sur y debo decirle que al frente de su país tienen ustedes un
hombre decididamente excepcional. Gracias a la previsión del General Gómez son
ustedes el único país que, allá, resiste bravamente los efectos de la crisis
universal. Nada hay más sorprendente que ese Gobierno libre de deudas, en un
continente agobiado de compromisos de uno al otro polo. Realmente ustedes están
gobernados por un hombre de excepción.
Soy, General su amigo y servidor de siempre”.
(César Zumeta,
Sociedad de las Naciones, Delegación de Venezuela, París, 1 de abril de 1933).
“Señor General Juan Vicente Gómez, Maracay. Mi venerado
Jefe y amigo: Que Dios nos lo conserve a Ud. por muchos años y continúe
inspirándolo, para que su obra no perezca y nuestra patria siga dando el
ejemplo de América y al mundo de lo que vale un gran hombre de gobierno y un
gran patriota. Su leal servidor, admirador y amigo invariable”.
(Laureano
Vallenilla Lanz, París 5 de abril de 1933).
“El resultado se está viendo: ninguna amenaza de
disturbio interior, Relaciones Internacionales de cordial y recíproca
deferencia, puerta franca al capital extranjero, empresas venezolanas que nacen
vigorosas, Comercio floreciente, rentas en próspera progresión, confianza
unánime. El Presidente Gómez ha contraído con la Patria la obligación de no
volverla a dejar caer ni en la vieja lucha estéril, ni en las peligrosas
aventuras de ideólogos impacientes, ni en la ambición de personalismos egoístas.
El método administrativo que ha implantado con este noble fin, está probado. Es
ejemplo, el General Gómez, de lo que puede el buen sentido, la voluntad
decidida y el patriotismo práctico”.
(Dr. José Gil Fortoul, 19 de diciembre de 1933).
“Excmo. Señor General Juan Vicente Gómez: La protección
al libro, ha constituido siempre una nota de alta cultura y en este camino, Ud.
ha sido generoso, tendiendo mano larga a la publicación de obras históricas,
científicas y literarias, las cuales haremos figurar en una vitrina especial,
como corresponde a la justicia. En todo tiempo será timbre de honor para Ud. y
su Gobierno, el haber publicado obras que perdurarán en la historia de nuestra
evolución cultural.
Reciba Usted, respetado Señor General, la gratitud del
Ateneo de Caracas, por esta nueva prueba de su interés por todo lo que redunde
en pro del progreso intelectual de Venezuela.
De Usted Attas S. Servidoras y amigas”.
(María Luisa
Escobar (Presidenta-Fundadora), María Luisa de Monteverde (1ra. Vicepresidenta),
Luisa del Valle Silva (2da. Vicepresidenta), María Luisa Velasco (Secretaria) y
Ana Cristina Medina (Tesorera), 17 de noviembre de 1933).
“Hay que hacer saber a los europeos que en Venezuela hay
el hombre que es capaz de darle personalidad a Suramérica”.
(Fernando González – Escritor
Colombiano autor del libro “Mi Compadre” sobre el Gral. Juan Vicente Gómez. Marsella,
4 de diciembre de 1933).
“Yo
conozco bien la política del Gobierno de Venezuela y la del Presidente, General
Gómez, en particular. Y debo decir que no tengo inconveniente en reconocer que
el General Gómez ha realizado en el país una labor que ha dado por resultado
una etapa de paz de veintiséis años, que no había gozado la Nación desde que Bolívar se
levantó contra la soberanía de España. Existe en Venezuela prosperidad visible,
resultado evidente de la labor del General Gómez que ha dado beneficios al
país”.
(Excmo. Sr. Don
Luis de Oteyza, Ministro de España en Venezuela, New York, 5 de enero de 1935).
“Fuisteis el más esforzado luchador para conquistar en la
guerra las glorias de la paz, y ya como Jefe Supremo del país, colocasteis al
Ejército sobre bases de Institución Nacional, devolviéndole así su prestigio
tradicional e histórico.
Podéis estar orgulloso de vuestra obra patriótica: por
virtud del poderoso estímulo que habéis impreso al soldado venezolano, éste se
siente hoy digno descendiente de aquellos sus ilustres antepasados, que bajo el
mando de Bolívar fueron los campeones más heróicos de la Libertad del Continente.
Por ventura para la Patria , si como hábil estadista lograsteis
nuestra independencia económica y administrativa, como político sin igual, en
vuestro Gobierno habéis cimentado sobre sólidos fundamentos nuestras relaciones
internacionales”.
(Gral. Eleazar
López Contreras, extracto del discurso pronunciado durante la entrega de la Medalla de Honor
“Francisco de Miranda” el 23 de diciembre de 1934).
“Señor General Juan Vicente Gómez, Maracay: General, yo
que me he formado en sus filas; lo que he sido a Usted se lo debo y no tengo
más camino que el suyo. Respetuosamente lo Saluda su servidor y leal amigo”.
(Enrique Bernardo
Núñez, Caracas, 19 de julio de 1934).
“La Universidad de los
Andes declara solemnemente en el sesquicentenario de la Fundación del Seminario
de San Buenaventura, que el Benemérito General Juan Vicente Gómez es el
bienhechor más grande que ella ha tenido en todos los tiempos de su existencia,
y así lo proclama con todo su entusiasmo y gratitud, señalando tan altas
acciones públicas al aplauso de las generaciones presentes y futuras”.
(Homenaje de la Universidad de los
Andes al Gral. Gómez, 29 de marzo de 1935).
“Su gran amor por la Patria y su amplia visión
de estadista le hicieron ver que sólo al amparo de la paz tendrían el
desarrollo deseado, las diferentes actividades de la vida nacional”. “Cuando
las generaciones llamadas a juzgar imparcialmente su singular labor
administrativa, su gran obra de estadista, dictaminen con justicia, decidirán
que es la reorganización del Ejército su obra máxima, porque las demás solo
son su corolario”.
(Tte. Cnel.
Isaías Medina Angarita, extracto del discurso pronunciado con motivo del XXV
Aniversario de la Escuela Militar
y Naval 7 de julio de 1935).
“El 19 de diciembre es fecha trascendental en
nuestra Historia, puesto que en ella inició la extraordinaria voluntad de Usted
una nueva era para la Patria. Así
la celebro efusivamente, en unión del pueblo venezolano, que ha hecho suyo, de
manera irrevocable, el programa de Paz y Trabajo, que es norma de la progresista
Administración de Usted”.
(Dr. Pedro Emilio Coll, Londres 29 de noviembre de 1935).
“Ha muerto quien fue más que mi
padre”. “La muerte del Gral. Juan Vicente Gómez ha sido una pérdida irreparable
para la patria”.
(Gral. Eleazar López Contreras, Maracay, diciembre 1935).
“A los Venezolanos: La inmensa
desgracia nacional del fallecimiento del Benemérito General Juan Vicente Gómez,
caudillo ilustre que supo conducir a Venezuela hasta colocarla en el vértice de
su actual engrandecimiento, solemniza este momento en que os dirijo la palabra,
como Encargado de la
Presidencia de la República ”.
(Gral. Eleazar López Contreras, Alocución del Encargado de la Presidencia de la República a los
Venezolanos, Caracas, 18 de diciembre de 1935).
“En el curso de mi estadía en
Venezuela, he apreciado particularmente la autoridad de que gozaba el General
Gómez y la delicadeza de sus sentimientos. Era, verdaderamente, un gran
ciudadano. Bajo su dirección, el orden y la prosperidad reinaron en su país”.
(Franchet D’Esperay – Mariscal de Francia, París 2 de noviembre de 1936).
“Efectivamente, es importante dar
constancia, que el General Gómez jamás llegó a fusilar a ninguna persona,
directamente ni llegó a autorizar ejecutar a ninguno de sus subordinados en
campaña”.
(Gral. Eleazar López Contreras, “Proceso Político y Social 1928-1936”,
publicado en 1955).
“La voz de la conciencia me tacharía de injusto y de
cobarde si, por un sentimiento pusilánime ante posibles críticas, callara a estas
alturas de mi crónica que, ya en el presente siglo, la Universidad halló en
el último de nuestros Césares democráticos uno de esos gigantes protectores.
Sin hablar del restablecimiento de las Facultades de Medicina, Farmacia y
Agricultura que habían sido clausuradas por el Presidente Castro, ni de la
creación de las Facultades de Ciencias Físicas y Matemáticas, ni de los ricos
laboratorios y gabinetes con que la dotara, ni de los millares de modernos
libros para la biblioteca, ni del notable aumento de los honorarios
profesorales, basta recordar las repetidas y frecuentes ayudas con destino a
reparaciones y adecentamiento de la antigua casa, la ampliación de ella con
nuevas dependencias y, por fin, la total reconstrucción de la misma, para
advertir con evidencia la larga e innegable protección que a la Universidad dispensó
el Presidente Gómez durante su gobierno. Sobre este formidable Caudillo
nacional, tanto por su cercanía en el tiempo como
porque aún arden
vivas pasiones en su contra, no puede todavía pronunciar su veredicto el
justiciero tribunal de la
Historia. Cuando la hora de dictar ese definitivo fallo se
acerque, la Universidad
de los Andes habrá de concurrir a los estrados para ocupar sitio, no entre los
acusadores, sino entre los testigos de descargo, porque así se lo imponen de
consuno la nobleza, la verdad y la justicia”.
(Cardenal José Humberto Quintero, Discurso
titulado: “La Verdad
ante Todo”, pronunciado en la inauguración del edificio central de la Universidad de los
Andes, el 15 de diciembre de 1956, siendo para entonces Arzobispo Titular de
Mérida y Coadjutor de Mérida).
“Me impresionaba del Gral. Gómez la inmensa autoridad de
aquel hombre. No había terror en Venezuela. Ha sido una de las épocas en que
hubo más seguridad en el país. No había atracos y tan sólo quien tenía
actividad política contra el régimen, corría el riesgo de ir preso. Pero el
resto de la población, en sus actividades normales, no vivía bajo ninguna
impresión de terror”.
(Arturo Uslar Pietri,
Revista “Bohemia”, diciembre de
1985).
“He
ahí la clave del misterio, el secreto recóndito del enigma, la solución del
problema que Juan Vicente Gómez ha sabido encontrar en la virtualidad de sus
ideales y sobre todo en la visión perenne de la Patria que lleva en su
mente, y en el amor inextinguible a esa madre cariñosa que guarda en su
corazón: visión y amor que, cuando amaron su brazo en las heroicas campañas de
la pacificación de la
República , hicieron de él el primero de los generales por su
pujanza bélica y su incomparable estrategia, y en la Suprema Curul Presidencial, el
Primero de los Magistrados de Venezuela, porque ningún otro como él ha hecho al
país próspero y feliz en el interior, y respetado y admirado en el exterior,
como lo soñó Bolívar y como lo quiere Dios”. “¡PATRIA, UNIÓN Y TRABAJO! Tres palabras distintas que han
cristalizado en una sola grandeza verdadera”.
(Dr. Enrique
Urdaneta Carrillo).
“Vida que Dios
cuida nadie la quita, a mí me cuida Dios y la Patria ”.
(Benemérito General
Juan Vicente Gómez, 15 de junio de 1911).