A la izquierda: El General Carlos Soublette. A la derecha: El Benemérito
General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela.
(Por: Víctor R. Garrido).
1844 - 1924
Ha sido después de 80 años cuando ha venido a realizar en toda su magnitud aquella gran obra, la mano fuerte y vigorosa del General Juan Vicente Gómez.
Al escribir estas breves líneas no lo hago con alarde de ninguna
naturaleza, sino por el único deseo de dar como buen ciudadano de la Patria, mi
sintético y humilde voto de aprobación y de aplauso a una obra por todos
conceptos trascendental e inspirado en estas sabias y efectivas frases:
"El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor
suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política".
Sabido y comprobado está que la prosperidad de los pueblos es fruto de
la Paz y el Trabajo, como base; de la Instrucción Pública, que resta el
analfabetismo, cultiva los cerebros y enseña al hombre a conocer sus deberes
ciudadanos; de la Agricultura que convierte los campos en emporios de riquezas
y le da al hombre honrado y trabajador el pan de sus hogares; de la explotación
de sus riquezas minerales que hacen convertir sus subsuelos en manantiales de
oro; y en fin, de todas sus industrias y empresas lucrativas. Pero por sobre
todo está la obra trascendental que pone de relieve la personalidad del
Benemérito General Juan Vicente Gómez: nuestras vías de comunicación! Hay que
detenerse un momento y darse perfecta cuenta de este efectivo del progreso; hay
que ver lo que significa esta fibra de nuestra prosperidad, y ver con
satisfacción de patriotas cómo cada día que pasa están más en contacto con
nuestros pueblos; ahí tenéis nada menos que la Gran Carretera Trasandina en
breve conectada con nuestro Centro y Oriente; esta es la obra que sugiere estas
líneas; y éste el Gobierno que está más de acuerdo con las sabias frases de
nuestro amado Libertador, arriba citadas.
Yo vengo a rendir homenaje, ante esta obra y como humilde ciudadano de
la Patria a rendirle mi tributo de admiración y gratitud a quien le debemos tan
grande beneficio: al Ilustre Jefe del País, General Juan Vicente Gómez, el
sabio estadista que después de 80 años ha venido a realizar el sueño de uno de
los grandes hombres que luchó por nuestra Independencia y soberanía, y que al
cabo, cuando le tocó regir los destinos de la Patria, éste fue uno de sus
nobles propósitos: el probo y magnánimo General Carlos Soublette.
En 1844, cuando el País atravesaba una terrible crisis económico-política,
el doctor Aranda, a la sazón Ministro de Relaciones Interiores, a exigencia de
algunos industriales, se dio a la tarea de redactar un proyecto al cual tituló
Instituto de Movilización del Crédito Territorial, el cual fue presentado a la
Cámara de Representantes y patrocinado por respetables opiniones; pero que, a
pesar de haber encontrado sus opositores, que exponían sus razones fundadas en
la inconveniencia que presentaba dicho Proyecto, manifestando a la vez que
había otros medios para salvar la industria, fue aprobado en primera discusión
y enviado al Presidente de la República para los fines del
"Ejecútese".
Recibido dicho Proyecto por el General Soublette, leído y meditado
detenidamente, vio que no era aquel el camino para ensanchar la prosperidad
pública, y con su tacto de estadista consciente y que quería la mayor suma de
bienes para su País, y sin oponerse a la soberanía del legítimo Representante
de la Patria, devolvió el Proyecto acompañado de un documento en el cual
sintetizaba de la manera más elocuente y justa las inconveniencias de dicho
Proyecto. He aquí unos párrafos del documento idóneo General Soublette:
"Si esta última resolución del Congreso fuera la de encontrar
fundadas mis observaciones en este caso os pediré desde ahora vuestra
cooperación para la ejecución de un plan que tenga por objeto la mejora pronta
y eficaz de nuestras principales vías de comunicación, en una empresa nacional
de caminos, usando del crédito público. La aprobación anual de 160.000 pesos
para la mejora gradual de las vías de comunicación, dentro de cincuenta años
habrá ascendido a ocho millones de pesos, y nuestros caminos se encontrarán en
el mismo estado que hoy, con muy poca diferencia. No sucederá así si desde
luego se aplicasen los ocho millones o menos. Muy pronto, dentro de dos años
quizás, empezaríamos a experimentar grandes beneficios, y antes de quince, el
impulso que habría recibido nuestra industria, habría sido más que suficiente
para pagar dicha suma, dejándonos un grande e incalculable aumento en la
riqueza pública y en la mejora de nuestra condición social. Cada día es más
urgente la aplicación de nuestros recursos a esta grande Empresa. El vuelo que
lleva el ramo de caminos en todo el mundo nos ha dejado atrás a una distancia
inmensa y los gastos de transporte recargan nuestros productos con un gravamen
que ya no puede soportar el más económico ni el más laborioso propietario".
"Mas, si vuestra última resolución fuere la de que no encontráis
fundadas mis observaciones, el Proyecto será Ley de la República, y el Poder
Ejecutivo empleará en su ejecución la más solícita diligencia, para que se
realicen los bienes que el Congreso se promete y se disminuyan los males que el
Poder Ejecutivo teme".
El Proyecto no fue aceptado debido a que algunos de los partidarios, aceptando
las justas razones del General Soublette, le negaron su voto en segunda
discusión; pero tampoco fue realizada la obra de caminos dadas las cruentas
luchas de los partidos de aquellos tiempos.
Ha sido después de 80 años cuando ha venido a realizar en toda su
magnitud aquella gran obra, la mano fuerte y vigorosa del General Juan Vicente
Gómez.
Víctor R. Garrido.
Caracas: 19 de septiembre de 1924.