lunes, 30 de marzo de 2015

EL GENERAL SOUBLETTE Y EL GENERAL GÓMEZ

A la izquierda: El General Carlos Soublette. A la derecha: El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela.

(Por: Víctor R. Garrido). 

1844 - 1924

Ha sido después de 80 años cuando ha venido a realizar en toda su magnitud aquella gran obra, la mano fuerte y vigorosa del General Juan Vicente Gómez.

Al escribir estas breves líneas no lo hago con alarde de ninguna naturaleza, sino por el único deseo de dar como buen ciudadano de la Patria, mi sintético y humilde voto de aprobación y de aplauso a una obra por todos conceptos trascendental e inspirado en estas sabias y efectivas frases:

"El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política".

Sabido y comprobado está que la prosperidad de los pueblos es fruto de la Paz y el Trabajo, como base; de la Instrucción Pública, que resta el analfabetismo, cultiva los cerebros y enseña al hombre a conocer sus deberes ciudadanos; de la Agricultura que convierte los campos en emporios de riquezas y le da al hombre honrado y trabajador el pan de sus hogares; de la explotación de sus riquezas minerales que hacen convertir sus subsuelos en manantiales de oro; y en fin, de todas sus industrias y empresas lucrativas. Pero por sobre todo está la obra trascendental que pone de relieve la personalidad del Benemérito General Juan Vicente Gómez: nuestras vías de comunicación! Hay que detenerse un momento y darse perfecta cuenta de este efectivo del progreso; hay que ver lo que significa esta fibra de nuestra prosperidad, y ver con satisfacción de patriotas cómo cada día que pasa están más en contacto con nuestros pueblos; ahí tenéis nada menos que la Gran Carretera Trasandina en breve conectada con nuestro Centro y Oriente; esta es la obra que sugiere estas líneas; y éste el Gobierno que está más de acuerdo con las sabias frases de nuestro amado Libertador, arriba citadas.

Yo vengo a rendir homenaje, ante esta obra y como humilde ciudadano de la Patria a rendirle mi tributo de admiración y gratitud a quien le debemos tan grande beneficio: al Ilustre Jefe del País, General Juan Vicente Gómez, el sabio estadista que después de 80 años ha venido a realizar el sueño de uno de los grandes hombres que luchó por nuestra Independencia y soberanía, y que al cabo, cuando le tocó regir los destinos de la Patria, éste fue uno de sus nobles propósitos: el probo y magnánimo General Carlos Soublette.

En 1844, cuando el País atravesaba una terrible crisis económico-política, el doctor Aranda, a la sazón Ministro de Relaciones Interiores, a exigencia de algunos industriales, se dio a la tarea de redactar un proyecto al cual tituló Instituto de Movilización del Crédito Territorial, el cual fue presentado a la Cámara de Representantes y patrocinado por respetables opiniones; pero que, a pesar de haber encontrado sus opositores, que exponían sus razones fundadas en la inconveniencia que presentaba dicho Proyecto, manifestando a la vez que había otros medios para salvar la industria, fue aprobado en primera discusión y enviado al Presidente de la República para los fines del "Ejecútese".

Recibido dicho Proyecto por el General Soublette, leído y meditado detenidamente, vio que no era aquel el camino para ensanchar la prosperidad pública, y con su tacto de estadista consciente y que quería la mayor suma de bienes para su País, y sin oponerse a la soberanía del legítimo Representante de la Patria, devolvió el Proyecto acompañado de un documento en el cual sintetizaba de la manera más elocuente y justa las inconveniencias de dicho Proyecto. He aquí unos párrafos del documento idóneo General Soublette:

"Si esta última resolución del Congreso fuera la de encontrar fundadas mis observaciones en este caso os pediré desde ahora vuestra cooperación para la ejecución de un plan que tenga por objeto la mejora pronta y eficaz de nuestras principales vías de comunicación, en una empresa nacional de caminos, usando del crédito público. La aprobación anual de 160.000 pesos para la mejora gradual de las vías de comunicación, dentro de cincuenta años habrá ascendido a ocho millones de pesos, y nuestros caminos se encontrarán en el mismo estado que hoy, con muy poca diferencia. No sucederá así si desde luego se aplicasen los ocho millones o menos. Muy pronto, dentro de dos años quizás, empezaríamos a experimentar grandes beneficios, y antes de quince, el impulso que habría recibido nuestra industria, habría sido más que suficiente para pagar dicha suma, dejándonos un grande e incalculable aumento en la riqueza pública y en la mejora de nuestra condición social. Cada día es más urgente la aplicación de nuestros recursos a esta grande Empresa. El vuelo que lleva el ramo de caminos en todo el mundo nos ha dejado atrás a una distancia inmensa y los gastos de transporte recargan nuestros productos con un gravamen que ya no puede soportar el más económico ni el más laborioso propietario".

"Mas, si vuestra última resolución fuere la de que no encontráis fundadas mis observaciones, el Proyecto será Ley de la República, y el Poder Ejecutivo empleará en su ejecución la más solícita diligencia, para que se realicen los bienes que el Congreso se promete y se disminuyan los males que el Poder Ejecutivo teme".

El Proyecto no fue aceptado debido a que algunos de los partidarios, aceptando las justas razones del General Soublette, le negaron su voto en segunda discusión; pero tampoco fue realizada la obra de caminos dadas las cruentas luchas de los partidos de aquellos tiempos.

Ha sido después de 80 años cuando ha venido a realizar en toda su magnitud aquella gran obra, la mano fuerte y vigorosa del General Juan Vicente Gómez.

Víctor R. Garrido.

Caracas: 19 de septiembre de 1924.